El pequeño artefacto precolombino se ha convertido en un ícono muy representativo de la hipótesis de los antiguos astronautas. Veamos por qué.
En 1954, el gobierno de Colombia envió parte de su colección de artefactos antiguos de oro en una gira a seis museos en los Estados Unidos. Durante la gira, se le encargó a Emanuel M. Staubs, uno de los principales joyeros del país, que hiciera reproducciones fundidas de seis de las piezas de oro.
Quince años después, uno de los moldes fue entregado para su análisis al biólogo e investigador forteano Iván T. Sanderson, fundador de la Sociedad para la Investigación de lo Inexplicable en los Estados Unidos. Después de realizar un examen exhaustivo del artefacto y consultar a varios expertos en aerodinámica, Sanderson llegó a una conclusión alucinante: el objeto de oro era el modelo de un avión a reacción de al menos mil años de antigüedad.
El objeto mide aproximadamente dos pulgadas de largo y se usaba como colgante en una cadena alrededor del cuello. Descubierto en el norte de Colombia, el artefacto ha sido clasificado como Quimbaya, una cultura indígena conocida por su producción de piezas de oro de alta calidad y belleza.
A falta de una mejor identificación, el gobierno colombiano calificó el hallazgo de «zoomórfico» —es decir, un objeto con forma de animal—. No obstante, desde un punto de vista zoológico, tanto el biólogo Sanderson como el Dr. Arthur Poyslee del Instituto Aeronáutico de Nueva York concluyeron que el objeto no representaba ningún tipo conocido de animal con alas o aletas —ya sea pájaro, murciélago, insecto, pez volador o mantarraya—. De hecho, el pequeño artefacto colombiano tiene características que son más mecánicas que biológicas.
La llamativa aerodinámica
Entre las características importantes están las alas delanteras, que son deltoides, con bordes perfectamente rectos, muy parecidos a los de un animal. El diseñador de aeronaves Arthur Young también señaló que si el objeto dorado representaba un animal volador, las alas delanteras están ubicadas en el lugar equivocado. Están demasiado atrás en el cuerpo para coincidir con el centro de gravedad del animal. Sin embargo, las alas están en el lugar correcto desde el punto de vista aerodinámico para un jet con motor de cola.
El piloto de pruebas y experto en aerodinámica Jack A. Ullrich apuntó además que la forma delta de las alas delanteras y el estrechamiento aerodinámico del fuselaje implican que el avión original tenía propulsión a chorro, con la capacidad de volar a velocidades supersónicas.
Después de examinar fotografías en primer plano del modelo dorado, tomadas desde el ángulo frontal, otro ingeniero aeronáutico, Adolph Heuer, notó una tercera indicación del potencial de rendimiento del avión original. Mientras que la mayoría de los aviones modernos tienen alas ligeramente inclinadas hacia arriba, solo los aviones de mayor potencia tienen alas que se inclinan hacia abajo. Esta característica se puede ver en el Concorde supersónico, y también se puede ver en el objeto de oro colombiano.
La cola es quizás la característica menos animal, pero más parecida a un avión, del modelo dorado. Tiene forma de triángulo recto, superficie plana y rígidamente perpendicular al cuerpo y las alas delta. Ningún pájaro o insecto tiene una cola como esta. Solo los peces tienen aletas caudales erguidas, pero ninguno tiene una aleta erguida sin una inferior de contrapeso. En cambio, la configuración triangular del modelo dorado es un diseño estándar en los aviones modernos.
Vuelo proveniente de Medio Oriente
Otra característica interesante de la cola es la insignia que aparece en la cara izquierda del timón, precisamente donde aparecen las marcas de identificación en muchos aviones en la actualidad. La insignia tal vez esté tan fuera de lugar como el propio modelo dorado, porque se ha identificado como la letra aramea o hebrea primitiva beth, o B. Esto indicaría que el avión original puede no haber venido de Colombia sino de algún lugar del Medio Oriente.
Pero el avión dorado no es de ninguna manera el único modelo de avión descubierto en el Nuevo Mundo. Seis objetos de oro muy similares, cada uno completo con fuselaje, alas y timón triangular recto diseñados aerodinámicamente, se exhiben en el Museo Field de Historia Natural de Chicago, y otros dos se exhiben en el Museo Smithsonian de Historia Natural en Washington, DC. y en el Museo de Arte Primitivo de la ciudad de Nueva York.
Junto con los de Bogotá, Colombia, tales objetos suman catorce en total. Nuevamente, tienen más de 1000 años, pero el área de donde provienen es bastante extensa. Estos otros aviones fueron descubiertos en Costa Rica, Venezuela y Perú. Si las personas del Medio Oriente hicieron vuelos a través del Atlántico, deben haber hecho una serie de contactos con los habitantes semiprimitivos de América Central y del Sur.
Mirando los modelos juntos, encontramos que parecen ser variaciones de un solo diseño de avión. Son la impresión de un artista de algo que él mismo vio o su interpretación de una descripción mítica o legendaria de un avión de un pasado más lejano. La forma temprana del beth hebreo en el modelo colombiano apoya fuertemente esta conclusión y ubica el avión original y su vuelo a las Américas antes del segundo milenio a.C.
Encendiendo motores
Si bien es cierto que la aerodinámica de los objetos «fuera de su tiempo» protagonistas de este artículo parece innegable, ¿si construyéramos un avión tomándolos como modelo, volaría realmente?
En 1994, los expertos en aeromodelismo alemanes Peter Belting y Conrad Lubbers se propusieron responder tal pregunta. Para ello, crearon modelos a escala de estos objetos, dotados de motor y controlados por radiocontrol —aunque sin algunos de los rasgos más complicados presentes en las ancestrales figuras—.
Encontraron que estos «pájaros» de oro exhibidos actualmente en museos eran, efectivamente, capaces de volar… Al igual que otros ooparts similares, como aquellos hallados en Egipto.
Referencias:
- Secrets of the Lost Races: New Discoveries of Advanced Technology in Ancient Civilizations (1977) – Rene Noorbergen.
- The Mystery of Ancient Flying Machines – Ancient Architects.
Por MysteryPlanet.com.ar.
La pieza se encuentra expuesta actualmente el Museo del Oro en Bogotá
Saludos