Un estudio de científicos de la Universidad de California, el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA y el Centro Nacional de Búsquedas Atmosféricas detectó una gran pérdida de agua dulce en los ríos Tigris y ÉufratesEste grupo de investigación llegó a estas conclusiones gracias a los datos recolectados por los satélites GRACE de la NASA, que verifican las reservas de agua del mundo.Esta región, según relata Génesis 15:18 es la tierra que lindaba con la prometida por Dios a Abraham, diciendo: “A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eúfrates”.

Ahora, de acuerdo a la investigación, los ríos, cuyos cauces recorren Irak, Irán, Turquía y Siria, han perdido tanta agua como la que hay en el Mar Muerto, en concreto cerca de 144 kilómetros cúbicos de agua en siete años.

“Es suficiente agua como para cubrir las necesidades de diez millones a cien millones de personas en la región cada año” señaló Jay Famiglietti, el principal investigador del estudio.

“Los datos de GRACE mostraron un índice alarmante de descenso en el almacenamiento total de agua en el Tigris y Éufrates, que actualmente poseen la segunda tasa de pérdida más rápida de aguas subterráneas de la Tierra después de India”, sintetizó Famiglietti.

De acuerdo a los científicos, con el cambio climático calculan que las sequías de la región se vuelvan más extremas, y estiman que la demanda de agua aumentará un 60% para 2045.

EL EÚFRATES EN EL APOCALIPSIS
Curiosamente, la sequía del Eúfrates se nombra en el capítulo 16 de Apocalipsis, en relación con “la sexta copa de ira”.

Comienza así el capítulo: “Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios”.

Y sigue en el versículo 12: “El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates; y el agua de éste se secó, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente”.

RAZONES DE LA PÉRDIDA DE AGUA
Pero no ha sido un ángel, sino la climatología y la acción del ser humano, según concluyen los científicos.

 Parte de la pérdida (algo más de un 40%) ha sido atribuida a una sequía del 2007, mientras que cerca del 60% restante se debe al bombeo de aguas subterráneas, que se incrementa durante y después de las sequías.

Según informa Famiglietti, en ese período de sequía de 2007 sólo en Irak se perforaron cerca de 1000 nuevos pozos.

Famiglietti espera poder visitar la región a finales de este mes para discutir sus descubrimientos y crear conciencia del problema.

Fuentes: Agencias

Editado por: Protestante Digital 2013