Telefónica se convirtió la semana pasada en la primera gran empresa española que probará la semana laboral de cuatro días. Será un experimento de tres meses, al que se podrá acoger como máximo el 10% de su plantilla, de forma voluntaria y con la condición de reducirse el sueldo, pero con esta concesión ha vuelto a poner sobre la mesa el debate de la reducción de las horas de trabajo semanales, un tema que incluso ya se planteó desde el Gobierno, sin mayor recorrido.
Telefónica es la primera grande que va a adoptar esta semana laboral reducida, sí, pero no la primera empresa de España, ya que antes de la telco ya lo hizo la compañía jienense Software del Sol, con unos 200 trabajadores y una notable diferencia: sus empleados trabajan menos pero cobran lo mismo.
Dos modelos para una misma aspiración laboral y un nuevo campo de batalla en el que dirimir el futuro del trabajo en España.
Los datos. Una reciente encuesta de LinkedIn señala que muchos trabajadores españoles, concretamente el 63%, no estarían dispuestos a rebajarse el sueldo un 20% a cambio de trabajar cuatro días a la semana. Un número importante de ellos consideraba que trabajar menos no significa ser menos productivos, y que si se cumplen los mismos objetivos que antes deberían cobrar lo mismo independientemente del tiempo empleado. Otros señalaban que, aunque quisieran, los sueldos de España son tan bajos que no hay margen para reducirlos más.
Y entre los empresarios son mayoría los que opinan que mantener la remuneración con menos horas de trabajo es inviable. Según un estudio de Adecco, el 74% de las empresas españolas rechazan esta posibilidad de plano, mientras que el 14% sólo lo ve factible si la reducción de jornada también conlleva un recorte salarial. Sólo el 12% consideran que podrían abordar una semana de cuatro días manteniendo los sueldos.
El debate. Como en el teletrabajo, buena parte de la controversia gira en torno a la productividad. Los trabajadores creen que pueden ser igual de productivos trabajando menos días, y los datos de Software del Sol les dan la razón: la compañía jienense ha reducido el absentismo un 28%, su facturación ha crecido un 20% y aseguran que el clima laboral ha mejorado.
Los empresarios, en cambio, no lo ven nada claro. Según el estudio de Adecco, el 52% pensaba que no tienen un margen de productividad tan amplio como para adoptar una jornada reducida, mientras que el 42% señalaba que sus beneficios no eran tan holgados como para poder mantener el nivel salarial con menos trabajo.
Y los expertos les respaldan. “No hay economía que aguante que le quiten un 20% de la productividad, a menos que gane mucho dinero. ¿Hay empresas que tienen un margen bruto por encima del 20%? Seguro que sí, sobre todo en tecnología, pero la mayoría de las compañías no están en ese escenario”, explica Javier Blasco, director del centro de investigaciones laborales Adecco Group Institute.
Además, la coyuntura económica no acompaña. “Muchas empresas están ahora en pérdidas o cerca de pérdidas, muchas todavía con ERTE, con el agua al cuello, por lo que plantearse ahora ese tipo de reformas no es viable”, opina José Luis Cendejas, investigador del Instituto de Estudios Económicos de la Universidad Francisco de Vitoria.
No es para todos. No obstante, los expertos opinan que, aunque la economía acompañase, la semana laboral de cuatro días no es posible para todos los trabajos. Para Blasco, sólo se podrá lograr en determinados sectores y empleos donde se pueda aumentar la productividad y reducir los costes, fundamentalmente a través de la automatización de procesos y la digitalización.
“La única posibilidad para establecer esta semana laboral es mantener el rendimiento, y eso, con menos horas de trabajo, sólo se consigue con la automatización. Las empresas que no puedan automatizar no podrán reducir su semana laboral”, explica.
Aunque no todos piensan como el director del Adecco Group Institute. Para Alberto Muñoz, director de Selección de perfiles IT & Digital de la consultora de recursos humanos Robert Walters, los empleos que permitan trabajar por objetivos y medir el rendimiento en relación con los resultados también serán susceptibles de reducir sus semanas laborales.
“Vemos que poco a poco avanza la tendencia de abandonar el presentismo por la remuneración por resultados. Pero lo difícil hasta ahora ha sido medir esos resultados de forma justa y transparente, y hay muchísimos empleos en los que seguirá siendo muy difícil medir ese rendimiento”, explica.
El modelo de Telefónica. Muñoz también opina que la opción adoptada por Telefónica, reducir el sueldo en función de las horas a las que disminuya el tiempo trabajado, podría ser extensible a muchas otras empresas y que esa sería la fórmula para conseguir una semana laboral de cuatro días de forma amplia en nuestro país. “El modelo de Telefónica es muy seguro, porque está dando flexibilidad al tiempo que protege sus márgenes. Lo raro es que más empresas no lo hayan ofrecido antes”, señala.
Y cree que esa flexibilidad debería ofrecerse de forma más amplia y en los dos sentidos. Es decir, si el trabajador quiere trabajar incluso menos horas, por ejemplo 20 a la semana, debería poder hacerlo con el ajuste salarial correspondiente, y si quiere trabajar más, pongamos 50 horas a la semana, lo mismo, con la remuneración acorde a esas horas extras.
Con la ley hemos topado. Sin embargo, la flexibilidad propuesta por Muñoz choca de frente con el Estatuto de los Trabajadores, que establece que los empleados no podrán superar las cuarenta horas semanales de trabajo efectivo de promedio en el cómputo anual. Una norma que, para José Luis Cendejas, va a seguir marcando la realidad laboral de España mientras siga estableciendo ese máximo de cuarenta horas semanales.
“Yo veo muy complicado que vaya a cundir el ejemplo de Telefónica. Veo muy difícil que a todas les convenga reducir la jornada a cuatro días. Hay empresas muy diferentes con necesidades muy diferentes, y mientras que la ley marque los mínimos que marca ahora en el Estatuto de los Trabajadores y a través de los diversos convenios colectivos, van a seguir organizando su actividad laboral con esa referencia”, explica.
Los sueldos no dan margen. El modelo de Telefónica es el más seguro para las empresas, pero da poco margen a los trabajadores que no tengan un sueldo lo suficientemente holgado como para poder renunciar a una parte de él. Y este es otro de los principales escollos que perciben tanto los expertos como los participantes de la encuesta de LinkedIn para la extensión de la semana laboral de cuatro días: los salarios de España son tan cortos en muchos sectores que pensar en una reducción del 20% es inviable.
La controversia seguirá. Aunque los expertos difieren en varios puntos, todos coinciden en que el debate sobre la semana laboral de cuatro días seguirá, en especial porque conforme avance la digitalización más empresas tendrán la posibilidad de reducir el tiempo de trabajo de sus empleados sin mermar su productividad. Y si más compañías optan por el modelo de Software del Sol, es probable que más profesionales empiecen a reclamarlo como un derecho laboral y todas las partes se tendrán que sentar a negociar, incluido el Gobierno.
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