La Declaración de Cambridge: los animales tienen conciencia

La Declaración de Cambridge es uno de los hitos más importantes de la relación entre los humanos y el resto de los animales. Hablamos de un tema que cada vez abre más debates, y que de alguna manera nos pone frente al espejo de nuestra propia naturaleza.
La Declaración de Cambridge: los animales tienen conciencia

La Declaración de Cambridge constituyó todo un hito en la ciencia, pero sobre todo un punto de quiebre en la relación del hombre con la naturaleza. Varios de los más prestigiosos científicos del mundo se reunieron para lanzar una conclusión definitiva: los animales también tienen conciencia.

Este manifiesto se lanzó tras varias conferencias en las que se trató el tema de la conciencia en los humanos y en los animales. La Declaración de Cambridge fue elaborada por un grupo internacional de neurocientíficos, neurofarmacólogos, neurofisiólogos, neuroanatomistas y neurocientíficos de la computación, en presencia del famoso Stephen Hawking.

¿Qué significa la afirmación de que los animales también tienen conciencia? De manera muy general, que perciben su propia existencia y la del mundo que les rodea, por lo cual operan sobre esta base. Notan la diferencia entre su ser y el de otros, y entre su existencia individual y la de los demás.

Veamos qué otras afirmaciones se hicieron en la Declaración de Cambridge.

Decidimos llegar a un consenso y hacer una declaración para el público que no es científico. Es obvio para todos en este salón que los animales tienen conciencia, pero no es obvio para el resto del mundo. No es obvio para el resto del mundo occidental ni el lejano Oriente. No es algo obvio para la sociedad”.

-Philip Low-

Pulpo
Los pulpos tienen aproximadamente unos 500 millones de neuronas.

La Declaración de Cambridge

La Declaración de Cambridge se llevó a cabo el 7 de julio de 2012 en la Universidad de Cambridge (Reino Unido). El encargado de elaborar el manifiesto final fue el neurocientífico Philip Low. Este experto es uno de los más prestigiosos en el mundo en el campo de la investigación sobre el sistema nervioso animal.

Los científicos vieron la necesidad de hacer esta declaración, ya que previamente existía el prejuicio de que los animales no tenían conciencia. Esto se basaba en la idea de que esta función dependía del neocórtex, una zona del cerebro específicamente humana.

Sin embargo, los avances en la neurociencia demostraron que las áreas del cerebro que nos diferencian de los demás animales no son las que están relacionadas con la conciencia. Así mismo, que los cerebros de otros animales llegan a tener una complejidad mucho más alta en otros aspectos, respecto a los humanos.

Los animales y la conciencia

En la Declaración de Cambridge no solo se estableció que los animales eran conscientes de su existencia y la del mundo. También se señaló que esa conciencia permite experimentar los estados de placer y felicidad, así como los de dolor y sufrimiento. Dicho de otro modo, los animales también pueden ser felices o sufrir.

Los expertos indicaron que en los humanos los estados afectivos provocan excitación en las redes neurales subcorticales. Los estudios mostraron que en los animales sucede igual. Esto se comprobó al provocar una excitación artificial de ciertas regiones del cerebro. Tanto en humanos como en animales el resultado es un estado afectivo determinado. O sea que los animales experimentan emociones y sentimientos de una forma similar a como lo hacemos los humanos.

De otro lado, se hizo referencia a experimentos llevados a cabo con alucinógenos. Como lo sabemos, estas sustancias provocan una alteración visible de la conciencia en las personas. En diversos experimentos se administraron este tipo de productos a los animales y el resultado es muy similar. Esto corrobora que las sensaciones emotivas no son tan diferentes entre nuestra especie y las demás.

Se ventilaron también otros datos interesantes:

  • No hay claridad sobre la forma en la que los sentidos más desarrollados de otros animales, distintos al humano, cambian su conciencia.
  • Ningún animal es masoquista. Ellos realizan acciones intencionadas, buscando su propio bienestar, más allá del mero instinto.
  • En varios animales los hemisferios cerebrales no están conectados. Se ignora si esto supone la existencia de más de una conciencia en ellos.
  • Los elefantes, las urracas, los delfines y algunos peces se reconocen ante el espejo.
Delfín con una tortuga
Los delfines tienen consciencia de sí mismos y son capaces de atribuirla a otros individuos; lo que se conoce como teoría de la mente.

Las implicaciones de la Declaración de Cambridge

Lo importante de la Declaración de Cambridge es que establece de manera clara que los animales son seres conscientes y, por lo tanto, “sintientes”. Esto significa que tienen la capacidad de experimentar las situaciones como positivas o negativas, y de complacerse o sufrir.

El impacto clave de este manifiesto está en el hecho de que pone en tela de juicio todas aquellas actividades que implican alguna forma de maltrato animal. Desde las corridas de toros, hasta la producción industrial de animales para el consumo de su carne.

Es importante anotar que los científicos que elaboraron la Declaración de Cambridge hicieron referencia a mamíferos, aves y “muchas otras criaturas” como los pulpos. Este es otro de tantos temas que probablemente irán cambiando el mundo en un futuro próximo.

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