Michele Flournoy, la funcionaria que muchos consideran que será la jefa del Pentágono si Hillary Clinton gana las elecciones presidenciales de EEUU, afirma que alterará la estrategia estadounidense para combatir a Estado Islámico, ayudando a las milicias armadas, llamadas por Washington “rebeldes moderados”, para aplastar al presidente sirio Bashar al-Assad.
En un conferencia en un Centro para la Nueva Seguridad Estadounidense (CNAS), Flournoy, miembro de la organización, instó a los militares de EEUU a poner las botas sobre el terreno en Siria para ayudar a derrocar al gobierno de al-Assad.
Para acelerar la derrota del gobierno sirio, Flournoy introdujo la noción de una zona de“no bombardeo” para los “rebeldes moderados” apoyados por EEUU.
De acuerdo con un informe del CNAS, preparado en cooperación con un “Grupo de Estudio sobre Estado Islámico” co-presidido por Flournoy, Washington debe “ir más allá del Cese actual de hostilidades”.
Por eso, el documento habla sobre una llamada zona de no-bombardo, lo que sugiere una posible represalia estadounidense contra el gobierno de Assad, si Damasco sigue resistiéndose a los militantes apoyados por los estadounidenses.
Las medidas propuestas incluyen ataques aéreos contra instalaciones del “aparato de seguridad en Damasco”.
“Si bombardean a la gente que apoyamos, vamos a tomar represalias destruyendo las fuerzas de los aliados, en este caso, los activos de Siria”, dijo Flournoy a Defense One.
Al mismo tiempo, el informe sensiblemente advierte de no atacar ninguna de las bases aéreas rusas en Siria.
Flournoy, quien se desempeñó como subsecretaria de Defensa durante el primer mandato de Obama en el cargo, ha criticado constantemente la política de Estados Unidos contra Estado Islámico, afirmando que “cuenta con recursos insuficientes”para combatir a los extremistas en Oriente Medio.