Una compañía japonesa sustituye a todos sus agricultores por robots

La empresa japonesa Spread abrirá en 2017 la primera planta agrícola completamente automatizada del mundo, con robots que trabajan en todo el proceso, desde el semillero hasta las cosechas.

Spread, que tiene sede en Kyoto, ha explicado que esta planta comenzará a operar de manera habitual a mediados del 2017. La mecanización le permitirá, entre otros avances, producir 30.000 cabezas de lechuga al día,según ha señalado en su página web.

Esta cifra se queda corta con las previsiones que tiene la empresa, que ha indicado que su intención es producir medio millón de cabezas de lechuga al día, dentro de los cinco años. Además, las nuevas tecnologías de automatización reducirán los costes laborales en un 50 por ciento y el uso de energía en un 30 por ciento, así como a reciclar el uso del agua en un 98 por ciento.

La finca, de unos 4.400 metros cuadrados, sigue la tendencia creciente de la agricultura vertical, donde los agricultores cultivan en interiores sin luz solar natural. En su lugar, se basan en la luz LED y crecen los cultivos en bastidores que apilan las verduras en estanterías, unas encimas de otras.

Además de aumentar la producción y la reducción de residuos, la agricultura vertical interior también elimina el uso de plaguicidas y herbicidas, productos químicos utilizados en la agricultura tradicional al aire libre que pueden ser perjudiciales para el medio ambiente.

Fuente

Visto en Selecta News

3 comentarios en “Una compañía japonesa sustituye a todos sus agricultores por robots

  1. Me parece que si esas plantas no toman sol no serán saludables, además, no piensan en la gente que quedará sin trabajo, o tal vez los ubicarán haciendo robots, aunque dicen que se harán a sí mismos…..

  2. Es la sofisticación llevada al extremo de los actuales invernaderos, y las consecuencias serán las mismas pero aumentadas.

    Pérdida de calidad de los productos, sin duda, que se vuelven menos sabrosos; así como una alteración de los minerales y vitaminas de los mismos. Ya ocurre con las hortalizas de invernadero, y con la leche y derivados lácteos, y con los huevos,….. la búsqueda de explotación intensiva ( más cantidad, en menos tiempo ) altera la natural composición de los alimentos. Y por tanto sus propiedades nutricionales y sensibles se alteran, generalmente para peor.

    Los pimientos, tomates, lechugas, etc, de invernadero intensivo no saben como los cultivados tradicionalmente. Acelerar o modificar las condiciones de cultivo siempre va a tener una influencia en el producto final. Y el nivel de absorción de nutrientes de un vegetal no es el mismo si se cultiva en ocho semanas que en cuatro.

    Llegamos a producir hortalizas que prácticamente saben a corcho. Y que evidentemente no nutren por igual.

    Con todo la peor consecuencia de ésto es la destrucción de puestos de trabajo humanos. Sí, muy eficiente, muy limpio, muy económico, pero……. ¿ a quién se lo vas a vender si los trabajadores se quedan sin ingresos por pérdida de empleo ?.

    Lo que beneficia a una empresa vendedora generalmente perjudica al grueso de la población.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.