El uso de la IA para controlar nuestros movimientos

En España, el cuidado de cada kilómetro de autovía cuesta 80.000 euros al año y la Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras (Acex) estima que el déficit de mantenimiento de las carreteras supera los 8.000 millones.

Son solo algunos datos que demuestran la importancia de desarrollar herramientas que minimicen este gasto sin descuidar unas actuaciones que son vitales para reducir la cifra de muertos y heridos en accidentes.  Y es ahí donde entra en juego la aplicación de la inteligencia artificial.

Se trata de una técnica que se ha venido desarrollando en los últimos años y que tiene entre sus objetivos anticiparse a los problemas. O lo que es lo mismo, pasar de un mantenimiento correctivo y preventivo a otro predictivo, que permita actuar justo antes de que el firme comience a deteriorarse. Es lo que tenemos, justamente, con las cámaras de la DGT, que a medida que avanza la tecnología (y la vida, claro), han visto cómo estas herramientas ya incorporan softwares de inteligencia artificial para controlar y distinguir nuestros movimientos en carretera.

Los dispositivos de la DGT, cada vez más inteligentes

Y es que, gracias a los grandes avances que se están produciendo en el campo de la inteligencia artificial, ahora existen infraestructuras de computación y comunicaciones, y también software especializado en varias ramas de la IA, como es la visión por ordenador.

Esta tecnología permite realizar un reconocimiento avanzado de las imágenes que se captan con cámaras conectadas, algo que ya tiene aplicaciones muy importantes en vías de mejorar la seguridad vial en nuestras calles, carreteras y autovías.

Con todo, lo que tenemos con este tipo de cámaras de la DGT son dispositivos que se han hecho cada vez más inteligentes, pues hasta hace apenas cinco años estos únicamente tenían la función de hacer fotos y grabar, mientras que ahora han aprendido a detectar los distintos casos que podemos llegar a cometer mientras conducimos.

Saben todo lo que hacemos…

Sus funcionalidades han evolucionado de forma exponencial. De hecho, lo que entendemos como inteligencia artificial es un sistema de software cerrado que va aprendiendo conforme lo vamos utilizando. Así, por ejemplo, la IA que utilizan estas cámaras del organismo vial determinan si los conductores están utilizando un teléfono móvil con la mano o si los conductores y pasajeros no llevan el cinturón de seguridad.

Entonces, estas imágenes en las que se detecta una posible infracción son revisadas por un técnico de los servicios de Tráfico de la DGT. Si se detecta correctamente una infracción, se envía al conductor una carta de advertencia o un aviso de procesamiento.

Hay casos mucho más concretos que se observan realmente bien cómo es su funcionamiento. Es lo que tenemos con la entrada de la Ley de Tráfico del pasado mes de marzo, que distingue entre hablar con el móvil (200 euros y 3 puntos del carnet) o sujetar el móvil en la mano (200 euros y 6 puntos del carnet), algo que los equipos también han aprendido a diferenciar ambos casos.

Los hay, además, que distinguen la vigencia de nuestra ITV, y si la tenemos caducada. Son las cámaras de reconocimiento de matrículas situadas a la entrada y salida de las ciudades y en algunos puntos de la carretera. En solo unos segundos, estos dispositivos son capaces de leer la matrícula, cruzar los datos con la Dirección General de Tráfico y detectar si un vehículo circula con la ITV en vigor. Si no es así, se inicia el proceso de denuncia y multa. En general, estos dispositivos ya pueden detectar su altura, la presencia o no de remolques y la empresa a la que pertenezca, en el caso de vehículos habituales de la carga y descarga.

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