Mal día para la energía nuclear en Japón. Mientras en la central de Fukushima, propiedad de TEPCO, siguen intentando controlar la situación dos meses después del terremoto del 11 de marzo, otras dos plantas atómicas se han visto en problemas. La planta de Hamaoka, se ha visto obligada a cerrar después de que el Gobierno presionara a la compañía propietaria – Chubu Electric – a que hiciera mejoras de seguridad debido a que se encuentra en una zona de alto riesgo sísmico. Y, al mismo tiempo, según informa Reuters, otro operador de energía nuclear – Japan Atomic Power – dijo que había controlado una pequeña fuga de radiación en su planta de Tsuruga, en la costa oeste, la primera desde que inició sus operaciones en 1987.
En total, dos meses después del terremoto, se encuentra operativos sólo 20 de los 54 reactores atómicos que hay en Japón, según un inventario realizado por Efe. Hay que tener en cuenta que cada central atómica puede tener varios reactores. Así, en la tristemente Fukushima Daiichi hay seis reactores, cuatro de ellos muy dañados en el accidente y dos que estaban parados y no se vieron afectados. En total, en todo Japón, el 11 de marzo se desconectaron 11 reactores por el terremoto, 21 estaban en revisión y ahora hay que sumar los dos de Hamaoka. Todos ellos hacen el número de 33 reactores parados en este momento.
Cierra de Hamaoka
La central nuclear de Hamaoka es considerada una de las más peligrosas de Japón porque está en una zona de alt riesgo sísmico. Según informa Efe, los expertos calculan que la planta tiene un 87% de posibilidades de sufrir un terremoto de 8 grados Richter en los próximos 30 años.
La decisión de cerrar la planta la comunicó hoy la empresa operadora, Chubu Electric, después de que el Gobierno nipón le exigiera el viernes detener todos sus reactores debido al elevado riesgo sísmico en la zona donde está la planta, a 200 kilómetros al sur de Tokio.
La paralización de Hamaoka, que se hará efectiva dentro de unos días, es una decisión sin precedentes tras el desastre de hace casi dos meses.
El presidente de Chubu Electric, Akihisa Mizuno, dijo que la parada de la central responde a la necesidad de priorizar el bienestar de la población local y de recuperar la confianza de la sociedad en la energía nuclear.
El viernes, el primer ministro, Naoto Kan, pidió a la eléctrica que detuviese los dos reactores activos de Hamaoka, ya que hay un consenso científico sobre el hecho de que está destinada a padecer un terremoto muy severo en una plazo de tiempo muy breve. Para mejorar la seguridad de la planta la Administración pidió, por ejemplo, construir diques de seguridad para afrontar un tsunami de grandes dimensiones.
Esto es algo que se calcula puede tardar hasta dos años en implementar, lo que añade dudas sobre el suministro energético en la región del centro de Japón donde se encuentra la planta.
La zona, unos 200 kilómetros al suroeste de Tokio, es un importante núcleo industrial en Japón y acoge fábricas de compañías como Toyota o Suzuki, que tienen sus sedes en el área que surte la planta.
El cierre de Hamaoka deja a Chubu Electric con un volumen de producción muy ajustado para satisfacer la demanda veraniega, que es un momento de alto consumo doméstico por el uso de electricidad para alimentar el aire acondicionado. La solución seguramente será potenciar la producción en sus 10 plantas térmicas, informa Efe.
De hecho, el presidente de Chubu Electric, viajó a Qatar el sábado para adquirir gas natural licuado que alimente estas instalaciones.
Pese al cierre de Hamaoka, el Ejecutivo de Kan asegura que mantiene su apuesta por la nuclear, que no pedirá paralizar más reactores y que no existe preocupación especial por el resto de centrales.
Problemas en Fukushima
Entretanto, los técnicos de Tokyo Electric Power (TEPCO), la propietaria de la maltrecha central de Fukushima Daiichi, están cada vez más cerca de comenzar a reparar la refrigeración dentro de la unidad 1.
TEPCO dijo que las mediciones de radiación realizadas hoy de madrugada en el interior del edificio del reactor alcanzan un máximo de 700 milisieverts por hora, lo que supone que pasar una hora allí equivale a recibir 700 veces la dosis extra recomendada al año para un ciudadano.
La eléctrica cree que esto no impide los avances para enfriar el reactor, ya que las zonas a las que necesitan acceder los ingenieros presentan niveles de entre 10 y 70 milisieverts por hora y además está planeado blindar el interior del recinto con placas de plomo o mediante la construcción de un túnel metálico, informa Efe.
Después de que entren los técnicos a reparar la refrigeración, la idea es llenar en los próximos 20 días con 7.400 toneladas de agua el reactor para enfriarlo, con la meta de llevar a todas las unidades de la planta a una «parada fría» en un plazo entre seis y nueve meses.
FUENTE https://selenitaconsciente.com