Un conocido defensor de los derechos humanos en China ha sido condenado hoy a seis años de cárcel.
Guo Feixiong, cuyo nombre real es Yang Maodong, ha sido declarado culpable por un tribunal del sur de China de «reunir multitudes para alterar el orden público» durante unos actos de protesta sucedidos dos años.
Una multitud de personas se manifestaron entonces en Guangzhou (capital de la provincia de Guangdong) frente a la sede del diario de izquierdas Southern Weekly para denunciar la campaña de censura.
También hoy han sido condenados por los mismos delitos otros dos activistas, Liu Yuandong y Sun Desheng, quienes cumplirán tres y dos años y medio de cárcel respectivamente.
Los abogados de Guo han calificado la sentencia de injusta y anunciado su voluntad de apelar.
Guo, quien se describe como un «soldado raso en la lucha por la democracia», ya había sido sentenciado a cinco años de cárcel en 2007 por la publicación de un libro sobre un escándalo político en el noreste del país.
El activista también apoyó a un pueblo levantado contra el jefe local del partido que les había confiscado las tierras y ha pedido que los oficiales revelen sus bienes en campañas de transparencia que, paradójicamente, se parecen a las que promueve Pekín contra la corrupción.
La sentencia ha sido calificada de «pura farsa de la justicia» por la organización Human Rights Watch.
Guo había permanecido detenido durante los dos últimos años en espera de ser juzgado sin que la justicia china ofreciera ninguna explicación por la demora.
Sus abogados señalan que ha estado encerrado en una celda con multitud de reclusos y se le han prohibido las actividades al aire libre, lo que ha perjudicado gravemente su salud.
En un contexto de progresiva mejora del cuadro general de los derechos humanos, gracias al papel fiscalizador de internet o al empuje social, las organizaciones de derechos humanos han denunciado el fortalecimiento de la campaña contra cualquier forma de disensión desde que el presidente Xi Jinping subió al poder.