La Plaza Sintagma de Atenas se ha vuelto a llenar de miles de ciudadanos griegos que tienen sus ojos puestos en la entrada del parlamento. Hacía allí dirigen secos y sencillos lemas como “ladrones y sinvergüenzas”. El martes los manifestantes conseguían mantener encerrados durante horas a los parlamentarios, hasta que las fuerzas de seguridad griegas establecieron un corredor para permitir la salida de vehículos. Si bien algunos preferían escapar por los jardínes.
Ayer en la Isla de Corfú una concentración de indignados obligaron a los diputados y funcionarios europeos que participaban en una reunión de trabajo (y cena en el Club Náutico) a abandonar la isla. El barco que fue al rescate tuvo que hacerlo con las luces apagadas.
Las manifestaciones, a pesar de la escasa información que se está ofreciendo en España, ha llegado con toda su intensidad a Tesalónica, Heraclion y otras ciudades griegas, además se han extendido a Nicosia, la capital de Chipre.