Documental bien argumentado y documentado de la ‘noche temática’ que explica como funciona la industria azucarera en Europa para conseguir sus propósitos y explica la relación que tiene el azúcar con nuestro cuerpo.
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Aida. Revelan la principal causa de muerte prematura: No es el alcohol ni el tabaco
Una inadecuada alimentación ha sido definida por los científicos como la principal causa de muerte prematura en todo el mundo.
Según un reciente reporte de investigadores del Instituto de Métrica y Evaluación de Salud (EE.UU.), citado por el diario ‘The Guardian‘, la principal causa de muerte prematura en todo el mundo no es el consumo de tabaco o alcohol, sino una alimentación poco saludable que,en caso de verse agravada por la falta de ejercicio físico, provoca la cardiopatía isquémica, el infarto agudo de miocardio y la diabetes mellitus.
Una alimentación poco saludable supone, conforme el reporte sobre el programa de investigación llamado ‘Global Burden of Desease‘, comer pocas verduras, frutas, nueces y granos y consumir carne roja, sal y azúcar en cantidades excesivas.
«Evitar ciertos riesgos como el tabaquismo y la alimentación poco saludable mejora la salud en gran medida, así como ayuda a hacer frente a riesgos ambientales como la contaminación del aire», comenta el director de la mencionada institución, el doctor Christopher Murray. «El desafío para las autoridades será utilizar lo que sabemos [sobre el efecto comparativo de los riesgos para la salud] para la prevención de las muertes prematuras y la aplicación de nuevas políticas de salud», concluye Murray.
Sott.net
El herbicida de Monsanto que le hizo perder la memoria a un granjero francés
Una mañana de abril de 2004 Paul François comenzó a escupir sangre.
Apenas tuvo fuerzas para regresar a la casa, y con dificultad le explicó a su esposa lo que había pasado antes de desvanecerse.
El agricultor que vive en la localidad de Bernac, en el oeste de Francia, había utilizado Lasso en sus tierras, un herbicida de Monsanto, y el estar expuesto a sus vapores, había comenzado a tener graves efectos en su organismo, como posteriormente se constataría este jueves en un tribunal de Lyon.
De acuerdo con AFP y EFE, François es el primer agricultor que demanda con éxito a la multinacional estadounidense Monsanto en Francia. Pese al final feliz, el proceso ha sido traumático.
Envenenamiento químico
Según los registros, Paul fue ingresado de emergencia en el servicio de urgencia de su localida el 27 de abril de 2004.
«No recuerdo nada de lo ocurrido», comentó.
Estuvo internado durante cinco semanas hasta que los médicos consideraron que se había recuperado.
Sin embargo, el agricultor notó que su cuerpo estaba mandando señales de que algo no marchaba bien.
Acusaba dolores de cabeza intensos y repentinos, por momentos se le dificultaba el habla y experimentaba vacíos mentales.
En marzo del año siguiente sus hijas lo encontraron inconsciente en la casa.
En el hospital se barajaron diversas teorías y por momento se pensó que moriría.
Nunca se hizo la asociación con el pesticida.
En mayo del 2005 un examen determinó que la causa de sus males se originaba por el monoclorobenceno, que de acuerdo con los reportes de las agencias de noticias AFP y EFE, representa 50% de la composición de Lasso.
A la batalla médica por recobrar su salud, le siguió entonces, la batalla legal contra el gigante Monsanto.
Qué es Lasso
Lasso es un producto de Monsanto basado en alacloro, un herbicida aplicado a la tierra lanzado al mercado desde la década de 1960 para controlar el crecimiento de maleza en los sembradíos de maíz, soya y granos.
Luego de múltiples cuestionamientos por su posible efecto sobre la salud, la empresa comenzó a retirarlo de mercados como Canadá, Bélgica y Reino Unido.
Un vocero de la empresa comentó que en Estados Unidos se había ido disminuyendo su presencia desde hace varios años, pero por razones comerciales.
En Francia terminó siendo prohibido en el 2007.
Acusaciones contra Monsanto
Con su expediente médico desde el 2004 François comenzó su odisea legal para que constara que sufría una enfermedad profesional originada por el pesticida.
Luego de muchos intento logró que las autoridades certificaran esa condición en el 2010.
El siguiente paso fue enfrentar a Monsanto. Su querella tuvo una primera victoria en el 2012, donde logró que un tribunal ordenara que le indemnizaran completamente, debido a las secuelas que padecía por estar expuesto a los vapores de Lasso.
En su denuncia, Paul afirmaba que la empresa conocía los peligros de estar en contacto con el producto, y no hizo las advertencias suficientes a los consumidores.
La respuesta de la multinacional en ese momento fue que el producto no era peligroso, y que en realidad no existían los daños denunciados por el agricultor. Por lo que la empresa apeló.
El siguiente capítulo llegó a etapas decisivas en mayo pasado, cuando el caso fue evaluado en el Tribunal de Apelación de Lyon, el cual confirmó este 10 de septiembre la sentencia que se había producido en el 2012.
Frente a este nuevo veredicto, Jean-Daniel Bretzner, abogado de Monsanto, comentó que llevarían el caso a la más alta corte de apelación en Francia.
En un comunicado oficial, la empresa resaltó que incluso expertos consultados por la corte no han encontrado vínculos entre la exposición accidental al producto y los daños a la salud de Paul.
Bretzner explicó que la compensación para Paul se definirá luego que se defina el caso en la corte de apelación, pero que no cree que sea muy grande.
«Hablamos de una suma modesta o incluso inexistente. Ya él recibió indemnizaciones –por las compañías de seguro- y hay una disposición legal que establece que uno no puede compensar dos veces una misma pérdida, si es que la hay», resaltó Bretzner.
Reacciones
El diario El Observador reprodujo la posición de la asociación Generaciones Futuras, que lucha contra la utilización de pesticidas.
Los cuestionamientos por sus posibles efectos sobre los humanos y las semillas han generado protestas contra Monsanto en diversos países.
«El reconocimiento de la responsabilidad de Monsanto en este caso es esencial», ya que las firmas que venden productos «deben comprender a partir de ahora que no podrán esquivar sus responsabilidades», comentó la asociación.
Más allá de este episodio, la sentencia también puede avivar las acusaciones contra otro producto de Monsanto, el Roundup, uno de los pesticidas más venidos en el mundo
En marzo de este año la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, adscrita a la Organización Mundial de la Salud, advirtió que el glifosato –el ingrediente clave de Roundup- era «probablemente cancerígeno para los seres humanos».
En junio, Monsanto exigió a la agencia que se retractara y calificó los resultados de la investigación como «basura científica».
Foto: Reuters / Referencial.
http://www.24horas.cl/noticiasbbc/el-herbicida-de-monsanto-que-le-hizo-perder-la-memoria-a-un-granjero-frances-1784247
Aida. Conclusiones: Más de 4.000 ‘genes’ Altered con bajas dosis de Roundup exposición
A medida que el hígado y los riñones reciben daño notable
El hígado y daño renal debido a una dieta llena de alimentos modificados genéticamente que ya se ha demostrado en un estudio notable, todavía polémica que una vez fue forzado a retraerse, y más tarde a publicar por el Journal of Food and Chemical Toxicology. Este estudio, titulado la «toxicidad a largo plazo de herbicida Roundup y Roundup-Maíz tolerante Genéticamente Modificado» se une ahora por un nuevo estudio, revisada por expertos que muestran que incluso en los niveles de glifosato al público en general está expuesto a en el agua potable, más de 4.000 genes y su buen funcionamiento se alteran en el hígado y los riñones de las ratas.
¿Estamos afectados también?
Publicada en el Environmental Health Journal, el nuevo estudio sugiere que incluso niveles muy bajos de exposición Roundup son mortales.
Los resultados del estudio mostraron que la exposición a concentraciones de glifosato en dosis bajas, en un sistema modelo de toxicidad en animales de laboratorio establecido, puede resultar en daño hepático y renal, con posibles implicaciones importantes para la salud de las personas, así como a nuestras mascotas y las poblaciones de vida silvestre.
He aquí un resumen propuesta por el resumen del estudio:
«Herbicidas a base de glifosato (GBH) son los principales plaguicidas utilizados en todo el mundo. Evidencias convergentes sugieren que GBH, como Roundup, representan un riesgo de salud en particular al hígado y los riñones, aunque no se han examinado las dosis bajas de relevancia ambiental. Para abordar esta cuestión, un estudio de 2 años en ratas administrando 0,1 ppb Roundup (50 ng / L de glifosato equivalente) a través del agua potable … se llevó a cabo.
Un aumento en la incidencia marcada de cambios bioquímicos anatomorphological y sangre / orina era indicativo de hígado y estructura de los riñones y la patología funcional …. «
Esta investigación de seguimiento realizada por el equipo del Dr. Michael Antoniou en el Kings College de Londres fue una continuación de estudio de 2 años de Seralini de ratas expuestas a Roundup que la industria de la biotecnología trató desesperadamente de silencio. Sitios como el Proyecto de Alfabetización genética todavía están tratando de despedir a los hallazgos de Séralini, pero con estudios adicionales como Antoniou de, sus argumentos se convierten en fundamento.
He aquí por qué:
- La investigación Seralini administró una formulación Roundup comercial a 0.1 ppb (partes por billón) / 50 ppm (partes por billón) de glifosato a través del agua de bebida durante 2 años. Hepática y renal patologías fueron encontrados en las ratas. El nuevo estudio realizado por el equipo del Dr. Antoniou investigó si mayor patología hepática y renal observada a nivel anatómico y bioquímico se reflejó en el patrón de expresión génica. «Transcriptoma» se analizó, mediante la comparación de los tejidos del hígado y del riñón del grupo de tratamiento Roundup con los del control de animals.Here lo que dijo el Dr. Antoniou, «Los resultados de nuestro estudio son muy preocupantes sobre lo que encontraron como confirman que una bajo nivel de consumo de Roundup herbicida en el largo plazo puede causar daños en el hígado y el riñón. Nuestros resultados también sugieren que los reguladores deberían volver a considerar la evaluación de la seguridad de los herbicidas a base de glifosato «.
- Dr. Antoniou y su equipo también encontraron que un patrón consistente de alteración se encontró en la función del gen del hígado y los riñones en este nivel extremadamente bajo de exposición.
- Se encontraron más de 4000 de los genes en las ratas estudiadas para haber aumentado o disminuido la función, y más de 1.300 de ellos afectados ambos órganos.
- Los cambios fueron estadísticamente muy significativa. Esto no fue un pequeño tamaño de la muestra que se vio afectada.
- Los cambios en los genes afectados importantes funciones biológicas, como la respiración y el metabolismo.
- Los cambios genéticos causados problemas de salud tales como la fibrosis (cicatrización), necrosis (la creación de áreas de tejido muerto), fosfolipidosis (metabolismo de las grasas perturbado) y daños en las mitocondrias (el centro de la respiración en las células).
- Estos cambios en la patología fueron confirmados en múltiples niveles: histológico (a través de un microscopio) y bioquímicas (por análisis de muestras de sangre y orina.)
Relacionado: incluso sin Roundup, OGM Causa Hígado y Riñón Toxicidad
Teniendo en cuenta que la Unión Europea y Australia tienen agua, que es 14.000 veces menor en los niveles de glifosato que la permitida en el agua potable en los EE.UU., podemos esperar ver más patologías hepáticas y renales, al igual que las ratas.
Los investigadores observaron que las patologías hepáticas y renales observadas pueden haber surgido de glifosato, los adyuvantes presentes en la formulación Roundup, o una combinación de los dos. También todavía no entienden cómo el Roundup causó esta mayor patología en concreto, pero teniendo en cuenta las dosis extremadamente bajas en las que se produjo la patología, es probable que el malestar que ocurre a través del sistema endocrino, y la interferencia hormonal.
Con tanto Seralini y el trabajo de Antoniou ahora tenemos más evidencia de que el Roundup provoca daños en el hígado y los riñones. A pesar de esto, y los numerosos otros hallazgos, como la reciente noticia de la Argentina de que los niños están sufriendo de daño genético en los sitios de la soja GM fuertemente fumigadas en el país, no ha habido ningún movimiento internacional para examinar fuertemente Roundup, y mantenga Monsanto responsable de su envenenamiento de la gente.
¿Tendremos que esperar décadas, como lo hicimos con los pleitos que rodean hechos a Monsanto agente naranja o PCB para finalmente recibir la restitución parcial de las acciones insidiosas de una sociedad sin alma?
«La acumulación de casos del Agente Naranja que necesitan la atención de la Administración de Veteranos se ha colocado en medio millón. Mientras tanto, el Tribunal Supremo se ha negado a encontrar las empresas químicas responsables de los problemas de salud del Agente Naranja, en el de EE.UU. o Vietnam «.
¿Serán Monsanto y su herbicida más vendido, Roundup, tener su camino con la población en gran medida, de tal manera que vamos a tener que estar de pie con los brazos cruzados y ver como múltiples generaciones sufren daños físicos y mentales?
Los resultados se apoyan en gran medida en los hombros, como hemos visto a nuestros funcionarios electos les importa poco el daño que Big Biotech desata en el mundo. Les insto a pedir que los agricultores de su zona deje de pulverizar Roundup, dígale que las tiendas dejen de venderlo, sólo comen alimentos orgánicos (también exigir que las tiendas de comestibles dejan de venta de cubiertos químicamente los alimentos modificados genéticamente) y, por supuesto, cuando se puede, hacer crecer su propia alimentos orgánicos.
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Christina Sarich es un escritor freelance humanitaria y que le ayuda a despertar su Sleepy pequeña cabeza, y ver el panorama. Su blog es Yoga para el Nuevo Mundo. Su último libro es Pharma Sutra: la curación del cuerpo y mente a través del arte del Yoga. |
Fuente: Natural Society
Aida. Monsanto y el affaire Kevin Folta
GMWatch.org, 6 de septiembre de 2015
The New York Times publica un interesante artículo sobre el escándalo Kevin Folta. Por una solicitud a través de la Ley deLibertad de Información (FOIA)se supo que Folta había recibido 25.000 dólares de Monsanto, a pesar de negar en repetidas ocasiones haber recibido financiación de Monsanto.
Una serie de correos electrónicos, hechos públicos a través de la Ley de Libertad de Información, se recogen en el artículo del New York Times, con un comentario de los editores del periódico. Muchos de los mensajes de correo electrónico se intercambian entre Kevin Folta y Monsanto, así como otros partícipes de la Industria y de relaciones públicas.
Los correos electrónicos muestran que Folta mantenía estrechas relaciones con Monsanto ya desde la primavera de 2013.
En noviembre de 2013, Folta envió un correo electrónico a los empleados de la Empresa de relaciones públicas Ketchum, que controla un sitio web en el que se hace apología de los transgénicos, GMO Answers, dirigido a su cliente, el Consejo de Biotecnología. Con respecto a una próxima reunión con el equipo de GMO Answers, escribió: “Dígales que soy amigo de Ketchum”.
En 2014, Folta escribió a un gestor de Monsanto: “Estoy dispuesto a firmar o escribir lo que usted quiera”.
Después de que Monsanto aceptase la oferta de Folta de 25.000 dólares para su programa de comunicación a favor de los transgénicos, Folta escribe a un ejecutivo de Monsanto: “Les agradezco esta oportunidad y les prometo un rápido beneficio de la inversión”.
Otro ejecutivo de Monsanto dijo que el acuerdo con Folta “supone un acercamiento de terceros para la promoción de los productos que estamos buscando desarrollar [sic]”.
La tercera técnica de relaciones públicas es poner los mensajes de la Industria en boca de terceros, supuestamente independientes, tales como médicos y científicos, porque la gente es más propensa a confiar en ellos.
Folta afirmó estar abierto a dar información sobre sus fuentes de financiación
Folta ha afirmado en repetidas ocasiones estar abierto a dar toda la información sobre sus fuentes de financiación. Por ejemplo, a principios de este año escribía: “La conclusión es que mi Universidad opera bajo la Ley del Sol. Los correos son información pública, del mismo modo que mis fuentes de financiación, mi sueldo, mis niveles de colesterol, y todo lo que se quiera saber acerca de mí”.
Y en respuesta a las especulaciones sobre sus fuentes de financiación, dijo: “Hola, chicos, sólo tienen que extender la mano y pedir… siempre estaré encantado de hablar de esas cosas. Mis investigaciones están financiadas al 100% con fondos públicos, a excepción de una pequeña cantidad que obtenemos por la investigación de la fresa, sobre todo por el desarrollo de los marcadores moleculares, que ayudan a los genes relacionados con el sabor, un programa de mejoramiento a través del cultivo tradicional. No se trata de Monsanto”.
Pero Folta recibió 25.000 dólares de Monsanto, no para investigación sino para divulgación, y esa aportación fue cualquier cosa menos transparente. En la página 104 de los correos electrónicos difundidos se puede leer que Folta trató de ocultar el dinero entregado por Monsanto para que no se le “señalase públicamente”.
GMO Answers
Entre sus labores de divulgación para la Industria de los transgénicos, Folta respondió a las preguntas que sobre los transgénicos se dirigían al sitio web protransgénicos de Ketchum.
Ketchum proporcionaba las respuestas ya enlatadas para transmitirlas a los lectores del sitio web. Folta ya había advertido sobre los puntos preparados por Ketchum en un artículo publicado en Nature: “No sé si los usarán, los modificarán o qué…”.
La secuencia de los correos electrónicos publicados por The New York Times suple los fallos en la memoria de Folta. Los editores del NYTdicen: “Comunicamos al Dr. Folta que hiciera los cambios que considerara oportunos, pero confirmó lo escrito en gran medida”. Dos ejemplos, de que Folta regurgitaba las respuestas que Ketchum le proporcionaba.
Por último, cabe señalar que si bien el NYT intenta establecer un paralelismo entre el dinero recibido por Folta de Monsanto y el Dr. Charles Benbrook, que recibió financiación de la Industria de los productos ecológicos, no se sostiene dicha comparación. El Dr. Benbrook nunca ha negado que fuese financiado o que no tuviese una relación con la Industria de los productos ecológicos. Folta ha negado de manera repetida su vinculación con Monsanto.
[Comentario de Claire Robinson]
La Industria Alimentaria reclutó a científicos en su batalla a favor de los transgénicos, según se desprende de una serie de correos electrónicos
Por Eric Lipton, 5 de septiembre de 2015
The New York Times
La Empresa Monsanto sigue aumentando sus ventas de semillas modificadas genéticamente. Pero los Ejecutivos de San Luis están preocupados por las críticas sobre las seguridad de sus productos.
Así que Monsanto, la mayor compañía mundial de semillas, y sus socios de la Industria diseñaron una estrategia de presión y de relaciones públicas para reclutar a un grupo de defensores: científicos que destacasen por su imparcialidad y por el peso de su autoridad, unido a su pedigrí como profesores.
“Profesores, investigadores, científicos tienen un gran sombrero blanco en este asunto y el apoyo de políticos y productores”, dijo Bill Mashek, Vicepresidente de Ketchum, una empresa de relaciones públicas contratada por la Industria Biotecnológica, y que en un correo dirigido a un profesor de la Universidad de Florida dijo: “Seguid así”.
Y la Industria los tiene.
Las Corporaciones han invertido dinero durante décadas en las Universidades para financiar sus investigaciones, pero ahora el debate sobre los alimentos transgénicos ha convertido a la Industria Alimentaria en un campo de batalla, estando en juego miles de millones de dólares. Empresas como Monsanto se están enfrentando a empresas como Stonyfield Farm de productos ecológicos, y tanto una y otra han contratado a científicos, como se desprende de los correos electrónicos obtenidos a través de la Ley de Libertad de Información.
Los correos electrónicos proporcionan una perspectiva poco común de las estrategias y las tácticas empleadas en una campaña de mejora de la imagen que transforma a las élites sumidas en sus torres de marfil en poderosos actores. La utilización por ambos lados de terceros, en este caso científicos, con la supuesta imparcialidad de sus investigaciones, nos ayuda a comprender por qué a menudo la gente se muestra confundida, recibiendo información contradictoria.
La presión se ha intensificado una vez que se ha sabido que el Senado [de Estados Unidos] se prepara para aprobar una legislación que respalde a la Industria, ya aprobada por el Congreso, que prohibiría a los Estados aprobar otras leyes que requieran del etiquetado de los alimentos transgénicos.
Estas presiones ya han generado a algunos importantes beneficios, incluyendo la aprobación por parte de las Agencias federales de Regulación de nuevas semillas transgénicas, después de que los expertos intervinieran en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos a favor de la Industria, como muestran los correos electrónicos.
Charla Lord, una portavoz de Monsanto, dijo que la estrecha asociación de la Empresa con los científicos permitía desmitificar la Ciencia. “Es de interés público que los científicos sean creíbles, no sólo para los consumidores, sino también para otras partes interesadas, como los legisladores y las Agencias de Regulación”, dijo.
Pero incluso algunos de los científicos que en particular han aceptado “subvenciones sin restricciones” o han realizado viajes para presionar a favor de la Agenda de las Corporaciones en el Congreso, dicen que lamentan encontrarse en medio de este fuego cruzado entre ambas partes.
“Si uno anda mucho tiempo con mofetas, al final se empieza a oler como ellas”, dijo Charles M. Benbrook, quien hasta hace poco ocupaba un puesto en la Universidad Estatal de Washington. La Industria de alimentos ecológicos financiaba sus investigaciones y pagó sus viajes a Washington, donde presionó a favor del etiquetado de los alimentos con ingredientes transgénicos.
Por otro lado, la Industria Biotecnológica ha publicado decenas de artículos bajo los nombres de destacados académicos, que en algunos casos habían sido redactados por consultores de la Industria.
Monsanto y sus socios de la Industria también han entregado una cantidad desconocida en ayudas a científicos como Kevin Folta, Presidente del Departamento de Ciencias Hortícolas de la Universidad de Florida, para que colaborase en la “difusión de la Biotecnología… y viaje por todo el país defendiendo los alimentos transgénicos”.
“Esto supone un acercamiento de terceros para la promoción de los productos que estamos buscando desarrollar”, dijo Michael Lohuis,Director de Biometría de Cultivos de Monsanto, el año pasado en un correo electrónico en el que la Compañía consideraba la concesión de una subvención sin restricciones para el Dr. Kevin Folta.
El Dr. Kevin Folta dijo que había considerado esta relación con la Empresa para defender públicamente las tecnologías de modificación genética porque las considera seguras, y que el trabajo consistía en compartir su experiencia. “Nadie me dice lo que debo decir, ni nadie me dice lo que tengo que pensar… lo que digo está basado en evidencias”, dijo.
Pero también admitió en una entrevista que injustamente podría ser considerado como una herramienta en manos de la Industria, y que su Universidad tiene la intención de donar el dinero recibido de Monsanto a un banco de alimentos. “Lo puedo percibir al 100%, y me molesta mucho”, dijo.
Actores en el debate sobre la seguridad
Los movimientos a favor de Monsanto, en alianza con la Organización de la Industria Biotecnológica y la Asociación de Fabricantes de Comestibles, se detallan en las miles de páginas de correos electrónicos que fueron solicitados en un principio por una organización estadounidense sin ánimo de lucro, Derecho a saber,subvencionada por la Industria de alimentos ecológicos.
The New York Times solicitó algunos de estos documentos, y luego tramitó otra solicitud en varios estados para tener acceso a los registros de correo electrónico de los científicos relacionados con la Industria de productos ecológicos.
No hay pruebas de que el trabajo académico se haya visto comprometido, pero los correos electrónicos muestran cómo los científicos han pasado de ser investigadores a actores de los grupos de presión y partícipes en las campañas de relaciones públicas de las Corporaciones.
Esta lucha entre científicos de uno y otro lado no se centra exclusivamente en los temas relacionados con las semillas transgénicas. La lucha está centrada actualmente en la seguridad de los herbicidas utilizados en los cultivos transgénicos. Los defensores de los alimentos ecológicos sostienen que su uso ha aumentado, y que algunos herbicidas pueden ser peligrosos. Las Empresas de Biotecnología dicen que los datos relacionados con el uso de estos herbicidas en los cultivos transgénicos están mal interpretados – y que estos nuevos cultivos, más resistentes a las plagas y las enfermedades, están ayudando a alimentar al mundo.
Hasta ahora, la comunidad antitransgénicos ha estado ganando la batalla de relaciones públicas. Importantes marcas como Chipotle y Cheerios [ no confundir con la marca de Nestlé] están intentado reducir o eliminar los ingredientes transgénicos en sus productos, basándose en un estudio de marketing que señala que esto es lo que quieren los estadounidenses. Esto supone una amenaza para Empresas como Monsanto, que alcanzó el añado pasado unas ventas globales de 15,9 mil millones de dólares.
“La campaña de desinformación en el área de la Biotecnología Agrícola es más que abrumadora”, dijo Yong Gao, por entoncesDirector de Políticas Mundiales de Regulación de Monsanto, en un correo electrónico de abril de 2013 dirigido al Dr. Folta, en el momento en el que la Empresa empezó a colaborar con él. “Está perjudicando realmente el progreso de la Ciencia y el conocimiento de la productividad agrícola”.
El Dr. Folta es una de los principales defensores de la Biotecnología, de los más agresivos y prolíficos, pero hasta que no se han conocido los correos electrónicos no ha reconocido públicamente sus conexiones con Monsanto.
Tiene un doctorado en Biología Molecular y ha estado investigando sobre genómica de los cultivos de la fresa durante más de una década. Los Ejecutivos de Monsanto se dirigieron por primera vez al Dr. Folta en la primavera de 2013, después de leer su blog en el que hace una defensa de la Biotecnología.
“Apreciamos realmente a los científicos independientes que trabajan en la educación del público”, dijo Keith Reding, un microbiólogo que gestiona las relaciones de Monsanto con las Agencias de Regulación, en un correo electrónico de abril de 2013 dirigido al Dr. Folta.
Una semana más tarde, el Consejo de Información sobre Biotecnología, controlado por BASF, Bayer, Dow Chemical, DuPont y Monsanto, preguntó al Dr. Folta y otros destacados científicos si iban a participar en el nuevo sitio web, GMO Answers, que se creó con objetode combatir la desinformación existente sobre sus productos. El plan era que los científicos respondiesen a las preguntas del público, por ejemplo, “¿causan cáncer los transgénicos?”.
“Esta es una nueva manera de crear confianza, diálogo y una forma de apoyo al empleo de la Biotecnología en agricultura, que una voz independiente explique qué son los transgénicos”, dijo un Ejecutivo deKetchum al Dr. Folta.
Pero Ketchum no sólo proporcionaba las preguntas, sino que en varias ocasiones también proporcionó al Dr. Folta el carácter de las respuestas, que luego casi empleó de manera casi textual, algo que ahora dice que fue un error.
“Eso no fue en absoluto correcto”, dijo, y ahora insiste en que él redacta sus propias respuestas.
Kate Hall, una portavoz del Consejo de Biotecnología, dijo que los investigadores tenían libertad para revisar las respuestas, y que el grupo sólo hizo esto en unas pocas docenas de casos, en comparación con las cerca de 1.000 respuestas que se dieron enGMO Answers.
El Dr. Folta, según se desprende del contenido de los correos electrónicos, pronto se convirtió en parte de un círculo de consultores de la Industria, de grupos de presión y Ejecutivos que tramaron una estrategia sobre la manera de hacer frente a los intentos de etiquetar los alimentos transgénicos, y más recientemente, sobré cómo presionar al Congreso para que se aprobase una ley para impedir que los Estados aprobasen leyes en ese sentido.
Si bien el Dr. Folta no recibió personalmente cuantías en metálico, las Empresas de Biotecnología pagaron sus viajes a Pennsylvania y Hawai. “Debo aclarar que no he recibido compensaciones por mis declaraciones”, dijo en la audiencia pública de Hawai, antes de añadir: “Esta tecnología es segura y se utiliza, ya que ayuda a los agricultores a competir”.
El Dr. Folta realizó viajes de forma rutinaria, y encuentros con los opositores a los cultivos transgénicos, dando cuenta de ellos a los Ejecutivos de la Industria que financiaban sus esfuerzos.
“Su correo electrónico me ha alegrado el día”, escribió Cathleen Enright, Vicepresidenta Ejecutivo de la Organización de la Industria Biotecnológica, después de que el Dr. Folta le informase de la audiencia legislativa de octubre de 2014 en Pennsylvania. “Envíenos todas las facturas cuando usted pueda. No hay prisa”.
En agosto de 2014, Monsanto aprobó la concesión al Dr. Folta de 25.000 dólares para que estuviera más desahogado en la realización de sus viajes para dar charlas y promocionar los productos transgénicos de la Industria.
“Estoy muy agradecido por esta oportunidad y prometo un rápido beneficio por esta inversión”, escribió el Dr. Folta en un correo electrónico a un Ejecutivo de Monsanto.
El Dr. Folta es uno de los muchos científicos de la Industria Biotecnológica que se ha ofrecido para defender y promover sus productos, como muestran los correos electrónicos.
La Compañía, a finales de 2011, dio una subvención por una cantidad desconocida a Bruce M. Chassy, Profesor emérito de la Universidad de Illinois, para apoyar la “difusión de la Biotecnología y otras actividades educativas”, como revelan sus correos electrónicos.
En el mismo correo electrónico en el que el Dr. Chassy negociaba la concesión de la subvención, se dirigía a un Ejecutivo de Monsanto sobre la necesidad de persuadir en el plazo de un mes a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para que abandonase su idea de endurecer la legislación sobre los plaguicidas utilizados en los cultivos resistentes a los insectos.
“¿Existe un plan coordinado para mantener la presión y el énfasis en los intentos de cambiar la directiva de la EPA?”, dijo Eric Sachs, Jefe del Grupo de Asuntos Científicos de Monsanto, en un correo electrónico relacionado con el Dr. Chassy. “¿Ha pensado en crear un pequeño grupo de científicos para solicitar una reunión con Lisa Jackson?”, refiriéndose a la que fuera en su momento Administradora de la EPA.
En una entrevista, el Dr. Chassy dijo que había iniciado su crítica al plan de la EPA antes de que Monsanto le presionase, pero reconoció que el dinero que había recibido de la Compañía le había ayudado a elevar su voz gracias a los numerosos viajes realizados, mediante la creación de un sitio web u otros medios.
“Lo que hace la Industria cuando encuentra a personas que dicen las cosas que les gusta, es que su voz sea escuchada en más lugares yen un mayor número de fuentes”, dijo.
El Dr. Chassy finalmente consiguió una reunión en la EPA, con la ayuda de los grupos de presión de la Industria, y la Agencia finalmente desestimó la propuesta.
En 2013, Monsanto también pidió a David R. Shaw, Vicepresidente para la Investigación y Desarrollo Económico de la Universidad Estatal de Mississippi, que interviniera ante el Departamento de Agriculturapara persuadir a la Agencia que aprobase un nuevo tipo de semillas de soja y algodón modificados genéticamente, desarrollados por Monsanto.
Los agricultores ecológicos se opusieron a esta aprobación, convencidos de que aprobarse las nuevas semillas implicaría un aumento en el uso de herbicidas potencialmente dañinos. Monsanto quería que el Dr. Shaw, a quien la empresa ha ayudado con no menos de 888.000 dólares en becas de investigación para proyectos que ayudó a supervisar, refutase estos argumentos, según muestran los correos electrónicos.
“Nuestra división de Asuntos Regulatorios y Asuntos Gubernamentales cree que es importante que la USDA (Departamento de Agricultura) escuche a personas como usted sobre las cuestiones clave, ya que existe una probabilidad muy alta de que se oigan voces en contra durante esta convocatoria”, dijo en un correo de junio de 2013 John K. Soteres, por entonces Jefe del Programa de Resistencia a las Malezas de Monsanto. “Su voz no sólo representa el punto de vista con una base científica, sino también desde una perspectiva cuantitativa”.
Dow Chemical hizo algo similar este año, cuando un Ejecutivo de la Empresa recordaba en un correo electrónico al Dr. Shaw el apoyo financiero de la Industria a la Universidad. El Ejecutivo pidió al Dr. Shaw que interviniese ante el Departamento de Agricultura para que aprobase la nueva semilla de algodón transgénica de Dow, que fue diseñada para ser tratada con un herbicida producido por Dow.
Desde entonces se han aprobado las solicitudes de Monsanto alDepartamento de Agricultura. EL Dr. Shaw declinó hacer declaraciones. Sin embargo, un portavoz de la Universidad, Sidd Salter, describió al Dr. Shaw como un “investigador con una conducta altamente ética”.
¿Por qué no madres granjeras?
A veces los propios científicos se preguntan si ellos son los mejores defensores de la empresas.
“Lo que esta situación requiere son unos buenos anuncios de televisión en donde aparezcan atractivas mujeres, preferentemente madres granjeras, que expliquen por qué los productos biotecnológicos y los alimentos derivados son los más seguros y más verdes de la Historia de la Agricultura, y dignos de apoyo”, escribió L. Val Giddings, investigador principal en Tecnologías de la Información y la Fundación de Innovación, un grupo de investigación sobre la política alimentaria sin ánimo de lucro con sede en Washington, en un correo electrónico de octubre de 2014 dirigido a un grupo de presión deMonsanto. La Compañía debatía sobre la forma de contrarrestar las campañas a favor del etiquetado en Colorado y Oregon.
El Dr. Folta, incluido en la cadena de correos electrónicos, añadió:
“No podemos luchar contra las emociones con un plantel científico…se necesita una conexión con las mujeres granjeras”, escribió el Dr. Folta a Lisa Drake, de los grupos de presión de Monsanto.
Pero la señora Drake se mostró en desacuerdo con sus argumentos.Monsanto ya había realizado varios anuncios para la televisión en los que aparecían mujeres granjeras. Fracasaron.
“Las encuestas nos dicen que no es algo tan creíble como la aparición de un científico. Sé que resulta difícil de creer, pero he visto las encuestas por mí misma, y esta es la razón para llevar a campañas de la forma en que las hacemos”.
Los correos electrónicos y otros documentos obtenidos por The New York Times del Estado de Washington, muestran que el Dr. Benbrook se ha posicionado como oponente de los alimentos transgénicos utilizando sus propias técnicas creativas, aunque los gastos en grupos de presión y de relaciones públicas equivalen a una pequeña fracción de la cantidad destinada a estos fines por las Empresas de Biotecnología.
La industria de los alimentos ecológicos tiene interés en manifestar las preocupaciones de los consumidores, ya que la Ley federal requiere que cualquier producto etiquetado como ecológico esté libre de ingredientes transgénicos y no producido a partir de semillas modificadas genéticamente. Así que los consumidores que no quieren adquirir productos transgénicos cambien a alternativas ecológicas.
Del mismo modo que las Empresas de Biotecnología, los ejecutivos de la Industria de cultivos ecológicos han considerado que podrían tener más influencia si sus mensajes fuesen transmitidos por científicos.
“Yo soy un hombre de negocios, no un científico. Así que necesito la ayuda de un científico para que lo explique”, dijo Gary Hirshberg, Presidente de Stonyfield Farm, que produce un yogur ecológico, y que lidera los esfuerzos de la Industria a favor del etiquetado, Just Label It.
Por esta razón, el Dr. Benbrook ha servido como Jefe Científico enOrganic Center, un grupo financiado por la Industria de Alimentos ecológicos, renunciando a su trabajo en la Universidad.
“He estado trabajando en una organización financiada por la Industria, pero la gente no escuchaba, simplemente”, dijo.
En el Estado de Washington, el Dr. Benbrook obtuvo el apoyo de otras organizaciones, como Organic Valley, Whole Foods, Stonyfield y United Natural Foods Inc. Estas empresas quedaron estrechamente vinculadas en la investigación y defensa, ayudando a que los periodistas publicasen artículos sobre sus estudios, incluyendo uno que establece que la leche ecológica, producida sin ingredientes transgénicos, tiene un mayor valor nutricional.
Al menos en dos ocasiones, el grupo del señor Hirshberg hafinanciado al Dr. Benbrook para que viajase a Washington y presionar contra la prohibición federal de etiquetado de los productos transgénicos. Su investigación sugiere que ha aumentado el uso de herbicidas en los cultivos transgénicos, uno de los argumentos centrales de la Industria de productos ecológicos a favor del etiquetado obligatorio.
El Dr. Benbrook, cuya labor de investigación en el Estado de Washington no fue renovada este año, dijo que las empresas de productos ecológicos habían recurrido a él por las mismas razones que Monsanto y otros habían recurrido a la Universidad de Florida o al Dr. Folta.
“Quieren influir en el público. Podrían realizar estos estudios por su cuenta y poner esta información en su página web. Pero nadie les creería. Hay una maldita guerra en torno a este asunto. Y todo el mundo está tratando de obtener el mayor beneficio posible”.
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Procedencia del artículo:
http://gmwatch.org/news/latest-news/16393-folta-affair-exposed-in-the-new-york-times
noticias de abajo
Aida. Presencia de glifosato en el pan y otros alimentos: efectos en la salud incluso a dosis extremadamente bajas
La Soil Association del Reino Unido ha enviado una petición a los proveedores de pan y de harina para que se aseguren que estos productos no contienen residuos de glifosato.
Mientras tanto, hay una petición en Avaaz dirigida al Director General de la FAO, Graziano Da Silva, para que se revisen los niveles máximos recomendados de residuos de glifosato en los alimentos y se actúe de manera eficaz para que desaparezcan:
Pan y glifosato: Recientes investigaciones alertan sobre los peligros del glifosato incluso en dosis muy bajas
Por Peter Melchett
Soil Association
Carta dirigida a los fabricantes de pan y comercio minorista:
Me dirijo a usted de nuevo, después de la enviada en el mes de julio sobre la clasificación del glifosato [Roundup] por parte de la Organización Mundial de la Salud como probablemente carcinógeno para los seres humanos. Agradezco al comercio y asociaciones nacionales por las respuestas a mi carta y sus comentarios a la misma, y espero con impaciencia la próxima reunión con la Federación de Panaderos a principios de septiembre.
La respuesta por parte de la Industria ante la declaración de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha sido que si bien es cierto que el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Comité de Expertos en Asuntos Rurales sobre la Residuos de Plaguicidas en los Alimentos (PRIF) ha encontrado residuos de glifosato en los alimentos, éste se encuentra por debajo de los límites máximos marcados por la Ley, y que por tanto no debe ser motivo de preocupación para los consumidores.
Son muchos científicos los que han mostrado su preocupación por los efectos negativos en la salud humana por la presencia de glifosato incluso por debajo del LMR (Límite Máximo de Residuos), y que puede actuar como un alterador hormonal, y por tanto no existiría un nivel de glifosato que se pueda considerar seguro en el pan. Esto se debe a que los productos químicos que actúan como alteradores hormonales pueden tener efecto en la salud humana a dosis extremadamente bajas.
Desde la última vez que le escribí, se han publicado dos nuevos estudios científicos que apoyan las preocupaciones científicas de que no existe un nivel seguro de glifosato en el pan. El primer documento se titula: “El análisis del transcriptoma refleja daño renal y hepático en las ratas por exposición crónica a dosis extremadamente bajas de Roundup” (2015 Environ Health, 2015 Aug 25; 14(1): 70. doi: 10.1186/s12940-015-0056-1 http://www.ehjournal.net/content/14/1/70). En este estudio se concluye que: “Se ha encontrado una clara y consistente alteración en el patrón de la expresión génica tanto en el hígado y los riñones del grupo expuesto a Roundup… Estas alteraciones en la función de losgenes eran consistentes con fibrosis (cicatrización), necrosis ( áreas de tejido muerto), fosfolipidosis (perturbación del metabolismo de las grasas) y daños en las mitocondrias (órganos de generación de energía de las células). Más de 4.000 genes se vieron afectados en el grupo expuesto a Roundup, ya sea con un aumento o disminución de su actividad. Las dosis equivalentes de Roundup administradas en este estudio se compararon con los niveles que se pueden encontrar en el agua potable ( los niveles utilizados en este estudio fueron la mitad de los niveles de Roundup permitidos en al agua potable en los países de la Unión Europea), y la cantidad de Roundup ingerida por los animales de esta investigación fueron de miles de veces por debajo de los límites de seguridad establecidos para el glifosato por las normas de regulación”.
El principal científico de este estudio, el Dr. Michael Antoniou, delKings College, dijo: “Los resultados de nuestro estudio son muy preocupantes, ya que confirman que incluso un nivel muy bajo de ingestión del herbicida Roundup a largo plazo causa daño hepático y renal, Nuestros resultados también sugieren que las Agencias de Regulación deberían volver a considerar la evaluación de seguridad de los herbicidas a base de glifosato”.
El segundo documento, con el título de “Los potenciales efectos tóxicos del glifosato y sus formulaciones comerciales por debajo de los límites legales (http://www.sciencedirect.com/science/journal/aip/02786915), concluye: “Nuestros resultados sugieren que la exposición crónica a GBH (herbicidas a base de glifosato) en un sistema modelo de toxicidad con animales de laboratorio en dosis muy bajas, puede dar lugar a daños hepáticos y renales, con potenciales implicaciones para la salud de los seres humanos y los animales”. El estudio pone de relieve los efectos tóxicos por debajo de los límites legales encontrados por unas 30 investigaciones, incluyendo aquellas realizadas por las empresas químicas de sus propios productos. Este nuevo estudio también examinó el impacto de Roundup en una concentración de 0,1 partes por mil millones, una concentración de glifosato que es la mitad de la concentración permitida en el agua potable por la Unión Europea ( que es de 0,1 mg/l): “Los resultados mostraron que Roundup provocó un aumento en la incidencia de signos anatómicos patológicos, así como cambios en la orina y parámetros bioquímicos de la sangre, lo que sugiere insuficiencia funcional renal y hepática en ambos sexos”. Los científicos señalan que son precisos más investigaciones “para evaluar los efectos de alteración hormonal de los herbicidas a base de glifosato”.
Los investigadores también dicen: “Se sabía con anterioridad que la ingestión de glifosato en el agua por encima de los límites autorizados podía provocar insuficiencia renal y problemas reproductivos. Los resultados de este estudio indican que la ingestión de niveles mucho más bajos de una formulación de GBH, en concentraciones equivalentes del glifosato admisible, están asociados con severas alteraciones del transcriptoma del hígado y de los riñones, algo que se correlaciona con lo observado en el examen anatómico-morfológico del hígado y los riñones, con cambios bioquímicos patológicos en estos órganos”.
La Soil Association cree que incluso dosis extremadamente bajas de Roundup, según lo revelado por estas dos nuevas investigaciones científicas, tienen serios impactos en la salud humana, lo cual hace que los LMR actuales de glifosato sean potencialmente peligrosos, y que debe ser responsabilidad de minoristas, fabricantes, expendedores, la de eliminar el glifosato de sus productos.
Como usted sabe, actualmente no se cultivan en el Reino Unido plantas transgénicas resistentes a Roundup [en España sí se cultivan], de modo que la principal fuente de contaminación de la harina y el pan proviene de la práctica de los agricultores de rociar Roundup y otros herbicidas que contienen glifosato en los cultivos de trigo antes de cosechar. En la edición de Agosto de la revista sobre agricultura East Anglia aparece un artículo en el que Monsanto dice que: “El herbicida Roundup es particularmente útil incluso cuando el grano está ya bastante seco. Se les dice a los agricultores que la fumigación con Roundup acelera la cosecha, mejorando el grano. Sin embargo, está claro que aplicar Roundup inmediatamente antes de la cosecha es una cuestión de conveniencia para los agricultores, no una necesidad. De hecho, ya existen preocupaciones de que aparezcan en el Reino Unido plantas resistentes a Roundup ( que ya suponen una importante molestia para los agricultores de Estados Unidos), con la advertencia de la Agriculture y Horticulture Development Board de las consecuencias económicas añadidas”.
A la luz de estas nuevas evidencias científicas, publicadas recientemente, que confirman nuestras anteriores preocupaciones sobre los efectos en la salud humana de dosis muy bajas de glifosato, la Soil Association insta a que se garantice que ninguna de las harinas o pan que se fabriquen o se vendan contengan trazas de glifosato.
En vista de las graves consecuencias para la salud humana que sacan a la luz estos dos nuevos estudios científicos, la Soil Association hace pública esta carta.
Atentamente,
Peter Melchett
Director de Política de la Soil Association
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Procedencia del artículo:
http://gmwatch.org/news/latest-news/16386-get-glyphosate-out-of-our-bread-and-food-action-updates
noticias de abajo
Aida. Mira como reacciona el jefe de cocacola cuando le enseñana cuanta azucar tiene un vaso de cocacola
Aida. NUESTRO VENENO COTIDIANO
Ha tenido que ser una valiente periodista francesa, Marie-Monique Robin, la que nos alerte una vez mas de los peligros de tanta basura química en la comida nuestra de cada día , servida impunemente y sobre todo en las grandes cadenas de supermercados , por medio de un libro demoledor “Nuestro veneno cotidiano”, lleno de citas científicas que avalan sus acusaciones.http://www.edicionespeninsula.com/es/llibre/nuestro-veneno-cotidiano_17710.html.
En el demuestra el crecimiento vertiginoso de afectados de Cáncer, Leucemia en niños , Parkinson y Alzheimer en ancianos, etc., como consecuencia de estos venenos cotidianos en nuestra comida.
Su anterior libro “El mundo según Monsanto” , sirvió para que el Senado francés tomara cartas en el asunto de los Transgénicos y prohibiera su cultivo en Francia, por las consecuencias medioambientales y de perjuicios de la salud que se derivan de ellos.
Encontramos a faltar mas periodismo de investigación como el Marie-Monique, que ponga el dedo en la llaga de forma totalmente documentada y desenmascare de una vez por todas los intereses bastardos de una industria química y farmacéutica, que enloquecida por el interés económico y por el dominio mundial, nos enferma intencionadamente para poder convertir a todo ser humano en enfermos crónicos , clientes de por vida y despojados de nuestra libertad de gozar de salud .
Debilitados por estas enfermedades crónicas , las sociedades pierden libertad de elección y fuerzas para intervenir en los cambios que se avecinan.
Leer este libro nos servirá para posicionarnos en la elección de nuestra dieta diaria y evitar enfermedades que pretenden cronificar .
Para los que no dispongan de tiempo vacacional para leer este interesante libro pueden al menos visionar el documental realizado sobre este libro
O el realizado sobre su anterior libro “El Mundo según Monsanto”
Y la Biografia de Marie-Moniq Robin
http://en.wikipedia.org/wiki/Marie-Monique_Robin
Jonathan Latham: la experiencia de un científico en la investigación sobre los transgénicos
Por Jonathan Latham, 31 de agosto de 2015
Por formación, soy un biólogo de las plantas. A principios de 1990, mi ocupación consistía en la investigación de las plantas modificadas genéticamente (a menudo denominadas OGM, organismos modificados genéticamente, [ o transgénicos, simplemente]), como parte de mi trabajo de doctorado. Lo que hacíamos era colocar en las plantas ADN de otras especies diferentes, como de virus y bacterias.
Al principio no me preocupé demasiado por los posibles efectos de las plantas transgénicas en la salud humana y el medio ambiente. Una de las razones de mi despreocupación era que todavía estaba en período de formación, y viendo como muy complejo el mundo de la Biología y de la investigación científica. Otra razón es que nunca nos imaginamos que los transgénicos, como los que nosotros desarrollábamos, pudiesen son cultivados o consumidos. En lo que a mí respecta, todos los transgénicos sólo tienen sentido para fines de investigación.
Sin embargo, poco a poco, se hizo evidente que algunas empresas tenían una forma de pensar totalmente diferente. Algunos de mis colegas también compartían mi escepticismo sobre los intereses comerciales que estaban muy por delante de los conocimientos científicos. He escuchado atentamente y no lo niego. Hoy en día, más de veinte años después, los cultivos transgénicos se cultivan comercialmente en numerosas partes del mundo: maíz, soja, papaya, algodón y canola (colza transgénica).
Dependiendo del país en el que uno viva, los transgénicos pueden estar presentes y ser abundantes en la dieta, sin saberlo. Los alimentos procesados ( por ejemplo, patatas fritas, cereales para el desayuno, refrescos) es probable que contengan ingredientes transgénicos, ya que a menudo se fabrican a partir de maíz y sojas transgénicos. La mayoría de los cultivos agrícolas, sin embargo, siguen siendo no transgénicos, entre los que se encuentran el arroz, el trigo, la cebada, la avena, los tomates, las uvas y las judías verdes.
Para los consumidores de carne, la ingestión de transgénicos es diferente. No hay animales transgénicos en la ganadería ( aunque el salmón transgénico está esperando su aprobación por parte de la FDA desde 1993). Sin embargo, los animales de las granjas industriales, o de las piscifactorías, lo más probable es que se alimenten de maíz y soja transgénicos. En estos casos, determinar el potencial de impacto en la salud es un asunto complicado [En Europa está permitida la alimentación de los animales con productos con ingredientes transgénicos]
Ahora, siendo un científico con mucha más experiencia, creo que los cultivos transgénicos siguen comercializándose sin tener en cuenta la escasa comprensión que todavía tenemos sobre los riesgos. En líneas generales, las razones de esta creencia son muy simples: me he dado cuenta de la complejidad de los organismos biológicos y su capacidad para producir beneficios y daños. Como científico me he vuelto más humilde sobre la capacidad de la Ciencia para no hacer algo más que arañar la superficie en la comprensión de la profunda complejidad y diversidad del mundo natural. Ya sé que puede parecer un estereotipo, pero progresivamente somos más conscientes de que cada vez entendemos menos.
Un defectuoso proceso de evaluación de los riesgos de los transgénicos
Algunas de mis preocupaciones sobre los transgénicos no son solamente de carácter práctico. He leído numerosos documentos de evaluación de riesgos de los transgénicos. Estos son los documentos en los que confían los Gobiernos para probar su seguridad. Aunque estos documentos son muy extensos y bastante complejos, su longitud puede llevar a engaño, ya que generalmente las preguntas y las respuestas son triviales. Además, los experimentos descritos en ellos son muy a menudo deficientes y ejecutados de una forma descuidada. Lo más común es que no existan controles científicos, los procedimientos y reactivos están mal descritos, y los resultados son ambiguos o no interpretables. No creo que esa ambigüedad y aparente incompetencia sea algo accidental. Es muy común, por ejemplo entre las Empresas multinacionales, cuyos laboratorios tienen equipos de última generación, utilizar metodologías obsoletas. Cuando los resultados muestran lo que quieren los solicitantes, no se dice nada. Pero cuando los resultados no son convenientes, se levantas banderas rojas y se culpa a las limitaciones del anticuado método. Esta lógica a prueba de balas, en la que los solicitantes afirman que un producto es seguro aunque los datos demuestren lo contrario, o de lo mal que se lleve a cabo el experimento, es un comportamiento ya rutinario en la evaluación de riesgos de los transgénicos.
Para cualquier investigador honesto, la lectura de todos estos documentos de evaluación le plantean profundas e inquietantes preguntas: sobre la fiabilidad de los solicitantes, pero también de los organismos reguladores. No son capaces de aprobar un sistema funcional normativo capaz de proteger a la gente.
Los peligros de los transgénicos
Aparte de las serias dudas sobre la calidad e integridad de las evaluaciones de riesgo, también tengo preocupaciones específicas basadas en la Ciencia sobre los transgénicos. Algo hincapié en ello, porque considero que son importantes y no suelen aparecer en las listas que los críticos de los transgénicos suelen elaborar.
Muchas plantas transgénicas están diseñadas para contener sus propios insecticidas. Estos organismos modificados genéticamente, entre los que se incluyen el maíz, el algodón y la soja, se denominan plantas Bt. Las plantas Bt reciben su nombre porque incorporan un transgén que produce una toxina a base de proteínas ( denominada toxina Cry) de la bacteria Bacillus thuringiensis. Muchos cultivos Bt tienen rasgos apilados, es decir, que presentan una multiplicidad de toxinas Cry. Sus fabricantes creen que cada una de estas toxinas Bt afecta a un insecto específico y que son seguras. Sin embargo, creo que hay razones para dudar de la seguridad y de su especificidad. Una de las preocupaciones es que Bacillus thuringiensis apenas se puede distinguir de la bacteria del ántrax (Bacillus anthracis) (1). Otra razón, es que los insecticidas Bt comparten similitudes estructurales con la ricina. La ricina es una famosa y peligrosa toxina vegetal; una pequeña cantidad de esta toxina se empleó para asesinar al escritor búlgaro disidenteGeorgi Markov en 1978. Un tercer motivo de preocupación es que no se entiende muy bien cómo actúan las proteínas Bt (Vachon et al., 2002); sin embargo, en la Ciencia, es un axioma que una evaluación de riesgos efectiva requiera de una clara comprensión de los mecanismos de acción de cualquier transgén. Es algo necesario para que se puedan diseñar experimentos apropiados que afirmen o refuten la seguridad. Estas señales de alerta son doblemente preocupantes, porque algunas proteínas Cry se sabe que son tóxicas para las células humanas aisladas (Mizuki et al., 199). Sin embargo, están presentes en nuestros cultivos alimentarios.
Otra preocupación sigue siendo la resistencia de los transgénicos a los herbicidas. Esta resistencia incita a que los agricultores pulvericen mayores cantidades de herbicidas, y muchos lo hacen. Como una reciente investigación mostró, la soja comercial contiene habitualmente cantidades del herbicida Roundup (glifosato) que su fabricante, Monsanto, describió una vez como “extremo” (Bohn et al., 2014).
El glifosato ha sido noticia recientemente porque la Organización Mundial de la Salud ya no lo considera como una sustancia relativamente inofensiva, pero hay otros herbicidas utilizados en los cultivos transgénicos que también son motivo de preocupación. El herbicida glufosinato (fosfinotricina, fabricado por Bayer) mata a las plantas al inhibir una importante enzima, la glutamina sintetasa. Como consecuencia, el glufosinato es tóxico para la mayoría de los organismos. El glufosinato es también una neurotoxina para los mamíferos y no se degrada fácilmente en el medio ambiente (Lantz et al., 2014). El glufosinato sería un herbicida, pero sólo de nombre.
Por lo tanto, incluso en la agricultura convencional, el uso de glufosinato es peligroso, pero con las plantas transgénicas la situación es todavía peor. Cuando el glufosinato se pulveriza sobre los cultivos transgénicos, su degradación está bloqueada por el transgén, que ligeramente lo modifica químicamente. Esta es la razón por la que las plantas transgénicas son resistentes a él. Pero la otra consecuencia es que usted ingiere glufosinato resistente al maíz o colza transgénicos, incluso semanas o meses más tarde, aunque ligeramente modificado, porque es probable que todavía no se haya degradado (Droge et al., 1992). Sin embargo, aunque el riesgo para la salud es mucho mayor con los cultivos transgénicos, estas implicaciones son ignoradas en las evaluaciones de riesgo de los transgénicos tolerantes al glufosinato.
Una razón más para preocuparse por los transgénicos es que la mayoría de ellos tienen una secuencia viral denominada promotor del virus del mosaico de la coliflor (CaMV) ( o que contiene un promotor similar al virus del mosaico de esta escrofularia (FMV)). Hace dos años, la Agencia de Seguridad de los transgénicos de la Unión Europea (EFSA) descubrió que se había asumido de forma errónea que tanto el promotor CaMV como el promotor FMV no codificaban proteínas. De hecho, los dos promotores codifican una gran gran parte de una pequeña proteína viral multifuncional que interfiere en la expresión normal del gen y también silencia defensas esenciales de las planta contra los patógenos. La EFSA trató de ocultar su descubrimiento. Desafortunadamente, vimos sus hallazgos en una poco conocida revista científica. Esto obligó a la EFSA y a otros reguladores a explicar por qué habían pasado por alto la probabilidad de que los consumidores ingiriesen una proteína viral no probada.
Esta lista de preocupaciones científicas significativas sobre los transgénicos no es de ninguna manera exhaustiva. Por ejemplo, los nuevos transgénicos que están llegando al mercado, tales como los que utilizan los ARN de doble cadena (ARNds) tienen el potencial incluso de suponer mayores riesgos (Lathan y Wilson, 2015).
El verdadero propósito de los transgénicos
Pero la Ciencia no es la única base para criticar a los transgénicos. El objetivo de la comercialización de los transgénicos no es para alimentar al mundo o mejorar la agricultura. No. Más bien es para hacer uso de un derecho de propiedad intelectual ( es decir, los derechos de patente) sobre las semillas y los cultivos de las plantas e impulsar un tipo de agricultura que sólo beneficia a la Agroindustria. Esto se produce a expensas de los agricultores, los consumidores y el mundo natural. Los agricultores de Estados Unidos, por ejemplo, han visto aumentar el precio de las semillas casi el cuádruple y las opciones de que disponen son ahora más limitadas desde la introducción de los cultivos transgénicos. La lucha contra los transgénicos no es de menor importancia: es algo que nos afecta a todos.
Sin embargo, las preocupaciones científicas específicas son cruciales para el debate. Salí del ámbito
científico porque me parecía imposible investigar sin hacerlo desde fuera, pero también porque debía presentar razones para apoyar el escepticismo de algunas personas, que como financiadores de las investigaciones, creí que tenían derecho a conocer.
La crítica de la Ciencia y la Tecnología sigue siendo algo muy difícil. A pesar de que muchos investigadores se benefician de los recursos y de un buen salario, no son muchos los escépticos en estos ámbitos. Esta es una de las razones por las que los riesgos de los transgénicos han sido ocultados, aunque siga creciendo las preocupaciones por parte del público. Hasta que no se rectifique el daño que se está haciendo a la ciencia, tanto el público como los científicos tienen el derecho a dudar de que los transgénicos no debieran de haber abandonado el terreno de los laboratorios.
(Una versión anterior de este artículo apareció en: hhtp://nutritionstudies.org)
(1) Dos referencias sobre el tema del ántrax ( agregadas el 2 de septiembre): Helgason, E., OA Økstad, DA Caugant, HA Johansen, A. Fouet, M. Mock, I. Hegna y A.-B.Kolstø. 2000. Bacillus anthracis, Bacillus cereus y Bacillus thuringiensis, una especie en la base de las pruebas genéticas. Appl. Environ. Microbiol. 66: 2627 a 2630.
Y
Adelaida M. Gaviria Rivera, Per Einar Granum, Fergus G. Priest. 2000. Common occurrence of enterotoxin genes and enterotoxicity in Bacillus thuringiensis. FEMS Microbiology Letters 190 (2000) 151-155; http://dx.doi.org/10.1111/j.1574-6968.2000.tb09278.x
Referencias:
Bøhn, T, Cuhra, M, Traavik, T, Sanden, M, Fagan, J and Primicerio, R (2014) Compositional differences in soybeans on the market: Glyphosate accumulates in Roundup Ready GM soybeans. Food Chemistry 153: 207-215.
Droge W, Broer I, and Puhler A. (1992) Transgenic plants containing the phosphinothricin-N-acetyltransferase gene metabolize the herbicide L-phosphinothricin (glufosinate) differently from untransformed plants. Planta 187: 142-151.
Lantz S et al., (2014) Glufosinate binds N-methyl-D-aspartate receptors and increases neuronal network activity in vitro. Neurotoxicology 45: 38-47.
Latham JR and Wilson AK (2015) Off - target Effects of Plant Transgenic RNAi: Three Mechanisms Lead to Distinct Toxicological and Environmental Hazards.
Mizuki, E, Et Al., (1999) Unique activity associated with non-insecticidal Bacillus thuringiensis parasporal inclusions: in vitro cell- killing action on human cancer cells. J. Appl. Microbiol. 86: 477–486.
Vachon V, Laprade R, Schwartz JL (2012) Current models of the mode of action of Bacillus thuringiensis insecticidal crystal proteins: a critical review. Journal of Invertebrate Pathology 111: 1–12.
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Procedencia del artículo:http://www.independentsciencenews.org/health/growing-doubt-a-scientists-experience-of-gmos/
Aida. Jonathan Latham: la experiencia de un científico en la investigación sobre los transgénicos
Por Jonathan Latham, 31 de agosto de 2015
Por formación, soy un biólogo de las plantas. A principios de 1990, mi ocupación consistía en la investigación de las plantas modificadas genéticamente (a menudo denominadas OGM, organismos modificados genéticamente, [ o transgénicos, simplemente]), como parte de mi trabajo de doctorado. Lo que hacíamos era colocar en las plantas ADN de otras especies diferentes, como de virus y bacterias.
Al principio no me preocupé demasiado por los posibles efectos de las plantas transgénicas en la salud humana y el medio ambiente. Una de las razones de mi despreocupación era que todavía estaba en período de formación, y viendo como muy complejo el mundo de la Biología y de la investigación científica. Otra razón es que nunca nos imaginamos que los transgénicos, como los que nosotros desarrollábamos, pudiesen son cultivados o consumidos. En lo que a mí respecta, todos los transgénicos sólo tienen sentido para fines de investigación.
Sin embargo, poco a poco, se hizo evidente que algunas empresas tenían una forma de pensar totalmente diferente. Algunos de mis colegas también compartían mi escepticismo sobre los intereses comerciales que estaban muy por delante de los conocimientos científicos. He escuchado atentamente y no lo niego. Hoy en día, más de veinte años después, los cultivos transgénicos se cultivan comercialmente en numerosas partes del mundo: maíz, soja, papaya, algodón y canola (colza transgénica).
Dependiendo del país en el que uno viva, los transgénicos pueden estar presentes y ser abundantes en la dieta, sin saberlo. Los alimentos procesados ( por ejemplo, patatas fritas, cereales para el desayuno, refrescos) es probable que contengan ingredientes transgénicos, ya que a menudo se fabrican a partir de maíz y sojas transgénicos. La mayoría de los cultivos agrícolas, sin embargo, siguen siendo no transgénicos, entre los que se encuentran el arroz, el trigo, la cebada, la avena, los tomates, las uvas y las judías verdes.
Para los consumidores de carne, la ingestión de transgénicos es diferente. No hay animales transgénicos en la ganadería ( aunque el salmón transgénico está esperando su aprobación por parte de la FDA desde 1993). Sin embargo, los animales de las granjas industriales, o de las piscifactorías, lo más probable es que se alimenten de maíz y soja transgénicos. En estos casos, determinar el potencial de impacto en la salud es un asunto complicado [En Europa está permitida la alimentación de los animales con productos con ingredientes transgénicos]
Ahora, siendo un científico con mucha más experiencia, creo que los cultivos transgénicos siguen comercializándose sin tener en cuenta la escasa comprensión que todavía tenemos sobre los riesgos. En líneas generales, las razones de esta creencia son muy simples: me he dado cuenta de la complejidad de los organismos biológicos y su capacidad para producir beneficios y daños. Como científico me he vuelto más humilde sobre la capacidad de la Ciencia para no hacer algo más que arañar la superficie en la comprensión de la profunda complejidad y diversidad del mundo natural. Ya sé que puede parecer un estereotipo, pero progresivamente somos más conscientes de que cada vez entendemos menos.
Un defectuoso proceso de evaluación de los riesgos de los transgénicos
Algunas de mis preocupaciones sobre los transgénicos no son solamente de carácter práctico. He leído numerosos documentos de evaluación de riesgos de los transgénicos. Estos son los documentos en los que confían los Gobiernos para probar su seguridad. Aunque estos documentos son muy extensos y bastante complejos, su longitud puede llevar a engaño, ya que generalmente las preguntas y las respuestas son triviales. Además, los experimentos descritos en ellos son muy a menudo deficientes y ejecutados de una forma descuidada. Lo más común es que no existan controles científicos, los procedimientos y reactivos están mal descritos, y los resultados son ambiguos o no interpretables. No creo que esa ambigüedad y aparente incompetencia sea algo accidental. Es muy común, por ejemplo entre las Empresas multinacionales, cuyos laboratorios tienen equipos de última generación, utilizar metodologías obsoletas. Cuando los resultados muestran lo que quieren los solicitantes, no se dice nada. Pero cuando los resultados no son convenientes, se levantas banderas rojas y se culpa a las limitaciones del anticuado método. Esta lógica a prueba de balas, en la que los solicitantes afirman que un producto es seguro aunque los datos demuestren lo contrario, o de lo mal que se lleve a cabo el experimento, es un comportamiento ya rutinario en la evaluación de riesgos de los transgénicos.
Para cualquier investigador honesto, la lectura de todos estos documentos de evaluación le plantean profundas e inquietantes preguntas: sobre la fiabilidad de los solicitantes, pero también de los organismos reguladores. No son capaces de aprobar un sistema funcional normativo capaz de proteger a la gente.
Los peligros de los transgénicos
Aparte de las serias dudas sobre la calidad e integridad de las evaluaciones de riesgo, también tengo preocupaciones específicas basadas en la Ciencia sobre los transgénicos. Algo hincapié en ello, porque considero que son importantes y no suelen aparecer en las listas que los críticos de los transgénicos suelen elaborar.
Muchas plantas transgénicas están diseñadas para contener sus propios insecticidas. Estos organismos modificados genéticamente, entre los que se incluyen el maíz, el algodón y la soja, se denominan plantas Bt. Las plantas Bt reciben su nombre porque incorporan un transgén que produce una toxina a base de proteínas ( denominada toxina Cry) de la bacteriaBacillus thuringiensis. Muchos cultivos Bt tienen rasgos apilados, es decir, que presentan una multiplicidad de toxinas Cry. Sus fabricantes creen que cada una de estas toxinas Bt afecta a un insecto específico y que son seguras. Sin embargo, creo que hay razones para dudar de la seguridad y de su especificidad. Una de las preocupaciones es que Bacillus thuringiensis apenas se puede distinguir de la bacteria del ántrax (Bacillus anthracis) (1). Otra razón, es que los insecticidas Bt comparten similitudes estructurales con la ricina. La ricina es una famosa y peligrosa toxina vegetal; una pequeña cantidad de esta toxina se empleó para asesinar al escritor búlgaro disidente Georgi Markov en 1978. Un tercer motivo de preocupación es que no se entiende muy bien cómo actúan las proteínas Bt(Vachon et al., 2002); sin embargo, en la Ciencia, es un axioma que una evaluación de riesgos efectiva requiera de una clara comprensión de los mecanismos de acción de cualquier transgén. Es algo necesario para que se puedan diseñar experimentos apropiados que afirmen o refuten la seguridad. Estas señales de alerta son doblemente preocupantes, porque algunas proteínas Cry se sabe que son tóxicas para las células humanas aisladas (Mizuki et al., 199). Sin embargo, están presentes en nuestros cultivos alimentarios.
Otra preocupación sigue siendo la resistencia de los transgénicos a los herbicidas. Esta resistencia incita a que los agricultores pulvericen mayores cantidades de herbicidas, y muchos lo hacen. Como una reciente investigación mostró, la soja comercial contiene habitualmente cantidades del herbicida Roundup (glifosato) que su fabricante, Monsanto, describió una vez como “extremo” (Bohn et al., 2014).
El glifosato ha sido noticia recientemente porque la Organización Mundial de la Salud ya no lo considera como una sustancia relativamente inofensiva, pero hay otros herbicidas utilizados en los cultivos transgénicos que también son motivo de preocupación. El herbicida glufosinato (fosfinotricina, fabricado por Bayer) mata a las plantas al inhibir una importante enzima, la glutamina sintetasa. Como consecuencia, el glufosinato es tóxico para la mayoría de los organismos. El glufosinato es también una neurotoxina para los mamíferos y no se degrada fácilmente en el medio ambiente (Lantz et al., 2014). El glufosinato sería un herbicida, pero sólo de nombre.
Por lo tanto, incluso en la agricultura convencional, el uso de glufosinato es peligroso, pero con las plantas transgénicas la situación es todavía peor. Cuando el glufosinato se pulveriza sobre los cultivos transgénicos, su degradación está bloqueada por el transgén, que ligeramente lo modifica químicamente. Esta es la razón por la que las plantas transgénicas son resistentes a él. Pero la otra consecuencia es que usted ingiere glufosinato resistente al maíz o colza transgénicos, incluso semanas o meses más tarde, aunque ligeramente modificado, porque es probable que todavía no se haya degradado (Droge et al., 1992). Sin embargo, aunque el riesgo para la salud es mucho mayor con los cultivos transgénicos, estas implicaciones son ignoradas en las evaluaciones de riesgo de los transgénicos tolerantes al glufosinato.
Una razón más para preocuparse por los transgénicos es que la mayoría de ellos tienen una secuencia viral denominada promotor delvirus del mosaico de la coliflor (CaMV) ( o que contiene un promotor similar al virus del mosaico de esta escrofularia (FMV)). Hace dos años, la Agencia de Seguridad de los transgénicos de la Unión Europea (EFSA) descubrió que se había asumido de forma errónea que tanto el promotor CaMV como el promotor FMV no codificaban proteínas. De hecho, los dos promotores codifican una gran gran parte de una pequeña proteína viral multifuncional que interfiere en la expresión normal del gen y también silencia defensas esenciales de las planta contra los patógenos. La EFSA trató de ocultar su descubrimiento. Desafortunadamente, vimos sus hallazgos en una poco conocida revista científica. Esto obligó a la EFSA y a otros reguladores a explicar por qué habían pasado por alto la probabilidad de que los consumidores ingiriesen una proteína viral no probada.
Esta lista de preocupaciones científicas significativas sobre los transgénicos no es de ninguna manera exhaustiva. Por ejemplo, los nuevos transgénicos que están llegando al mercado, tales como los que utilizan los ARN de doble cadena (ARNds) tienen el potencial incluso de suponer mayores riesgos (Lathan y Wilson, 2015).
El verdadero propósito de los transgénicos
Pero la Ciencia no es la única base para criticar a los transgénicos. El objetivo de la comercialización de los transgénicos no es para alimentar al mundo o mejorar la agricultura. No. Más bien es para hacer uso de un derecho de propiedad intelectual ( es decir, los derechos de patente) sobre las semillas y los cultivos de las plantas e impulsar un tipo de agricultura que sólo beneficia a la Agroindustria. Esto se produce a expensas de los agricultores, los consumidores y el mundo natural. Los agricultores de Estados Unidos, por ejemplo, han visto aumentar el precio de las semillas casi el cuádruple y las opciones de que disponen son ahora más limitadasdesde la introducción de los cultivos transgénicos. La lucha contra los transgénicos no es de menor importancia: es algo que nos afecta a todos.
Sin embargo, las preocupaciones científicas específicas son cruciales para el debate. Salí del ámbito
científico porque me parecía imposible investigar sin hacerlo desde fuera, pero también porque debía presentar razones para apoyar el escepticismo de algunas personas, que como financiadores de las investigaciones, creí que tenían derecho a conocer.
La crítica de la Ciencia y la Tecnología sigue siendo algo muy difícil. A pesar de que muchos investigadores se benefician de los recursos y de un buen salario, no son muchos los escépticos en estos ámbitos. Esta es una de las razones por las que los riesgos de los transgénicos han sido ocultados, aunque siga creciendo las preocupaciones por parte del público. Hasta que no se rectifique el daño que se está haciendo a la ciencia, tanto el público como los científicos tienen el derecho a dudar de que los transgénicos no debieran de haber abandonado el terreno de los laboratorios.
(Una versión anterior de este artículo apareció en:hhtp://nutritionstudies.org)
(1) Dos referencias sobre el tema del ántrax ( agregadas el 2 de septiembre): Helgason, E., OA Økstad, DA Caugant, HA Johansen, A. Fouet, M. Mock, I. Hegna y A.-B.Kolstø. 2000. Bacillus anthracis, Bacillus cereus y Bacillus thuringiensis, una especie en la base de las pruebas genéticas. Appl. Environ. Microbiol. 66: 2627 a 2630.
Y
Adelaida M. Gaviria Rivera, Per Einar Granum, Fergus G. Priest. 2000. Common occurrence of enterotoxin genes and enterotoxicity in Bacillus thuringiensis. FEMS Microbiology Letters 190 (2000) 151-155;http://dx.doi.org/10.1111/j.1574-6968.2000.tb09278.x
Referencias:
Bøhn, T, Cuhra, M, Traavik, T, Sanden, M, Fagan, J and Primicerio, R (2014) Compositional differences in soybeans on the market: Glyphosate accumulates in Roundup Ready GM soybeans. Food Chemistry 153: 207-215.
Droge W, Broer I, and Puhler A. (1992) Transgenic plants containing the phosphinothricin-N-acetyltransferase gene metabolize the herbicide L-phosphinothricin (glufosinate) differently from untransformed plants. Planta 187: 142-151.
Lantz S et al., (2014) Glufosinate binds N-methyl-D-aspartate receptors and increases neuronal network activity in vitro. Neurotoxicology 45: 38-47.
Latham JR and Wilson AK (2015) Off - target Effects of Plant Transgenic RNAi: Three Mechanisms Lead to Distinct Toxicological and Environmental Hazards.
Mizuki, E, Et Al., (1999) Unique activity associated with non-insecticidal Bacillus thuringiensis parasporal inclusions: in vitro cell- killing action on human cancer cells. J. Appl. Microbiol. 86: 477–486.
Vachon V, Laprade R, Schwartz JL (2012) Current models of the mode of action of Bacillus thuringiensis insecticidal crystal proteins: a critical review. Journal of Invertebrate Pathology 111: 1–12.
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Procedencia del artículo:http://www.independentsciencenews.org/health/growing-doubt-a-scientists-experience-of-gmos/
noticias de abajo
Aida. Monsanto expulsado de Grecia y Letonia…
Monsanto expulsado de Grecia y Letonia: GM Bans Sweep A través de Europa
Como otras naciones de la UE tomen medidas
Primero Escocia y Alemania arrancado OGM de sus países, citando el temor de los cultivos transgénicos contaminan los suministros de alimentos y la preocupación por poner sus industrias de alimentos y bebidas en peligro. Ahora, Grecia y Letonia están diciendo Monsanto exactamente lo que pueden hacer con sus cultivos modificados genéticamente. La marea está cambiando. Un punto de inflexión simplemente se hizo evidente a través de las acciones de los dos países europeos adicionales que han tenido suficiente del brazo fuerte Biotech.
Letonia y Grecia han optado por salir de los OMG, como son Alemania y Escocia, como parte de los nuevos derechos de emisión indicados en la legislación que recientemente aprobada para los países de la UE.
Los geográficas opt-outs se dirigen específicamente de Monsanto MON810 GM de maíz, el cual los países pueden optar por crecer o rechazar en los próximos meses. Este es actualmente el cultivo modificado genéticamente única permitido ser cultivadas dentro de la UE en la actualidad -, pero sólo cuando los países dan permiso específico.
Pulso Como Sostenible explica, «mientras que la Comisión Europea es responsable de las aprobaciones, pide que se le excluyó también tendrá que ser presentado a la sociedad que hace la aplicación es decir Monsanto para MON810.»
Si los estados miembros adicionales niegan Monsanto, podemos estar seguros de que la empresa de biotecnología va a tratar de encontrar otras maneras de forzar sus cultivos transgénicos en el mundo (por ejemplo, la asociación Trans Pacífico Comercio), pero a medida que colectivamente decimos NO, la defensa de la prohibición, y exigiendo el etiquetado , vamos a liberar el planeta de la plaga que se los alimentos genéticamente modificados.
Natural Society
Aida. Destrozando la salud de nuestros hijos –
Destrozando la salud de nuestros hijos – BAJO VALOR NUTRITIVO EN 85% DE ALIMENTOS EN TANDAS DE TV.
«La política de reducción de la exposición de los niños y niñas a publicidades de alimentos no saludables es una política costo-efectiva y una de las más recomendadas para abordar la problemática de la obesidad infantil, sobre todo a partir de la evidencia científica que da cuenta del impacto de esta publicidad, no sólo en las preferencias de los niños sino también en su peso», advirtió FIC (Fundación Interamericana del Corazón Argentina). La organización no gubernamental alerta sobre la baja calidad nutricional de los alimentos publicitados en un contexto de crecimiento del sobrepeso y la obesidad infantil.
Los niños y niñas son un objetivo importante para las empresas de alimentos que utilizan estrategias de marketing para generar consciencia de marca, preferencia y lealtad. Esta población es especialmente vulnerable a la publicidad y no tiene la madurez necesaria para tomar decisiones autónomas respecto a una dieta saludable. Por otro lado, los hábitos alimenticios se construyen en los primeros años de vida y suelen persistir hasta la edad adulta. Es por eso que la creación de un entorno saludable desde la niñez es una forma de prevenir la obesidad y otras enfermedades no transmisibles relacionadas con la nutrición.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (FIC). La Fundación Interamericana del Corazón Argentina realizó una investigación con el objetivo de analizar las publicidades de alimentos que se emiten durante las tandas comerciales de los programas dirigidos a niños y niñas en televisión. Para el análisis se tomaron 21.085 publicidades de los 5 canales de televisión abierta y de los tres canales infantiles de cable con mayor audiencia que fueron emitidas durante 6 semanas de los meses de noviembre y diciembre de 2013 y enero de 2014, de 7:00 hasta las 22:00.
De las publicidades de alimentos emitidas durante los cortes comerciales de los programas dirigidos a niños y niñas, el 85,3% publicitan alimentos de bajo valor nutricional. Se trata de productos procesados con grandes cantidades de azúcares, grasas, sodio y con un alto valor calórico, como postrecitos, bebidas azucaradas, productos de cadenas de comidas rápidas y snacks salados. Por el contrario, las publicidades de alimentos naturales como vegetales, frutas, pescados, legumbres y cereales, todos alimentos que son la base de una alimentación equilibrada, tienen escasa presencia en las tandas.A su vez, el análisis detectó que 1 de cada 4 publicidades de alimentos emitidas durante las tandas de los programas infantiles utilizan personajes animados y famosos, y 1 de cada 3 recurren a las promociones, como regalos gratuitos, productos coleccionables, beneficios extras (ej., “comprá uno y llevate 1 gratis”), sorteos, entre otros. Estas mismas estrategias son significativamente menores en las publicidades que se emiten durante las tandas de los programas dirigidos a la audiencia general, lo cual refleja que los niños, niñas y adolescentes son el target prioritario al que apuntan estas estrategias publicitarias.
Existe evidencia suficiente que corrobora la influencia de la publicidad de alimentos no saludables en las elecciones que hacen los niños, los pedidos de compra y sus patrones de consumo. En este sentido, diversos estudios demuestran que existe una asociación entre la frecuencia de la publicidad de alimentos poco saludables en la televisión y el exceso de peso en los niños y niñas.
Los estudios de audiencia en Argentina indican que los niños de 4 a 12 años miran 3 horas de televisión en promedio por día y que la franja horaria de 19 a 22 horas es la de mayor audiencia. Tomando en consideración los datos del relevamiento realizado por FIC Argentina, este grupo está expuesto, en promedio, a 61 publicidades de alimentos de bajo valor nutritivo por semana.
Por otro lado, en nuestro país, el porcentaje de obesidad en niños y niñas de 6 meses a 6 años de edad es de 10,4% según la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2005). Por su parte, la Encuesta Mundial de Salud Escolar 2012, realizada a adolescentes de 13 a 15 años, mostró que desde el 2007 el sobrepeso aumentó del 24,5% al 28,6% y la obesidad pasó del 4,4% al 5,9%.
“El sobrepeso y la obesidad infantil están en aumento en nuestro país. La publicidad de alimentos poco saludables y el uso de técnicas persuasivas de marketing contribuyen a un entorno en el que los niños están atacados constantemente por mensajes que promueven el consumo de alimentos contrarios a las recomendaciones nutricionales. Es llamativa la cantidad de publicidades que utilizan recursos tales como las promociones y los personajes animados y famosos. Estas estrategias publicitarias son diseñadas con el objetivo de atraer la atención de los niños y mejorar el reconocimiento del producto. Para ello, apelan al gusto, al sabor y al disfrute del producto y, de esta manera, inciden en las preferencias y los patrones de consumo porque crean actitudes positivas hacia la marca e influyen en las solicitudes de alimentos por parte de los niños”, señala Lorena Allemandi, directora del área de políticas de alimentación saludable de FIC Argentina.
Y agrega: “existen numerosas investigaciones que señalan que las estrategias publicitarias que utilizan premios, promociones y personajes aumentan el consumo de alimentos de bajo valor nutricional, y por eso se aconseja restringir su utilización a través de políticas públicas para proteger el derecho a las salud de los niños”
El estudio, además, identificó que los 5 alimentos más publicitados en las tandas de los programas infantiles son los postres -flan, gelatinas y postres- (23,3%); los lácteos -yogur, leche y quesos- (16,2%); las bebidas azucaradas sin alcohol (13,2%); las cadenas de comidas rápidas (12,5%) y, por último, los snacks salados (7,9%).
Aida. Simplemente Crudo Revirtiendo la diabetes en 30 dias Reversing Diabetes Español
«Lo que vemos en este programa es que todos dejaron sus medicaciones. El colesterol bajo a lo normal, la mente aguda y clara, feliz. Lo que ha pasado es que llegaron a la cima de su potencial humano. Sus mentes han vuelto, sus cuerpos han vuelto, la alegría a vuelto. Ahora sabes que tienes una opción. Esa es la belleza. La diabetes no es una sentencia de muerte. Tu enfermedad crónica no es una sentencia de muerte. Puedes elegir la vida y darle una vuelta completa a esto en un plazo de semanas.» Gabriel Cousens
Aida. Sí – Los animales sufren de los alimentos modificados genéticamente…
Sí – Los animales sufren de los alimentos modificados genéticamente, dice La primatóloga Jane Goodall
«Los animales nos dicen algo acerca de los transgénicos»
La primatóloga advirtió a los consumidores en una conferencia de prensa National Press Club en prestar atención cuando los animales no responden bien a las dietas de OGM. También instó a los gobiernos a imponer salvaguardas más fuertes sobre los organismos modificados genéticamente.
Goodall advirtió:
«Los animales nos dicen algo. Si los animales han sufrido de esta manera [a partir de OMG], potencialmente para nosotros, vamos a escuchar lo que nos están diciendo. Vamos a estar atentos «.
Goodall ha unido fuerzas con el abogado Steven Druker en un libro que escribió a revelar los peligros de los organismos modificados genéticamente en animales. Dado que gran parte de la soja transgénica y maíz cultivado en los EE.UU. termina en la alimentación animal, que nos impulsa a darse cuenta de lo que sucede a los animales una vez que han consumido una dieta biotecnología alterada.
El libro de Druker se centra en la regulación de la FDA (o falta de ella) de los OGM, que detalla una relación acogedora con Monsanto y otras corporaciones de Big Ag. El abogado también estuvo presente en la reciente Conferencia Nacional de la Prensa, y dejar que el público sepa lo que muchos lectores de la Sociedad Natural ya son conscientes de – que el comisionado adjunto de la FDA, Michael R. Taylor, solía trabajar para Monsanto como vicepresidente de la compañía.
Portavoz de la FDA en la misma conferencia de prensa no tiene ningún comentario, pero el sitio web dice esencialmente que no hay diferencia entre los alimentos modificados genéticamente y los alimentos no modificados genéticamente – que es patentemente falso.
Druker cree que la FDA está ocultando ciertos hechos sobre los OGM, y en por lo menos, ha engañado al público por su seguridad, ya que incluso el alimento dado a los animales no ha sido objeto de una rigurosa investigación científica.
Goodall dice que ya que podemos esperar resultados similares para nuestra salud como las que los animales experiencia después de una dieta de GM, y puesto que casi el 80% de todos los alimentos procesados incluye al menos uno de los de Monsanto ocho cultivos comerciales transgénicos, (maíz, soja, algodón, alfalfa, remolacha azucarera, canola, papaya y calabaza), la salud humana es definitivamente en peligro sobre la base de pruebas científicas iniciales sobre ratas, monos, cerdos y otros animales.
En un ejemplo, un criador de cerdos en Dinamarca se dio la voz de alarma en lo que él cree son las deformidades causadas por piensos modificados genéticamente, paralizando los cerdos que plantea. De acuerdo con The Ecologist, agricultor Ib Pedersen ha encontrado lechones nacidos con deformidades de la columna, crecimientos visibles y anomalías, e incluso los gemelos unidos. Él culpa a glifosato herbicida que se encuentra en los cultivos modificados genéticamente.
A decir verdad, los agricultores de todo el país han reportado efectos negativos en sus animales cuando se alimentan de maíz OMG ya los piensos de soja, pero con un simple cambio, a menudo cuesta menos, alimentación no OGM está causando una mejor salud de los animales y menos enfermedades.
Aunque los estudios pagados por la industria biotecnológica muestran muy poco o nada de efectos adversos de comer piensos modificados genéticamente, ella sabe que las pruebas independientes sugieren un escenario completamente diferente.
Ella explicó:
«Pero si las mismas pruebas, los mismos alimentos son examinados por un científico independiente, entonces resulta que en casi todos los casos hay daños muy graves causados a las ratas, los ratones o los otros animales desafortunados pobres, órganos particularmente internos como el hígado y los riñones y cosas por el estilo «.
Similar a las conclusiones de otros científicos anteriormente pro-OGM, la advertencia de Goodall es clara:
«No creo que se ha demostrado en absoluto que estos son seguros.»
Natural Society