Los Gobiernos se ocupan más de proteger sus fronteras que de respetar los derechos de los ciudadanos y de los pretendientes de recibir el estatuto de refugiado, dice un informe que la ONG Amnistía Internacional publica este jueves.
Según este documento, que hace el balance de la observancia de los derechos humanos en 2012, los migrantes y los refugiados que se vieron obligados a abandonar sus hogares a raíz de conflictos armados en su patria, sufrieron más que otras categorías de personas la violación de sus derechos.
Unos 214 millones de personas se convirtieron en refugiados en 2012, desde Corea del Norte hasta Malí y desde Sudán hasta la República Democrática del Congo, según Amnistía International.
“Los derechos de las personas que huyen de los conflictos (armados) no se protegen. Muchos Estados, en vez de limitarse a tomar medidas legítimas de control fronterizo, violan los derechos humanos en aras de controlar la migración”, declaró el director general de Amnistía International, Salil Shetty.
Afirmó que millones de inmigrantes y refugiados sufren una burda violación de derechos humanos, desde trabajo forzoso hasta violencia sexual.
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