A colofón del último artículo sobre las meditaciones masivas, creo que una de las cosas que nos ayudará a entender qué es lo que estamos emitiendo, qué es lo que se genera, se acumula, se proyecta cuando se producen este tipo de eventos, es explicar a fondo los diferentes “tipos” de bloques “básicos” energéticos que existen y porqué unos se pueden manipular y otros no. Este artículo es largo, pero vale la pena leerlo varias veces para integrarlo todo.
Todo tiene consciencia
La existencia de nuestra realidad está basada en una trinidad de aspectos equivalentes y relacionados entre sí: la materia, la energía en movimiento y la conciencia y ninguno de esos tres aspectos puede existir sin los otros dos. La Creación, todo aquello que existe, está compuesto por un número infinito de puntos de materia-energía-consciencia en movimiento. Estos puntos o bloques básicos, que serían el equivalente a los trillones de gotas individuales que forman un océano, fueron llamados “mónadas” en la escuela Pitagórica y son la unidad indivisible “básica” de la Creación.
Cada “mónada” posee conciencia individualizada, que es además parte de la vasta conciencia colectiva de esa Creación. Así, desde el inicio, la conciencia de estos átomos primordiales, mónadas o unidades primarias, existen como los bloques fundamentales de construcción de la realidad, los ladrillos que forman todo lo que vemos y conocemos. Todas las formas existentes, físicas y densas o etéricas y energéticas, son producto de acuerdos entre mónadas, los bloques básicos de la Creación, para unirse entre ellas, el equivalente a unas cuantas gotas de agua individuales de un océano formando una forma, un remolino o una ola de cuatro metros. Estas diferentes “formas” que podemos percibir, sólidas o no, las veamos o no, son creadas a partir de “moldes” y “plantillas” que son concebidas primero por las mismas mónadas en su aspecto “conciencia”. Básicamente la conciencia de la mónada crea la forma y la materia, energía y movimiento, de la misma le da existencia y la trae en manifestación.
Diferentes niveles para cada aspecto de la mónada
Aunque el aspecto “consciencia” de toda mónada o bloque básico de la Creación existe en todos los niveles y estructura de lo Creado, sería acertado decir que en los más densos, la conciencia se encuentra mucho más restringida por el aspecto “materia”, mucho más predominante en la triada que compone el plano en cuestión, mientras que, a medida que uno “sube” hacia planos más “elevados”, el aspecto “energía” es más predominante y, por ende, el componente conciencial tiene mucha menos restricciones para expresarse y expandirse.
Esto nos da una idea y una explicación, porqué a medida que una mónada individual, progresa “hacia arriba”, de vuelta a los planos superiores tras haber completado un camino involutivo del que hablaremos luego, encuentra menos restricción para la expansión de su conciencia y su aspecto “energía” facilita la misma. Básicamente el concepto de que la conciencia se expande más fácilmente cuanto más alto es el plano en el que la mónada se mueve, está relacionado con las restricciones que ésta tiene que superar en los aspectos más densos para ello.
¿Son todas las mónadas iguales?
A medida que las mónadas descienden siguiendo el ritmo marcado por la Ley de las Octavas y construyendo planos y niveles más densos, el aspecto materia de las mismas prevalece más y más y el aspecto energía decrece en igual proporción. El aspecto consciencia se encuentra entonces “envuelto” en una región con mayor resistencia a su expansión o menor. Así, si el aspecto energía de una mónada es el que prevalece en los planos superiores de existencia y el aspecto materia de la misma el que prevalece en los planos inferiores, ¿qué sucede con el aspecto conciencia? Pues la respuesta es que este aspecto es el que evoluciona y se desarrolla según pasa por diferentes estadios y gradientes del aspecto materia, gradientes que solemos cuantificar en cuatro grandes grupos. Así, una mónada de cualquiera de los planos de nuestra estructura de la Creación puede presentar su parte de materia siendo de tipo primario, secundario, terciario o cuaternario y, según sea este aspecto material de la mónada, así podrá desarrollarse su aspecto de conciencia. Veámoslo uno por uno.
Monadas con materia de tipo primaria
Cuando la mónada es manifestada por la Fuente, el aspecto materia de la misma decimos que es de tipo primario. La materia primaria es la menos desarrollada, la más básica. Este tipo de mónada con materia de tipo primaria tiene como función servir de sustrato base para la expansión y sustento de los planos de existencia y no sirve como vehículo para la evolución de la conciencia que posee en su interior, puesto que el aspecto conciencia en las mónadas cuya materia es de tipo 1 está completamente inactivo, lo que provoca que otras mónadas de otros tipos no puedan interaccionar fácilmente con este tipo de bloque energético básico. Es, por ello, usado sólo como el sustrato para la construcción de otras cosas, para que otros tipos de construcciones se apoyen, como lo haría una casa en sus cimientos, pero no para que los cimientos como tal se desarrollen conscientemente hacia otros estadios más avanzados de existencia.
El descenso de mónadas con materia tipo 1 por todos los planos es gradual, van “cayendo” energéticamente y formando planos dentro de planos dentro de planos, cada vez más densos, como ya hemos visto, uniéndose entre ellas (las mónadas de tipo 1) para crear estructuras más sólidas y físicas, interpenetradas por las estructuras menos densas del plano construido y manifestado justo anteriormente.
Cuando una mónada tipo 1 (con tipo de materia primaria), llega a formar parte del plano más sólido (el nuestro) como sustrato para el mismo, entonces empieza su camino de regreso evolutivo hacia el plano superior de la Creación del que partió hace incontables eones. Esa mónada ha completado su camino involutivo y a partir de aquí tiene vía libre para comenzar su camino evolutivo.
¿Cuál es el motivo para ello? ¿Por qué ha tenido que descender por toda la estructura de lo Creado esta unidad de conciencia-materia y energía? Básicamente para distribuir su aspecto energía y su aspecto materia de forma que se permita a la Creación disponer de ello. Son las piezas del Lego que se sacan de la caja (la Fuente), se reparten por todo el suelo (toda la Creación) para que luego alguien pueda empezar a construir cosas con ellas (la estructura de la misma y todo lo que esta contiene).
Mónadas con materia de tipo secundario
Cuando la mónada ha completado su proceso involutivo, su aspecto materia sufre una transformación y se convierte en lo que llamamos materia secundaria o de tipo 2. Esta mónada empieza a exhibir un movimiento en espiral ascendente, como un torus, debido a la activación del aspecto “conciencia” que anteriormente ha estado largamente inactivo o latente, mientras la mónada recorría el camino involutivo desde la Fuente hasta el plano más denso sirviendo como sustrato y cimiento para mantener la estructura de la Creación.
Una vez la mónada es liberada de esa función, se activa, aunque de forma pasiva, su aspecto conciencia. Esto quiere decir que, aunque activa, esta conciencia no tiene poder de voluntad propio, de forma que mónadas con materia de tipo 2 no puede actuar según su libre albedrío, pero sí que puede responder a las influencias externas de otras mónadas más avanzadas, sirviendo entonces como material base para la formación de formas energéticas más especializadas y complejas que simplemente ser el éter y el sustrato del universo y pasando a servir para la creación de formas mentales, emocionales, etéricas, etc.
Las mónadas de tipo 2, al no poseer voluntad propia como tal, son dirigidas fácilmente por conciencias superiores y “acatan” las directrices de aquellos que consiguen “dirigirlos”, como sucede, por ejemplo, en el trabajo con seres elementales “básicos”, pues los hay de muchos grados y tipos de inteligencia, que pasa por “controlarlos” para conseguir su ayuda o apoyo. Echad un vistazo a libros de magia elemental y sabréis de lo que hablo.
Bien, llegamos a lo que nos compete hoy. Nuestros cuerpos sutiles están formados con mónadas cuyo aspecto materia es de tipo 2, mónadas concentradas en el plano etérico para formar nuestro cuerpo etérico, mónadas del plano emocional para formar el cuerpo emocional, del mental para formar el cuerpo mental, del causal para el causal, etc., etc.
Es este tipo de monada, con su aspecto energía, la que se libera, principalmente, en este tipo de meditaciones, pues es lo que emana de nuestro cuerpo emocional o mental, cuando visualizamos algo, cuando tratamos de proyectar los sentimientos que tenemos, cargadas con energías o cargas positivas, que se supone que es lo que se “emite” cuando uno se concentra en deseos de paz, amor, luz, etc. Este tipo de bloque energético, que sale de nuestro cuerpo emocional (los sentimientos positivos y elevados) y mental (los buenos pensamientos), es manipulable, porque no tiene más que un aspecto “consciencia” básico activado y por ende, cualquier otra “energía consciente” de mayor nivel puede actuar sobre ella.
¿Que tipo de energía habría que emitir para que no pudiera ser así? Lo veremos en el próximo artículo, cuando hablemos de las mónadas de tipo 3 y las de tipo 4 que son, realmente, las mónadas de “amor cuántico” puro, por llamarlas de alguna forma, porque son las mónadas con voluntad propia, autoconscientes, las mónadas que son la “esencia” o el ser de una persona. Sólo emitiendo un tipo de energía de este tipo, podemos estar seguros de que esa energía no puede ser manipulada. Ahora bien, de los millones de personas que participan en estos eventos, es muy difícil saber cuántos lo hacen desde su ser y con su ser al mando y cuántos simplemente lo hacen desde su cuerpo emocional y/o mental y es por eso, que, básicamente, el egregor que se genera en este tipo de cosas puede ser recogido y manipulado, como ha sucedido en estas últimas ocasiones.
Un abrazo, David Topí
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davidtopi.com