A pesar de lo que muchos piensan, la programación o los sistemas programables no nacieron con las primeras computadoras.
Pierre Jaquet-Droz era un reconocido relojero Suizo que comenzó su carrera en 1738. Entre este año hasta 1747 se dedicó por completo a elaborar mecanismos sumamente complicados dentro de sus relojes. Su extraordinaria habilidad y meticulosidad, además de su capacidad para aplicar principios mecánicos, lo llevaron a perfeccionar sus creaciones incluyendo música y movimientos autómatas. Sus inventos lo ayudaron a posicionarse entre la élite y a conseguir clientes adinerados.
En 1770 alcanzó tal renombre que ya era conocido por sus habilidades en toda Europa, China, India y Japón. Fue así que en el año 1774 presentó al público lo que sería su obra más famosa: La trilogía “Les Automates”. Para su creación colaboraron su hijo Henri-Louis y Jean Fréderic Leschot.
Esta creación constaba de tres autómatas denominados l’Ecrivain, la Musicienne et le Dessinateur, es decir, el escritor, el músico y el dibujante. Dicha obra fue una auténtica revolución mediática en la época. Los autómatas viajaron a Francia en 1775 para ser presentados al Rey Luís XVI y a la Reina María Antonieta. Su gira continuó por las principales cortes europeas, desde Londres hasta Rusia.
“Les Automates”
«La pianista» es un autómata en forma de mujer que toca un órgano, construido especialmente para adaptarse a él. El órgano es verdadero, y cuando el autómata oprime las teclas con sus dedos, el órgano produce las melodías que se programaron en el muñeco. Con sus más de 2000 piezas, «La pianista» puede dirigir la mirada hacia las teclas de su instrumento, mecer el cuerpo mientras toca, mover el pecho como si respirara e inclinar la cabeza a modo de reverencia cuando finaliza una pieza.
«El dibujante», que tiene la forma de un niño sentado en un pupitre al lado del comedor, está construido con unas 2000 piezas y puede realizar cuatro dibujos distintos: un retrato de Luis XV, una pareja real (se cree que se trata de Luis XVI y M.ª Antonieta), un perro con la frase Mon toutou (‘mi perro’) escrita a un lado, y a Cupido subido a una carroza tirada por una mariposa; pasando por todos los pasos del dibujo académico: repaso de las líneas, sombreado y retoques finales
Al igual que «La pianista», imita el comportamiento de un ser humano mientras realiza la tarea para la que fue programado, pues mueve los ojos e incluso puede soplar sobre el papel para quitarle los restos de grafito del lápiz.
«El Escritor» se trata de un muñeco de 70 cm de altura, capaz de escribir con una pluma de oca sobre un escritorio de caoba. Este muñeco es programable mecánicamente y es capaz de escribir cualquier texto de 40 caracteres en un espacio de 3 renglones. Con su mano derecha moja la pluma, que tiene adherida a su mano, en el tintero. Acompañado de una gesticulación de su cabeza y movimiento en sus ojos, empieza a escribir el texto letra por letra en un papel que se desplaza. Este autómata es el mas complejo de los tres, ya que se programa letra por letra. Además de que cuenta con más de 6000 piezas, lo que es el triple de piezas que tienen sus hermanos.
Actualmente el “robot” ya representa un reto de construcción y programación, ahora imagina el impacto que este invento produjo en el siglo XVIII
Nadie cuenta con la legitimidad y reconocimiento en mecanismos como la firma de Jaquet Droz. Actualmente su empresa de relojería sigue viva y cuenta con reconocimiento a nivel mundial por su excelente calidad de trabajo, entrando en el campo de las marcas de lujo.
Así es el primer robot (autómata) programable. Fue creado en 1768