Las trampas del liberalismo farmacopornográfico
La salida al mercado de productos que motivan intensas campañas de promoción son a menudo un motor de construcción de modelos sociales de comportamiento. El empuje de la Viagra y la interminable saga de fármacos del mercado biomédico del sexo, ha contribuído notablemente a modelar la subjetividad colectiva en torno a la sexualidad.
El ideal del sexo que promueven las campañas promocionales de fármacos como Cialis, Uprima, Testogel y Priligy, apuntalada por el auge del porno, presenta unas características muy definidas:
- El sexo solo se adquiere vía penetración. Esta aseveración tiene su fiel antecedente en la terminología de los electricistas de los cables “machos” y “hembras”. No se entiende el uno sin la otra.
- Existe obligatoriedad a alcanzar orgasmos. Los orgasmos no son espirituales, sino eyaculatorios.
- La erección es un fenómeno que hay que preservar plenamente a cualquier coste y en cualquier situación. Debe ser duradera, alcanzarse en plena armonía con las órdenes cerebrales y con unos estándares de dureza y pureza definidos.
- La eyaculación se debe alcanzar “en el momento justo”: ni antes ni después. Para definir ese momento justo asumimos que el retardo eyaculatorio presenta una distribución normal en la población y consideramos que la media más menos una desviación estándar es donde se sitúa ese instante glorioso.
- La imagen que se constituye como patrón oro del sexo ortodoxo es la parejita heterosexual. Cualquier variante posible sólo podrá ser fruto de la imaginación de cada cual.
- El sexo no entiende de edades. Aunque el referente eterno sea el joven bello pero sin vello, el superanciano sempiternamente empalmado es el futuro.
- En este arquetipo imperativo, el dominio es masculino. Las fantasías de las mujeres están subordinadas a los deseos varoniles.
La consecución y perpetuación del sexo dentro de estos parámetros obliga necesariamente (no me cabe en la cabeza otra opción, lo siento) al consumo de productos de las industrias farmacéutica y pornográfica. Son, en palabras de la peculiar filósofa burgalesa Beatriz Preciado, las trampas delliberalismo farmacopornográfico.
[Yo mismo me creería este discurso tan impecable que acabo de soltar. De no ser porque vídeos como éste me hacen dudar…]
http://www.enelmomentojusto.es/
Enrique Gavilán. Médico de personas, familias y comunidades. Ser imperfecto pero libre. Buscador de sí mismo. Culo de mal asiento. Predicador en desiertos lejanos. Colaboro con el equipo de @polimedlabs y con @nogracias, buena gente todos ellos. Vivo en Weissichtwo, provincia de Extrelucía. Estado civil: en la retaguardia
–
Fuente: nogracias.eu
Reedición artículo, título post, Freeman
–