Se aconseja escuchar el video mientras se lee
Cada pensamiento es una flecha que envía nuestra intención en el mar infinito de la Energía, en su tarea de co-creación.
Al estar conscientes de la vibración que emanamos en nuestra existencia, acrecentamos conciencia, nivel tras nivel, abriendo canales hacia el Infinito.
Somos puro potencial creador, y en cada elección, en cada pensamiento o sentimiento, determinamos lo que se manifestará para todos los reinos…he aquí la importancia capital de esa co creación, que muchas veces minimizamos, dejando una estela de creaciones grises y deslucidas, por desatender la energía que lanzamos como flecha hasta su manifestación.
La clave para nuestro viaje como co creadores, es, como siempre, el Amor. Amar a todos y a todo, dentro y fuera. Y deshacernos de todo lo que no es amor. Transformar todo en amor. Entonces ya no somos tocados por lo que llega tan personalmente…nos convertimos en recipientes plenamente abiertos y rebosantes, en canales de energía luminosa.
Es difícil recorrer éste camino de flechas co creadoras, sin tener en cuenta que no es lineal, y que ascendiendo, lo hacemos en la espiral de lo que fuimos somos y seremos como realidad, en el eterno presente. Si así lo vamos concibiendo, imposible no prever el efecto de esas flechas de energía en el mapa total de nuestra evolución.
Somos manifestadores de frecuencias de energía, y de ellas, la más elevada es el Amor, que es Luz…la luz transporta información de consciencia a consciencia en éste Mar de energía en el que somos Uno…y en él las flechas de intención conforman espléndidas geometrías lumínicas o redes de sombra de las cuales somos creadores y víctimas a la vez.
En éste momento del proceso creativo, experimentamos mucho movimiento vibratorio, en todos los cuerpos y en la consciencia, y es aquí donde más cuidadosos debemos tornarnos con lo que emanamos…darnos cuenta y aceptar los movimientos y a la vez obrar con cautela es la tarea del momento presente.
Las energías que llegan, más las que gestamos, nos sacuden para mover lo que está estancado y hacen que por fin soltemos lo que ya no sirve.
Si nos resistimos a este proceso, si seguimos aferrados a conceptos de cómo tienen que ser las cosas, lo que está a la puerta energéticamente será un reto muy duro. Será, como dicen los maestros, “tratar de contener el agua de un río en un tazón”
Esa agua, en constante movimiento, es nuestro modelo a seguir, fluyendo según lo que el momento presente trae, pero… fluyendo!, estar contenidos en un recipiente, molde o cuerpo que siempre será estrecho.
Se trata de comenzar a VIVIR DESDE DENTRO HACIA AFUERA…respetando ese fluir incontenible y acompañándolo, como podamos, con tiempo para direccionar las flechas de la intención pura que deslizándose en el Mar de la energía, expandirán nuestros propios contornos y se contagiarán del infinito, sin conocer más límites que LO QUE ES.
Por lo tanto, cada día se nos invita a dejar nuestra rigidez, para experimentar la fluidez física, mental, emocional, espiritual, para nadar en Amor y confianza, en el mar de la Luz.
No desde la mente, sino en oleadas de consciencia.
Una identidad basada en la mente, es una coraza débil…y así y todo, nos impide sentir la verdadera identidad desde el palpitante centro del corazón, llamándonos a la liberadora verdad esencial del Espíritu. Ese palpitar tarde o temprano rompe las capas de falsa identidad…y lo que nos parecían energías amenazantes, se vislumbran como benditas nodrizas que nos quitan las vestiduras innecesarias para prepararnos para el encuentro con lo Divino.
Flechas…flechas…Flechas…
Desgarrantes flechas de Luz que nos despojan y nos dejan en la desnudez del SER.
Soltemos el control, sabiendo que el poder pertenece al Magnífico Ser que somos: centro de todos los Centros. Todos los mundos y universos reciben nuestra luminosidad, si nos soltamos en entrega y disfrutamos del flujo de las energías.
La mente, no disfruta nada.
El Ser sí…disfruta el Silencio infinito y a la vez las energías en movimiento que son herramientas del Espíritu Uno.
Moviéndonos en los océanos del cambio, podemos ser bendición inmensa, reconociendo que el arquero, la flecha y el destinatario de la misma….es UNO, y nosotros en él.
Los océanos de cambio, son parte del Océano de la Existencia, en la que nos movemos y tenemos el SER…es el HOGAR.
Antes del disparo de cada flecha de energía que creamos en pensamiento, palabra, obra o intención, consideremos la resonancia que porta hacia cualquier Ser hermanado con nosotros en el juego de la Vida. Luego…permitamos que ellas cumplan su cometido, solo si vibran en consonancia con el Bien Mayor…con el Amor transformador de mundos.
Éste es mi mensaje hoy…que es el mensaje de todos los mensajeros servidores de Luz del Universo.
PERMÍTANSE VIBRAR EN LA RESONANCIA DEL ESPÍRITU, CADA VEZ MÁS!!!
Tahíta