http://de-avanzada.blogspot.com.es/2016/07/Iglesia-paramilitares.html
http://de-avanzada.blogspot.com.es/2016/07/Iglesia-paramilitares.html
http://www.noticiacristian
a.c
La Biblia dice en Génesis 19: 24 que Dios destruyó Sodoma y Gomorra al hacer llover fuego y azufre sobre ambas ciudades, pero recientemente la NASA, ha formulado algunas preguntas como: ¿Hay una explicación plausible de lo que la Biblia dice acerca de Sodoma y Gomorra? ¿El azufre y el fuego que cayó del cielo y la mujer de Lot que se convirtió en estatua de sal tienen una base científica?
Un número de astrónomos creen que la destrucción de Sodoma y Gomorra está relacionada con la actividad de un cometa.
El Dr. John S. Lewis, profesor emérito de Ciencias Planetarias de la Universidad de Arizona y co-director del Centro Espacial de la NASA de Investigación de Ingeniería de la Universidad de Arizona, es un científico que cree que la destrucción de Sodoma y Gomorra fue causada por un bombardeo cósmico según en su libro: Rain of Fire and Ice: The Very Real Threat of Comet and Asteroid Bombardment.
“La lluvia de fuego desde el cielo, podría ser una descripción de la ruptura y la desintegración de un cometa en la atmósfera de la Tierra por encima de estas ciudades antiguas, ya que grandes trozos de material rocoso y de hielo cayeron desde el cielo, esto sería visto como lluvia de fuego desde el cielo.
Además, el material cometario es rico en azufre. Incluso una caída de meteoritos pequeños puede producir un olor a azufre que es tan fuerte que casi lo ahoga a uno”, dice el científico que a continuación plantea.
Pocos comentaristas de la Biblia han comprendido el verdadero significado de lo que se describe en esta frase sobre el fuego y el azufre que cae del cielo. (La actividad volcánica no puede ser utilizada para explicar el fuego y el azufre, ya que no hay volcanes o depósitos volcánicos en la región.) En un esfuerzo por explicar esta frase, algunos han dicho que la destrucción de Sodoma y Gomorra fue causada por un terremoto que de alguna manera explosiva, encendió el gas metano y el azufre que se encuentra en los depósitos locales de alquitrán y se disparó hacia el cielo.
Sin embargo, la actividad sísmica de este tipo no tiene precedentes y poco plausible en términos de geología. Para aquellos familiarizados con la astronomía y la literatura antigua, la expresión “fuego cayendo del cielo”, no es una expresión críptica ni un recurso literario que necesita algún tipo de explicación fantasiosa, sino que es una frase descriptiva simple. “El fuego del cielo”, es una descripción exacta de material cósmico, ya sea un meteorito, asteroide o cometa, que quema en la atmósfera (“fuego”), y que viene a golpear la Tierra.
Otras indicaciones de que un bombardeo de cometas se llevó a cabo durante la destrucción de Sodoma y Gomorra viene de Génesis 19:28. “Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno”. El “humo de un horno”, habla de la nube que sale ardiendo que apareció después del impacto de un cometa explosivo.
Un terremoto que abre una fisura posible, no produciría una nube altísima, ardiente, ni crearía los nódulos de azufre encerrados en las cenizas que se encuentran en el área.
El impacto de incluso un pequeño fragmento cometario sobre Sodoma y Gomorra, podría liberar la energía equivalente a la explosión de bombas de hidrógeno y levantar una nube de hongo como el de las explosiones nucleares. Tenga en cuenta que la Biblia también usa la expresión “el humo de un horno” en Apocalipsis 9:1-2, al contar cómo una estrella (un cuerpo luminoso celestial – un cometa) del cielo cae a la tierra, y abre un gran hoyo (cráter de impacto).
Se dice que el humo va a surgir del pozo como el humo de un gran horno y el aire se oscurecerá y el sol se oscurecerá por el humo. Sin duda todo esto describe un impacto de un cometa explosivo.
Respecto a lo que le ocurrió a la mujer de Lot que se convirtió en estatua de sal, inminente la destrucción era lo suficientemente cerca como para ser “consumido”, Génesis 19:26 dice: “Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal”. La palabra hebrea traducida como “sal” es la palabra “Malach” (# 4417 en la Concordancia Strong) que significa “polvo”, como algo “pulverizado” como la sal o polvo, es decir la esposa de Lot, miró atrás, a sus espaldas, y ella se convirtió en una columna de polvo”.
Ahora este verso adquiere un nuevo significado, porque los impactos de cometas aumentan y producen gran cantidades de polvo. Después de un impacto en la atmósfera se deshacen, pero estos impactos producen vientos feroces que contienen los granos de polvo sobrecalentados que se disparan desde el lugar del impacto como el “aumento de la base”.
Cualquiera que sea sorprendido en este aumento en la distancia justa posiblemente podría ser asfixiado y cubierto por el polvo caliente y convertido en un pilar de polvo después de que el polvo se enfría y se endurece. Esto es recordativo de los cubiertos por la ceniza y el polvo cuando una erupción volcánica cayó sobre la ciudad italiana de Pompeya, finaliza el científico.
Miles de millones de cristianos creen que Cristo fue crucificado, sepultado y luego resucitó nuevamente.
Esta es la base para la fe cristiana. ¿Qué pasaría si Jesús hubiera sobrevivido a la crucifixión? ¿Sería esto una blasfemia pura o hay una razón detrás de este supuesto? Hay evidencia en los evangelios mismos, que dicen que Cristo pudo haber sobrevivido la crucifixión y que la crucifixión, para decirlo sin rodeos, fue un “fraude”.
El escritor e investigador Michael Baigent, autor de la Sagrada Sangre – Santo Grial (Holy Blood-Holy Grail), y otros estudiosos creen que los evangelios son sospechosas a la teoría de la supervivencia de Cristo. Él dice que sus teorías no tienen la intención de ofender, pero hay que mantener una clara distinción entre el Jesús de la historia y el Jesús de la teología, a pesar de que el Jesús de la teología se basa en el Jesús histórico.
Sólo se puede encontrar la figura del Jesús de la historia hurgando en varios documentos históricos, uno de los cuales es el Nuevo Testamento.
En la teoría de la supervivencia de Jesús, hay una serie de pistas que ayudan a apoyar esto, pero hay dos pistas principales que son las más fuertes.
Seguir leyendo ¿SOBREVIVIÓ JESÚS A LA CRUCIFIXIÓN? Investigaciones APOYAN esta teoría
http://www.antrophistoria.com/2016/06/que-misterios-oculta-la-capilla-sixtina.html
La obra magna del Renacimiento erigida durante el pontificado de Sixto IV esconde más secretos de los que creemos
Dios-cerebro en la creación de Adán de Miguel Ángel |
En la estancia de la Capilla Sixtina, a lo largo del tiempo, han intervenido numerosos artistas, pero nos vamos a centrar en la figura de Michelangelo Buonarroti, más conocido como Miguel Ángel.
Miguel Ángel es uno de los artistas más polifacéticos en la Historia del Arte. Pese a su carácter huraño recibió numerosos encargos y proyectos, entre los que destacaron la decoración de la Capilla Sixtina. Se encontraba trabajando en Florencia cuando el papa Julio II requirió sus servicios para decorar esta estancia.
En la bóveda de la capilla desarrolló nueve escenas del Génesis y del Juicio Final, en el que trabajó pintando de espaldas y sobre un andamio bastante elevado, todo ello enmarcado con profetas y sibilas, y temas relacionados con Cristo.
Pero la escena que nos interesa es La creación de Adán, en la que aparece Dios representado como un hombre mayor ,acompañado por ángeles y por Eva, que espera pacientemente para recibir la chispa de la vida. Todo ello envuelto por una especie de manto vaporoso que alberga en su interior a todos los personajes.
En el otro extremo aparece Adán recostado sobre la Tierra, sin fuerzas, esperando a ser insuflado de vida por Dios.
Esto es, a grosso modo, lo que muchos conocemos de este fresco, pero también sabemos que a Miguel Ángel, como coetáneo de Da Vinci, le fascinaba la anatomía y tenía especial interés por diseccionar cadáveres. Si a esto le sumamos la antipatía que sentía por el papa Julio II y el racionalismo que había heredado de los Medici, tenemos una obra tan sublime y perspicaz como esta.
La creación de Adán de Miguel Ángel |
Al parecer, el artista dotó de simbolismo a esta pintura, interpretando el conjunto que forman Dios y los ángeles como un cerebro humano, lo que significa que Dios no es dador de vida sino que el hombre goza de una inteligencia suprema de la que Dios no participa.
La tela o el manto que envuelve al conjunto sería la duramadre, una membrana que cubre el cerebro y lo separa del cráneo. Dios atraviesa todo el cerebro desde el lóbulo central hasta el tallo cerebral y el cerebelo, pasando por el tálamo, fórnix, cuerpo calloso y circunvolución cingulada, que tiene la misma forma que el brazo que sujeta a Eva.
Hay numerosos expertos que han hablado sobre esta hipótesis señalando algunas nuevas, como es el caso de Ian Suk y Rafael Tamargo, que indicaron que en el fresco de la separación de la luz y de las tinieblas aparece un Dios en escorzo, con los brazos levantados en el primer día de la creación en el que se “hizo la luz”. Estos expertos descubrieron que en el cuello de Dios aparece una representación del cerebro y de la médula espinal que se extiende hasta el abdomen.
En este fresco se identifican el quiasma óptico, el puente de Varolio, el lóbulo temporal, las pirámides del bulbo raquídeo y un pedúnculo cerebral. Estasprotuberancias en el cuello están firmemente iluminadas para ser el centro de atención. Además, en este fresco, el cuello no está pintado como debería siendo el artista uno de los más diestros en cuanto anatomía se refiere, por lo tanto hace pensar que nuestro querido Michelangelo encubrió estos símbolos adrede.
¿Crees que Miguel Ángel pintó estos símbolos a propósito? O, por el contrario, ¿crees que es una teoría disparatada?
http://cuadrivio.net/artes/el-ciclo-infinito-el-laberinto-de-la-catedral-de-chartres/
El periodo gótico fue sumamente enriquecedor por su innovadora estética, sus estructuras imponentes y majestuosa arquitectura. Dentro de su amplia evolución en el área de la arquitectura, especialmente en Francia, la Catedral de Chartres se erige como una de las más bellas e interesantes manifestaciones góticas.
Daria Moreno Davis
El periodo gótico fue sumamente enriquecedor por su innovadora estética, sus estructuras imponentes y majestuosa arquitectura. Dentro de su amplia evolución en el área de la arquitectura, especialmente en Francia, la Catedral de Chartres se erige como una de las más bellas e interesantes manifestaciones góticas. De igual forma, se inserta en un largo conjunto de laberintos eclesiásticos. La inclinación hacia este símbolo universalmente desarrollado recae principalmente en sus amplias representaciones y su constancia a lo largo del tiempo. Los alcances de este concepto han trascendido las disciplinas y las creencias, integrándose en sistemas de sincretismo y adaptación, fungiendo como alegoría y metáfora. Por lo tanto, gracias a la catedral de Chartres ubicada en Francia, nos acercaremos al caso del laberinto contenido en ella.
Tratemos definir qué es un laberinto. Puede parecer confuso en primera instancia, ya que el uso metafórico de la palabra es ampliamente utilizado. Desde Platón la imagen está presente, sin embargo, ésta no siempre se plasma en un dibujo trazado. La expresión pictórica aparece en determinados períodos históricos, lo cual habla de momentos de florecimiento del concepto. En un intento definitorio, el Oxford Dictionary habla de un «camino complicado, irregular, con muchos pasadizos, a través o alrededor de los cuales es difícil encontrar el camino sin un guía»; del Dizionario de Nicola Zingarelli, edición 1963, recogemos que es un «sitio en el que no encuentra manera de salir. Embrollo, Enredo, Lío, Confusión». Sin embargo, ninguna definición resulta completamente satisfactoria, ni para Méndez Filesi ni para Santarcangeli, estudiosos de estas estructuras. Esto se debe a que hay laberintos de los cuales siempre se puede salir, no siempre es un sistema de caminos y la meta no siempre es salir de él, a veces es llegar al centro, al corazón del laberinto.
Por otro lado, el camino no siempre es tortuoso ni engañoso. Tampoco necesita de muros de concreto o de plantas, puesto que puede estar dibujado. Nuestro objeto de estudio resulta laberíntico, y sería engreído buscar dar una definición final. Santarcangeli concluye en llamarlo un «Recorrido tortuoso, en el que a veces es fácil perder el camino sin un guía». Asimismo, este escrito sólo pretende ser un acercamiento a un caso preciso dentro de las muchas expresiones laberínticas.
Primero, cabe recordar un poco la tipología de esta expresión. No siempre es construida por el hombre, pues existen laberintos naturales, otros artificiales y otros más, mixtos por sus condiciones de desarrollo y construcción. Los hay casuales, secundarios e intencionales, curvos, mixtos, rectangulares… y la lista continúa. Tratando de ser someros, nos reduciremos a dos principales estudiados por Méndez Filesi: dando predominancia al elemento de un recorrido seguido en el camino que separa el inicio de la meta, habla primero de uno donde no se debe tomar ninguna decisión pues sólo existe una vía posible. Sin encrucijadas, aunque dé muchas vueltas, estos son llamados laberintos unidireccionales, en inglés labyrinth. Al contrario, cuando el recorrido se bifurca en senderos que pueden terminar en callejones sin salida, habla de laberintos multidireccionales, llamados en inglés maze o en alemán, irrgarten. La diferencia radica en la naturaleza del reto propuesto por el recorrido. En el primer caso, es necesaria la voluntad y la perseverancia, a menos de que se integre la presencia de una criatura terrible, pues en ese caso, no hay donde esconderse. Los segundos, necesitan de herramientas como la inteligencia, la memoria o incluso, la fortuna. Entonces, el monstruo sería el propio laberinto, pudiendo existir sin lógica alguna. Mientras que estos fueron más usados a partir del Renacimiento, los primeros se presentan más cercanos de la religión cristiana pues suponían la fortaleza de la fe para superar adversidades y tentaciones, lo cual habla de un gran uso durante la Edad Media. Este es el caso que nos interesa.
Así como existió –y aún existe- una fuerte asociación en el pensamiento romano, del nombre de Troya con el laberinto, una identificación similar sucedió con la ciudad de Jerusalén. Esta última se desarrolló durante el Medioevo, donde el hombre consideraba dos urbes como las ciudades antiguas por excelencia, Roma en el sentido histórico-temporal y Jerusalén en el religioso-místico. La primera se ubicada al centro a causa de la creencia de que el mito de Teseo había tenido lugar en Grecia de la época más remota. Esta Grecia era relacionada con el ciclo de leyendas homéricas, que funcionaban bajo el centro impulsor de Troya. Cnosos y Creta fueron relegadas y Atenas no conoció su apogeo hasta los humanistas.
Por otro lado, la identificación con Jerusalén reside en tres factores según Santarcangeli. Primero, el carácter de ciudad santa y sagrada, centro de vicisitudes terrenales y de las enseñanzas del Redentor. Segundo, por su calidad como meta última del peregrinaje a Tierra Santa. Tercero y último, por reconocerse como símbolo terrestre de la cuidad perfecta, celestial, lugar de redención del alma y de la presencia de Dios. A las representaciones de fe se agrega la cercanía y paralelo con dos peregrinaciones: una física, la del viaje hasta el Jerusalén terrestre, peligrosa y a veces mortal; y una espiritual, la del camino del alma, llena de tropiezos y tentaciones, monstruos y demonios, para llegar con gracia a la Jerusalén celestial.
Otro factor de suma importancia, es el de las condiciones políticas del Mediterráneo que dificultaron e incluso prohibieron el viaje hacia Jerusalén. Por lo cual, se llegaron a crear, inventar, nuevos espacios de peregrinación en Europa. Muchos cobraron fama instantánea, como lo fue Roma, pero muchos creyentes en situaciones limitantes no podían considerar estas peregrinaciones. En un recurso intelectual típicamente medieval y desde la acepción de la peregrinación impedida se consideró la construcción en catedrales de recorridos de áreas delimitadas que contuviesen un camino material y simbólicamente largo y engañoso. Es así que nacieron los laberintos en las iglesias. El centro se mantuvo como Jerusalén, y el trazado era incluso llamado chemin de Jhérusalem o lieu de Jhérusalem.
Es esencial recordar que gran parte de la influencia laberíntica en Occidente proviene del mito griego de Teseo y del Minotauro. Sin tardar demasiado en narrar la historia, recordemos simplemente que de todos los hombres que entraban al laberinto donde Minos había confinado al hijo de Pasífae, Asterión el Minotauro, solamente el príncipe de Atenas, Teseo logró salir con vida. Esto gracias a la ayuda de Ariadna, hija del rey de Creta, a través del famoso hilo. Ahora bien, tanto la imagen de la lucha como la del laberinto han atravesado siglos y sufrido transformaciones interesantes. Dentro de las catedrales se exponen los casos de las que derivaron de la religión cristiana.
Los romanos transportaron el concepto del laberinto a lo largo del Imperio y, para entonces, éste había adquirido un fuerte carácter protector y también se había consolidado su identificación con el mundo de los muertos, como se percibe en la Eneida de Virgilio. Al igual que sucedió con la cultura, el laberinto casi desaparece cuando, a finales del siglo V, el Impero romano de Occidente se desmoronó ante la presión de los pueblos bárbaros. Empero, la cultura sobrevivió en una transición donde regresó a sus formas más primitivas. Así, el laberinto resistió camuflado en alegorías cristianas y hacia el siglo XIII, resurgió con nuevos significados.
Desde el siglo XII se acostumbró en Italia incluir laberintos como partes fundamentales de la decoración de los edificios religiosos, hecho que se repitió en muchas catedrales francesas en el siglo XIII. En el capítulo dedicado a los laberintos católicos, Méndes Filesi hace un recorrido por los primeros laberintos de este tipo. El más antiguo es el de la iglesia de Saint Reparatus, en Orléansville, Argelia: Tras la caída del Imperio romano, esta basílica del siglo IV quedó abandonada y sufrió graves desperfectos. En uno de los mosaicos se encontró posteriormente, un laberinto inspirado en los modelos romanos, adoptando la habitual planta cuadrada dividida en cuatro partes. El mosaico tenía un sorprendente juego de letras al centro que formaban un ingenioso artificio literario conocido como el cuadrado Sator. En forma de cruz partiendo desde el centro se puede leer repetidas veces la frase: sancta eclesia. El mensaje por lo tanto es que todos los caminos conducen a la santa iglesia y a Dios. La presencia de este talismán al centro de un laberinto puede ser explicada por las propiedades apotropaicas de los ejemplares romanos, reforzando la magia del cuadrado central.
Sin embargo, suponiendo un sincretismo, se puede seguir una evolución en el mensaje trasmitido por este laberinto. Los laberintos son mencionados en los textos de los primeros autores cristianos como metáforas del error, de la confusión, denotando en el ámbito cristiano herejía y pecado. El autor propone que el origen de esta metáfora puede provenir de la ahora perdida obra de Hipólito, e ilustra su conjetura con una cita significativa de San Jerónimo: «Pasamos de la oscuridad a la oscuridad más grande y, como a Moisés, nos envuelve la tiniebla; el abismo invoca al abismo con el sonido de las cataratas de Dios; y, en círculos, el espíritu debe girar hacia delante y hacia atrás en sus propios giros. Sufrimos errores laberínticos y avanzamos pasos ciegos gracias al hilo de Cristo».
La idea de confusión sugiere también un sincretismo con el mito de Midas. Así, el significado inicial de los laberintos medievales fue el concepto de la confusión, el error, el pecado y la herejía, simbolizando las dificultades del camino recto de la virtud. En medio del abismo parece alzarse la Santa Iglesia como protectora del mal, buscando que no se pierda la fe para así encontrar la salvación. El segundo laberinto está en un templo de Cnido, al sur de Turquía. Rodeado de símbolos cristianos como la cruz, la palmera, las letras alfa y omega y la inscripción en griego: Kytrie boethei (Dios, sálvanos). De esta forma, los laberintos sobrevivieron en el bagaje cultural occidental habiendo experimentado nuevos significados. Cuando se incluyeron en las decoraciones de las iglesias ya llevaban tiempo en el simbolismo cristiano medieval. De esta forma, fueron adquiriendo nuevos matices en cuanto a sus significados alegóricos.
Gracias a la recopilación laberíntica del investigador Hermann Kern se encontró un laberinto en cuyo centro se encuentra Teseo luchando contra el Diablo, imagen interesante que ha dado el lugar del Minotauro a Satanás y el de Teseo a Jesús, derivando el laberinto en el infierno. No obstante, esto no es excepcional, el laberinto medieval adquirió diferentes significados y el del Infierno es uno central. El sincretismo pudo haberse dado de varias formas, aunque la verdadera permanece incierta. Sin embargo, cuando cayó el Imperio romano, la Iglesia condenó por paganismo a muchos autores clásicos, entre ellos, Virgilio. Pero a raíz de varias contradicciones y dificultades terminaron por convertir al cristianismo los textos paganos, buscando en ellos metáforas y alegorías sobre los inicios de la fe cristiana. Finalmente, el mito de Teseo fue interpretado como una alegoría de la lucha entre Jesús y Satanás.
Otro ejemplo de dicho sincretismo es el del laberinto de Saint Omer cerca del Canal de La Mancha en Francia, donde un laberinto de planta cuadrada que presentaba en su centro una cruz erigida, terminó por representar el descenso de Jesús al Infierno, es decir el laberinto, donde la cruz existe como marca de triunfo. Victoria sobre Satanás y sobre la Muerte, pues narra la resurrección del Hijo de Dios.
Para llegar a Chartres es necesario empezar con los laberintos relacionados con las festividades de Pascua. Muchas de las elaboraciones laberínticas sirvieron para la calendarización y regulación de ciertas fiestas religiosas. Así como lo muestra el ejemplo de Saint Omer en su relación con los días de la resurrección. El Domingo de Pascuas, el día de la resurrección de Jesús, debía ser calculado con consideraciones astronómicas que comprendieran una comparación entre el calendario solar de Occidente y el lunar de los hebreos. En muchos de los libros que recopilaban las tablas que llevaban estas inscripciones se encontraron ilustraciones de laberintos. Por otro lado, la investigadora Penélope Reed Doob menciona una relación con la Pascua a través de rituales de danza semiclandestina de algunas catedrales francesas como la de Auxerre. Última que contenía un laberinto casi replicado del presente en Chartres donde varios monjes celebraban una danza en Pascuas. Prohibida en 1538 por sus tintes paganos, no ha sido bien documentada. Mas existe información que habla de esta conmemoración como clérigos que danzando en torno a un laberinto, se pasaban un balón entonando la canción de la Victima paschali laudes, en la que serecordaba la victoria de Jesús contra la Muerte.
No es posible afirmar que esta ceremonia se llevara a cabo en catedrales como Chartres o Sens (donde el laberinto fue destruido en el siglo XVIII). Pero las danzas pueden ser interpretadas nuevamente bajo el sincretismo entre Teseo y Jesús en su victoria sobre el Diablo –Minotauro-.
La catedral de Chartres
La antigua catedral de Chartres fue destruida por un incendio en 1194 y lo único que sobrevivió fue la cripta, protegiendo así la reliquia que se mantenía en su interior, la Sancta Camisia, un trozo del vestido que llevaba la Virgen María al alumbrar al niño Jesús. Agradecidos por el milagro, el rey, el obispado y varios gremios ciudadanos promulgaron la reconstrucción de la catedral. Aunque la inauguración final fue en 1260, la construcción fue rápida para la época.
El resultado fue admirable y presentaba una catedral gótica de hermosas proporciones. La planta cruciforme se organiza en tres naves. La cabecera, al este, contiene un deambulatorio radial con cinco capillas semicirculares. Por su lado, la bóveda es de las más altas construidas hasta la fecha. Retomando características de la arquitectura gótica, la catedral está soportada por un sistema de arbotantes en el exterior. La tribuna fue suprimida dejando tres niveles en el alzado de la nave, las arcadas, el triforio y los ventanales. El Triforio tiene cuatro arcos por sección. Los ventanales constan de dos vanos y un imponente rosetón que repite la estructura de la puerta principal. Las vidrieras son famosas por sus colores azules, especialmente en la llamada Ventana de la virgen azul (Notre Dame de la Belle Verrière). Tanto la fachada principal como el pórtico real y las fachadas son elementos de gran interés… Pero regresemos a nuestro laberinto. Éste está ubicado cerca de la entrada y justo en la nave central de Chartres. La planta está inspirada en los modelos circulares de los códices del siglo XI, mide 12,88 por 12,9 metros de diámetro con un ancho de 40 centímetros (aunque las medidas son un elemento de polémica discusión), para llegar al centro el recorrido consta de once niveles.
El centro solía albergar una placa de bronce que representaba la lucha de Teseo contra el Minotauro, sin embargo, esta fue destruida a finales del siglo XVIII durante la Revolución francesa. El camino hacia el centro se forma por 276 baldosas blancas de piedra caliza, que se delimitan por pequeñas piedras de mármol de color azul oscuro, casi negro. El sendero se interrumpe cada noventa grados, de forma que los muros arman una cruz que preside el laberinto. En el centro se distribuyen seis semicírculos que parecen ilustrar un árbol o una flor de pétalos lobulados.
Este diseño circular es representativo de la mentalidad e ideología de la época. Los intelectuales cristianos daban gran importancia a las matemáticas y a la geometría por ser manifestaciones de la sabiduría divina en la creación del Universo, y decidieron incorporarlas al mundo simbólico. El círculo devino en una figura preponderante asemejando la eternidad de Dios que no tiene ni principio ni fin (es el alfa y el omega). De igual manera se creía que el Universo era constituido por una estructura circular que giraba en torno a la Tierra, que permanecía estática al centro. Dicha visión geocéntrica del cosmos se mantuvo durante siglos, hasta que Copérnico demostrara lo contrario en el siglo XVI. Además, era creído que los astros y los cuatro elementos se ordenaban en doces esferas concéntricas. Bajo la Luna, estaría la tierra, el agua, el fuego y el aire. Sobre la Luna-considerada como planeta- estaría Mercurio, Venus, el Sol, Marte, Júpiter y Saturno. Cubriendo la bóveda celeste estarían las estrellas inmóviles.
Hablemos ahora de las interpretaciones del laberinto. Primero, y puesto que este consta de once vueltas- número imperfecto- cuando se agrega el centro o los semicírculos, la cifra aparece más cercana al doce, así como las esferas en el cielo. Esta visión propondría la simbolización del Universo. Una segunda acepción es la del laberinto apocalíptico. Por su forma y su tamaño, este laberinto se relaciona con el rosetón ubicado en la pared oeste de la catedral. Incluso la distancia muestra una relación matemática precisa que forma un triángulo isósceles. Ya sea coincidencia o voluntario, tanto el rosetón como la puerta principal del pórtico y el laberinto forman una unidad visual donde los tres puntos crean una puerta de entrada al altar para el creyente. Así como en el rosetón, en el centro del pórtico de la fachada destacan escenas del Apocalipsis. En la fachada, aparece Jesús sentado sosteniendo en la mano un libro cerrado con siete sellos. Al romperlo, sucederán los acontecimientos que llevarán a la instauración del reino de Dios. Por lo tanto el pasaje llena de simbolismo y metáforas a la catedral.
Esta posible relación del pasaje del Apocalipsis con el laberinto puede terminar de adquirir sentido si se vincula con otra catedral en la antigua abadía de Nuestra Señora de San Remy, en Rochefort, Bélgica. Ahí, se reprodujo en 1991 una réplica casi exacta del laberinto presente en Chartres. Con el ligero cambio de que en el centro, en lugar de encontrar a Teseo luchando contra el Minotauro, vemos una ciudad amurallada con varias puertas, tres de cada uno de los cuatro lados. Como hemos mencionado, los romanos relacionaron la ciudad de Troya con los laberintos, pensamiento que fue transferido en la Edad Media a la relación con otro ciudad legendaria, Jerusalén- otras de las ciudades laberintizadas fueron Babilonia y Jericó-. Desde la Biblia se propone la visión de dos Jerusalén, una terrenal y una celestial, y el Apocalipsis cuenta que esta última bajará cuando el reino de Dios se haya instaurado en la Terra para que los hombres justos vivan felices. San Juan describe en sus textos esta ciudad de forma semejante a la representación central del laberinto. Esta deviene entonces en el triunfo universal de Jesús después del fin, ilustrado como la Jerusalén celestial en Saint Remy y como la victoria de Teseo en Chartres.
Por lo tanto, el mensaje de Chartres podría ser, sucesivamente, el del fin de los tiempos, la condena eterna para los pecadores y luego la solución tras el Juicio: El laberinto sería un espacio maravilloso para aquel fiel que no se perdió en el camino y que logró recorrerlo completo con fe y perseverancia. Incluso ahora, la relación con las Pascuas y el laberinto se ven justificadas ya que ambos casos tratan del logro de Jesús sobre el mal y la muerte. Incluso cabe mencionar que Jesús se describe en el pasaje del Apocalipsis de Juan como un cordero sacrificado, así como narra la letra de la canción que mencionamos, la Victima paschali. Esto es porque muriendo es cómo derrota a la muerte, abre las puertas del Cielo y permite a los hombres alcanzar la Jerusalén celestial, el centro del laberinto, la meta.
Un eco final al sincretismo de la fe y por lo tanto de sus diversas expresiones radica en la celebración de Pascuas que conmemora la resurrección de Jesús. Méndes Filesi nos recuerda que, celebrada en primavera, es el regreso de la fertilidad agrícola tras la muerte del invierno, es cuando Perséfone huye del Hades con la danza del géranos, la danza de Auxerre. La victoria de la vida sobre la muerte del sacrificio de Jesús y su celebración en la Pascua no sincroniza de forma gratuita con el periodo fértil de la tierra. Por su parte, los griegos festejaban este triunfo vital con la danza de géranos, donde evocaban el regreso de la primavera tras el invierno, es decir, después de que Teseo hubiera derrotado al Minotauro en el laberinto, reino de la muerte. Los clérigos de Auxerre, Sans y Chartres seguramente retomaron parte de este concepto para la Pascua. De esta forma, gracias al laberinto, la muerte de Jesús y la derrota de Satanás traen la vida, el Universo se renueva y con ellos el laberinto (siempre) infinito.
El laberinto cristiano ha sufrido varias transformaciones en la historia del arte, desde sus orígenes y sincretismos griegos y paganos asumiendo en el camino nuevos significados alegóricos. Así, Jesús toma el lugar de Teseo como héroe frente a la oscuridad, el error y la confusión, y la lucha del Minotauro se convirtió, en parte gracias a La Eneida, en el enfrentamiento entre Jesús y Satanás. El laberinto entra a escenificar el infierno, el mundo del pecado y muerte, incluso el mundo entero o el Universo, donde Jesús triunfa también tras el Apocalipsis y el descenso a la Jerusalén celestial.
–http://ordendeltiempo.blogspot.com.es
Jesús de Nazaret, o en hebreo llamado Yeshua, sin lugar a duda fue uno de los pocos hombres que cambiaron el transcurso de la Historia tan solo con su existencia. ¿Pero que sabemos de Jesús?. Lo único que sabemos es lo acontecido en los Evangelios y con escasa información fuera de ellos, siendo la conocida arqueología bíblica su principal fuente histórica lejos de los textos sagrados.
Mucho se ha escrito sobre la asimilación por parte del cristianismo primitivo la adopción de diversos ritos de otras religiones así como cultos que posteriormente fueron cristianizados. Ejemplo de esto fueron los antiguos dioses paganos como los grecolatinos quienes fueron asimilados por los primeros santos. Un ejemplo muy fácil de encontrar y asimilar esto en una etapa muy cercana a nuestro tiempo lo podemos ver en Latinoamérica y la gran importancia que tienen la creencia en los santos, los cuales adoptaron las ancestrales facultades divinas de los antiguos dioses americanos.
Otro ejemplo muy fácil lo podemos ver en nuestra representación de la Virgen María con el niño Jesús, en su origen esa representación no era otra que la propia diosa Isis con su hijo Horus. Y no será la única ocasión donde los ancestrales dioses egipcios irán prácticamente de la mano del cristianismo.
No olvidemos la gran influencia egipcia que tuvo en el Pueblo de Israel para comprender lo que hoy son. Si vemos en el Antiguo Testamento no podemos obviar os 400 años de esclavitud, después las diversas guerras del Reino de Israel que tuvo con Egipto, a su vez cuando se vio sometido a Mesopotamia y por última gran influencia con la aparición de Alejandro Magno y su Alejandría egipcia donde levanto la antigua Biblioteca, principal centro cultural del Mundo Antiguo. Por todas partes del imperio alejandrino se llevaron hasta Alejandría los principales libros de conocimientos. Desde escrituras de los cultos a Visnú, Khrisna, Mitra e incluso algunas obras budistas. Todo este conocimiento iba recorriendo las principales rutas de comunicación e Israel estaba a medio camino de Egipto y de la India con el resto de Asia.
A su vez tampoco debemos olvidar donde se dirigió a Sagrada Familia después de nacer Jesús e incluso muchos estudiosos en el cristianismo señalan que permanecieron en aquella tierra entre los cuatro y los siete años de vida de Jesús.
“El Ángel del Señor se apareció en sueños a José, y le dijo: Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarle” (Mt 2.13-16)
Y será en Egipto donde el Hijo de Dios conozca a otro «hijo» como él. En este caso hablamos del dios Horus quien nació de una madre virgen, la diosa Isis, mediante poderes divinos.
Cuando Horus nació Isis tuvo que huir de Egipto y entregarle al recién nacido en manos de del dios Tot, dios de la sabiduría, quien lo tutelo para que el niño dios adquiriese todo el conocimiento posible para el posterior enfrentamiento con Seth. Horus fue asesinado en su vida adulta y posteriormente resucitó de entre los muertos. A su vez forma parte de una triada divina. Osiris (Padre de Horus), Isis y Horus.
Otro elemento destacable es el símbolo de la cruz egipcia, conocida en Egipto como «cruz de vida» un culto milenario antes de la aparición del símbolo cristiano. Debo de comentar que el símbolo de la cruz estaba relacionada con el culto solar y las primeras «cruces» están datadas desde el paleolítico por este motivo fue que los pueblos americanos ya conocían el símbolo de la cruz cuando los españoles llegaron a América. La cruz «romana» no era más que la muerte como humillación mirando al sol y que este fuera quemando la piel al condenado a muerte además de deshidratarlo.
Muchos señalan mediante algunos textos apócrifos que Jesús durante su niñez en Egipto tuvo acceso a este conocimiento milenario. Primero como ya he comentado en Alejandría se encontraba la Biblioteca en donde estaba un ejemplar de la Torah (Antiguo Testamento), además de diversos eruditos judíos que ayudaban a la traducción a las diversas lenguas del Imperio Romano, junto con poder acceder a las grandes obras de la filosofía griega por lo tanto existía en Egipto una importante comunidad judía, en segundo punto tenemos que dirigirnos al Evangelio Apócrifo de Santo Tomás donde se relata cómo San José le buscaba tutores a Jesús pero estos no podían responder a las cuestiones que les preguntaba Jesús, pues no comprendía como un niño de tan corta edad podía tener unos conocimientos que ni ellos tenían. En último lugar y de nuevo en los Evangelios canónicos vemos a la perfección de la «tutela» del «dios Tot» en Jesús en el momento en el que este tiene 12 años y asiste al Templo de Jerusalén donde todos los rabinos se quedan asombrado de lo que aquel joven manifiesta.
Pero a partir de ese momento Jesús no vuelve a aparecer hasta que el tiene treinta años. ¿Dónde estaba?¿En Egipto? Según diversas leyendas egipcias cada mil años resurge una sociedad secreta conocidos como «Sabios Azules» quienes buscan a un recién nacido con el fin de enseñarle el conocimiento absoluto e incluso el poder de derrotar a la muerte, en otras palabras el poder de la inmortalidad. Este elegido tiene que nacer bajo un acontecimiento astrológico que solo aquellos capaz de leer el cielo pueden saber quién es el «elegido».
Unos sabios que siguen a una estrella y le entregan oro simbolizando poder real, incienso simbolizando el conocimiento divino y la mirra un elemento que simbolizaba la muerte, pero un muerte que sería derrotada.
¿Eran los Reyes Magos estos extraños Sabios Azules?
A su vez debemos de señalar un dato importante de la vida de Jesús que coincide a su vez con un ritual egipcio conocido como Heb Sed. El Heb Sed no era más que un ritual de celebración que solo recibían los faraones al cumplir los treinta años de reinado como símbolo de renovación divina, fuerza física y sobrenatural del faraón crecía. Un ritual digno de los herederos de los antiguos dioses egipcios, unos dioses que cuentan las antiguas leyenda que fueron instruidos por estos Sabios Azules.
Como he señalado antes, Jesús reapareció en la vida pública con treinta años justamente cuando finalizaba la tutela de los Sabios Azules.
Hace menos de trescientos años nació un hombre la misma noche que un cometa cruzo los cielos, un hombre que fue destinado en campañas militares a Egipto cuando rondaba los treinta años, un hombre que escucho como las antiguas creencias egipcias aun existían en el cristianismo, un hombre quien dicen las malas lenguas fue invitado por los Sabios Azules a charlar y después pasar toda una noche en el interior de la gran pirámide de Gizah. Ese hombre era Napoleón Bonaparte, pero esto es digno de otro post.
Jesús de Nazaret el último gran faraón de la tierra de las pirámides, de Egipto.
http://www.elespectador.com/noticias/elmundo/papa-francisco-insiste-denunciar-el-genocidio-armenio-articulo-639663
http://www.quo.es/
En 2012, Karen King, profesora de Historia eclesiástica de la Universidad de Harvard, presentó durante el X Congreso Internacional de estudios Cópticos, un documento polémico. Un supuesto papiro en el que podía leerse la frase: «…Y Jesús les dijo: es mi esposa…». según la investigadora, el documento le había llegado por vía de un donante anónimo, que se lo había hecho llegar creyendo que podía ser una prueba acerca del hipotético matrimonio de Cristo.
La profesora King ha defendido desde entonces la autenticidad de dicho documento, afirmando que la gramática empleada, y la tinta y el material utilizados, así o confirmaban. Para ella, el papiro podría haber formado parte de algún evangelio apócrifo. Pero esa postura se ha venido ahora abajo y, cuatro años después, Karen King, reconoce que lo más probable es que el pergamino de marras sea un fraude.
¿El motivo? Una investigación realizada por el diario The Atlantic, que revela que la persona que le hizo llegar el papiro era un tal Walter Fritz, un ciudadano de Florida, aficionado a la egiptología, y dedicado a negocios tan variopintos, como la venta de piezas de coches usados, y las webs pornográficas, y amante de la ufología y el ocultismo.
Según el señalado diario, el mismo día que la profesora King recibió el papiro, Fritz ya había registrado un dominio de internet llamado gospelofjesus (evangelio de Jesús), además de aportar otras muchas pistas que indican que el personaje trataba de hacer negocio.
Curiosamente, en 2014, Roger Bagnell, director del Instituto para los Estudios del Mundo Antiguo de la Universidad de Harvard confirmó la supuesta autenticidad del documento, fechándolo en el siglo IV de nuestra era. Pero también hay que decir que su opinión no fue compartida por la mayoría del mundo académico. De hecho, numerosos investigadores aseguraban que el copto con el que se había escrito el texto estaba repleto de errores gramaticales, y que la tinta era moderna. En definitiva, negaban todos los argumentos que King había esgrimido a favor de su autenticidad.
Ahora, la profesora se ha rendido y ha admitido que, muy probablemente, ha sido una marioneta en este fraude histórico religioso.
Pierre Teilhard de Chardin (1955). Fuente: Wikipedia.
El 14 de octubre de 1916 Pierre Teilhard de Chardin escribió Le Christ dans la Matière. Trois histoires comme Benson (1916d, 12, 112-127), publicado en castellano en Escritos del tiempo de guerra. Es la época más dura de su presencia en el frente de batalla en la primera guerra mundial. Pero a pesar de la dureza y de la crueldad de la batalla, sabe transformar la muerte en vida, la desesperanza en esperanza, la ruda realidad terrestre en experiencia interior trascendente.
En este ensayo peculiar nos muestra a un orante que tiene la visión de tres «extensiones» de Cristo, quien en cada una de ellas «sale» del lugar en que se encuentra —un cuadro, una custodia, un portaviáticos— para terminar llenando con su presencia «física» el universo entero. Relato en primera persona, pero un pequeño prólogo nos dice que fue escrito por un amigo muerto en Verdún. Se ha discutido –como veremos- si se trata del mismo Teilhard o de su amigo Jean Boussac, fallecido en el frente unas semanas antes.
El texto de “Cristo en la Materia” fue enviado en diciembre de 1916 a la revista de los jesuitas Études para ser publicado. El director de ésta, su amigo Léonce de Grandmaison, reacciona de manera sorprendente para Teilhard, tal como nos escribe en una de sus cartas: «j’ai reçu un gentil petit accusé de réception de Léonce. “… Cela me paraît de la haute philosophie scientifico-cosmique (si j’ose dire. Dame! on va peut-être trouver cela un peu évolutionniste). Nous verrons…”.On, ce sont les réviseurs qui doivent lire l’article avant qu’il paraisse. (Ce sont sûrement de gens qui sont sympathiques pour moi: mais cela peut ne pas suffire…) Et moi qui croyais avoir été si sage!» (c, 194). «Sache que mon article n’a pas passé aux Études. Au fond cela ne m’étonne pas. Sans parler de choses qui peut-être sont objectivement contestables, il est d’un ton qui eût déconcerté les sages et placides lecteurs de la Revue (c’est surtout ce que les réviseurs ont objecté). Je te montrerai la lettre, très gentille et très juste que m’à écrite Léonce. “Votre lecture, me dit-il est exciting et intéressante à un haut degré. C’est un canevas à penser semé de belles images. Mais pas de tout repos pour nos lecteurs, gens paisibles…”» (c, 196).
Seguir leyendo Pierre Teilhard de Chardin muestra que es posible trascender la realidad
¿Cuál es el origen de la leyenda de Cristo, el hijo de Dios nacido de una virgen un 25 de diciembre? Estoy seguro de que están ustedes familiarizados con su historia, según la cual nació en un pesebre rodeado de pastores y a continuación creció para ser Uno con su Padre en los Cielos. Y sin lugar a dudas podrán traer a la memoria la secuencia de acontecimientos que se produjo cuando este Cristo, Hijo de Dios reunió a sus principales discípulos antes de soportar ser torturado hasta la muerte y resucitar tres días más tarde. Finalmente, tenemos la escena hacia el final de su tiempo en la Tierra, en la que profetiza su retorno y a continuación asciende a los Cielos.
Ahora la pregunta que les hago es la siguiente: ¿Quién entre ustedes está en este momento murmurando entre dientes “Sólo puede ser la leyenda cristiana de Jesucristo”? Bien, para el resto, me permito informarles de que muchos años antes del nacimiento de Jesús, una leyenda idéntica a la suya fue la historia comúnmente aceptada de la vida del Hijo de Dios persa, Mitra. Y antes que Mitra, una leyenda muy similar ya había sido adscrita a muchos otros Hijos de Dios de todo el mundo, entre ellos el dios griego Dionisos, el egipcio Osiris, el sumerio Dumuzi y el hindú Murugan. De hecho, si seguimos remontándonos en el tiempo muchos miles de años atrás, descubriremos que esta leyenda universal surgió en realidad con el Hombre Verde, hijo divino de una diosa virgen que nació, murió y finalmente resucitó, en un ciclo cuya secuencia se repite todos los años.
De este modo, ¿cómo fue posible que esta leyenda tan común acabara finalmente siendo ‘escogida’ para convertirse en la leyenda de Jesús? Empecemos en el momento en el que aún era el mito del antiguo Hombre Verde, y sigamos adelante hasta la época del Hijo de Dios cristiano.
En la época neolítica, en la que según dicen algunos “Dios era una Mujer,” la Diosa y su Hijo, el Hombre Verde, eran venerados por gentes de todo el mundo para renovar anualmente la abundancia material de los frutos de la Tierra. Surgió una leyenda universal acerca de ellos, dando comienzo la fecundación anual de la “virgen” Diosa Tierra por parte del Sol, el “Padre del Cielo,” con el consecuente nacimiento de su Hijo, el Hombre Verde. Este importante acontecimiento tenía lugar anualmente en torno al solsticio de invierno, cuando el espíritu del Hombre Verde, que llevaba un tiempo adormecido bajo tierra en el inframundo, era traído de nuevo a la vida. Pero aunque su espíritu durmiente había sido ya animado, el Hombre Verde aún no había despertado por completo. Esto no ocurría hasta algunos días más tarde, el 25 de diciembre, cuando el Sol o Espíritu Solar invertía definitivamente su camino descendente y empezaba a dar pasos de manera ostensible en dirección norte.
Éste era un importante ritual del tipo “como es arriba, es abajo.” Se creía que el Espíritu Solar renovado y revitalizado en las alturas celestiales había despertado de nuevo y revitalizado el espíritu de su hijo, que habitaba más abajo, en el interior de la Tierra. Y ahora, el futuro Hombre Verde podía comenzar su período anual de gestación en el útero de su madre, la Tierra virginal, antes de recibir un nuevo y resucitado cuerpo con la llegada de la primavera.
Escultura del Hombre Verde en un festival pagano. (CC BY-NC-SA 2.0)
La leyenda de la Diosa y el Hombre Verde salta entonces al equinoccio vernal o de primavera, cuando el Hombre Verde está finalmente listo para emerger del útero de su madre. Este es el momento del año en el que la luz “masculina” es equivalente a la oscuridad “femenina”, y su polaridad masculino/femenino se unifican plenamente para producir una renovada inyección de energía vital que cubre y fertiliza la tierra. El cuerpo fetal del Hombre Verde está ahora listo para nacer del útero de la Madre Tierra bajo la forma de nuevos y tiernos brotes primaverales. Muy pronto, su resurrección anual será plena. Esto ocurrirá alrededor del mismo día que nuestra Pascua, una festividad religiosa moderna asociada con la resurrección mucho más reciente de otro Hijo de una virgen.
La leyenda del Hombre Verde recorre entonces los cálidos meses de verano, en los que el Hijo madura rápidamente al igual que crece y madura la vegetación en la naturaleza. Madura de hecho tan rápido, que el Hombre Verde no sólo se hace Uno con su Padre Celestial, sino que consigue aparearse e inseminar a su propia madre. Esta cohabitación produce un segundo influjo de fructífera energía vital sobre la Tierra, que se manifiesta como una segunda proliferación vegetal y acompaña a la cosecha. En último término, este hecho acaba acelerando el final del Hombre Verde, que poco después acaba muriendo con la decadencia de la vegetación y la caída de las hojas que se producen en otoño. ¿La causa de su muerte? Los sacerdotes que interpretaron su leyenda milenios más tarde aseguraban que moría por los pecados de la humanidad. Se creía en el pasado que a causa del pecado original no sólo la humanidad perdió su propio derecho de alcanzar la vida eterna, sino también el de toda la vida sobre la Tierra.
En las postrimerías de la era neolítica, cuando surgieron las civilizaciones para sustituir a otras culturas puramente agrícolas, la antigua leyenda de la Diosa y el Hombre Verde se extendió y adoptó tintes religiosos. Se convirtió de este modo en un mito oficial que era recitado anualmente y escenificado de forma dramática en templos y escuelas mistéricas de las nuevas e incipientes ciudades, naciones e imperios. Una de las características de esta línea de evolución del mito fue que el Hombre Verde adoptaba ahora el papel adicional de Rey del Mundo, gobernando a éste bajo la autoridad de su madre, la Tierra. Y en algunas versiones de la leyenda se decía que el Hijo encontraba la muerte al llegar el otoño a manos de su hermano sin escrúpulos, o de un dios oscuro y maligno.
En las ciudades de la antigua Mesopotamia, la leyenda neolítica se transformó en la historia de diosas como Inanna o Ishtar, que cada año daban a luz al Hijo, el Hombre Verde, futuro rey bajo el nombre de Dumuzi o Tammuz. Se decía entonces que Dumuzi/Tammuz crecía para aparearse con su propia madre, al tiempo que gobernaba la Tierra para ella. A fin de reflejar esta antigua leyenda en su cultura, los habitantes del Creciente Fértil coronaban a aquellos individuos de sus ciudades-estado reconocidos como encarnación de Dumuzi/Tammuz y siervos reales de la Diosa Inanna/Ishtar.
Grabado desenterrado en la sala principal del palacio de Arad. Representa dos imágenes casi idénticas de un hombre con la cabeza en forma de gavilla o rama, uno de ellos de pie y el otro tumbado en el suelo. La escena podría representar al dios de la fertilidad Tammuz o a una deidad similar, que moriría en otoño para resucitar en primavera. Museo de Israel. (CC BY-NC-SA 2.0)
Esto también se cumplía en Egipto, donde los poderosos faraones eran considerados encarnaciones de Horus, el hijo de la diosa Isis, y gobernaban bajo la autoridad de ésta. Pero en la tierra de Kemet, aunque el espíritu del faraón que ocupaba el trono era Horus, su cuerpo físico estaba formado por Seth, el dios que regía la cristalización de la energía en carne física. Juntos, Horus y Seth eran los “gemelos” divinos que formaban el cuerpo físico y el espíritu del faraón, convirtiendo de este modo a los monarcas egipcios en representantes del primer y más grande rey, Osiris, el Hombre Verde.
Osiris, el dios egipcio equivalente al antiguo Hombre Verde del Neolítico. (Public Domain)
Como el antiguo Hombre Verde, también Osiris moría y resucitaba anualmente de forma acorde con la vida y la muerte de la vegetación de la naturaleza. La ceremonia anual de la resurrección de Osiris tenía lugar en la época del año en que se producía la crecida del Nilo, cuando los primeros y tiernos brotes verdes de la naturaleza asomaban tímidamente sus frágiles cabezas sobre la superficie de la Tierra.
En una de las versiones del popular mito egipcio de Osiris, el dios era asesinado por su celoso y maléfico hermano Seth cada año al llegar el otoño. Este acontecimiento se veía reflejado en la leyenda del equivalente griego de Osiris, el Hombre Verde Dionisos, a quien daban muerte cada año sus parientes los maléficos Titanes, pero que resucitaba más tarde. De forma parecida a como ocurría con el Hombre Verde Osiris, la madre de Dionisos era una diosa de la Tierra llamada Sémele, que significa “Tierra”, mientras que su padre era Zeus, el Padre Celestial.
Dionisos representado como Hombre Verde (Public Domain)
A fin de despertar a Dionisos de su sueño al llegar el solsticio de invierno, las representantes femeninas de la diosa golpeaban ruidosamente ollas y cacharros mientras danzaban a lo largo de su procesión ritual hasta la cima nevada del monte Parnaso. Y tras recibir sus nuevos ropajes en el siguiente equinoccio de primavera, el Hijo Divino se regocijaba en la naturaleza junto con su reflejo y alter-ego, Pan, un nombre que significa “el Todo,” como en “Toda la Naturaleza.”
Como Osiris, Dionisos se convertía en Dios del Mundo, y al igual que su equivalente egipcio, Dionisos era reconocido por haber recorrido el mundo entero mientras enseñaba a sus muchos súbditos el arte de elaborar y beber ritualmente vino.
Un joven Dionisos. (Public Domain)
El vino procedente de la uva era considerado la sangre de la naturaleza, y al ser Dionisos la encarnación de la naturaleza, era también su propia sangre. De este modo dio comienzo el ritual de la sagrada comunión a través del consumo del cuerpo y la sangre del Hijo Divino.
Próximamente la segunda parte de este artículo: “La verdad del mito de Cristo: el Hombre Verde y la leyenda de Jesús”
Imagen de portada: Hombre Verde pintado sobre un techo (CC BY-NC 2.0)
Autor: Mark Amaru Pinkham
Mark Amaru Pinkham es autor de seis libros sobre temas relacionados con enigmas de todo el mundo. Entre ellos: Los Guardianes del Santo Grial, El Retorno de las Serpientes de la Sabiduría, La Verdad del Mito de Cristo, Gnosis Mundial: la Civilización Gnóstica que se avecina, y su libro más reciente: Sedona: Ciudad de la Gente de las Estrellas. Puede consultar el catálogo completo de sus obras aquí.
Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.
http://carlosagaton.blogspot.com.es/2016/06/los-negocios-sucios-del-vaticano-y.html
http://migracionesfccam.org.ar/index.php/francisco-la-trata-de-personas-es-un-crimen-contra-la-humanidad/
Ciudad del Vaticano – “La trata de personas es una herida abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea, una llaga en el cuerpo de Cristo. Es un crimen contra la humanidad”, expresó esta mañana el Santo Padre al recibir a los participantes de la Segunda Conferencia Internacional ¨Combating Human Trafficking¨: Church and Law Enforcement in partnership, organizada por las Conferencias Episcopales de Inglaterra y Gales. El encuentro tuvo lugar en el Aula Magna de la Pontificia Academia de las Ciencias, -cuyo canciller es el obispo argentino monseñor Marcelo Sánchez Sorondo.
Francisco comenzó sus palabras afirmando que este es un encuentro importante pero es también un gesto, “un gesto de la Iglesia, un gesto de las personas de buena voluntad que quieren gritar ¡basta!”
“La trata de personas, subrayó el Pontífice, es una herida abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea, una llaga en el cuerpo de Cristo. Es un crimen contra la humanidad. El mismo hecho de que estemos aquí, para aunar nuestros esfuerzos, significa que queremos que nuestras estrategias y nuestras áreas de experiencia estén acompañadas y reforzadas por la misericordia del Evangelio y por la cercanía a los hombres y a las mujeres que son víctimas de este crimen”.
Tal y como señaló el Pontífice, en este encuentro están presentes autoridades de la policía, “comprometidas sobre todo en contrastar este triste fenómeno con los instrumentos y el rigor de la ley”, y también trabajadores humanitarios, “cuya tarea principal es ofrecer acogida, calor humano y posibilidades de rescate a las víctimas”. De este modo, indicó que “son dos actitudes diferentes, pero que pueden y deben ir juntas. Dialogar y confrontarse a partir de estas dos actitudes complementarias es muy importante. Por este motivo, Francisco ha afirmado que estos encuentros son “de gran utilidad, diría necesario”.
El Pontífice concluyó indicando que “pienso que es un signo muy importante el hecho de que, a distancia de un año del primer encuentro, han querido reencontrase, de tantas partes del mundo, con el fin de avanzar en sus esfuerzos comunes. Les doy las gracias por su colaboración y ruego al Señor que los ayude y a la Virgen Santa que los ampare. ¡Gracias!”.