¿Cuánto durará la vacuna anti-separatista que nos han inoculado a lo bestia?

Parece que el globo se desinfla, y que lo que empezó como desafío va a acabar con un Puigdemont disminuído, en retirada y sin crédito político ya, ni para los suyos, manifiestamente divididos, ni para el estado español, ante el que hasta el último momento ha querido negociar en términos que revelan su concepción totalitaria de lo que es un gobierno, puesto que la liberación de los Jordis que, entre otras concesiones, solicitaba a la Moncloa, es competencia de los jueces, y aunque la independencia de estos, visto lo visto, sea bastante «moldeable», no van a dejar de guardar las formas en un momento en que son tan necesarias.

«Que proclame la independencia el Parlament, que para eso es soberano», dijo el acobardado mequetrefe. Y no se le cayó la cara de vergüenza.

Su negativa a convocar elecciones ante la falta de «garantías» por parte de España no deja de revelar su cobardía personal: parece que las garantías lo serían de impunidad, pero sobre todo de impunidad para su persona. «Por mí y por todos mis compañeros, pero por mí el primero». Ante el desfile de imputados que previsiblemente se producirá en los próximos meses ya solo debe estar pensando en cuál será su turno.

La cámara de los secretos ha sido abierta. El «molt honorable» no ha aguantado el envite, y sabe que el ridículo que está haciendo su partido tendrá un coste electoral que quiere retrasar lo más posible. La falta de fiabilidad de unos políticos instalados en el pensamiento mágico-ritual, el descrédito internacional, el coste económico producido y la ausencia de liderazgo que todo este sainete ha revelado harán que cuando la cúpula de la Generalitat sea formalmente cesada este sábado para la gran mayoría de ciudadanos al norte y al sur del Ebro la reacción sea de alivio. Son ya demasiadas semanas de crispación, de jugar con las expectativas de la gente y de no llegar a nada.

Un trío que se ha cubierto de gloria. Y que al final se ha visto que jugaban de farol. «Perro ladrador … «

Queda por ver si el sector más fanático del independentismo aceptará con civismo la derrota, o si la deriva de los irredentos conduce a mostrar violentamente su frustración en las calles o en las cloacas del terrorismo «old style».

(posesodegerasa)

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