Antes de abandonar su cargo de Comisaria Europea de la Sociedad de la Información, Viviane Reding dejó un legado en forma de enmienda a la Directiva Europea de 2002 sobre procesado y retención de datos y la protección de la privacidad en las comunicaciones electrónicas.
Dicha enmienda establece que (la negrita es mía):
Los Estados miembros velarán por que únicamente se permita el almacenamiento de información, o la obtención de acceso a la información ya almacenada, en el equipo terminal de un abonado o usuario, a condición de que dicho abonado o usuario haya dado su consentimiento después de que se le haya facilitado información clara y completa, en particular sobre los fines del tratamiento de los datos, con arreglo a lo dispuesto en la Directiva 95/46/CE. Lo anterior no impedirá el posible almacenamiento o acceso de índole técnica al solo fin de efectuar la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas, o en la medida de lo estrictamente necesario a fin de que el proveedor de un servicio de la sociedad de la información preste un servicio expresamente solicitado por el abonado o el usuario.
Estrictamente, esto significaría que cada web, blog y sitio de Internet alojado en suelo europeo (o de una empresa europea) tendrá la obligación de preguntar a sus visitantes si quieren aceptar cookies en su disco duro… antes de cargar la página.
¿Dije tendrá? Me equivoqué. Es “tiene la obligación de hacerlo“, desde el pasado 25 de Mayo, que era la fecha límite para que los Estados Miembros adaptaran la Directiva Europea.
De momento, la norma europea, recordemos de obligado cumplimiento (aunque según vemos sólo cuando conviene… como con la LSSI) para todos los estados miembros de la Unión, sólo ha sido adaptada a las leyes locales en Estonia, Dinamarca y el Reino Unido.
En éste último país, la Oficina del Comisionado de la Información (ICO en inglés… aunque menudo nombre, por cierto) ha aplicado la ley, lo que le ha reportado un descenso del 90% en trafico y visitantes, debido a que no han aceptado la ‘cookie’ de Google Analytics, sistema que usan en el ICO para las estadísticas.
Originalmente, la enmienda conocida como “la Ley de las cookies” iba dirigida a los ‘grandes’, como Facebook, Google, Microsoft o Yahoo!, aunque en la práctica se temía que fuera una (¡otra!) amenaza contra el comercio electrónico.
Como siempre, el resultado va a ser completamente el contrario al que se busca. Ni ‘los grandes’ van a desistir de sus objetivos de seguimiento, y seguirán haciendo lo que les convenga en tanto a la privacidad de sus usuarios.
Por el contrario, los demás habitantes de la red veremos como van creándose más agencias para el control y seguimiento de toda esta sarta de leyes, enmiendas y parches completamente absurdos, inútiles e ineficaces. Pst, y pagando de nuestro bolsillo, que quede claro.