Mi hijo Bodhi tiene dos años y está obsesionado con Halloween. No sabe qué implica ese día. No sabe nada sobre el truco o trato ni sobre los disfraces. Lo que sabe de Halloween proviene de los dibujos animados para niños pequeños que ve (sin parar) sobre un niño y una niña que entran en una casa embrujada con fantasmas, zombis, vampiros y brujas, y en cada verso de la canción que se canta (sin parar) se escucha la frase Hola, es Halloween .
Esta caricatura hace que mi hijo salte de alegría y éxtasis. Dice una y otra vez una de las palabras más claras de su limitado vocabulario: “Halloween”.
He visto esta caricatura al menos cien veces, pero nunca me canso de la emoción de mi hijo, de su risa, que es como una especie de iluminación. Seguir leyendo Hola, es Halloween