Un nuevo estudio alemán revela que tomar “descansos mentales” puede ayudar a activar el cerebro a lo largo del día. Estudiar antes de un examen es el ejemplo perfecto de esto. A pesar de adquirir nuevos conocimientos, tendemos a olvidarlos tan rápido como los aprendimos. Aquellos que obtienen las puntuaciones más altas en los exámenes suelen espaciar su aprendizaje durante días o incluso semanas.
El estudio se basa en esta idea de que podemos activar nuestro cerebro descansando más a menudo. La investigación publicada en la revista Current Biology muestra que retenemos el conocimiento por más tiempo cuando ampliamos los intervalos de tiempo entre el aprendizaje. Permitir que el cerebro se “reinicie” y absorba el conocimiento fortalece las conexiones entre las neuronas. A su vez, esto conduce a un mejor desempeño en las tareas.
Llamado el efecto espaciador, tomar descansos entre el aprendizaje puede aplicarse a muchas facetas de la vida. Con respecto a los exámenes escolares, espaciar el estudio te ayuda a recordar más material a largo plazo. En un trabajo de escritorio, levantarse unos minutos cada hora le da a su cerebro la oportunidad de recargarse. Si está trabajando en un proyecto de arte o escritura, tomar descansos creativos puede brindarle una nueva inspiración o perspectiva.
Así como el cuerpo necesita descansar después de un entrenamiento, el cerebro requiere descansos del ejercicio mental. Nuestras mentes reciben bastantes golpes durante la vida diaria, por lo que es esencial “apagarlas” de vez en cuando. Todos podríamos beneficiarnos de este consejo en el mundo actual, donde sufrimos una sobrecarga de información.
El estudio que muestra cómo el efecto espaciado mejora la memoria
Se ha observado que cuando aprendemos, las neuronas se activan en nuestro cerebro y forman nuevas conexiones. Con la repetición, las conexiones se vuelven más sólidas y se forman nuevas vías neuronales en el cerebro. El conocimiento se vuelve entonces parte de nuestra memoria que podemos recuperar reactivando estas neuronas. En otras palabras, cuando espaciamos el aprendizaje, con el tiempo se vuelve más fácil absorber el conocimiento.
Nuestros cerebros solo pueden contener cierta información, después de todo. Siempre hay una curva de aprendizaje cuando se expone a nueva información, como en un nuevo trabajo. Sin embargo, después de algunas semanas de repetir las mismas tareas, empezamos a sentirnos más cómodos. El trabajo se vuelve más fácil porque, desde un punto de vista científico, estamos fortaleciendo las vías neuronales que contienen este nuevo conocimiento.
Estos hechos sobre la memoria han sido bien documentados, pero no hay mucha información sobre cómo el efecto de espaciamiento influye en el cerebro. Los científicos descubrieron este fenómeno hace más de un siglo y descubrieron que ocurre en casi todos los animales. Entonces, los científicos alemanes querían aprender más sobre cómo las pausas entre el aprendizaje activan el cerebro y la memoria.
Los neurobiólogos Annet Glas, Pieter Goltstein, Mark Hübener y Tobias Bonhoeffer investigaron el efecto espaciado en ratones. El equipo colocó un trozo de chocolate en un laberinto y les dio a los ratones tres oportunidades para recordar su ubicación. Cada vez, los investigadores permitieron que los ratones exploraran el laberinto y encontraran el chocolate, dándoles descansos de diferentes longitudes.
Annet Glas dice esto:
“Los ratones que fueron entrenados con intervalos más largos entre las fases de aprendizaje no pudieron recordar la posición del chocolate tan rápido. Pero al día siguiente, cuanto más largas eran las pausas, mejor era la memoria de los ratones”.
También demostró que tomar descansos ayuda a activar el cerebro
Además de observar cómo el efecto espaciado influía en la memoria, los científicos midieron la actividad neuronal en ratones. Durante la prueba del laberinto, el equipo midió la actividad neuronal en el área del cerebro llamada corteza prefrontal. Esta región del cerebro se activa durante los procesos de aprendizaje y las tareas de pensamiento complejas. No es sorprendente que los científicos descubrieran que cuando la corteza prefrontal no estaba activa, el rendimiento de los ratones en el laberinto disminuía.
“Si tres fases de aprendizaje se suceden muy rápidamente, intuitivamente esperábamos que se activaran las mismas neuronas”, dice Pieter Goltstein. “Después de todo, es el mismo experimento con la misma información. Sin embargo, después de un largo descanso, sería concebible que el cerebro interprete la siguiente fase de aprendizaje como un nuevo evento y lo procese con diferentes neuronas”.
Todos los investigadores quedaron atónitos cuando revisaron los datos y llegaron a una nueva conclusión. Después de comparar la actividad de las neuronas durante varias fases de aprendizaje, descubrieron algo sorprendente. Cuando los ratones solo tomaron breves descansos, principalmente activaron diferentes neuronas en el cerebro. Sin embargo, cuando tomaron descansos más largos, el patrón de activación se volvió más estable. En otras palabras, las mismas neuronas activadas durante la primera fase de aprendizaje volvieron a activarse durante la siguiente.
En conclusión, el equipo encontró que la reactivación de las mismas neuronas permitió conexiones más fuertes en el cerebro. Esto significaba que los ratones podían continuar donde lo habían dejado en lugar de reiniciar el proceso de aprendizaje cada vez. Debido a que los ratones aprendieron durante un período más prolongado, las vías neuronales se fortalecieron. Este proceso ayudó a activar el cerebro cada vez que las neuronas se activaron, lo que ayudó a reconfigurar las vías gradualmente.
“Es por eso que creemos que la memoria se beneficia de descansos más largos”, dice Pieter Goltstein.
Reflexiones finales sobre cómo espaciar el aprendizaje mejora la función cognitiva
Probablemente todos nos hemos amontonado para un examen la noche anterior, solo para reprobar o aprobar a duras penas, para nuestra consternación. Si alguna vez te preguntaste por qué sucede esto, ahora tienes la respuesta. Según esta revolucionaria investigación, parece que nuestro cerebro no puede procesar tanta información tan rápido. Según el estudio alemán, espaciar el aprendizaje ayuda a activar el cerebro y reconectar las vías neuronales de manera más efectiva.
Entonces, después de más de cien años, el estudio proporciona información muy necesaria sobre cómo los procesos neuronales afectan el aprendizaje. Si espaciamos el aprendizaje, ayuda a nuestros cerebros a retener la información durante un período de tiempo más largo. Por supuesto, esto tiene el costo de tomar más tiempo para aprender la tarea o el conocimiento. Pero al final nos beneficia porque el conocimiento se queda con nosotros en lugar de entrar por un oído y salir por el otro.
Con suerte, este estudio conducirá a mejores formas de aprendizaje en el futuro. En nuestra sociedad, siempre parecemos querer más, más rápido, sin importar las consecuencias. Esta investigación, sin embargo, proporciona más evidencia de que la lentitud y la constancia siempre ganan a largo plazo.
Por Kristen Lawrence. Artículo en inglés