COMER CON PLENA CONSCIENCIA
Con la energía de la Plena Consciencia, incluso comer puede volverse algo sagrado. Tenemos la oportunidad de entrar en contacto profundo con el milagro de la comida y las personas que nos rodean, ya sean familiares, amigos, colegas o compañeros de práctica en el camino.
La Plena Consciencia nos permite mirar profundamente para ver las maravillas de la tierra y el cielo en lo que comemos y bebemos. Podemos ver el arduo trabajo y todas las causas y condiciones que nos han traído nuestros alimentos, y la gratitud y el asombro surgen naturalmente.
Mirando profundamente, podemos ver que una simple taza de té, una mandarina o un bocado de pan son nada menos que un «embajador del cosmos». Al comer con la energía de la Plena Consciencia, podemos experimentar el inter-ser con el planeta que nos nutre y sostiene, y podemos curar nuestros sentimientos de soledad y desconexión.
Podemos ser plenamente conscientes del milagro de nuestro cuerpo: las papilas gustativas en la boca y nuestro cuerpo transformando los alimentos en energía y vitalidad. También tenemos la oportunidad de reconocer nuestra energía de hábitos en torno a los alimentos, que pueden habernos transmitido durante muchas generaciones.
En Plum Village, existen unas contemplaciones que recitamos antes de comenzar a comer:
1. Esta comida es un regalo del universo entero: de la tierra, del cielo, de numerosos seres vivientes y del trabajo duro y amoroso de muchas personas.
2. Comamos con gratitud y plena consciencia para ser dignos de recibirla.
3. Reconozcamos y transformemos nuestras formaciones mentales insanas, especialmente la avidez, y aprendamos a comer con moderación.
4. Mantengamos viva nuestra compasión de forma que reduzcamos el sufrimiento de los seres vivos, dejemos de contribuir al cambio climático y ayudemos a curar y preservar nuestro precioso planeta.
5. Aceptemos este alimento con el fin de nutrir nuestra hermandad, construir nuestra sangha y alimentar nuestro ideal de servir a todos los seres.
Practicamos comer un poco más lentamente, para permitirnos saborear realmente cada bocado. Nos entrenamos para masticar cada bocado al menos treinta veces, para permitirnos realmente desacelerar y saborear la comida, sin apresurarnos a tragar. Cuando podemos hacer esto, tenemos la oportunidad de tocar la paz y la libertad en el momento presente. A muchos de nosotros nos gusta dejar nuestros cubiertos entre bocados, para permitir que nuestras manos se relajen y no apresurarnos a tomar el siguiente bocado mientras todavía tenemos comida en la boca.
Para expresar nuestro agradecimiento y amor por la Madre Tierra y por todas las especies, desde octubre de 2007 todos nuestros centros de práctica siguen una dieta vegana.
https://sanghadezaragoza.blogspot.com/2021/07/practica-de-comer-con-plena-consciencia.html