Científicos franceses han encontrado la evidencia más temprana de lo que puede ser una operación quirúrgica veterinaria, practicada hace 5.000 años
Lo que hace décadas se interpretó como la evidencia de una cornada sobre el cráneo de una vaca que falleció hace unos 5.000 años, parece ser en realidad la evidencia más antigua conocida de cirugía craneal veterinaria, o lo que es lo mismo, que el agujero es el resultado de una trepanación realizada por seres humanos. Si su intención real era curar algún tipo de mal, parece ser que no tuvieron éxito, ya que no hay ningún signo de curación en el tejido óseo, aunque sus descubridores se plantean además otras opciones, como que fuese incluso algún tipo de práctica para posteriormente operar a personas.
Traducción: Laura Benito Díez.
El yacimiento neolítico de Champ-Durand, en Francia, escondía lo que parece ser la evidencia más antigua de una intervención quirúrgica sobre un animal que conocemos hasta ahora. Se trata de un cráneo de vaca, que presenta una trepanación en el hueso frontal derecho, realizada hace unos 5.000 años.
Champ-Durand (Vendée, Francia) se encuentra a unos 40 kilómetros de la costa atlántica, en el límite norte de los marjales de Poitevin. Era un enclave fortificado con tres series de fosos y se conoce como un importante centro de comercio para las poblaciones locales, especializado en la producción y comercio de sal, así como en el sacrificio de ganado, en torno a 5.000 BP.
Las excavaciones arqueológicas de los fosos realizadas entre 1975 y 1985 permitieron a los investigadores recuperar importantes cantidades de restos de fauna. Las marcas de corte y de fuego sobre los huesos indican que los animales domésticos como las vacas, cerdos, ovejas y cabras eran la fuente principal de carne de estas gentes. De forma similar a otros yacimientos neolíticos cercanos, la vaca (Bos taurus) es la especie más representada y corresponde al 54% de los restos encontrados.
Este cráneo casi completo de vaca, al que solo le falta la parte anterior de ma mandíbula y los extremos de los cuernos, muestra un evidente agujero en el hueso frontal derecho, que en el momento de su excavación fue interpretado como el resultado de una embestida por parte de otra res. Sin embargo, ya una inspección visual de la superficie del hueso revela características que parecen indicar que el agujero pueda estar relacionado con la actividad humana.
La naturaleza del orificio y el estudio detallado del resto del cráneo hacen descartar prácticamente por completo que su origen fuese un traumatismo. Por otra parte, los estudios radiológicos confirman la ausencia de cualquier proceso de curación en el tejido óseo alrededor del agujero. Por tanto el animal no sobrevivió al daño causado, o fue dado muerte poco después, o el agujero fue abierto una vez que el am¡nimal ya estaba muerto.
Aunque los agujeros en los huesos pueden estar relacionados con un variado elenco de enfermedades, en este caso la forma regular del orificio y la ausencia de inflamación no invitan a pensar en una causa patológica. Es más, alrededor del agujero se observan claras marcas de raspado en distintas direcciones, indicando una acción intensa. El tipo y densidad de marcas identificadas son muy similares a las que se observan en cráneos humanos sometidos a cirugía.# Los expertos se preguntan ahora si esta trepanación evidencia la intención de sanar al animal, si podría tener algún significado ritual, o si incluso podría ser un ejercicio práctico de cara a practicar la cirugía en humanos.
El yacimiento neolítico de Champ-Durand, en Francia, escondía lo que parece ser la evidencia más antigua de una intervención quirúrgica sobre un animal que conocemos hasta ahora. Se trata de un cráneo de vaca, que presenta una trepanación en el hueso frontal derecho, realizada hace unos 5.000 años.
Champ-Durand (Vendée, Francia) se encuentra a unos 40 kilómetros de la costa atlántica, en el límite norte de los marjales de Poitevin. Era un enclave fortificado con tres series de fosos y se conoce como un importante centro de comercio para las poblaciones locales, especializado en la producción y comercio de sal, así como en el sacrificio de ganado, en torno a 5.000 BP.
Las excavaciones arqueológicas de los fosos realizadas entre 1975 y 1985 permitieron a los investigadores recuperar importantes cantidades de restos de fauna. Las marcas de corte y de fuego sobre los huesos indican que los animales domésticos como las vacas, cerdos, ovejas y cabras eran la fuente principal de carne de estas gentes. De forma similar a otros yacimientos neolíticos cercanos, la vaca (Bos taurus) es la especie más representada y corresponde al 54% de los restos encontrados.
Este cráneo casi completo de vaca, al que solo le falta la parte anterior de ma mandíbula y los extremos de los cuernos, muestra un evidente agujero en el hueso frontal derecho, que en el momento de su excavación fue interpretado como el resultado de una embestida por parte de otra res. Sin embargo, ya una inspección visual de la superficie del hueso revela características que parecen indicar que el agujero pueda estar relacionado con la actividad humana.
La naturaleza del orificio y el estudio detallado del resto del cráneo hacen descartar prácticamente por completo que su origen fuese un traumatismo. Por otra parte, los estudios radiológicos confirman la ausencia de cualquier proceso de curación en el tejido óseo alrededor del agujero. Por tanto el animal no sobrevivió al daño causado, o fue dado muerte poco después, o el agujero fue abierto una vez que el am¡nimal ya estaba muerto.
Aunque los agujeros en los huesos pueden estar relacionados con un variado elenco de enfermedades, en este caso la forma regular del orificio y la ausencia de inflamación no invitan a pensar en una causa patológica. Es más, alrededor del agujero se observan claras marcas de raspado en distintas direcciones, indicando una acción intensa. El tipo y densidad de marcas identificadas son muy similares a las que se observan en cráneos humanos sometidos a cirugía.# Los expertos se preguntan ahora si esta trepanación evidencia la intención de sanar al animal, si podría tener algún significado ritual, o si incluso podría ser un ejercicio práctico de cara a practicar la cirugía en humanos.
http://arqueologiaenred.paleorama.es/2018/04/documentan-practicas-de-cirugia.html