Por qué las acusaciones de Snowden benefician a China

Las revelaciones de Edward Snowden sobre las operaciones de monitoreo de EE. UU. son cada vez más consideradas como ventajosas para el régimen comunista chino, el cual opera su propio programa de vigilancia interna e internacional.

Los críticos afirman que el impacto se ha dado a nivel práctico y retórico, ya que al exponer la manera en que las agencias de inteligencia de EE. UU. realizan su trabajo, incluyendo su penetración en las redes informáticas de China, Snowden ha puesto en riesgo la seguridad nacional norteamericana.

Snowden también ha brindado al Partido Comunista Chino un enorme regalo de propaganda, de acuerdo con los críticos, ya que distrajo la atención sobre el ciberespionaje industrial que realiza Beijing y la enfocó en las operaciones de vigilancia de Estados Unidos.

Las revelaciones de Snowden llegaron a la prensa justo mientras Obama volaba hacia California para encontrarse con el líder del Partido Comunista, Xi Jinping. El punto principal en la agenda de la reunión era discutir francamente acerca del robo por parte del régimen de secretos corporativos norteamericanos a través del espionaje informático.

Se cree que el Ejército chino y otros órganos oficiales realizaron el robo tecnológico de manera sistemática y en una escala gigantesca, lo que resultó en la “mayor transferencia de riquezas en la historia” según el jefe de la Administración de Seguridad Nacional, Gen. Keith B. Alexander.

El caso de Snowden tuvo el efecto de crear una “equivalencia moral” entre las ciber-actividades del Partido Comunista y las de Estados Unidos, de acuerdo con John Bolton, del Instituto Americano de la Empresa.

“Ahora China puede ponerse en el papel de víctima acosada por Estados Unidos que simplemente trata de defenderse”, dijo. “Al elevar –de manera inexacta– a Beijing a una equivalencia moral con Washington, Snowden ocultó esta distinción crítica y le dio a China un escudo político”, escribió.

El momento en el que surgieron las filtraciones de Snowden y la manera en que las realizó han tenido el efecto de confundir las motivaciones y el respaldo político de los respectivos ciber-esfuerzos de ambos países, afirman los críticos.

Sin embargo, las diferencias son dramáticas. China es un régimen autoritario que vigila a sus propios ciudadanos para limitar la libertad de expresión o robar secretos corporativos de otros países; mientras que la vigilancia de EE. UU. es realizada por un gobierno electo, con múltiples niveles de supervisión y con el propósito de identificar terroristas.

“Lo trágico –y absurdo– de todo esto es que ahora Estados Unidos está siendo colocado al nivel de China como un Estado orwelliano”, escribió Peter Navarro, coautor del libro Death by China (Muerte por China) y crítico activo del Partido Comunista Chino. “La verdad es que el objetivo principal de la vigilancia de la administración Obama es evitar que los grupos terroristas como al-Qaeda maten a ciudadanos norteamericanos”.

Obama intentó hacer una distinción entre el robo de propiedad intelectual que realiza el régimen chino y la “práctica normal” de los países que se espían sus secretos políticos entre sí.

Luego de reaparecer públicamente para hablar brevemente con la prensa, Edward Snowden intentó convencer a Hong Kong de rechazar toda orden de extradición que enviara Estados Unidos. También mostró documentos al South China Morning Post que según él demostraban que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) había comprometido a computadoras de Hong Kong, incluyendo a la Universidad China de Hong Kong y sus directivos, intereses comerciales y estudiantes.

Luego volvió a esconderse en algún lugar de Hong Kong.

Hong Kong, con o sin documentos secretos, tiene sus propias razones para complicar cualquier pedido de extradición de Snowden. La prensa estatal afirmó que “La imagen de Hong Kong quedará manchada para siempre” si lo envían de vuelta a Estados Unidos, reportó el South China Morning Post, agregando, “Sería una ‘traición’ a su confianza y una ‘pérdida de reputación’ para Beijing”.

Casi el 50% de la opinión pública de Hong Kong estaba a favor de no aceptar una orden de extradición por Snowden, de acuerdo con una encuesta realizada por el China Post de Taiwán.

En Estados Unidos, Snowden fue duramente criticado por el ex vicepresidente Dick Cheney en una entrevista por el canal de TV Fox News. “Yo pienso que es un traidor. Pienso que ha cometido un crimen al violar los acuerdos que tenía en su posición”, dijo Cheney.

“Era un empleado contratado, pero obviamente se le había garantizado un acceso ‘top secret’. Y considero que es una de las peores ocasiones de las que tenga memoria en las que alguien con acceso a información clasificada produzca tanto daño a los intereses de la seguridad nacional de los Estados Unidos”, dijo Cheney.

El congresista de Nueva York Peter King estuvo en la MSNBC el 14 de junio y planteó la pregunta de si Snowden estaba espiando para China. Agregó que Snowden había transferido dinero a China y estudiado el idioma, por lo que cuestionó la razón por la que Snowden decidió ir allí. Dijo además que se estaba investigando el asunto de si Snowden había actuado como espía para China, destacando que la filtración de la información coincidió con la reunión entre Obama y Xi Jinping.

Negando las acusaciones de Washington de que Snowden cooperaba como espía para Beijing, la vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying, respondió, “Son puras tonterías”.

De manera similar, Snowden se mostró inmutable ante las denuncias de Estados Unidos, “Que Dick Cheney diga que soy un traidor es el mayor honor que pueda tener un norteamericano”, se jactó.

En una sesión de preguntas y respuestas realizada el 17 de junio con los lectores del Guardian, Snowden respondió algunas preguntas desde una locación secreta en Hong Kong.

Negó estar en contacto con los chinos y negó haberles entregado información clasificada, diciendo, “Así como con el Guardian y el Washington Post, solo trabajo con periodistas”.

Cuando le preguntaron específicamente si había brindado o si brindaría “información clasificada de EE. UU. a los chinos u otros gobiernos a cambio de asilo”, Snowden respondió con preguntas hipotéticas en vez de responder la pregunta directamente.

Lo que sí respondió fueron preguntas acerca de los gigantes de Internet como Google y Facebook en cuanto a la violación de la privacidad. Snowden dijo a los lectores que “Sus negativas se revisaron repetidas veces a medida que era más evidente que eran engañosas e incluían lenguaje específico idéntico entre empresas”. Y agregó que aunque están “legalmente obligados a acatarlo y mantener el silencio sobre cuestiones específicas del programa”, eso no los libera de su obligación ética.

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