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¿¿¿¿Que hijos estamos criando????

Hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela. Se levantan irritados, pues se acuestan muy tarde porque están hablando por teléfono, viendo televisión o conectados al internet.

No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos ponen un dedo en nada que tenga que ver con arreglar algo en el hogar. Idolatran a sus amigos y viven poniéndoles defectos a sus padres, a los cuales acusan a diario de que son anticuados.

No hay quien les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo. Semanalmente hay que darles su mesada de la que se quejan a diario porque eso no les alcanza. Si son universitarios, siempre se inventan paseos de fin de semana que lo menos que uno sospecha es que regresarán con un embarazo o habiendo fumado marihuana.

Definitivamente estamos rendidos y la tasa de retorno se aleja cada vez más, pues aún el día en que consiguen un trabajo hay que seguir manteniéndoles. Me refiero a un segmento cada vez mayor de los chicos de clase media que bien pudieran estar entre los 16 y los 24 años y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos, constituyen un verdadero dolor de cabeza.

¿En qué estamos fallando?

Para los nacidos en los años cuarenta y cincuenta, el orgullo reiterado es que se levantaban de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tenían que limpiar la casa; que lustraban sus zapatos; algunos fueron limpiabotas y repartidores de diarios; otros llevábamos al taller de costura la ropa que elaboraba nuestra madre.

Lo que le pasó a nuestra generación es que elaboramos un discurso que no dio resultado: «Yo no quiero que mi hijo pase los trabajos que yo pasé».

¿Usted por qué tiene lo que tiene? Porque le costó esfuerzo, sacrificios, y así es que se aprende a valorar los esfuerzos de los padres. Por esto no debemos acostumbrar a nuestros hijos a recibir todo por obligación.

Nuestros hijos de hoy nunca han conocido la escasez, se criaron desperdiciando. A los 10 años ya habían ido a Disney World dos veces, cuando nosotros a los 20 años no sabíamos lo que era tener un pasaporte. El dame y el cómprame siempre ha sido generosamente complacido y ellos se han convertido en habitantes de una pensión con todo incluido, (TV, Dvd, equipo de sonido, internet, comer en la cama, recogerle el reguero que dejan porque siempre se les hace tarde para salir…) luego pretendemos que tener un hogar normal y nos preguntamos ¿por qué nuestros hijos se aíslan, no comparten con nosotros? Cualquier cosa es mejor que sus padres o una actividad familiar.

¿Quién les suministro todo eso a nuestros hijos? Nosotros mismos, solitos y sabiendo que no estaba bien.

Al final se marchan del hogar en la conquista de una pareja y vuelven divorciados porque no fueron capaces de adaptarse a su nueva vida.

Recomendaciones:

Los que tienen hijos pequeños, pónganlos los domingos a lavar los carros, a limpiar sus zapatos, y a ganarse las cosas. Dele un pago simbólico, esto puede generar una relación en sus mentes entre trabajo y bienestar. Las hijas mujeres deben desde temprano aprender a manejar el hogar para que entiendan la economía doméstica en tiempos que podrían ser difíciles, y porque ellas tienen una conciencia más amplia del orden y la prosperidad del hogar.

La música metálica, los conciertos, la televisión, la moda y toda la comunicación electrónica han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó, y ellos se aprovechan de nuestra supuesta desinformación para salirse con la suya.

Si hemos sido muy permisivos o si sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos ha quedado en manos de las empleadas domésticas, en un medio ambiente cada vez más deformante y supuestamente por nuestro cargo de conciencia de no tener mucho tiempo con ellos, lo subsanamos con cosas materiales, estamos forzados a revisar los resultados.

Nunca es tarde para cambiar, recuerda que es mejor tarde que nunca. Nuestros hijos algún día lo agradecerán.

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«Educar con humor es posible» Carles Capdevila.


Veinte años y un día de paternidad (“que suena a condena, pero es una de las condenas más divertidas y apasionantes”) dan para mucho y de todo ello habló Carles Capdevila en su genial ponencia en Madrid, donde rememoró todas las etapas de la vida de sus cuatro hijos: desde las preguntas impertinentes de los vecinos al conocer el embarazo hasta el momento que nunca pensó vivir: recoger a su hija mayor de un concierto por la noche.

En medio de las carcajadas del público, Carles compartió 10 lecciones que le han dejado esta condena, como que cada niño es distinto, que los niños prodigios son pocos, que los riesgos existen o que la paternidad y la maternidad nos provocan contradicciones.


Gestionando Hijos

Guardacostas turcos dejan refugiados heridos y muertos a su paso por Lesbos

  • Arrollaron una de las barcas en las que viajaban y les abandonaron en mitad del mar.
    Uno de los supervivientes que logró llegar después a Grecia, asegura que las patrulleras turcas no sólo no les rescataron, sino que dejaron heridos y muertos a su paso.
    Activistas de Lesbos han relatado a laSexta Noticias la tensa conversación entre un buque de la OTAN y los guardacostas turcos.
    Su respuesta ha sido que a esa hora estaban devolviendo una embarcación interceptada en Grecia.
    A las 06.40 de la madrugada del 31 de marzo, un barco de la OTAN registra dos dinguis cerca de Lesbos, dos embarcaciones con refugiados abordo, están en aguas turcas y por ello la OTAN llama a los guardacostas turcos.
    Tienen que insistir para acabar contactando con ellos.
    Una activista en Lesbos, que prefiere mantener el anonimato porque teme represalias, a través de una emisora es testigo de la conversación:
    “Por la radio y por la banda marina escuchamos una conversación entre uno de los buques de la OTAN que llamaban muy nerviosos, muy excitados, no como normalmente suelen hablar y minutos después otra persona asumió el mando de la comunicación de la OTAN y con una voz fuerte y autoritaria dijo que tenían que ir allí y cogerlos”.
    Y según la versión de un hombre herido que viajaba a bordo, los guardacostas turcos no sólo no les prestan auxilio sino que aquí viene lo más grave de la cuestión: cuenta que el barco turco pasó por encima de las dos embarcaciones.
    Una consigue llegar a puerto al sur de Lesbos, es en la que viajaba él, testigo y víctima de lo sucedido.
    “Según nos relata una de las personas que estaban heridas en el hospital, un guardacostas turco les abordó, les pasó por la proa donde él fue herido junto a otros compañeros y vieron cómo perfectamente ese mismo guardacostas pasaba por encima de otra embarcación.
    Perdieron de vista a la segunda embarcación donde él también nos dice que tuvo lugar muertos”, explica la activista.
    Y esta es la versión que nos dan los guardacostas turcos:
     “A esta hora nuestros barcos rescataron una lancha de refugiados. Nos la dieron barcos griegos. No están en posición de peligro. Están bien, en el lado turco y no hay heridos”.
    Y precisamente sabemos que Turquía ejecuta devoluciones ilegales y en masa de personas refugiadas sirias.
    Es la acusación que hace Amnistía Internacional que añade que Turquía ha estado deteniendo y expulsando a Siria a grupos de alrededor de un centenar de refugiados casi a diario desde mediados de enero.

«Lo mejor que le puedes preguntar a tu hijo cuando vuelve del colegio»

Si se pregunta a un niño menor de diez años qué tal le ha ido ese día en el colegio, lo más probable es que conteste con un escueto «bien». La asesoría pedagógica Criar en positivo compartió el pasado jueves un vídeo en su perfil de Facebook en el que se apuntan diez cuestiones que favorecen la comunicación entre padres e hijos. En apenas tres días ha logrado más de 375.000 reproducciones.

«Si mañana pudieras ser el profesor, ¿qué harías?» o «¿Qué ha sido lo mejor del recreo? son algunas de las propuestas que enumera este listado, publicado por vez primera en 2014 en el blog aulaPlaneta, especializado en contenidos dedicados a padres y profesores.

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Además de qué cosas preguntar, aulaPlaneta, aconseja a la hora de intentar hablar con los niños encontrar el momento adecuado para hacerlo, prestarles atención, mantener lejos aparatos electrónicos, mostrarse comprensivos y no insistir si se muestran reacios a charlar.

El vídeo acompaña cada una de estas diez preguntas con ilustraciones y se publicó en el muro de Facebook de Criar en positivo después de que lo enviara una de sus lectoras, comenta a Verne Johannes Ruiz Pitre, una de sus responsables de este blog «de disciplina positiva».

«Criar con respeto es criar seres humanos felices, autónomos, resolutivos y con grandes habilidades de vida», se define a sí misma esta asesoría pedagógica y de crianza.

El blog educativo aulaPlaneta también ha apuntado otras diez preguntas que hacer a niños mayores de diez años, que se acercan a la adolescencia.

El periodista y divulgador Carles Capdevila, mostraba en 2015 en un monólogo las diferencias entre educar a los hijos pequeños y a los adolescentes. La principal de ellas consiste en «espabilar a los pequeños y controlar a los mayores». Comparando los dos gráficos compartidos por aulaPlaneta se puede ver qué otros de los factores a tener en cuenta a la hora de tratar con niños mayores de diez años es el incorporar a la comunicación elementos cotidianos en su vida, como pueden ser las redes sociales o nuevas formas de ocio, como la música.


https://www.facebook.com/criarenpositivo/videos?ref=page_internal

verne.elpais.com

«El monólogo sobre las diferencias entre educar a niños y adolescentes» Carles Capdevila.


Si tienes bebés en casa o adolescentes, da igual. Este video te interesa y te va a partir de risa.

Carles Capdevila es director del diario catalán Ara, colaborador del espacio ‘Guía de Padres’ en el programa Hoy por Hoy de la Ser y padre de 4 hijos. En este vídeo desarrolla un discurso lleno de humor sobre la paternidad, con el que se cerró el encuentro Gestionando Hijos, en Barcelona. Suscitó entre el público carcajadas hablando de la importancia del sentido del humor en la educación de nuestros hijos.

«Para entender la paternidad o maternidad no hace falta ser madre, es suficiente con ser hijo. La educación es el tema más universal, es la vida en estado puro». Unido a su humor habitual o «la ironía como método para no tener que estar enfadado todo el día».

Con 19 años de experiencia en paternidad ha llegado a la conclusión de que su misión consiste en «espabilar a los pequeños y controlar a los mayores», en su caso dos niños y dos adolescentes. «Esta noche cuando llegue a casa dos me abrazarán y dos no», dice en un momento del monólogo, en el que explica los cinco sentidos que componen la base de su manera de educar, con una estructura similar a la de un mónologo propio de El club de la comedia:

1. Sentido Común. Para intentar aproximarse a su meta aplica el sentido común necesario para que un padre se replantee si es necesario repetirle 27 veces a sus hijos que se vayan a dormir, por ejemplo. «Tal vez es que no entiende tu idioma», dice con retranca durante la ponencia.

2. Sentido del ridículo. El segundo sentido en el que confía Capdevila: «Padres bajitos que llegan al médico y no entienden por qué su hijo es bajito. Esto ocurre. Y claro el pediatra acaba mirando a ambos y diciéndoles: ‘Felicidades, el hijo es suyo».

3. Sentido del deber y la responsabilidad. Es decir, aquel que debería servir para que una pareja se pregunte si merece la pena verbalizar la frase ‘¿Tener hijos te cambia la vida?’. «Pobrecitos, mejor que no tengan», termina por decir el periodista en la ponencia. «Esta resistencia a ser padres y no querer cambiar me sorprende, porque es imposible».

4. Sentido moral. Se refiere a los valores, los que según Capdevila dependen mucho de la imitación. «A veces los roles los confudimos por la excesiva entrega», plantea.

5. Sentido del humor. Es el que vertebra su filosofía educativa. «Los padres motivados tenemos ciertos complejos o ansiedades fruto de saber tanto», dice, «y a mí lo que me apetece es que hablemos de educación y que a la vez nos divirtamos».

Rodeado de madres y padres que han descubierto en internet una nueva manera de compartir sus experiencias, el periodista cree que esta plataforma sirve para difundir experiencias de una manera más rápida y sencilla. «A veces te ayuda más otro padre o madre que un psicólogo o un pediatra», opina. «Además, estamos más informados, a veces demasiado. Creo que Google es una maravilla y también una fuente de preocupaciones infundadas». La sobredosis de información, métodos y consejos pueden tener también consecuencias negativas. «Nos puede acomplejar, nos rebaja la autoestima. Es mejor estar informado, pero ser padre o madre requiere espontaneidad, alegría, seguridad, sentido común».


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«Efecto Oveja Negra – La oveja negra no es mala, sólo diferente»


Toda familia tiene una oveja negra. Es esa persona que no ha seguido con la tradición familiar, que no comparte los mismos gustos e intereses y, sobre todo, que se atreve a defender su identidad. Sobre esa persona a menudo los demás proyectan sus culpas hasta convertirle en el “chivo expiatorio”.

Obviamente, ser la oveja negra no es una sensación agradable, sobre todo porque este término tiene una acepción bastante negativa. En el momento en que decidimos que lo que define y satisface a los demás, no nos define ni satisface a nosotros, comienzan a mirarnos con preocupación porque hemos cruzado una frontera que no se podía traspasar.

Efecto Oveja Negra: ¿Por qué quienes más te quieren son quienes más te critican?

Para comprender por qué la familia y los grupos más íntimos crean a una oveja negra, es necesario adentrarse en la Teoría de la Identidad Social propuesta por Henri Tajfel, un psicólogo social de origen polaco. Esta teoría nos da algunas pistas importantes para comprender el fenómeno de la discriminación dentro del grupo. De hecho, debemos comprender que, por muy diferentes que sean, todos los grupos y sus integrantes tienen algunos puntos en común:

– Los grupos se enfocan en las características negativas de otros grupos. Cuando los grupos emiten juicios sobre otros grupos, normalmente estos son negativos porque intentan influir sobre las opiniones de sus miembros, de manera que estos perciban que su grupo es mejor. Se trata de un sesgo cognitivo en el que todos hemos caído. Por eso solemos decir, por ejemplo, que nuestro equipo de fútbol es el mejor o que nuestra familia es la más feliz, aunque sepamos que no es así.

– El grupo ejerce una gran presión sobre sus integrantes. Dentro de los grupos existe un alto nivel de exigencia sobre cada uno de los integrantes, una presión que persigue el objetivo de mantener la cohesión y que no se rompa la armonía interna. Por eso, un padre puede mostrarse muy permisivo con los hijos del vecino pero ser muy estricto con los propios.

El Efecto Oveja Negra se refiere precisamente a esa presión y crítica que se ejerce sobre los miembros del grupo. De hecho, es la tendencia de un grupo a evaluar a uno de sus miembros de forma más severa, maximizando sus errores y aplicando castigos más ejemplares.

Uno de los estudios clásicos en la historia de la Psicología, llevado a cabo en el año 1988, nos muestra claramente cómo se pone de manifiesto este fenómeno. Estos psicólogos analizaron la ejemplaridad de los miembros del grupo, uno de los factores que determina el comportamiento de las personas en el grupo para diferenciarse del resto y que se encuentra en la base del Efecto Oveja Negra.

En el experimento “enfrentaron” a un grupo de estudiantes de Filosofía con estudiantes de Derecho. Los miembros de cada grupo debían escuchar una serie de discursos grabados, algunos eran muy buenos y otros muy malos. En cada sesión se le informaba al participante si el discurso era de un estudiante de Derecho o de Filosofía. Los psicólogos también incluyeron un grupo de estudiantes que no pertenecían a ninguna carrera en específico y a los que no se les decía qué carrera estaba estudiando la persona que daba el discurso.

Así se apreció que cuando los estudiantes debían juzgar el discurso de un miembro de su grupo (una persona que estudiaba su misma carrera), emitían juicios más extremos. En práctica, si un estudiante de Derecho escuchaba un discurso malo de un estudiante de su misma carrera, lo calificaba como peor, en comparación con la calificación que daban los estudiantes de Filosofía y viceversa.

Ese mismo efecto se aprecia, por ejemplo, en los fans de un equipo deportivo. Cuando su equipo juega mal, son los primeros que se lamentan y califican la actuación como lamentable, emitiendo juicios desfavorables más extremos. Eso mismo ocurre en el seno de una familia o en un grupo de amigos.

En práctica, el grupo debe asegurarse de que sus miembros no sólo se mantienen unidos sino que también siguen las normas que los identifican y que, obviamente, les hace ser “mejores” que los demás. Por eso, cualquier desviación de la norma es una señal de alarma que amerita un escarmiento.

El Efecto Oveja Negra tiene tres funciones fundamentales:

1. Preservar la identidad positiva del grupo, asegurándose de que sus miembros cumplen las normas.

2. Mostrar al resto de los miembros qué sucede cuando no se cumplen las normas.

3. Distraer la atención de los miembros del grupo de otros problemas mucho más peligrosos, que pueden afectar profundamente la identidad grupal.

Detrás de cada oveja negra, se esconde el miedo de las ovejas blancas

Detrás del calificativo de “oveja negra” en realidad se suele esconder un gran miedo.

– Miedo a perder el control sobre uno de los miembros. La familia o el grupo teme perder el control sobre uno de los miembros, cuyo rol es fundamental para mantener el equilibrio, muchas veces precario.

– Miedo a que se dañe la identidad positiva. El grupo no es simplemente la suma de cada uno de sus integrantes sino que tiene una identidad, en la cual se ven reflejados sus miembros. Cada persona desea, consciente o inconscientemente, que su grupo tenga una identidad positiva porque eso alimenta su autoestima. Por eso, cuando uno de sus integrantes no cumple con las normas, se percibe como una amenaza ya que la identidad positiva que el grupo ha construido se tambalea.

– Miedo a que salgan a flote otros problemas. En muchos casos, tildar a uno de los miembros del grupo como la oveja negra implica convertirlo en el chivo expiatorio. De hecho, esa oveja negra puede ser la fuerza que mantenga unido al grupo ya que distrae la atención de otros problemas y tensiones mucho más profundos que ponen en tela de juicio la identidad positiva del grupo.

– Miedo provocado por antiguos traumas. En otros casos, el miedo surge del reflejo; es decir, las personas del grupo ven en la oveja negra deseos, comportamientos, actitudes o aspiraciones que ellos mismos tuvieron que reprimir en otro momento, para someterse al control del grupo. Ver esos comportamientos es como revivir un antiguo trauma, lo cual genera instintivamente una reacción defensiva.

En cualquier caso, y sea cual sea el origen del problema, debes ser consciente de que no nacemos siendo ovejas negras. Es tu entorno social quien te califica como tal cuando no cumples con determinadas normas o expectativas. Por tanto, reaccionar ante esa etiqueta es un acto de valentía.

Pertenecer a un “rebaño” no da la felicidad: Atrévete a buscar tu camino

Cuando una persona asume que es la oveja negra de la familia, puede hundirse y aceptar pasivamente ese rol. De hecho, muchos aceptan esa etiqueta y desempeñan el papel que les ha asignado el grupo, lo cual suele significar someterse a las burlas, el desprecio y las críticas constantes sin rebelarse.

Sin embargo, cuando te catalogan como la oveja negra, también tienes otra opción: reaccionar. No tienes por qué aceptar un rol en el que todos se lavan las manos y se sienten cómodos y el único perjudicado eres tú. No se trata de emprender una cruzada personal, tan solo de hacer valer tu derecho a ser como quieres ser y vivir la vida que deseas.

De hecho, hay veces que ser catalogado como la oveja negra de la familia puede ser lo mejor que te pueda pasar. Pregúntate si pertenecer a ese rebaño de ovejas blancas realmente te hace feliz. Si no es así, quizás ha llegado el momento de asumir una distancia emocional. Para lograr ese distanciamiento tendrás que ir despojándote de diferentes capas que se han ido creando a tu alrededor durante todos estos años. Básicamente, ese proceso de liberación consta de tres pasos:

1. Ser consciente de tu individualidad. No tienes la obligación de ser como tus padres o hermanos. No tienes que pensar como ellos ni estar de acuerdo con sus opiniones o desear las mismas cosas. No tienes que actuar siguiendo sus normas ni hacer lo que los demás esperan que hagas. Tienes derecho a ser tú mismo y perseguir tus sueños.

2. Sentirte a gusto contigo mismo. Las ovejas negras a menudo creen que son malas, que no merecen respeto o amor, simplemente porque son diferentes. Este mensaje, a fuerza de repetirlo, puede haber calado muy hondo en tu interior, sobre todo porque te lo han dicho las personas que, supuestamente, quieren lo mejor para ti. Por eso, es fundamental que te sientas bien siendo quien eres, con tus valores, formas de ver la vida y decisiones. Sé tú mismo y no te avergüences de ello, al contrario, siéntete orgulloso.

3. Aceptar a los demás. Cuando la oveja negra logra finalmente deshacerse del influjo negativo de quienes le rodean y se da cuenta de que no hay nada malo en sí, a menudo siente rencor hacia quienes le hicieron sentir mal durante tantos años. Sin embargo, si realmente quieres quitarte esa etiqueta y liberarte de la presión que ejerce ese grupo, el último paso consiste en perdonar a esas personas y aceptarlas tal como son.

Fuentes:
-Marques, J. M. & Paez, D. (1994) The ‘Black Sheep Effect’: Social Categorization, Rejection of Ingroup Deviates, and Perception of Group Variability. European Review of Social Psychology; 5(1): 37-68.
-Marques, J. M. & Yzerbyt, V. Y. (1988) The black sheep effect: Judgmental extremity towards ingroup members in inter and intra group situations. European Journal of Social Psychology; 18: 287-292.

Jennifer Delgado
www.rinconpsicologia.com

 

TV, tablet, niños… ¿qué hacemos?

Por Juan Ignacio Garzón

Frente a la invasión masiva de las pantallas de todo tipo ante la mirada de los niños de esta generación, los adultos debemos tomar consciencia de ciertas cuestiones alrededor de este tema. No es para alarmarse, para asustarse ni para dramatizar. Lo que debemos es hacer algo al respecto.

Muchos dirán que la tablet, el celular y la TV para los niños son un mal necesario, que es lo que tocó vivir a esta generación, que no se puede tener un hijo en una burbuja, que no sé qué otra cosa ponerle para que se calle, y un sinnúmero de etcéteras.

Televisión, tablet y niños

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Antes que nada, quiero decirles que yo he transcurrido todo lo que menciono en este artículo, ha sido mi propia experiencia con el tema, no soy un purista ni alguien que habla desde la teoría. Hablo desde mi práctica y experiencia como padre.

La televisión

En un niño, la capacidad interna de imaginación y creatividad forman parte de su desarrollo saludable. Por ejemplo, jugar con un palo e internamente “ver” un avión. Tomar muñecas e internamente verlas hablando, jugando, vistiéndose. Escuchar un cuento e internamente ver lo que ocurre. Estas experiencias, en el futuro, formarán adultos espontáneos y creativos, ya que la creatividad proviene de captar ideas utilizando los sentidos internos. La TV parcialmente anula estos aspectos dado que no permiten la imaginación y anulan los sentidos internos, ya que es exactamente lo opuesto: todo está dado, no hay lugar para nada. No hay acto creativo ni espontáneo, ni imaginación. Todo está resuelto allí. Según diversas investigaciones, la TV produce déficit de atención en los escolares.

Televisión, tablet y niños

Por otro lado, debemos concientizarnos del contenido de la TV, por ejemplo, el género infantil es el segundo con mayor violencia injustificada y gratuita [1]. La violencia se intenta embellecer y hacer divertida. Para el género pre-adolescente, simplemente los invito a mirar un programa de TV y analizar en profundidad el contenido..

Los niños menores de 7 u 8 años, no tienen filtros en general al momento de percibir la realidad, y menos al momento de ver tele, con lo cual absorben el contenido y lo toman como real.

Tablet, juegos electrónicos y celulares

Los dispositivos móviles y juegos electrónicos son utilizados por los niños principalmente como entretenimiento. Utilizados en exceso generan principalmente una adicción y ansiedades. Dependiendo del género de los juegos, genera violencia. [2] [3]

Concienticémonos de que los juegos de hoy día son específicamente diseñados para ser adictivos. Se disfrazan de juegos de ingenio, cuando en general fueron pensados fundamentalmente para ser ganados mediante la perseverancia (es decir: mayor tiempo en el dispositivo, para generar mayores ingresos publicitarios).

Diversas asociaciones recomiendan el no-uso de la TV y dispositivos móviles o la reducción a lo indispensable [3] [4].

¿Entonces?

Bueno, contestando la pregunta original. ¿Qué podemos hacer? La respuesta que encontré, es que la TV, tablet y demás sean excepciones y no reglas. Con el tiempo pude comprender que estos dispositivos dejaban a mis hijos en estados de ansiedad, enojo y malestar que perduraban hasta el día siguiente. No fue fácil ver esto, por mucho tiempo no podía tomar consciencia, simplemente veía que era “otra rabieta más”, después comencé a encontrar un vínculo entre la permanencia frente a la TV y/o juegos electrónicos y ciertas actitudes de mis hijos.

Debemos apuntar al no-uso de estos dispositivos, ya que no son realmente necesarios para el desarrollo saludable de los niños, y sólo son usados por los niños que no encuentran otra forma de disfrute, y los adultos que… tampoco!

Disfrutar, disfrutar, disfrutar!

Para comenzar este proceso, tenemos que entender, que el problema somos los adultos y los niños son la consecuencia. No tienen un problema los niños aburridos (este artículo es una lectura fundamental para profundizar este tema), tampoco los niños que no saben qué hacer. Somos nosotros el problema.

¿Por qué?

Los dispositivos móviles actúan como una excitación de nuestros sentidos. De hecho, nuestra vida hoy día está rodeada de elementos que buscan el disfrute material, mediante los sentidos. Tanto en el tema que tratamos, como en aspectos como la alimentación. La TV cada vez brinda una experiencia más excitante, los teléfonos cada vez son más brillantes, poderosos, rápidos. Se busca lo llamado “experiencia del usuario” y las empresas compiten por conseguir la mejor.

Sin embargo, la excitación de nuestros sentidos y el disfrute real, no están vinculados en absoluto.

La palabra disfrutar proviene del latín, y está compuesta por el prefijo dis (separación o repartición por múltiples vías, también intensificación como aquí) y fructus (fruto). Es decir, significa sacar la fruta; o bien gozar del producto de algo. El fruto es símbolo del resultado de algún trabajo o alguna inversión.

Entonces, ¿se disfruta la TV? Claro que sí! Al momento de comprarla ya que implicó un esfuerzo económico que se ve reflejado en un hermoso aparato. Pero, ¿se disfruta ver la TV? La respuesta es que únicamente cuando estamos apreciándola como un arte, lo cual puede ser ver una buena película, o un partido de fútbol, pero debemos entender que hay un límite difuso entre una costumbre (poco saludable) de tenerla prendida varias horas, o sentarse específicamente a ver algo en particular. Los niños, en general, no buscan apreciar artísticamente una película. El asombro, la tristeza, la diversión y demás sentimientos que transmite la TV deberían reemplazarse por vivencias y experiencias reales de estas emociones en ellos. Esto mismo se puede extender a cualquier dispositivo móvil.

Entonces el camino se vislumbra un poco más claramente: la TV se puede reemplazar por actividades que generen un disfrute genuino de la vida y de nuestro tiempo.

Primer paso: adquirir nuevos hábitos

El objetivo es encontrar hábitos que disfrutemos. Vamos, un poco de creatividad! Cuando empecemos este trabajo interno, se nos presentarán solos. Tejer, hacer música, bailar, jugar, pintar, moldear arcilla, dibujar, escribir. Algo que genere entusiasmo. Pero deben ser actividades en casa, no afuera. Que el resto de la familia nos vea disfrutar de algo. Esto es un camino individual, aunque por supuesto puede ser compartido.

Mostremos nuestro disfrute, que no sea encerrado en un cuarto, sino en medio del living (donde no tape la tele, por el momento claro!).

Segundo paso: pasar tiempo de calidad con nuestros hijos

No se trata de cantidad, sino de calidad. No podemos pasar tiempo de calidad si no disfrutamos la actividad. Entonces, aunque sean 5 o 10 minutos por día, disfrutemos con ellos. Que nos vean reirnos, y nosotros a ellos. No para todos es fácil, yo muchas veces pasaba tiempo en “automático” con mis hijos, sin disfrutar realmente. Preferible que sea menos tiempo, pero con constancia diaria y real.

Tercer paso: eliminar mecanismos de premio / recompensa

La tele no es un premio. No ver la tele no es un castigo. Eliminemos este concepto. No se debe usar más como mecanismo de premio castigo. Más allá de que este mecanismo no es realmente útil y no debería emplearse (vereste artículo), menos aún si nos proponemos eliminar la tele y dispositivos electrónicos.

Cuarto paso: la batalla comienza…

En este punto, comenzaremos a restringir el tiempo de dispositivos. Paulatinamente. Cada uno sabrá cuánto restringir. Pero que haya una restricción, que un límite comience a aparecer. Si ya había uno, apretemos un poco el cinturón. Recordemos, no estamos aquí para estar cómodos. La incomodidad cuesta pero es un mecanismo natural de aprendizaje y evolución.

Es nuestra tarea como educadores entender qué es lo que necesitan los niños. Un niño puede pedir e insistir la tele o tablet, pero no es lo que necesita. Simplemente por razones externas a él, adquirió un hábito y posiblemente una adicción, y actúa en consecuencia. Debemos mantenernos firmes, pero con muchísimo amor siempre, no los estamos castigando! Firmeza y amor, la receta fundamental de este paso.

Quinto paso: educación

Este es el paso cúlmine de en esta tarea.

Partamos de un ejemplo ¿Qué cuesta menos, con el niño de 4 o 5 años: lograr que se bañe solo o que lo bañe un adulto? ¿lograr que se lave él mismo bien las manos, o que se las lave el adulto?

¿Qué es más sencillo, ordenarle nosotros esos juguetes que dejó desparramados, o lograr el hábito de que él mismo los ordene?

Enseñar hábitos, nos exige esfuerzos considerables a los padres. No es sencillo en absoluto. Así que este quinto paso, nos demandará un esfuerzo y dedicación. Tomemos consciencia de este punto. Ya que si en el cuarto paso buscamos destruir parcialmente un hábito nocivo, este es el momento de construir. Y para ello emplearemos las herramientas adquiridas anteriormente.

¿Cómo?

Bueno, justamente si la tele coarta la creatividad, apagarla debe encenderla! Firmeza, amor, y ahora, creatividad. Debemos darles actividades cotidianas. Que limpien los vidrios de las ventanas, que preparen el puré, que pelen la zanahoria, que lustren los zapatos. No debemos ser sus payasos, no siempre es un juego. Entretenimiento es una palabra que no me gusta. Un niño tiene toda la capacidad para disfrutar de un acto tan simple como pisar la papa del puré y jugar al hacerlo. O llevar la pava de agua caliente a la cocina y verse reflejado en ella. Y luego tomar al gato y ver al gato reflejado en la pava. Cosas simples! Es fundamental que así lo sean, todos nosotros llevamos en forma innata la capacidad de divertirnos, y es antinatural necesitar tanta excitación para no aburrirse. Debemos re-educarnos y volver al disfrute de lo simple.

En este punto de educación, debemos estarles encima, y dedicarles tiempo. Puede ser hecho paulatinamente, cada uno elegirá en función de sus posibilidades.

Sexto paso: Punto Final

En un momento dado, se puede dar el paso de eliminar algunos dispositivos de la casa. Yo lo he hecho con la tablet (salvo para la música!), juegos en celulares y el cable TV, y los resultados fueron mucho menos dramáticos que lo esperado. Comencé estableciendo un día “permitido” pero luego tomé conciencia de que estaban continuamente esperando ese día. Así fue que luego de un tiempo establecimos como familia claramente el “no se juega más”. No fue difícil, simplemente ellos en el fondo de su Ser saben lo que necesitan, y cuando nos piden e insisten es su capa “superficial” la que lo hace, pero al poco tiempo su verdadero Ser toma el mando de la niñez . Todo niño, en el fondo desea una infancia plagada de recuerdos, travesuras, juegos, corridas, dibujar, dibujarse, saltar la soga. La tele no llena nuestra infancia de vivencias, es tiempo perdido. Y del más valioso del mundo.

http://pediatrics.aappublications.org/content/132/5/958.full-text.pdf

Recupera tu autoridad. Las batallas que pierdes enfrentado a los niños

Los Niños de Hoy
Fuente imagen: http://www.desiringgod.org/

Hijos que “no hacen caso”; grupos de niños indomables, conflictos que superan, que agobian, que quisieras evitar pero que debes enfrentar… Te cansas de perder, de ceder, de sentir que haces todo mal…
La tarea de ser un educador se hace difícil, compleja, insostenible. Sientes que entras en guerras interminables, que dejan debilitada tu figura de autoridad, y la autoestima de cualquier persona que se enfrente a estos pequeños guerreros.

Si propones una batalla, asegúrate de tener la fortaleza para enfrentarla

“Termina de hacer tal cosa, antes de salir.”, “¡no vuelvas después de las x hs.!”, “¡no te pongas esta ropa!”, “si no traen esto terminado, no podrán…”, “¡qué sea la última vez que hacen esto!”.

Lanzamos hacia adelante órdenes, frecuentemente sin tener la convicción, el coraje, ni menos, la fuerza, para sostenerlas hasta que se lleven a cabo.
Ordenamos para decir “aquí estoy” o porque sentimos que “debemos hacerlo”, pero no estamos decididos a mantenernos firmes ante la posible o eminente oposición del niño.
Entramos en una batalla débiles, dubitativos e inseguros; y… hay que decirlo, aunque ya lo sabes… la victoria no será tuya.

Te describo el desenlace: El niño se niega a obedecer; tú insistes, agotado, pero intentado mantenerte firme. El niño, al notar esa pequeñísima debilidad, y por ende, posibilidad de no hacer lo que se le pide, vuelve a oponerse.
El cansancio crece, se hace insostenible… Vuelves a reforzar tu decisión, esta vez con menos coraje, y ya casi seguro de que debes retirarte, frustrado ante otra batalla perdida.
Obviamente, el niño percibiendo su victoria, vuelve a enfrentarte, negándose por completo a hacer lo que dices.
Fin! Perdimos…Nos retiramos frustrados, agotados emocionalmente; sintiéndonos pésimos padres o figuras de autoridad. Una vez más, perdimos las riendas…

¿Qué hicimos mal?

Lo fundamental: antes de presentarte con una decisión tomada, no te has preguntado si tenías la fortaleza para sostenerla hasta que se lleve a cabo.
Si vas a hacer o decir, será necesario que antes lleves a tu consciencia que necesitarás mantenerte firme, así el niño se niegue de la forma que sea.

En vez de decir impulsivamente, lo haces premeditadamente. Busca tu eje, calma tus emociones, empoderate en tu rol, percibe el amor que sientes por este pequeño, todo esto será la base que te sostendrá y mantendrá estable ante cualquier posibilidad de reacción.

Varias cosas pueden suceder como respuesta:
Una, que es la más probable, es que el niño note tu firme convicción, y ni se le ocurra la posibilidad de negarse. Simplemente accederá, de buena o mala gana, pero hará lo que se le pide.
Dos, es que se niegue, pero, si se encuentra con personas emocionalmente preparadas para sostener la indicación, sin dar lugar a la duda, simplemente lo terminará haciendo.

Si te mantienes como figura de autoridad pacífica, pero decidida y firme, no habrá guerra, menos aún, batallas. Puede haber una cierta tensión, a modo de prueba, para ver hasta dónde se puede; pero si el límite está bien marcado, no habrá espacio para que las batallas se desencadenen.

Ahora, ¿qué sucede si sientes que no vas a poder sostener una discusión, un límite o una orden? Entonces no lo digas, no lo pidas, no lo dictamines. Simplemente, terminarás cediendo, y esto a fin de cuentas es peor para ti y para el niño.
Es preferible retirarse antes y descansar, que terminar más agotado sin haber logrado nada nuevo.
Eso que quieres que se haga, puede ser hecho otro día, cuando puedas presentarte como verdadero referente de la situación.

Pero cuidado, no caigas en la tentación de dejar pasarlo todo, por no enfrentar las situaciones. Si haces esto, las dificultades crecerán y llegarán a ti cada vez más.
Solo tomate unas horas, un día o dos para reafirmarte, para hacerte consciente de la dinámica, para pensar la mejor manera, para recuperar estabilidad emocional o lo que se necesite, pero luego hazte responsable de tu rol.

Nadie quiere exponerse a batallas, menos aun con los seres que más amamos, pero a menudo los niños necesitan dicho enfrentamiento para conocer su propio límite… y el tuyo. Es por eso que eres tu quien debe presentarse pacífica pero firmemente, e indicarle: “es hasta aquí”.
Y si… puede no ser fácil, nadie dijo que lo sería, pero es un lindo reto el conocerse, el encontrar la manera, y finalmente disfrutar de los logros y de la armonía generada gracias a ellos.

Autora: Nancy Erica Ortiz
Pedagoga Integral

http://www.caminosalser.com/i1815-recupera-tu-autoridad-las-batallas-que-pierdes-enfrentado-a-los-ninos/

Un robot ayuda a los niños a desarrollar pensamiento lógico y habilidades sociales

Su principal novedad está en su “chasis”: incorpora un lector RFID que permite que los niños interactúen con él

UPV/DICYT Investigadores de la Politècnica de València han creado un robot que ayuda a desarrollar el pensamiento lógico y las habilidades sociales de los niños de entre tres y cinco años. Lo han bautizado con el nombre de TangiBot y su principal novedad está en su “chasis”: incorpora un lector RFID que permite que los niños interactúen con él, manejándolo con objetos lúdicos, como lápices de goma eva y otros juguetes como pelotas, figuras de animales de plástico, etc. Estos juguetes también incorporan etiquetas RFID, cada una de ellas codificadas para que el robot muestre diferentes tipos de comportamiento.

 

“Nuestro objetivo era tratar de averiguar cómo podemos utilizar las TIC en el contexto de la educación preescolar con nuevas formas y dominios de aprendizaje; cómo las nuevas tecnologías pueden dar soporte en esta etapa formativa. Hasta la fecha se ha explorado muy poco la estimulación temprana del pensamiento lógico y ese era uno de nuestros objetivos con el desarrollo del robot”, explica Javier Jaén, investigador del Grupo de Ingeniería del Software y Sistemas de Información-DSIC de la UPV.

 

Los investigadores de la UPV han evaluado la utilidad de TangiBot en diferentes escuelas infantiles de la ciudad de Valencia, entre ellas, la de la propia universidad. El experimento consistía en que un grupo de niños consiguiera llevar al robot de un punto a otro, utilizando para ello los objetos con las etiquetas RFID.

 

“Cada uno de los objetos está codificado para que el robot haga uno u otro movimiento; de este modo, los niños tenían que coordinar secuencias de acciones, tanto individuales, como con el resto del equipo para que el robot llegara a la meta propuesta”, explica Javier Jaén.

 

El resultado, según destaca el profesor de la UPV, fue muy claro: los niños interactúan de forma muy fácil con el robot, adquieren habilidades sociales y de razonamiento lógico, sin necesidad de dejar de jugar.

 

“Otras de las conclusiones que hemos extraído es la curiosidad innata de los más pequeños hacia la tecnología; los niños quieren comprender qué hay detrás de un juego como un robot, sus movimientos, etc. Se puede hablar de tecnología con los niños y se puede educar en ella desde edades muy tempranas. Y la robótica, en particular, tiene un gran potencial como herramienta docente para los más pequeños”, destaca Jaén.

 

El trabajo desarrollado por del Grupo de Ingeniería del Software y Sistemas de Información-DSIC de la Universitat Politècnica de València fue presentado el pasado mes de noviembre en la International Conference on Advances in Computer Entertainment Technology

 

http://www.dicyt.com/noticias/un-robot-ayuda-a-los-ninos-a-desarrollar-pensamiento-logico-y-habilidades-sociales

PARADIGMA DEL ACTUAL Y DECADENTE SISTEMA EDUCATIVO

El modelo de sociedad en el que vivimos actualmente impuesto por una minoría desde el poder es un aberrante sistema que arrastra al ser humano al fracaso y depresión de por vida. Dentro de este sistema, el actual modelo educativo no es una excepción ya que esta diseñado para adoctrinar al ser humano desde la infancia como un producto de una cadena de producción que ha ser preparado para ser exprimido al máximo durante toda su vida activa. El actual sistema educativo progresivamente elimina el pensamiento divergente inherente al ser humano para convertirnos en autómatas preparados para servir al sistema. No contentos con esto, además aquellos niños que se revelan contra esta aberrante educación son tratados como hiperactivos y sometidos a nocivas drogas psiquiátricas como Ritalín.

«Hay 3 tipos de personas en el mundo: los inamovibles, los movibles y los que se mueven»
Estas son palabras de Benjamin Franklin, recitadas por Ken Robinson en enero del presente año, al finalizar su exposición dada en uno de los eventos organizados por RSA, donde desarrolla algunas de las ideas que luego profundizaría en su charla de mayo en TED «Bring on the Learning Revolution».

http://despiertaalnuevoorden2012.blogspot.com.es/

La policía francesa advierte a los padres del peligro de subir fotos de sus hijos a Facebook

Para algunos es algo que cae por su propio peso: no hay que publicarfotos de menores en redes sociales, y menos aún sin restricciones de visibilidad. Pero por desgracia, la mayoría no piensa así, y llena sus perfiles de Facebook de fotos de sus hijos en todo tipo de situaciones, sin pensar en las consecuencias que esta práctica puede tener.
Alertados por esta costumbre, la policía nacional francesa publicó hace unas semanas una advertencia en su página oficial de Facebook, recomendando a los padres que no subieran fotos de sus hijos a Internet. No sólo por el impacto social o psicológico que estas imágenes puedan tener en el futuro, sino porque además podrían acabar en manos de pedófilos y otro tipo de agresores sexuales.
Aunque la publicación de fotos de niños no es algo ni mucho menos nuevo, en las últimas semanas los usuarios franceses de Facebook se han animado a participar en una de esas cadenas de mensajes que a menudo nos llegan a través de la red social, y que animaba a los padres a compartir fotos de sus hijos sin ningún tipo de restricción. «Si estás orgulloso de tus hijos, publica tres fotos de ellos y nomina a 10 de tus amigos para que hagan lo mismo».
Alarmados por el éxito de este mensaje viral, la gendarmería francesa decidió tomar medidas y publicó en su perfil una advertencia sobre el uso de fotos de menores online. «Por supuesto que puedes ser un padre orgulloso o madre orgullosa de esos niños tan guapos, pero ¡cuidado! Te recordamos que publicar fotos de niños en Facebook es peligroso».
El comunicado de la policía enlaza además a un artículo de Le Figaro, donde Hortense Nicolet, a raíz de esa misma cadena de mensajes en Facebook, explica los posibles peligros que puede haber detrás de un hecho tan aparentemente inocente como subir una foto a Facebook. En dicho artículo se recogen declaraciones de Eric Delcroix, experto en identidad digital. «A menudo criticamos a los adolescentes por su comportamiento en Internet. Pero los padres no lo hacen mucho mejor», dice Delcroix.
Los niños y sus derechos de imagen
Todos hemos pasado por etapas de la infancia donde odiábamos que nos hicieran fotos, o ser el centro de atención. Hoy en día, muchos niños son el centro de atención de millones de personas, expuestos en imágenes que sus padres publican en Facebook sin control alguno. Como decíamos antes, parece un acto trivial, pero esta imagen online que vamos construyendo poco a poco de nuestros hijos les seguirá toda su vida – por no mencionar el peligro que supone si llegan a caer en manos de pedófilos.
El deber de los padres es proteger la imagen de sus hijos, y no exponerla públicamente en la red. Es incluso un punto recogido en la ley francesa; el artículo 9 del Código Civil de Francia afirma explícitamente que los padres son responsables de proteger la imagen de sus hijos. De hecho, según Viviane Me Gelles, abogada experta en Internet, en el futuro podrían darse casos de demandas de hijos contra padres por la publicación de imágenes suyas sin consentimiento cuando eran menores. Si la demanda prospera, los acusados podrían enfrentarse a cargos de hasta un año de prisión y 45.000 euros de multa.
Pero más allá de estos extremos, lo realmente importante es conocer al detalle el funcionamiento de Facebook, y las posibilidades que da a sus usuarios de compartir fotos de forma privada. Hay que reconocer que Facebook ha hecho un esfuerzo en simplificar sus menús de seguridad y privacidad – aunque algunos los sigan ignorando. Por otro lado, la red social podría estar trabajando en nuevas funciones para proteger la imagen de los más pequeños.
En este sentido, el vicepresidente de ingeniería de la compañía comentó en una conferencia en Reino Unido, el pasado mes de noviembre, que Facebook podría estar considerando la creación de una nueva herramienta que avisaría a los padres si están publicando una imagen de su hijo menor de edad con la opción de privacidad puesta en «público».
Vía | The Verge
http://www.genbeta.com/redes-sociales-y-comunidades/la-policia-francesa-advierte-a-los-padres-del-peligro-de-subir-fotos-de-sus-hijos-a-facebook?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+genbeta+%28Genbeta%29

No evites el aburrimiento en los niños. Más que nunca, lo están necesitando

Los Niños de Hoy

Qué miedo se le tiene al tiempo libre de los niños. A menudo se piensa que esos espacios de libertad, de “inactividad” deben evitarse… Son vistos como posibilidades de conflicto o pérdida de tiempo… También se evitan porque los niños se ponen insistentes, reiterativos con pedidos casi obsesivos. En definitiva, nadie quiere tener un niño cerca, diciendo a cada segundo “me aburro…”.
Cada vez más, los pequeños, tienen menos tiempo libre. Han perdido el espacio de juego, el contacto con otros niños, el tiempo para estar con ellos. Todo se ha ocupado, con el objetivo de evadir la eminente crisis que puede ocasionar lo contrario.

En realidad, todos le tememos al aburrimiento, al silencio, a la nada, al tiempo sin actividad. Constantemente ocupamos dichos espacios con algo productivo, estimulante, divertido…
Hoy en día la Tv, juegos tecnológicos, celulares y sus derivados, copan el tiempo libre de grandes y chicos. También lo hacen las actividades recreativas o formativas, que se realizan de forma continua.
Pero, ¿sabes qué? Cuando ocupamos los espacios vacíos, no solo impedimos la insatisfacción de no saber qué hacer, sino también algo más importante. Nos evadimos, huimos de nosotros mismos; evitamos pensar, reflexionar, crear, idear, desafiarnos, esforzarnos, motivarnos.

Más que nunca, hoy, necesitamos del aburrimiento

Si el niño anda insatisfecho, desmotivado, apático; si deambula de aquí para allá, tocando todo sin compromiso con nada; si mira con ojos indiferentes, desentusiasmado, quejoso, descontento, ¡no lo evites! No califiques estos estados como negativos; no dejes que te abrumen. Este momento es un tesoro. Es una crisis, si, pero de la cual se puede salir, más bien, se debe salir con los propios medios.

No te preocupes, ni te interpongas proponiendo ideas. Tarde o temprano, este pequeño, saldrá de allí buscando algo que lo motive, y lo importante, lo hará autosuperándose. Creará algo por él mismo, con las herramientas disponibles del momento; lo hará creativamente. Si esto lo satisface, su motivación y autoestima crecerán exponencialmente.

Iniciativa, autosuperación, creatividad, automotivación y autoestima, afloran gracias a permitir el tiempo libre de los niños. Tal vez en un principio no sea sencillo, menos aun si no están acostumbrados a tales desafíos; pero es algo que vale el esfuerzo comenzar y sostener en el tiempo.
Si el niño sale por sus propios medios del aburrimiento, ganará en el camino muchas, pero muchas cualidades, necesarias para una sana infancia, y por supuesto, una adultez también.

En la actual sociedad, cargada de estímulos y estrés, necesitamos más que nunca de los tiempos libres de estructuras y control. Se necesita, justamente, lo opuesto, no tener nada que hacer.
Y si hablamos de sociedad y los adultos de esta época, coincidiremos en que un adulto creativo, lamentablemente, es la excepción. Admiramos a aquellas personas que han podido innovar, salirse de las reglas y crear las propias; pero si investigamos en su biografía, descubriremos que han jugado incansablemente; que han tenido tiempo para crear, probar, experimentar en soledad o en compañía. En otras palabras, han tenido tiempo de aburrimiento, que les permitió conocer y poner a prueba sus gustos, inclinaciones y deseos. Cuando ocurre lo contrario, cuando nos encontramos con personas que no pueden o no pudieron gestar sus propias ideas y proyectos, descubrimos que con frecuencia, de niños, han sido privados de dichas posibilidades.

No regales ni premies a tus hijos con cosas, y más de ellas… O bien, si eres maestro, no completes los espacios con tus propias conclusiones o con actividades puramente estructuradas. Permite el tiempo para pensar, crear, experimentar; no des respuestas, propón preguntas, dudas, y deja que salgan por sus propios medios de ellas.
El mejor regalo que les puedes hacer a los niños de hoy, es permitir su tiempo libre. Ayúdalos a sentir placer por estar con ellos mismos, por experimentar cosas nuevas, por poner en acción sus múltiples habilidades. Ayúdalos a mirar la vida con ojos valientes, renovados, desestructurados.

Se necesita más que nunca tiempo, no corras, no corramos; es aquí, en el momento presente. Ríete, tírate al piso a jugar; diviértete con el niño como si fueras uno más, ¡que nada reemplace este momento!
Es en lo minúsculo y pequeño, donde se encuentra lo más grande. Es ahí donde está gran parte del sentido de nuestra experiencia humana.

Autora: Nancy Erica Ortiz
Pedagoga Integral

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