Una expedición científica descubrió una zona de “transparencia” en el océano Pacífico, provocada por la falta de materia orgánica disuelta y de fitoplancton, informó este miércoles en un comunicado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.
La expedición Malaspina, formada por 400 científicos, partió el 16 de abril de la ciudad neozelandesa de Auckland y recorrió el Mar de Coral y el Cinturón de Fuego hasta regresar al hemisferio norte, después de cruzar el Ecuador.
El equipo se propuso recolectar información para llenar los vacíos y buscar cesio y niveles de radiactividad, derivados del accidente en Fukushima tras el terremoto en Japón.
Los investigadores comprobaron con un radiómetro submarino, en una región situada a 13 grados Sur, que la luz alcanza los 200 metros de profundidad, cuando lo normal es que no llegue ni a los 100. Datos que la hacen la mayor transparencia medida hasta el momento
La radiación ultravioleta penetra hasta los 60 metros de profundidad en dosis suficientes para causar mortalidad en las células que forman el plancton.
Susana Agustí, investigadora del CSIC y jefa científica de las etapas de la expedición que van desde Perth (Australia) hasta Honolulú (Hawai), puntualizó que «el aumento de la radiación ultravioleta podría deberse a la destrucción parcial de la capa de ozono«.
Esta explicación es coherente con «resultados recientes que muestran que la biomasa (materia orgánica producida por el fitoplancton) ha disminuido en el océano en las últimas décadas», añadió el coordinador de Malaspina, Carlos Duarte.
La expedición llegó el pasado 8 de mayo a la capital hawaiana, completando su quinta etapa. En el viaje han recogido más de tres millones de datos de temperatura, salinidad, oxígeno, fluorescencia y velocidad de la corriente, desde la superficie hasta los 4,000 metros de profundidad.
Además, han realizado de forma continua unos 250,000 registros de temperatura y salinidad de las aguas superficiales.
Duarte recordó que se han detectado, con otros estudios, radioisótopos en la costa oeste de Estados Unidos y en Europa. Esos isótopos de cesio «deben de estar entrando en el océano en cantidades pequeñas, muy lejos de los niveles que causarían riesgo para las personas», dijo.
A bordo viaja un ilustrador, Miguel Alcaraz, quien ha documentado a través de dibujos de acuarela la flora, las líneas de costa y los organismos marinos capturados por los científicos.
El buque Hespérides, que partió el 15 de diciembre de 2010, ha completado más de las dos terceras partes de su vuelta al mundo, que finalizará en Cartagena, España, a mediados de julio.
Además del Hespérides, otro buque, el Sarmiento de Gamboa, perteneciente al CSIC, forma parte de la expedición, pero en el oceáno Atlántico. Ambos barcos acumularán cerca de nueve meses de navegación y 33,000 millas náuticas, dio a conocer la institución.