Los animales salvajes viven vidas estimulantes. Cuando no están dormitando o buscando alimento, están cazando o siendo cazados. Con la caza furtiva y la pérdida de hábitat que se avecina justo sobre sus cabezas, es fácil descartar una amenaza mucho más tranquila que puede aparecer: la enfermedad. Algunas enfermedades pueden aniquilar algunas poblaciones silvestres y dejar destrucción masiva a su paso.
1.- Caquexia crónica
Algunas poblaciones amenazadas de ciervos y alces han recorrido un largo camino. Frente a la extinción en 1957, donde tan solo quedaron 27 individuos, los ciervos clave, una especie de Florida, han aumentado gradualmente su número hasta llegar a alrededor de 800. Sin embargo, las especies como el venado de Virginia de cola blanca sigue estando en peligro de extinción debido a las colisiones de automóviles, las interacciones humanas, y una amenaza conocida como la caquexia crónica.
Esta puede compararse con la enfermedad de las vacas locas, pero en este caso la caquexia crónica ataca el cerebro y es fatal. Las víctimas muestran un deterioro del cuerpo y alteraciones en el comportamiento. Llevará a la cabeza y las orejas bajas y caminaran haciendo el mismo recorrido repetidamente, además de que beberán y salivarán demasiado. Por desgracia, la muerte es inevitable, pero existen métodos para contener la enfermedad, incluyendo la cuarentena y la despoblación.
2.- Virus PBFD
El virus de la PBFD (también conocido como enfermedad del pico y las plumas de los psitaciformes) se alimenta de los loros, cacatúas, guacamayos, y agapornis. Aparte de las aves de compañía, el PBFD también acecha a las clases más en peligro de extinción, las aves tropicales, como los loritos arco iris de Nueva Caledonia, que vuelan a propagar la enfermedad por las especies vecinas.
Esta es una enfermedad salvaje. Las aves jóvenes rara vez sobreviven, pero si lo hacen, el virus puede esconderse entre sus plumas y ser transmitido a otros. Se extiende como la pólvora. El contacto es directo, a través de la inhalación, las superficies contaminadas, o el polvo de plumas pueden llevar a consecuencias desastrosas.
Es difícil pasar por alto este virus. Los síntomas pueden ser daño irreversible en las plumas, la muda, los picos retorcidos, lesiones y pérdida de peso. No hay cura. Sin embargo, al igual que todas las enfermedades que afectan a animales o seres humanos, siempre habrá un equipo dedicado a su investigación. Los conservacionistas están encontrando maneras de proteger las especies de aves silvestres amenazadas. Tal vez las vacunas no estén muy lejos.
3.-La sarna sarcóptica
La sarna sarcóptica es causada por ácaros que se introducen en la piel, causando un intenso picor y pérdida del cabello. A continuación, la zona suele ser infectada por las bacterias. Si no se trata, la sarna sarcóptica conduce a la muerte después de la pérdida de peso y del daño interno de órganos.
La enfermedad se transmite por contacto directo con animales muertos infectados y animales vivos. También se puede cogerse en madrigueras que habían estado previamente en contacto con un animal infectado. En los zorros se puede ver cuales están infectados, ya que aparecen grietas y la piel desnuda y escamosa.
Pero la enfermedad también se observa en los linces, lobos y otros animales. La sarna sarcóptica puede causar estragos entre las pequeñas poblaciones de fauna amenazada. Por ejemplo, se ha acabado con todos los zorros rojos en la isla de Bornholm, Dinamarca.
4.-Enfermedad de «dar vueltas»
Los peces en los ríos están amenazados por un depredador, una enfermedad paralizante invisible que los obliga a nadar en círculos de vértigo. Afecta principalmente a la familia de la trucha y el salmón, esta enfermedad deforma su cartílago y retuerce su cuerpo para que sea difícil para ellos escapar de sus atacantes.
En los peces más débiles, esto podría matarlos. Myxobolus cerebralis es un parásito que se trasladó primero desde Europa a América en la década de 1950 y ahora se esconde en 25 estados. Una vez que se ha arraigado en una corriente, es imposible de retirar sin dañar gravemente el ecosistema.
La enfermedad de dar vueltas ha demostrado ser devastadora para las pesquerías de aguas frías en América del Norte. Sin embargo, a pesar de que este parásito es resistente, se pueden tomar medidas por los pescadores y navegantes para reducir su propagación. Los peces vivos no se deben transportar de un lago a otro, y es importante enjuagar todos los residuos de los equipos antes de salir de un área infectada. La enfermedad de dar vueltas no es tan grave como el ébola o el moquillo canino, así que hay una buena probabilidad de que la trucha y el salmón de América del Norte puedan ser protegidos.