«El Año Nuevo… ¿Es en verdad el Año Nuevo?»

año nuevo

Parece que nos han mentido ¡como siempre!…

Se nos está terminando el año 2015; sin embargo, hasta hubo quien pensó que a estas fechas, ya no iba a existir planeta. ¿Los profetas se equivocaron? Yo diría que fueron fieles a lo que vieron, simplemente pasó que leyeron con la Vieja Energía y proyectaron, extrapolaron diríamos (“si seguimos como vamos, terminaremos en aquello… -aquello que vieron-).

Simplemente, leyeron una de las líneas de futuro posible, dado que ellos no podían prever el actual cambio en la energía y en las personas, porque no se había dado la inducción energética que hoy está bañando al planeta.

Pudo ser como fue visto, pudo pasar, pero no pasó. Porque hubo un cambio. Hoy estamos viviendo un Tiempo Nuevo. Un fantástico Tiempo Nuevo con una fantástica Nueva Energía. Estamos viviendo una era de cambio.

Numerológicamente, el año comienza el primero de enero y termina el 31 de diciembre, porque se partió de esa premisa. La Numerología es una ciencia cuyas definiciones dependen de cálculos matemáticos, como por dar un ejemplo sencillo, digamos que a cada letra del alfabeto le corresponde un número.

Las combinaciones de estos números determinan un número final, como dado el caso, a cada nombre y apellido de cada persona se le asigna un número, que “mágicamente” (hay mucha gente que hace Numerología que no puede explicar el porqué es así, pero esto tiene una razón simple) señala las características de la personalidad de cada individuo.

No es lo mismo ser un “tres” que un “siete” o un “once”.

Astrológicamente, y astronómicamente también, el año no comienza en enero. Cuando el sol, en su órbita aparente pasa por el Punto Vernal, el 21 de marzo de cada año, se inicia un nuevo ciclo, es decir, tenemos “un año nuevo”.

Es el comienzo, el primer grado del Signo de Aries… ¿Cómo es Aries? Signo de Fuego, regido por Marte (la acción), impulsivo, iniciador, tan auténtico que arranca y ni siquiera mira hacia atrás para ver si lo siguen… eso a él/ella no le importa.

La cuestión es soltar ese impulso para comenzar… y claro, es el Signo del Año Nuevo, ¿Cómo un/a ariano/a precursor/a no va a querer comenzar?. Se muere por hacerlo…quiere acción, la quiere ya, y si se puede, desde ayer.

Sin embargo, nos dicen que el Año Nuevo comienza el 1 de enero… ¿En pleno Signo de Capricornio, rígido Signo de Tierra, estructurado, regido por Saturno (la inmovilidad, la quietud, el reposo, el detenimiento, aunque también la acción pero con prudencia, muy lentamente)?

En el Tarot, la primera carta (Arcano mayor del Tarot) es la carta CERO, “El Loco”… que también se toma como la última, (la número 22) porque “El Loco” (que de loco no tiene nada, puesto que tiene una interpretación apasionante…) significa el cambio de ciclo. Representa tanto el inicio como el final para recomenzar.

Sería como en matemáticas ponerse a discutir si el CERO es positivo o negativo; nunca podríamos llegar a una definición razonable. Pero sabemos que allí termina algo y comienza otra cosa.

El Tarot nos señala que el comienzo viene de la mano de “El Loco”, y este Arcano indica el comienzo del ciclo, porque se ubica antes que el Arcano de El Mago (número 1) y representa al Punto Vernal (punto astronómico que se fija como Equinoccio Vernal, determinado por el cruce del Ecuador Celeste con el plano de la Eclíptica –camino aparente del sol-). Estamos hablando entonces científicamente del 21 de marzo de cada año. Otra razón más para pensar que nos han mentido.

El Año Nuevo Rosacruz: los Rosacruces son un grupo místico mundial que forma una Orden Hermética que proviene de los tiempos del faraón Akenaton (más de 4.000 años atrás), quien heredó este conocimiento “de las estrellas”, o sea, de sus predecesores originales de fuera de este planeta.

Los Rosacruces festejan el Año Nuevo en esta fecha: el 21 de marzo. Sin algarabía, sin desbordes; en rituales sencillos, llenos de simbólicos detalles que honran a la vida y a la Madre Tierra, pero con responsabilidad y con alegría.

En los estudios Rosacruces se tratan la Astrología, el Tarot, la Numerología, la Cabalah, y muchos otros conocimientos “perdidos” que hoy son prácticamente ignorados, y a veces, “descubiertos” como por ejemplo en la Ley de Atracción, la ley del Desdoblamiento del Tiempo, y tantas otros descubrimientos (o mejor dicho, re-descubrimientos) que hoy se han puesto de moda, porque los consideran “novedosos”.

Esos conocimientos provienen de las estrellas, y en este planeta, se han heredado de Lemuria y Atlántida, antiquísimas civilizaciones “perdidas” (que no están perdidas, sino vibrando en otras dimensiones que el común de las personas no puede ver) cuya sabiduría, filosofías de vida y conocimientos, son tan antiguos como el mundo y más aún.

¿Qúe pasa entonces el 1 de enero en este planeta? Pasa que hay una reunión de voluntades, de esperanzas, de predisposiciones espirituales y de energías desde distintos planos de existencia que hacen que esa fecha sea mística y espiritualmente importante. Muchas religiones y corrientes parapsicológicas se sirven de ello, debido a la enorme cantidad de energía humana que se manifiesta en estas fechas.

En otras palabras, sentir, pensar y decir que es el Año Nuevo, hace que suceda un fenómeno de intensa movilización de energía, que si vamos al caso, bien podría tomarse como un punto de inflexión en el sentir humano que se materializa en el 1 de enero como el “Año Nuevo”.

Jesús dejó dicho que “cuando dos o más de ustedes se reúnan en Mi Nombre, Yo estaré entre ustedes”. ¿Por qué? Porque la comunión de pensamientos y de voluntades, es lo que hace los milagros. Tal así piensas, tal así eres, tal así construyes tu vida y tu futuro. Cuidado con lo que crees. El universo es mental, decía Hermes Trimegisto (el Tres veces Sabio), una “creación mental sostenida en la mente del TODO”.

Así que, si crees y estás convencido de que el 1 de enero es Año Nuevo, pues entonces, es así nomás, sin dudas. A festejar…!

Siempre me pregunto… “¿Festejar qué?”. Bien, alguno dirá “que he vivido un año más”, otro pensará “que mis penurias de este año finalizaron, y ojalá el nuevo año sea mejor”, y otro…”y bueno, peor no me puede ir”, y otro “me irá mejor este año, seguramente…”. Y así…

¿Será nuevo este Año Nuevo? Todo va a depender si te ha servido como experiencia lo que hayas vivido y eso haya determinado en vos una nueva forma de pensar, de sentir, de actuar. Todo lo que sigue pensando en viejo, pronto ha de morir, porque es la hora de lo nuevo, de renovar, de cambiar. Entonces, este año nuevo… ¿Será NUEVO?.

Si te has convertido de alguna forma en una persona nueva, éste será tu año nuevo. Pero piensa que si hasta ahora has cosechado tempestades, probablemente es que hayas sembrado vientos; tienes que pensar en algo más sano para sembrar de ahora en adelante.

Y si continúas arrastrando los pesares, los rencores, las falsas creencias, los prejuicios, todos de la misma forma que el año anterior… no es de creer que el año que viene sea mejor, muy por el contrario. Las pruebas son cada vez más exigentes para quien se niega a entender.

En eso está el secreto, tendrías que vivir el año nuevo con una mentalidad nueva, con “una vestimenta nueva”, con un punto de vista nuevo, con aprendizajes nuevos, con una nueva disposición, con actitudes nuevas ante la vida.

Cuestionándote, preguntándote, observando y reflexionando… ¿Qué pasa a tu alrededor? ¿Y por qué/para qué pasa? ¿Quién hace que esto pase?… a despertar, ya es hora de abrir los ojos (quien tenga ojos, que vea…).

Se puede hacer, solamente hay que poner la intención en ello. Y entonces, en verdad será un año nuevo, porque lo ha decretado tu nueva actitud, y seguramente será para vos mucho más próspero y feliz que el anterior.

De todas formas, éste es un momento para reflexionar, momento de corregir, de abrazar, de renovarse. No de tener miedo, el miedo (Saturno) es paralizante y hace mucho daño a las personas que no han decidido librarse de él.

En lo que a mí respecta, vayan mis mejores deseos de Feliz Año Nuevo para todos los que se hayan interesado en leer estas palabras, porque justamente a ellos van dedicadas. ¿Será casualidad que este artículo te haya llamado la atención como para leerlo hasta el final?

Si te ha interesado el artículo, compártelo libremente. Bendiciones e Iluminación. Leo

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