Archivo de la categoría: frases y reflexiones

«La meditación de la mosca: Calma en el caos»

“Change your thoughts and you change your world”
Norman Vincent Peale

Este vídeo titulado The Fly es muy recomendable para todas las personas y en especial para las temperamentales, nerviosas o impacientes.

Nos enseña la clave para afrontar cualquier situación en la vida: mantener la CALMA y la meditación es una de las grandes herramientas para cultivarla en el día a día. Como ya dijimos, “nadie ha encontrado la paz interior mediante los pensamientos compulsivos” como hace ese guerrero.

Porque cambiando nuestros pensamientos, podemos cambiar el mundo. Y el mundo en el que estamos necesita personas serenas y lúcidas que tomen decisiones con sabiduría y corazón y no por impulsos.

Una “simple” mosca puede enseñarnos muchas cosas.


Vía vídeo: Revista Namaste
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«Restablecer las comunicaciones» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«Nuestra vida no es más que una sucesión de intercambios que hacemos con el universo. La vida cósmica entra en nosotros y nosotros la impregnamos con nuestras propias emanaciones, después la devolvemos. De nuevo absorbemos esta vida y de nuevo la devolvemos. Las manifestaciones más evidentes de estos intercambios son la nutrición y la respiración. Si son obstaculizados aparece la debilidad, la enfermedad y la muerte.
Pero los intercambios que debemos hacer para vivir no se limitan a la nutrición y a la respiración. O más exactamente, consisten en alimentarse y respirar también en las diferentes regiones del universo para alimentar nuestros cuerpos sutiles: los cuerpos etérico, astral, mental, causal, búdico y átmico. Cuando comprendáis cómo es posible hallar en el universo el alimento conveniente para vuestros diferentes cuerpos, sentiréis que vuestra vida resuena como una inmensa sinfonía. Pero hay que empezar primero por restablecer las comunicaciones, para que las corrientes de energía puedan circular entre el universo y vosotros. Y el restablecimiento de estas comunicaciones sólo puede hacerse con un trabajo del pensamiento


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«Juicios» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«Los humanos no se sienten naturalmente inclinados a ponerse en la situación de los demás y de ahí provienen tantos errores de juicio, tantas injusticias y tanta crueldad. Cuando vais a pronunciaros sobre una persona, ¿qué sabéis sobre la situación en la que verdaderamente se encuentra?… Así que, antes de criticarla, de acusarla, haced el esfuerzo de poneros durante unos minutos en su lugar: quizás os deis cuenta de que, si estuvierais en su situación, os conduciríais diez veces peor que ella.
Vale la pena de que os pongáis en la situación de las personas que os son desagradables y a las que estáis siempre dispuestos a condenar. Haced cada día este ejercicio aunque sólo sea durante unos minutos, y ganaréis cualidades de paciencia, de indulgencia, de dulzura, de generosidad de las que vosotros os beneficiaréis y ellos también.»


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«El agua» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

««Al Principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era informe y vacía; había tinieblas en la superficie del abismo y el espíritu de Dios se movía por encima de las aguas.» ¿Qué significan estas primeras líneas del libro del Génesis? Como indican las palabras «informe », «vacío », «tinieblas », «abismo », el universo anterior a la creación era un espacio desorganizado y oscuro. Pero por encima de ese caos planeaba el espíritu de Dios. El agua representa la materia cósmica original que el espíritu de Dios, el fuego primordial, penetró para fertilizarla. Contrariamente a lo que se cree generalmente, no es el elemento tierra el que mejor expresa y manifiesta las propiedades y las cualidades de la materia: es el agua, con su receptividad, su adaptabilidad, su maleabilidad.
El agua es pues el símbolo de la materia primera que ha recibido los gérmenes fertilizadores del espíritu. Fecundando la materia, el espíritu trabaja sobre ella y a medida que aparecen nuevas creaciones descubre sus poderes, consigue conocerse. Entonces, si me preguntáis por qué Dios ha creado el universo, os responderé: …para conocerse. La Cábala enseña que Dios quiere conocerse a través de su reflejo y ella representa precisamente esta idea con una extensión de agua donde se refleja su rostro.»


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«Escribir su propio libro» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«Se puede comparar al ser humano con un libro, un libro que él mismo está escribiendo. Y a menudo, ¡qué garabatos, qué galimatías! Todas las sandeces, todas las aberraciones están ahí… Y cuando dos de estos libros se encuentran y experimentan una atracción el uno por el otro, están día y noche ocupados leyéndose, pero ¿qué es lo que aprenden de esta lectura?
Los humanos conocen ciertamente muchas cosas, pero no han aprendido aún cómo escribir su propio libro. Sólo se preocupan de crear en el exterior de sí mismos: esculpir, modelar, dibujar, escribir… siempre es el exterior. El interior es un terreno yermo. Ya es hora de que aprendan a escribir su propio libro. Entonces, cada vez que se encuentren, se maravillarán de poder leer los unos en los otros palabras, frases, poemas y dibujos sublimes: las cualidades, las virtudes, los dones que cada uno habrá trabajado en desarrollar en él.»


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«El microcosmos y el macrocosmos» Alejandro Jodorowsky.

El ser humano es como un pequeño universo a escala de otro de infinito mayor tamaño, como un fractal del mismo. Desde esa percepción ¿resulta descabellado que nuestros pensamientos ya existan en alguna parte y lo que hacemos sea sintonizar con ellos? “Pensar es crear y crear es creer” dice Alejandro Jodorowsky.
Otra pregunta: ¿sólo disponemos de cinco sentidos o cada una de nuestras células es un pequeño receptor?
Si optamos por dar credibilidad a esta segunda opción, debemos ser conscientes que estamos formados por varios billones de células. Por tanto cada uno de nosotros somos receptores de potencia increíble.


Paco Bou
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La hermosa sirvienta

Érase una vez un sultán, dueño de la fe y del mundo. Habiendo salido de caza, se alejó de su palacio y, en su camino, se cruzó con una joven esclava. En un instante él mismo se convirtió en esclavo.
Compró a aquella sirvienta y la condujo a su palacio para decorar su dormitorio con aquella belleza.
Pero, enseguida, la sirvienta cayó enferma.

-¡Siempre pasa lo mismo! Se encuentra la cántara, pero no hay agua. Y cuando se encuentra agua, ¡la cántara está rota!. Cuando se encuentra un asno, es imposible encontrar una silla. Cuando por fin se encuentra la silla, el asno ha sido devorado por el lobo.

El sultán reunió a todos sus médicos y les dijo:

-Estoy triste, sólo ella podrá poner remedio a mi pena. Aquel de vosotros que logre curar el alma de mi alma, podrá participar de mis tesoros.

Los médicos le respondieron:

-Te prometemos hacer lo necesario. Cada uno de nosotros es como el mesías de este mundo. Conocemos el bálsamo que conviene a las heridas del corazón.

Al decir esto, los médicos habían menospreciado la voluntad divina. Pues olvidar decir «¡Insh Allah!» hace al hombre impotente. Los médicos ensayaron numerosas terapias, pero ninguna fue eficaz. La hermosa sirvienta se desmejoraba cada día un poco más y las lágrimas del sultán se transformaban en arroyo. Todos los remedios ensayados daban el resultado inverso del efecto previsto. El sultán, al comprobar la impotencia de sus médicos, se trasladó a la mezquita. Se prosternó ante el Mihrab e inundó el suelo con sus lágrimas. Dio gracias a Dios y le dijo:

-Tú has atendido siempre a mis necesidades y yo he cometido el error de dirigirme a alguien distinto a ti. ¡Perdóname!

Esta sincera plegaria hizo desbordarse el océano de los favores divinos, y el sultán, con los ojos llenos de lágrimas, cayó en un profundo sueño. En su sueño, vio a un anciano que le decía:

-¡Oh, sultán! ¡Tus ruegos han sido escuchados! Mañana recibirás la visita de un extranjero. Es un hombre justo y digno de confianza. Es también un buen médico. Hay sabiduría en sus remedios y su sabiduría procede del poder de Dios.

Al despertar, el sultán se sintió colmado de alegría y se instaló en su ventana para esperar el momento en el que se realizaría su sueño. Pronto vio llegar a un hombre deslumbrante como el sol en la sombra. Era, desde luego, el rostro del anciano con el que había soñado. Acogió al extranjero
como a un visir y dos océanos de amor se reunieron. El anfitrión y su huésped se hicieron amigos y el sultán dijo:

-Mi verdadera amada eras tú y no esta sirvienta. En este bajo mundo, hay que acometer una empresa para que se realice otra. ¡Soy tu servidor!. Se abrazaron y el sultán añadió:

-¡La belleza de tu rostro es una respuesta a cualquier pregunta!

Mientras le contaba su historia, acompañó al sabio anciano junto a la sirvienta enferma. El anciano observó su tez, le tomó el pulso y descubrió todos los síntomas de la enfermedad. Después, dijo:

-Los médicos que te han cuidado no han hecho sino agravar tu estado, pues no han estudiado tu corazón.

No tardó en descubrir la causa de la enfermedad, pero no dijo una palabra de ella. Los males del corazón son tan evidentes como los de la vesícula. Cuando la leña arde, se percibe. Y nuestro médico comprendió rápidamente que no era el cuerpo de la sirvienta el afectado, sino su corazón.
Pero, cualquiera que sea el medio por el cual se intenta describir el estado de un enamorado, se encuentra uno tan desprovisto de palabras como si fuera mudo. ¡Sí! Nuestra lengua es muy hábil en hacer comentarios, pero el amor sin comentarios es aún más hermoso. En su ambición por describir el amor la razón se encuentra como un asno tendido cuan largo es sobre el lodo. Pues el testigo
del sol es el mismo sol. El sabio anciano pidió al sultán que hiciera salir a todos los ocupantes del
palacio, extraños o amigos.

-Quiero -dijo- que nadie pueda escuchar a las puertas, pues tengo unas
preguntas que hacer a la enferma.

La sirvienta y el anciano se quedaron, pues, solos en el palacio del sultán. El anciano empezó entonces a interrogarla con mucha dulzura:

-¿De dónde vienes? Tú no debes ignorar que cada región tiene métodos
curativos propios. ¿Te quedan parientes en tu país? ¿Vecinos? ¿Gente a la que
amas?

Y, mientras le hacía preguntas sobre su pasado, seguía tomándole el pulso. Si alguien se ha clavado una espina en el pie lo apoya en su rodilla e intenta sacársela por todos los medios. Si una espina en el pie causa tanto sufrimiento, ¡qué decir de una espina en el corazón! Si llega a clavarse una
espina bajo la cola de un asno, éste se pone a rebuznar creyendo que sus voces van a quitarle la espina, cuando lo que hace falta es un hombre inteligente que lo alivie. Así nuestro competente médico prestaba gran atención al pulso de la enferma en cada una de las preguntas que le hacía.

Le preguntó cuáles eran las ciudades en las que había estado al dejar su país, cuáles eran las personas con quienes vivía y comía. El pulso permaneció invariable hasta el momento en que
mencionó la ciudad de Samarcanda. Comprobó una repentina aceleración. Las mejillas de la enferma, que hasta entonces eran muy pálidas, empezaron a ruborizarse. La sirvienta le reveló entonces que la causa de sus tormentos era un joyero de Samarcanda que vivía en su barrio cuando ella había estado en aquella ciudad.

El médico le dijo entonces:

-No te inquietes más, he comprendido la razón de tu enfermedad y tengo lo que necesitas para curarte. ¡Que tu corazón enfermo recobre la alegría! Pero no reveles a nadie tu secreto, ni siquiera al sultán.

Después fue a reunirse con el sultán, le expuso la situación y le dijo:

-Es preciso que hagamos venir a esa persona, que la invites personalmente. No hay duda de que estará encantado con tal invitación, sobre todo si le envías como regalo unos vestidos adornados con oro y plata.

El sultán se apresuró a enviar a algunos de sus servidores como mensajeros ante el joyero de Samarcanda. Cuando llegaron a su destino, fueron a ver al joyero y le dijeron:

-¡Oh, hombre de talento! ¡Tu nombre es célebre en todas partes! Y nuestro
sultán desea confiarte el puesto de joyero de su palacio. Te envía unos vestidos,
oro y plata. Si vienes, serás su protegido.

A la vista de los presentes que se le hacían, el joyero, sin sombra de duda, tomó el camino del palacio con el corazón henchido de gozo. Dejó su país, abandonando a sus hijos, y a su familia, soñando con riquezas. Pero el ángel de la muerte le decía al oído:

-¡Vaya! ¿Crees acaso poder llevarte al más allá aquello con lo que sueñas?

A su llegada, el joyero fue presentado al sultán. Este lo honró mucho y le confió la custodia de todos sus tesoros. El anciano médico pidió entonces al sultán que uniera al joyero con la hermosa sirvienta para que el fuego de su nostalgia se apagase por el agua de la unión. Durante seis meses, el joyero y la hermosa sirvienta vivieron en el placer y en el gozo. La enferma sanaba y se volvía cada vez más hermosa.

Un día, el médico preparó una cocción para que el joyero enfermase. Y, bajo el efecto de su enfermedad, este último perdió toda su belleza. Sus mejillas palidecieron y el corazón de la hermosa sirvienta se enfrió en su relación con él. Su amor por él disminuyó así hasta desaparecer completamente. Cuando el amor depende de los colores o de los perfumes, no es amor es
una vergüenza. Sus más hermosas plumas, para el pavo real, son enemigas. El zorro que va desprevenido pierde la vida a causa de su cola. El elefante pierde la suya por un poco de marfil.

El joyero decía:

-Un cazador ha hecho correr mi sangre, como si yo fuese una gacela y él
quisiera apoderarse de mi almizcle. Que el que ha hecho eso no crea que no me
vengaré.

Rindió el alma y la sirvienta quedó libre de los tormentos del amor. Pero el amor a lo efímero no es amor.

Rumi

Autor: Rumi, poeta, místico y sabio del Siglo XXIII
Fudador de la orden de los derviches giróvagos.
Cuento sufí incluído en su obra esencial Matnawi

«El alimento» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

bebe comiendo pasta

«Una comida es una ceremonia mágica: el alimento que entra en nuestro organismo no solamente se transformará en salud, en fuerza, sino también en amor y en luz. Debéis pues vigilar en no sentaros a la mesa en cualquier estado interior. ¡Cuantas veces habréis comprobado que si coméis en un estado de irritación, de turbación, no lográis después encontrar la paz! ¿Por qué? Porque con vuestros pensamientos y vuestros sentimientos habéis influido mal en el alimento y éste produce después en vosotros estados negativos.
Todo es sagrado en la vida, todo tiene un sentido. Las inteligencias de la naturaleza han preparado el alimento con el fin de sostener la vida en nosotros. Si le introducís vibraciones nocivas, pagaréis de una forma u otra esta negligencia y esta falta de respeto. El estado interior en el que coméis se graba en alguna parte en vuestro organismo y de este estado depende vuestra salud física y espiritual


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«Generaciones» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«Cada uno de vosotros lleva en sí mismo generaciones de seres humanos de los que es descendiente. Por eso, cuando lográis triunfar sobre vuestras debilidades, arrastráis a toda esta familia que os habita por el camino de la luz y de la liberación. Pero no sólo hacéis el bien a toda vuestra ascendencia, lo hacéis también a vuestra descendencia, porque le transmitís las riquezas interiores que vosotros habéis adquirido. Ésta es una dimensión de la vida interior que es bueno conocer.
Trabajar sobre uno mismo es tanto más importante en cuanto que al hacerlo mejoramos a generaciones enteras, porque les legamos los frutos de nuestros esfuerzos. Nadie vive y actúa solamente para sí, cada uno vive y actúa para un gran número de otras criaturas con respecto a las que tiene grandes responsabilidades. »


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«Tenéis las llaves, tenéis los poderes» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«Proseguid vuestro trabajo con convicción, sin preocuparos del tiempo que necesitaréis para realizar vuestro ideal divino. Tenéis las llaves, tenéis los poderes. Todas estas voces interiores que os animan: «¡Levántate, camina hacia la luz!» representan un capital ya amasado desde hace mucho tiempo, gracias a los esfuerzos que habéis hecho. Esta necesidad que sentís de avanzar por el camino de la sabiduría, del amor y de la verdad, es el resultado de estos esfuerzos.
¿Y qué es lo que sucede cuando realizáis un progreso, por mínimo que éste sea en el plano espiritual? Que hay fuerzas dispersas, desorganizadas, que dormitaban en vosotros desde hace milenios se despiertan, como si respondiesen a una llamada. Así, de repente, os dais cuenta de que estabais habitados por un verdadero ejército que esperaba ser movilizado para acudir en vuestra ayuda. Analizaos bien: en el momento en que lográis un éxito, descubrís la presencia en vosotros de unas fuerzas que no sospechabais que tuvieseis. »


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«Vivir bien Hoy» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«Cuando ya no pueden soportar el presente, los humanos se refugian en el futuro. Pero no ganan nada con ello, porque un día u otro se verán obligados a rendirse a la evidencia: como este futuro imaginario no tenía ningún fundamento sólido, es el vacío lo que descubren y la angustia. Que empiecen pues por vivir bien hoy: ¡hay tantas cosas que disfrutar, que ver, que apreciar, que pensar! Pero para vivir el momento presente, deben aprender a detenerse, a hacer una pausa, a no dejarse llevar por la sucesión de los acontecimientos y por los estados interiores que estos acontecimientos crean en ellos.
La vida es un flujo ininterrumpido, desde luego, pero es necesario encontrar el medio de detenerse para poder poner un poco de orden en sí mismo, para sintonizar con ritmos más armoniosos. Y por eso es tan necesaria la meditación. Meditar, es ralentizar la marcha precipitada del tiempo, a fin de introducir en uno mismo un ritmo, una paz, una luz que dejarán su huella durante mucho tiempo


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«La felicidad» Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«La mayoría de los seres humanos están acostumbrados a tomarse la vida como viene, sin sospechar que los acontecimientos son una materia que es necesario preparar, como se prepara el alimento cocinándolo y añadiéndole ciertos ingredientes: aceite, vinagre, sal, pimentón, etc. Y tampoco comemos el pescado inmediatamente después de haber sido pescado ni las verduras tal como han sido arrancadas de la tierra, ¿no es cierto? La cocina es pues el arte de hacer comestibles e incluso suculentos, toda clase de productos que serían indigestos o insípidos si no nos ocupásemos de limpiarlos, cocerlos o aderezarlos.
Lo mismo sucede con la felicidad. La felicidad es el resultado de una verdadera cocina interior. Los buenos momentos de la existencia no vendrán a presentarse espontáneamente ante vosotros, no los cogeréis como se coge un fruto maduro del árbol al pasar. Debéis aprender a trabajar sobre cada situación, y particularmente sobre las situaciones difíciles, dolorosas, añadiéndoles elementos de vuestro espíritu y de vuestra alma, inspirados por la sabiduría y el amor divinos


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Adriana – Lecciones y Frases de Albert Einstein

Albert-Einstein
Einstein se declaró agnóstico, a la vez que rechazaba la etiqueta de ateo. Dijo que creía en el Dios panteísta de Baruch Spinoza, pero no en un dios personal, una creencia que criticó. Einstein creía en un dios que se revela en la armonía de todo lo que existe, no en un dios que se interesa en el destino y las acciones del hombre. Deseaba conocer cómo Dios había creado el mundo.

La más bella y profunda emoción que nos es dado sentir es la sensación de lo místico. Ella es la que genera toda verdadera ciencia. El hombre que desconoce esa emoción, que es incapaz de maravillarse y sentir el encanto y el asombro, está prácticamente muerto. Saber que aquello que para nosotros es impenetrable realmente existe, que se manifiesta como la más alta sabiduría y la más radiante belleza, sobre la cual nuestras embotadas facultades sólo pueden comprender en sus formas más primitivas. Ese conocimiento, esa sensación, es la verdadera religión.

Mi religión consiste en una humilde admiración del ilimitado espíritu superior que se revela en los más pequeños detalles que podemos percibir con nuestra frágil y débil mente.

Pensamientos y Reflexiones de Albert Einstein
La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.

Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.

En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.

Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida.

Intenta no volverte un hombre de éxito, sino volverte un hombre de valor.

Hay dos maneras de vivir su vida: una como si nada es un milagro, la otra es como si todo es un milagro.

El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados.

No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos.

Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.

La teoría es asesinada tarde o temprano por la experiencia.

¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.

Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.

Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas.

Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.

Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos.

Al principio todos los pensamientos pertenecen al amor. Después, todo el amor pertenece a los pensamientos.

Estoy absolutamente convencido que ninguna riqueza del mundo puede ayudar a que progrese la humanidad. El mundo necesita paz permanente y buena voluntad perdurable.

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Si siempre se hacen las cosas de la misma manera, siempre se obtienen los mismos resultados, pero si queremos que pase algo diferente, obtener otros resultados, debemos hacer las cosas de manera diferente.

No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El” w:la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”

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