por La Botica Escondida
Preparar nuestro propio perfume de rosas es muy fácil y gratificante. Sólo necesitaremos acceso a pétalos frescos y un aceite vegetal.
Teniendo en cuenta el elevado precio del verdadero aceite esencial de rosas, este macerado puede ser una alternativa asequible. Además, los productos comerciales convencionales con aroma a rosas, generalmente no llevan esencia de origen natural, además de que suelen estar cargados de sustancias sintéticas que pueden alterar nuestro sistema hormonal, entre otros efectos nocivos.
PERFUME VERSÁTIL
Este perfume es un aceite impregnado con el delicado aroma de las rosas, al que podremos dar distintos usos:
- Perfume: se aplica como todos los perfumes con base de aceite, en forma de pequeñas gotas en muñecas, detrás del cuello, o según preferencias. La única precaución será con la ropa, pues podría mancharla.
- Aceite para masajes: puede usarse como un agradable aceite para masajes que además actuará sobre la piel y sobre las emociones, al ser la esencia de las rosas la del corazón por excelencia.
- Preparados de cosmética natural: puede utilizarse como ingrediente de jabones, cremas y cualquier otro producto de cosmética natural en el que queramos incluir un aceite vegetal con la fragancia y las propiedades de las rosas. Las sustancias aromáticas de estas bellas flores son conocidas por su efecto antienvejecimiento, astringente, reafirmante y tónico, magnífico aliado de todas las pieles, en especial de las maduras.
PREPARACIÓN
Ingredientes
- Rosas frescas recién recogidas. Deben ser rosas de cultivo ecológico, sin tóxicos. Una buena opción es cultivar nuestras propias rosas. Las convencionales de floristería no sirven (excepto si son orgánicas) ya que suelen estar cargadas de agrotóxicos nada recomendables para un producto de cosmética natural, ya que nuestro organismo podría absorber esos tóxicos nocivos. Además, la industria que usa esos productos contribuye a la destrucción de la biodiversidad, medio ambiente y salud en general, no deberíamos apoyarlos.
- Aceite vegetal de aroma neutro como aceite de jojoba o de almendras. Cuanto menos olor tenga el aceite, mejor será el perfume.
Procedimiento:
- Separamos los pétalos de la flor, los ponemos en un envase de cristal y los cubrimos con el aceite. Remover suavemente y asegurarse de que el aceite los cubre totalmente. Cerrar el envase.
- Dejar macerar en un lugar cálido, pero sin que les dé la luz solar directa. La maceración puede durar entre un día o varios, dependiendo del tipo de flor, temperatura… Filtrar, y volver a repetir el procedimiento con nuevos pétalos pero el mismo aceite, tantas veces como sea necesario, hasta que el aceite tenga el aroma deseado. Esto puede durar varias semanas o más.
- Una vez coseguido el aroma deseado, filtrar y guardar.
ALGUNAS IDEAS
Humedad de las flores frescas
Estos macerados con flores frescas hay que vigilarlos para que la humedad que
sueltan las flores no los estropee. Hay quienes prefieren poner a secar los pétalos unas horas antes para que pierdan agua, aunque hay que tener en cuenta que esto hace que pierdan algo de esencia aromática.
Secar la humedad que se pueda condensar dentro de la tapa del envase es algo a tener en cuenta también para reducir riesgos. De todos modos, al exponer el aceite al calor, lo normal será que el agua se evapore y no quede en el aceite.
Tiempo de maceración
Este macerado tiene como finalidad extraer el delicado aroma de las flores, pero no todos sus principios activos. Por eso, es importante en cuanto al tiempo de maceración observar el principio de «menos es más», en el sentido de que dejaremos los pétalos en maceración el tiempo justo para que suelten su delicado aroma en el aceite, pero no tanto como para que pasen a este otras sustancias y aromas que pudieran alterarlo o enmascararlo. Aunque depende del tipo de flor, temperatura, etc., por lo general, un día o dos de macerado será suficiente. Lo importante es ir renovando los pétalos periódicamente.
Conservación del perfume
El perfume se conservará bien en un envase de cristal oscuro, bien cerrado, que podemos guardar en la nevera para alargar su duración. Puede conservarse así entre varios meses o incluso años, dependiendo de las condiciones de conservación, preparación, y materia prima utilizada.
DISTINTOS MÉTODOS
Este tipo de macerados forman parte de la tradición de diferentes culturas desde la antiguedad. Indagando un poco en los diferentes métodos para prepararlo, podemos darnos cuenta, como pasa habitualmente, de que hay enfoques muy distintos, por lo que sería pretencioso afirmar que hay una sola manera de hacerlos bien.
Creo que si realmente queremos aprender, es recomendable observar con respeto y con capacidad de asombro la forma en la que distintas culturas, tradiciones o pueblos se han relacionado y se relacionan con las plantas. Así es más fácil abrir la mente a propuestas que desde una postura limitada mirándose al ombligo sería imposible asimilar. Ahí está mucha de la riqueza de los pueblos que jamás deberíamos permitir que se pierda o se nigunee como ocurre en la actualidad en nombre del dogma científico.
¿Pétalos frescos o secos?
Actualmente hay una tendencia a secar los pétalos antes de macerarlos, por miedo a que la humedad de las flores estropee el aceite, aunque al secarse las flores pierden un poco de esencia. Sin embargo, cuando indagamos en la tradición, vemos que la tendencia siglos atrás, era a hacerlo con las flores frescas. También observamos recetas en las que machacaban los pétalos, y otras en las que no.
En cuanto a la luz solar, también hay distintos enfoques, algunas tradiciones recomiendan poner el macerado al sol, otros en la oscuridad, otros en sitios cálidos, o calentar al baño María durante cierto tiempo…
Tiempo de maceración.
También ocurre lo mismo con respecto al tiempo de maceración, algunos dejan los mismos pétalos más tiempo que otros en maceración.
Nutrirse de distintas tradiciones nos ayuda a abrirnos a más posibilidades, lo ideal es ir explorando y experimentando para encontrar el método con el que nos identifiquemos más o que nos dé mejores resultados según nuestras expectativas, condiciones climáticas, etc.
En todo caso, realizar este perfume es una buena excusa para cultivar rosas en casa. Además, las rosas sirven también para otros usos medicinales y preparados de cosmética natural que podemos ir explorando, y pueden ser un maravilloso aliado de nuestros cuidados diarios. Ahora sólo queda ¡desearos una buena cosecha de fragancias!
Fátima Solé
Naturópata
BIBLIOGRAFÍA
Pharmacopoeia Officinalis&Extemporanea, John Quincy, 1742.
The Complete Technology Book on Herbal Perfumes & Cosmetics, H. Panda, National Institute of Industrial Research, 2003, India.
The Kentucky Housewife, Lettice Bryan, Applewood Books, 2001.
Por Una cosmética Inteligente, Dominique Baudoux, Amyris ediciones, 2010.