Desde nuestra perspectiva, el tiempo parece moverse “hacia adelante”, ¿pero cómo podemos estar tan seguros? La dirección y el concepto mismo del tiempo ha sido uno de los problemas que han fascinado a los físicos y filósofos. La proverbial flecha de Zenón (cuya paradoja afirma la imposibilidad del movimiento) indica en su mismo transcurrir la dirección del tiempo. ¿Pero por qué estamos tan seguros de que el tiempo avanza?
Una teoría propuesta por Sean Carroll y Jennifer Chen en 2004, plantea que el tiempo se mueve hacia adelante por el “contraste entrópico” entre el momento del Big Bang y nuestro presente. Esto puede ilustrarse si imaginamos que el “punto cero” del universo es compacto y ordenado (el instante del Big Bang) y que a medida que la entropía avanza, el universo se desordena. El futuro es desordenado en relación al pasado. Ese movimiento hacia una mayor entropía le da dirección al tiempo.
Partiendo de la premisa anterior, un experimento de la Universidad de Oxford dirigido por Julian Barbour buscó replicar las condiciones de entropía del Big Bang en un laboratorio. Estas condiciones, para efectos del estudio, se definen como un denso estado de cohesión molecular en un espacio mínimo y máxima uniformidad. 1,000 partículas y la gravedad newtoniana hicieron el resto.
Dicha fuerza de gravedad permite la expansión del sistema y la dirección del tiempo; sin embargo, en el estudio esta flecha no corre en una sola dirección, sino en dos.
El modelo simple del Big Bang produjo dos universos, uno como espejo del otro. En uno de ellos, el tiempo corre hacia adelante, como en el nuestro; en el “universo espejo”, el tiempo corre hacia atrás (al menos desde nuestra perspectiva). Barbour afirma que si estos modelos “se complicaran lo suficiente, ambos lados podrían sostener observadores que pudieran percibir al tiempo corriendo en direcciones opuestas. Cualquier ser inteligente podría definir su flecha del tiempo como escapando de un estado central. Ellos pensarían que nosotros vivimos en su pasado más remoto”.
En estricto sentido, no sólo es posible “volver al futuro”, sino que el futuro es el pasado remoto de un universo-anverso del nuestro, tal vez con forma de moneda. Star Wars indica esta misma posibilidad cuando afirma que los eventos ocurrieron en un pasado “muy muy lejano”, aunque desde nuestra perspectiva parezcan futuristas.
http://pijamasurf.com/2015/01/nuestro-pasado-remoto-es-el-futuro-distante-de-un-universo-en-espejo/