El caso es que la Agencia Brasileña de Regulación Sanitaria (Anvisa) se ha negado a autorizar su importación debido a preocupaciones de calidad y seguridad. Las autoridades sanitarias brasileñas sostienen que la documentación de algunas de las instalaciones rusas que fabrican Sputnik V muestra que una de sus dos dosis contiene adenovirus capaces de replicarse, un peligro potencial para receptores de la vacuna.
La vacuna utiliza dos adenovirus diferentes, que causan el resfriado común, para administrar el gen de la proteína de pico del SARS-CoV-2, el virus que causa la Covid-19.
Se supone que ambos están despojados de un gen clave que les permite replicarse. Pero desde Anvisa insisten en que puede replicarse y causar daños (los rusos que la han desarrollado dicen que no hay evidencia científica de ello). Seguir leyendo La guerra comercial y política que rodea a la vacuna Covid de Rusia, la Sputnik