Durante un seminario para matrimonios, uno de los conferenciantes le preguntó a una mujer:
– ¿Su marido la hace feliz? ¿Realmente feliz?
En ese momento el marido levantó ligeramente el cuello en señal de seguridad porque sabía que su esposa diría que sí, pues ella jamás se había quejado durante su matrimonio. Sin embargo, la mujer respondió con un “no” rotundo: