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Las medidas adoptadas para buscar el equilibrio de las cuentas de la Seguridad Social española han hecho hincapié tradicionalmente en los gastos. Unas han consistido en endurecer el acceso a las pensiones y otras han afectado a su cuantía, como el tope de revalorización anual vigente desde 2014.
Pese a ello, el sistema arroja un déficit galopante, debido a la lentitud con la que crecen los ingresos por culpa de la alta tasa de paro, de la precariedad laboral y de las bonificaciones concedidas por el Gobierno a los empresarios.
Al poner el foco sobre los gastos, se ha transmitido a la opinión pública la impresión de que el Estado paga unas pensiones que están por encima de sus posibilidades. Y de que por ello, y no por otra cosa, ha sido necesario esquilmar el Fondo de Maniobra de la Seguridad Social, que ya no da para más de un año, como como se desprende del documento del Gobierno enviado a las autoridades de Bruselas. Sin embargo, pese a lo sugerido por los mensajes oficiales, la situación de los pensionistas españoles no es muy boyante.
Los datos que proporciona la Seguridad Social dejan poco margen a la duda: la pensión media de jubilación apenas supera los mil euros mensuales (1.046,28 en septiembre pasado). Esa cifra equivale, en números redondos, a la mitad de la retribución media de un trabajador en activo, lo que da una idea de la pérdida de nivel económico que experimentan quienes salen para siempre del mercado laboral. Pero es que, además, casi cuatro de cada diez perceptores (en concreto, el 39%) no pasan de los 655 euros.
Dicho de otro modo: 2,2 millones de jubilados tienen que sobrevivir con menos del salario mínimo interprofesional (655,20 euros) y están por debajo del umbral de pobreza (667,6).
Algunos disfrutan de rentas compatibles con la pensión, pero también hay muchos a los que la crisis les ha obligado a ayudar con ella a familiares o amigos. Según una encuesta de la Unión Democrática de Pensionistas (UDP) publicada en abril, un 44,2% de las personas mayores se habían visto en esa situación durante los últimos dos años.
En la cuantía de la jubilación también hay notables diferencias entre hombres y mujeres, debido a la tardía y todavía incompleta incorporación de estas últimas al mercado laboral. De los 3.613.519 pensionistas varones contabilizados por la Seguridad Social en septiembre, un 22,2% (804.280) cobraban como mucho 655 euros al mes. En el caso de las mujeres, el porcentaje ascendía nada menos que al 67,3% (1.438.308 sobre un total de 2.137.663).
Vicente Clavero | Público