La Verdadera Educación

El hombre ignorante no es el iletrado, sino el que no se conoce a sí mismo; y el hombre instruido es ignorante cuando pone toda su confianza en los libros, en el conocimiento y en la autoridad externa para derivar de ellos la comprensión. La comprensión sólo viene mediante el propio conocimiento, que es el darnos cuenta de nuestro proceso psicológico total. La educación, pues, en su verdadero sentido, es la comprensión de uno mismo, porque dentro de cada uno de nosotros es donde se concentra la totalidad de la existencia.

Lo que ahora llamamos educación es la acumulación de datos y conocimientos por medio de los libros, cosa factible a cualquiera que puede leer. Una educación así, ofrece una forma sutil de evadirnos de nosotros mismos y, como toda huida, inevitablemente aumenta nuestra desdicha. El conflicto y la confusión resultan de nuestra relación errónea con todo lo que nos rodea -gente, cosas, ideas-, y hasta que no entendamos bien esa relación y la alteremos, la mera instrucción, la adquisición de datos y habilidades, nos conducirán inevitablemente al caos envolvente y a la destrucción.

El progreso tecnológico resuelve ciertas clases de problemas en un nivel determinado, pero también introduce problemas más amplios y profundos. Vivir en un solo nivel, sin tener en cuenta el proceso total de la vida, es atraer la miseria y la destrucción. La mayor necesidad, el problema más urgente de cada individuo, es tener una comprensión integral de la vida, que lo ponga en condiciones de resolver satisfactoriamente sus crecientes complejidades.

El conocimiento técnico, aunque necesario, no resolverá en modo alguno nuestras tensiones y conflictos psicológicos internos: y es por haber adquirido conocimientos técnicos sin comprender el proceso total de la vida, que la tecnología se ha convertido en un instrumento para nuestra propia destrucción. El hombre que sabe desintegrar el átomo, pero no tiene amor en su corazón, se convierte en un monstruo.

Cuando la función de ejercer una profesión es de máxima importancia, la vida se hace aburrida y oscura, convirtiéndose en una rutina mecánica, de la cual huimos por medio de toda clase de distracciones. La acumulación de hechos y el desarrollo de la capacidad intelectual, a lo cual llamarnos educación, nos ha privado de la plenitud de la vida y de la acción integradas. Es porque no entendemos el proceso total de la vida que nos aferramos tanto a la capacidad y la eficiencia, que de esta manera asumen avasalladora importancia. Pero el todo no puede comprenderse si sólo estudiamos una parte. El todo sólo puede comprenderse mediante la acción y la vivencia.

La verdadera educación no tiene nada que ver con ninguna ideología, por mucho que ésta prometa una utopía futura; ni está fundada en ningún sistema, por bien pensado que sea; ni tampoco constituye un medio de condicionar al individuo de una manera especial. La educación, en el verdadero sentido, capacita al individuo para ser maduro y libre para florecer abundantemente en amor y bondad. En esto, en verdad, debiéramos estar interesados, y no en moldear al niño de acuerdo con una norma idealista.

La verdadera educación consiste en comprender al niño tal como es, sin imponerle un ideal de lo que opinamos que debiera ser. Encuadrarle en el marco de un ideal es incitarlo a ajustarse a ese ideal, lo que engendra en él temores y le produce un conflicto constante entre lo que es y lo que debiera ser; y todos los conflictos internos tienen sus manifestaciones externas en la sociedad. Los ideales son un obstáculo real para nuestra comprensión del niño y para que el niño se comprenda a sí mismo.

La mayoría de nosotros necesita de alguien en quien apoyarse, alguien que nos aliente, que nos diga: «¡Lo estás haciendo muy bien, sigue así!», y que nos empuje un poco cuando flojeamos, que nos impulse cuando somos indiferentes, cuando estamos dormidos, que nos sacuda para mantenernos despiertos; y así, ese alguien se convierte poco a poco en la autoridad. ¿No han advertido esto?

La verdadera educación, al mismo tiempo que estimula el aprendizaje de una técnica, debe realizar algo de mayor importancia; debe ayudar al hombre a experimentar, a sentir el proceso integral de la vida.

 

La Verdadera Educación según Krishnamurti

Un comentario en “La Verdadera Educación

  1. la verdadera educacion no la dan en la escuela…. eso deberia ser una obviedad para todos, sin importar a que sociedad pertenezcamos.-

    la escuela, y sus diferentes grados (primaria, secundaria, terciaria, expecializacion… etc.), solo nos da conocimiento cientifico, o cultural, o historico… pero nada mas.-

    la «verdadera escuela»… es el hogar, una madre, un padre, quizas hermanos, el barrio, los vecinos, interactuar con el projimo, …

    interactuar con OTROS es tan importante, que (opinion…), es una aberracion social, esa costumbre de algunos, de educar al niño/a, «en casa»…

    sin contar que su formacion sera parcial y defectuosa (a nivel cientifico y academico), la falta de «contacto» con otros niños es un daño emocional descomunal.-

    idem con niños que «son criados» por escuelas MUY CARAS, como pupilos o internos, donde NO viven con los padres…. ¿que clase de niño sale esa costumbre de familias ricas…?….(que lo unica realidades que da «comodidad» a los padres…).-

    idem con los niños que por desgracias de la vida, crecen sin la Madre o sin el Padre…. es terrible…. yo lo se muy bien.-

    con este comentario no estoy RESTANDOLE valor a los Maestros o profesores…. por el contrario…. pero no podemos perder la perspectiva de la FAMILIA como primera, fundamental, y eterna FORMADORA de personas UTILES a la sociedad, y funcionales como personas independientes.-

    y … con el perdon de los padres (yo lo soy…)… la peor falta es la de la Madre.-

    las circunstancias de la vida, me ha permitido conocer a huerfanos, actualmente adultos, personas sanas mentalmente, honestos, inteligentes y trabajadores… respetuosos de las mujeres… y buenos padres de familia.-

    sin embargo, por confidencias emocionales…. ya un pequeño dolor «en algun lugar»… que me demuestra que las carencias familiares son INSUSTITUIBLES.-

    una escuela se puede reemplazar….. una MADRE y un PADRE NO.-

    las escuelas deben ENSEÑAR la que la ciencia tiene por valido en su epoca…. debe enseñar ciencias, musica, matematicas y el idioma de la cultura a la que pertenece…. NO DEBE DAR FORMACION RELIGIOSA.-

    solo eso.-

    profesor J

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