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Esta historia que les narraré ocurrió en el año 1988 y fue un acontecimiento que hasta hoy sigue en mí mente como algo inentendible.
Recuerdo aún cuando escuché por primera vez este caso, fue en mi temprana adolescencia tendría alrededor de 14 o 15 años, quizás lo que más me llamó la atención del mismo fue la cercanía de mi hogar con locación del acontecimiento (400 o 500 metros de la casa de mis padres)
Quien cuenta ésta historia venía caminando en la madrugada de retorno a su hogar y durante el trayecto se detiene a encender un cigarrillo frente a una importante bodega de vinos (hoy desaparecida) La misma tenía un amplio espacio entre las instalaciones y la calle, unos 50 metros aproximadamente cubiertos por chircas.
Como podrán ver en la infografía estaba dividido en dos “bloques” dejando un camino al medio que era la entrada a la bodega.
Esta persona cuenta, que cuando se detuvo sintió la imperiosa necesidad de observar hacia la bodega, fue cuando divisó a unos 40 metros, la silueta de una persona parada entre las chircas. Si bien le llamó la atención que alguien estuviera parado en ese lugar, le quitó trascendencia a la situación pensando que sería el cuidador de la bodega y retomó su camino.
Pero se da cuenta que el “guardia” comienza a moverse hacia él, es un guardia y está cumpliendo su trabajo, pensó…
Pero nuestro amigo observó algo que hasta el día de hoy aún le eriza el vello de su cuerpo, dice en esa “persona” al
llegar al camino de entrada estaba flotando, no tenía piernas (él aclara que el camino estaba profusamente iluminado,y doy fé de ello) lo que veía no era una ilusión… estaba flotando realmente. Flotando y acercándose, su primera reacción fue parar, su mente no podía entender qué estaba ocurriendo, no sabe si por miedo o por interés pero quedó parado observando.
Describe que estaba vestido totalmente de negro, como con una sotana es la comparación que realiza, una sotana con capucha o algo que cubría su cabeza. La figura se acercaba cada vez más y cuando vio que estaba a unos 15 metros echó a correr, cuenta que corrió porque sentía que tenía que correr por su vida, que si no se alejaba “eso” lo iba atrapar. Recuerda que mientras corría en un instante observó hacia atrás y
estaba esa figura en el medio de la calle, suspendida en el aire, inerte, quieta… fue la última visión que tuvo de ella, no quiso volver a mirar hacia atrás nuevamente, solo quería llegar a su hogar, necesitaba la protección de su casa, la cual estaba a unos cien metros.
Cuenta esta persona que los siguientes años que vivió en la zona, jamás volvió a cruzar en la en la noche por delante de la bodega, prefería dar un rodeo para llegar a su casa.
Una pregunta que ronda mi mente desde que escuché este relato, es porque “eso” se acercó de esa manera a él…
En fin amigos, otra historia más de sucesos que nos pasaron y que quizás nunca lo quisimos compartir, otra historia más de personas como tú o como yo. Historias que merecen ser contadas… porque son verdad…