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«Para conservar y mejorar vuestra salud, empezad por concentraros en lo que está vivo en vosotros y reforzadlo. Hay que comprender que sólo los elementos vivos pueden oponerse a la enfermedad.
¿Tenéis un absceso o una llaga? Si las entidades vivas de vuestro organismo, capaces de curar la llaga o expulsar las impurezas del absceso, están adormecidas a causa de la vida desordenada que lleváis, el absceso o la llaga se infectarán. Podéis utilizar todos los desinfectantes, pomadas y curas posibles, si esas entidades vivas no tienen en vosotros las condiciones para realizar su trabajo eficazmente, los remedios externos serán inútiles. Mientras que si vuestros obreros interiores pueden trabajar libremente, lo curarán todo. Así pues, está claro, cambiad vuestra manera de considerar la salud y buscad los medios para intensificar la vida en vosotros.»
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