Restos humanos de Atapuerca tienen afinidad genética con los de Alemania y Oriente Próximo

El análisis genético de los restos de individuos que vivieron hace 4200 y 4760 años hallados en la Cueva de El Mirador en Atapuerca, España, indica que estaban emparentados a los de Alemania y Oriente Próximo.

En esta cueva encontraron a 23 individuos de la cultura calcolítica, conocida por sus sobresalientes logros tecnológicos y artísticos en el uso de metales; diferentes de la cultura cerámica tipo campaniforme (Foto) que se desplazó por Europa.

“Esta investigación demuestra que la población calcolítica de El Mirador tiene afinidades con grupos del Oriente Próximo y encaja en poblaciones del neolítico medio y tardío de Alemania, así como las culturas Rossi, Salzmünde y Balberge, pero no tiene relación con la cultura contemporánea del vaso campaniforme», explicó Marina Lozano, investigadora del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), que está entre las firmantes del artículo junto con Josep Maria Vergès, también arqueólogo de este instituto, informó IPHES el 18 de agosto.

A partir del análisis de 757 secuencias de muestras de los restos de El Mirador en Atapuerca se obtuvieron 19 grupos genéticos de individuos que representan característicos grupos y subgrupos de linajes ya descritos previamente en Europa (Halogrupos de ADN mitocondrial y sub halogrupos), según una publicación de Plos One del 12 de agosto.

Los investigadores hicieron notar que también el Hombre de la Sima de los Huesos de Atapuerca, que vivió hace 400 mil años, arrojó un ADN con características del interior de Europa.

Los linajes del grupo genético más común europeo moderno (el haplogrupo H) -con una frecuencia de alrededor del 40 por ciento- estaba establecido en el continente en el período Neolítico medio. En el Neolítico tardío se produjo una migración asociada a la cultura de cerámica campaniforme, “que añadió una complejidad genética adicional a la actual población”, señala el documento.

La firma genética del típico europeo (haplogrupo H) se incrementó durante el período campaniforme en comparación a las culturas europeas anteriores, lo que sugiere que también aumentó en Iberia y Europa Central. Los investigadores citaron que otro reciente estudio mostró que hay genes del norte de Europa en la Península Ibérica.

Hace 4000 años se produjo una migración inversa desde el centro de Europa a Iberia, sin embargo los genes de los hombres que habitaron El Mirador son bastante únicos, y diferentes a los encontrados en las poblaciones campaniformes contemporáneas y a los actuales íberos. Ellos llevan el sello genético característico del Oriente Próximo, tal vez por un movimiento migratorio durante el período megalítico.

La población del Mirador también tiene las características especiales de la cultura Salzmunde de Alemania, de los más o menos contemporáneos Treilles de Francia (habitantes hace unos 5400 y 5000 años en dichas zonas) y de la culturas Rossen y Baalberge de Alemania, indica el documento.

El comunicado de IPHES concluyó que el nuevo estudio “constata que durante el Neolítico medio y final había una señal genética común en Europa Central (Alemania) y Occidental (El Mirador), pero que a lo largo de la cultura del Calcolítico, el panorama se hizo mucho más heterogéneo, con presencia de más grupos”.

La investigación, que fue liderada por Daniel Gómez Sánchez y Iñigo Ogalde, del Instituto de Evolución Biológica de Barcelona, y recibió participación de la Universidad de Florencia, Italia, confirma además que el hombre de Mirador también recibió una contribución de los linajes del Medio Oriente, «que no fue influenciada por la expansión de los ibéricos de Bell Vasos».

Calcolíticos

En el libro ‘La arqueología del antiguo Israel‘ de Amnon Ben-Tor, se describe el origen de la cultura Calcolítica en Anatolia y Caucacia Oriental, según un estudio de P. Bar Adon y D. Usishkin. Sin embargo, también cita la investigación de J. Meellaart, quien describió que por el contrario, los calcolíticos “vinieron del Norte” y luego aportaron elementos a Mesopotamia, Siria, Anatolia meridional, Biblos y la tierra de Israel.

Ben Tor destaca que lo sorprendente de los calcolíticos, que aún no tiene explicación, es que «todo lo que se había logrado», en cuanto originalidad y sofisticación durante su época «desapareció para nunca volver; las siguientes generaciones no alcanzaron nunca logros similares, ni siquiera después de cientos y miles de años».

Población campaniforme

En el caso de la población del vaso campaniforme, “la hipótesis tradicional dice que se desarrolló en la vertiente atlántica europea y desde allí se extendió por el resto de Europa. El hallazgo de yacimientos muy antiguos en Portugal con cerámica de dicha cultura, hace pensar que el origen se encuentra en la zona de la desembocadura del río Tajo”, según IPHES.

«La base socioeconómica de aquellas poblaciones era el ganado, especialmente rebaños de cabras y ovejas, y la producción de cereales como el trigo y la cebada, y algunas leguminosas. Ocasionalmente, complementarían la parte animal de la dieta con caza», agrega el informe.

http://www.lagranepoca.com/32890-restos-humanos-atapuerca-tienen-afinidad-genetica-alemania-oriente-proximo

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