Los osos de la Cordillera Cantábrica –unos 300 ejemplares según la Fundación Oso Pardo (FOP)– empiezan a despertar de su letargo invernal en condiciones óptimas, que ponen de manifiesto la recuperación de la especie.
La FOP ha distribuido unas imágenes grabadas en vídeo en la que una hembra despierta del periodo de hibernación con sus dos oseznos en perfectas condiciones físicas y en busca de agua y comida, lo que, según esta entidad, «es una excelente noticia» sobre esta especie en peligro de extinción.
Cuando los osos hibernan, señala la FOP en su página web, entran en un estado de «dormición» que hace descender su ritmo cardíaco desde 40-50 hasta unas 10 pulsaciones por minuto, el respiratorio baja a la mitad y la temperatura se reduce en 4 ó 5 grados.
Para hibernar, buscan cuevas o las excavan en lugares poco accesibles, donde en enero las osas paren de uno a tres oseznos, que se alimentan de leche materna sin salir al exterior hasta abril o mayo, cuando ya pesan cuatro o cinco kilos, momento en que su madre entra de nuevo en celo.
La mayoría de los osos pardos de la Cordillera Cantábrica viven en espacios de la Red Natura 2000, donde la FOP desarrolla el proyecto Natura 2000+Oso con fondos del programa Life de la Unión Europea para mejorar el conocimiento y la valoración de esta red de espacios y de esta especie amenazada.
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