El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, el príncipe Faisal bin Farhan Al Saud, dijo este jueves en una conferencia de prensa que funcionarios del gobierno de Biden amenazaron al Príncipe Heredero Mohamed Bin Salman para que retrasaran la decisión de la OPEP para reducir la producción de petróleo hasta después de las elecciones legislativas del próximo 7 de noviembre en Estados Unidos.
La declaración explosiva y sin precedentes del funcionario saudí demuestra la desesperación de los demócratas por salvar el resultado de las elecciones de medio término. Las principales encuestas anticipan una “ola roja“, o sea un aluvión de votos para el Partido Republicano, donde la derecha pase a controlar la Cámara de Diputados y el Senado.
Ya en julio, Biden había viajado a Arabia Saudita para rogarle a la Corona que aumenten la producción de petróleo, lo cual llevaría a una caída en el precio internacional del barril de petróleo, pero sin éxito. Biden se llevó una derrota: Bin Salman corroboró que no elevarían la producción de petróleo por encima del objetivo ya establecido de 13 millones de barriles por día.
Sin embargo, la semana pasada, la OPEP+ anunció la reducción de la producción de petróleo en 2 millones de barriles por día, lo cual indudablemente elevará los precios en las estaciones de servicio en Estados Unidos y en todo el mundo.
La Casa Blanca respondió con furia unas horas después de la declaración, alegando que Arabia Saudita está “tratando de salirse con la suya” y aseguró que Biden “reevaluará” la relación con los aliados de larga data, como el reino saudí.
El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, respondió: “En las últimas semanas, los saudíes nos transmitieron, en privado y en público, su intención de reducir la producción de petróleo, que sabían que aumentaría los ingresos rusos y atenuaría la eficacia de las sanciones“.
Pero lo que más preocupa a los demócratas es que los precios de la gasolina verán una fuerte suba a menos de un mes de las elecciones intermedias, lo cual dejará al oficialismo en una posición vulnerable en las urnas. Estados Unidos actualmente atraviesa una de las peores crisis de su historia: inflación, recesión, desabastecimiento de energía y caída de los índices bursátiles.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, no se animó a confirmar ni negar las declaraciones del ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita. “Ciertamente no puedo confirmar ese informe. Lo que puedo confirmar es que transmitimos un mensaje consistente a los saudíes: el suministro de energía debe satisfacer la demanda de energía“, dijo el funcionario de Biden.
“Y en el contexto de esas discusiones sobre energía, hemos tenido altos miembros de la administración viajando a Arabia Saudita en los últimos meses. Pero esto no fue únicamente en el contexto de octubre de 2022 o septiembre de 2022“, agregó, tratando de desligar a su gobierno de un chantaje internacional.
Los republicanos proponen reactivar la producción de petróleo en Estados Unidos, que durante el gobierno de Trump tuvo un boom productivo gracias a la liberación del fracking, y el país, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, había logrado la independencia energética, exportando más de lo que importaba.