(CNN) — En su versión de una unidad de cuidados intensivos, Jaret Daniels pone muchísima atención a esas pequeñas criaturas a su cargo.
Cada una de ellas es guardada en su propio vaso de plástico, aisladas para evitar propagación de enfermedades.
No cualquier comida cumple con los requisitos. En un ambiente con temperatura controlada, las orugas cola de golondrina Schaus comen vorazmente una planta conocida comúnmente como colima o uña de gato (Zanthoxylum fagara).
Daniels, un entomólogo de la Universidad de Florida, cría siete mariposas aún no desarrolladas que pertenecen a una especie que se encuentra al borde de desaparecer.
La presión, comenta, es suficiente como para mantenerlo despierto por la noche.
Él y otras personas tratan de salvar a un insecto que está apunto de extinguirse y necesitan de la intervención de los seres humanos.
El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EU emitió una orden de emergencia en 2012 para recoger las hembras en el Parque Nacional Biscayne y criar sus huevos.
Aunque el año pasado no adquirieron hembras, esta semana las autoridades dieron a conocer que una hembra adulta fue atrapada en Biscayne el mes pasado, junto con seis larvas. Ella produjo un huevo.
Autoridades federales y estatales dicen que las esperanzas de lasSchaus podrían depender de un programa de cría y reproducción que puede ayudar a proteger una parte de la población que queda.
“Sé lo que hago”, dijo Daniels en entrevista para CNN. “Voy a hacer mi mejor esfuerzo”.
La cola de golondrina Schaus, que habita en una zona relativamente pequeña en el sureste de Florida, fue incluida en 1976 en la Ley de Especies en Peligro de Extinción, en el apartado de especies amenazadas. Ocho años después alcanzó el estado de en peligro en extinción.
El total de ejemplares de la colorida mariposa ha disminuido vertiginosamente en las últimas décadas. Se intentó la cría y reproducción en cautiverio en la década de 1980 y 1990, lo cual por un tiempo logró incrementar su número.
Eso no duró mucho.
En una encuesta realizada en 2011, solo hubo 41 avistamientos, la mayoría en Cayo Elliott. Esa cifra se redujo el año pasado a cuatro.
La destrucción del hábitat, la sequía, los huracanes y la utilización de pesticidas fuera del Parque Nacional Biscayne, probablemente contribuyeron a la desaparición de los insectos, dicen los expertos.
Pero una luz de esperanza apareció esta primavera en el parque al sur de Miami, cuando fueron avistadas siete mariposas adultas.
Marissa Streifel, técnica de investigación, recogió a la hembra adulta el 21 de mayo. Daniels la pasó difícil al tratar de escucharla durante una llamada telefónica poco audible.
“Recuerdo que me dijo: ‘Tenemos una. ¡Woo hoo!’”, dijo Daniels.
Streifel utilizó una red para capturar a la hembra, todo un reto entre la densa vegetación.
“Si la utilizan bien, la posibilidad de lesionar a la mariposa es muy baja”, dijo Daniels.
Tras cuatro días encerrada, la hembra fue liberada. Debido a las fuertes lluvias y las malas condiciones climáticas, solo produjo un huevo viable, del tamaño de la cabeza de un alfiler. Es una de las larvas que se encuentran en el laboratorio de la Universidad de Florida, en Gainesville.
Pero en un escenario en el cual el margen es minúsculo, ciertamente una es mejor que ninguna.
Estos insectos por lo general viven solo dos semanas en estado silvestre, y quizá entre 30 y 40 días de cautiverio. Se reproducen una vez al año.
Tras estar entre 10 y 11 meses en la etapa de capullo, aparecerán las mariposas con alas negras-cafés con marcas amarillas y una amplia mancha herrumbrosa bajo el ala posterior. Tienen manchas color aguamarina.
Los expertos esperan que los siete ejemplares en el laboratorio sobrevivan hasta ser adultos.
Elsa Alvear, jefa de gestión de recursos en el Parque Nacional Biscayne, dijo a CNN que “ellas podrían ser la diferencia entre la extinción y la no extinción”.
“Esta especie solía encontrarse en muchos lugares en el sur de Florida y en los Cayos”, dijo. “Queremos que aumenten en número de ejemplares y verles reestablecidos en más de una isla”.
La búsqueda de más hembras sigue este verano. Los investigadores esperan poder capturar a una que produzca un par de cientos de huevos para impulsar a la especie.
“Si ella es productiva, la población puede incrementar muy rápidamente”, dijo Daniels.
De las siete mariposas, uno se encuentra en la fase capullo y otra está cerca de la misma. Una vez que completen esa larga etapa, aparecerán, mostrarán sus espectaculares colores y emprenderán el vuelo.
Se tiene previsto que ocurra la próxima primavera, a menos que las autoridades decidan simular lluvias de primavera para sacarlas antes.
Daniels dijo que es un optimista cauteloso por los avances recientes, aunque la cola de golondrina Schaus enfrenta enormes retos. No hay margen de flexibilidad si el clima u otros factores se tornan contra el insecto.
“Hasta una pequeña alteración puede convertirse en un golpe mortal a este insecto”, dijo Daniels.
Alvear dijo que los voluntarios en el parque nacional ayudan a plantar colimas y amyris, ambas son una fuente de alimento para esos insectos.
“Es una mariposa hermosa y sería una lástima que desapareciera”,