Llevamos ya dos semanas en las que podemos ver en todos los telediarios y medios de comunicación occidentales, las terribles consecuencias de la guerra de Ucrania en su población civil.
Está claro y así lo sentencian estos medios, que el responsable de todo este sufrimiento es el presidente ruso.
Pero, ¿Es sólo Putin el responsable? o ¿deberíamos de ver también como responsable al presidente de los EEUU?
El pueblo ucraniano es el peón sacrificado en la geopolítica de las dos bandos.
Los culpables de todo este sufrimiento, y del desastre económico en Europa, son dos no uno.
maestroviejo
La nueva guerra de occidente contra Rusia se ha puesto al rojo vivo a causa de la política provocadora de la OTAN durante el último cuarto de siglo. Los imperialistas fundaron la Alianza militar para acabar con la URSS y no la disolvieron cuando la URSS se acabó. Por el contrario, no hicieron más que acercarse y aquella política no podía acabar bien, como confirma la Guerra en Ucrania.
En 1993 Clinton tomó la fatídica decisión de impulsar la inclusión de algunos países del antiguo Pacto de Varsovia en la OTAN: Polonia, la República Checa y Hungría. Fue la primera de varias oleadas de expansión.
Incluso este primer paso provocó la oposición y la ira de Rusia, entonces sólo verbal, como reconoce Madeleine Albright, la Secretaria de Estado de Clinton, en sus memorias.
Strobe Talbott, Subsecretario de Estado, describió de forma similar la actitud rusa: “Muchos rusos ven a la OTAN como una reliquia de la Guerra Fría, intrínsecamente dirigida contra su país. Señalan que han disuelto el Pacto de Varsovia, su alianza militar, y se preguntan por qué Occidente no debería hacer lo mismo”.
George Kennan, el padre intelectual de la política de contención de la Guerra Fría, dijo algo parecido en una entrevista con el New York Times en mayo de 1998 sobre la primera ronda de expansión de la OTAN. “Creo que este es el comienzo de una nueva Guerra Fría”, dijo Kennan. “Creo que los rusos reaccionarán gradualmente de forma bastante negativa y esto afectará a sus políticas. Creo que es un trágico error. No había ninguna razón para ello. Nadie estaba amenazando a nadie más.
A pesar de las advertencias los imperialistas siguieron realizando ampliaciones, incluyendo la provocadora incorporación de las tres repúblicas bálticas. Estos países no sólo habían formado parte de la Unión Soviética, sino también del imperio ruso en la época zarista. Como resultado de esta oleada de expansión, la OTAN está ahora encaramada en la frontera de Rusia.
Entonces Putin aún se refería a los países occidentales como “socios” en sus discursos, hasta que la paciencia de Moscú con el comportamiento cada vez más intrusivo de la OTAN se agotó. La última advertencia razonablemente amistosa de Rusia de que la alianza debía retroceder fue en marzo de 2007, cuando Putin se dirigió a la conferencia anual de seguridad de Múnich. “La OTAN ha colocado sus fuerzas de primera línea en nuestras fronteras”, se quejó.
La expansión de la OTAN “representa una grave provocación que reduce el nivel de confianza mutua. Y tenemos derecho a preguntar: ¿contra quién va dirigida esa expansión? ¿Y qué pasó con las garantías dadas por nuestros socios occidentales tras la disolución del Pacto de Varsovia?”
En sus memorias, Duty, Robert M. Gates, que fue secretario de Defensa en los gobiernos de Bush [hijo] y Obama, dice que creía que “las relaciones con Rusia se manejaron mal después de que Bush [padre] dejara el cargo en 1993”. Entre otros errores, “los acuerdos de Estados Unidos con los gobiernos rumano y búlgaro para rotar las tropas en las bases de esos países fueron una provocación innecesaria”.
En una reprimenda implícita a Bush hijo, Gates dijo que “el intento de incorporar a Georgia y Ucrania a la OTAN fue realmente excesivo”. La medida suponía un “desprecio temerario por lo que los rusos consideraban sus propios intereses nacionales vitales”.
Al año siguiente, el descontento de Rusia llegó más allá de las objeciones verbales. Moscú aprovechó una provocación del gobierno de Georgia, tensó la cuerda con una guerra fulminante y empezó a proponer alternativas a sus antiguos “socios”.
Para evitar una guerra en Europa del este, la OTAN debía ofrecer garantías de seguridad. Debía reducir su presencia militar en Europa del este y no incorporar a Ucrania. Todos los llamamientos cayeron en saco roto y las provocaciones continuaron. Zelensky habló de recuperar Crimea y Rusia realizó maniobras militares en la península. Luego se burló de los Acuerdos de Minsk y las maniobras militares volvieron.
El trato que Washington ha dado a Rusia en las décadas posteriores a la desaparición de la Unión Soviética ha sido la de un país derrotado que sólo merece el desprecio. Los imperialistas sólo reaccionan cuando les enseñas los dientes y debes tener una dentadura en las mejores condiciones.