Entrevista con Wayne Liquorman

Por Stuart Knight Human Detour, 
Wayne Liquorman

Parte 1 – ¿Qué es la iluminación?

Stuart: Saludos a todos. Soy Stuart Knight haciendo otra entrevista para HumanDetour.com. Estoy aquí con Wayne Liquorman, que ha venido a la ciudad de Toronto desde Los Ángeles. Y está aquí el fin de semana para dar una charla, y tuve la suerte de poder pasarme justo antes de su siguiente charla y hacerle algunas preguntas sobre, supongo que lo llamarías espiritualidad, sobre el mundo en el que vivimos, sobre el sentido de la vida ―si quieres llamarlo así― esencialmente sobre quiénes creemos que somos. Y voy a contarles, bueno, Wayne les contará un poco su historia. Pero vamos a entrar de lleno con algunas preguntas sobre su vida. Así que, en primer lugar, muchas gracias, te agradezco que te hayas tomado el tiempo de reunirte conmigo.

Wayne: De nada.

Stuart: Ahora puedes dirigirte a la gente de todo el mundo que ve muchos de estos videos. Cuando le dices a estos espectadores que algunas personas han tenido un momento, donde, digamos ―y sé que estas no son las palabras que a muchos les gusta usar― , se han iluminado, o se vuelven conscientes del Ser, trascienden el sentido de lo que piensan que son. Esto es algo que te ha sucedido a ti, ¿es así?

Wayne: Sí.

Stuart: Así es, de acuerdo. ¿Y te importaría darme una idea de cómo te ocurrió a ti?

Wayne: Bueno, creo que primero me gustaría aclarar de qué estamos hablando, en lugar de…

Stuart: Me parece justo. De acuerdo.

Wayne: La mecánica de cómo sucedió es para mí menos importante que lo que es. Y hablo de esto ―este evento que ocurre en la vida de algunas personas– “como la muerte del falso sentido de autoría (hacedor)”.

Stuart: Autoría. Bien, de acuerdo.

Wayne: Autoría. Ahora bien, autoría es un término muy preciso, y uno que tal vez no hayas escuchado antes en este contexto. Pero se refiere a la sensación de la mayoría de los seres humanos, desde que tienen dos años y medio, de que «soy una entidad independiente y autora». Es decir, «Yo hago que las cosas ocurran». ¿De acuerdo? Que, «yo soy el origen de ello, y yo desde mi propio poder influyo en el mundo». Ahora bien, este sentido ―que la mayoría de la gente tiene, y es parte integral de tus padres, de tu iglesia, de tu escuela, de tu sociedad, todo lo cual refuerza esta idea― no es necesariamente cierto.

Stuart: ¿No es cierto?

Wayne: No es necesariamente cierto. Y la enseñanza que ofrezco, y que utilizo es señalar a la gente, cuestionar esta creencia fundamental de que «soy una entidad independiente y autora, con la capacidad desde mi propio poder de influir en los acontecimientos».

Stuart: Así que cuando la gente se cuestiona esto, obviamente ―y estoy seguro de que has oído esto mil veces―, van a decir: «Bueno, sabes que dirigí un evento en mi iglesia la semana pasada, y tuvimos una venta de pasteles, y yo lo hice. Si yo no lo hice, entonces ¿quién lo hizo?»

Wayne: Y es por esto que hago la distinción entre hacer y ser el autor (hacedor). Porque está claro que tú lo hiciste. Tú protagonizaste la venta de pasteles, no hay duda de que dirigiste la venta de pasteles. Lo que estamos indagando es un plano más sutil, sobre si fui yo quién dirigió esta venta de pasteles desde mi propio poder. Si yo fui el responsable. Bien, y eso es lo que estamos cuestionando.

Stuart: Si yo fui el responsable. De modo que cuando la gente dice: «Yo protagonicé esa venta de pasteles», tú aceptas que sí lo hicieron, pero, entonces, ¿el sentido [de autoría], sería un apego al pensamiento «yo»? ¿Es eso lo que estás queriendo decir?

Wayne: Sí. Lo que yo llamo la falsa sensación de autoría es una expresión primordial de lo que ocurre. El cuerpo y la mente están programados para hacer cosas. Y a través de eventos externos eres movido y conducido a ciertas áreas, a cierta iglesia, a cierta posición en la iglesia. Y después tienes cualquier habilidad que pueda ser necesaria para llevar a cabo una venta de pasteles. Todas estas cosas no son de tu creación, se deben a la creación del mundo. Se te han dado ciertas cualidades y capacidades que luego son desencadenadas por la situación, por la necesidad de una venta de pasteles.

Stuart: Así que lo mismo es entonces, cuando Justin Timberlake se sube al escenario, y canta una canción ante 20.000 chicas gritando, él está haciendo eso. Ha recibido estos talentos. Entiendo que no hay una entidad separada que da estos talentos…

Wayne: Hablaremos de ello como algo dado, es decir, que no es autogenerado. Así que está dado por fuerzas universales, su genética, el hecho de que tenía la capacidad vocal adecuada. Después, de alguna manera, esto se entrenó y se desarrolló. Fue claramente un regalo del universo que llegara un maestro competente, hábil, que le facilitara la capacidad de subir al siguiente nivel.

Stuart: Entonces, ¿por qué crees que él lo tiene y yo no? Porque me gustaría ponerme delante de 20.000 personas y que un montón de chicas gritaran por mí.

Wayne: ¿Por qué? No tengo respuestas a por qué suceden las cosas en el universo. Sólo señalo el hecho de que ocurren.

Stuart: Que ocurren…, vale. Entonces déjame preguntarte esto; si a Justin Timberlake le está ocurriendo esto cuando está cantando frente al público, a fulanito le está ocurriendo cuando hace una venta de pasteles, ¿qué es lo que está ocurriendo cuando le digo ―a una mujer o a un miembro de la familia o a un amigo― «te amo»?…, ¿les estoy amando? En el proceso de amarlos, dado que todos estamos equipados con eso, todo el mundo está equipado, me imagino, con la capacidad de amar, ¿sólo estoy haciéndolo en esos momentos? ¿O estoy…, quiero decir…, qué está sucediendo ahí?

Wayne: Esto es lo que mi enseñanza te anima a mirar, en lugar de decirte: «Esto es así». La gente te ha estado diciendo durante toda tu vida cómo funciona esto. Y a veces tú te lo crees y a veces no, y eso cambia. Lo que yo quiero hacer es ayudar a la gente que también está interesada, lo que intento facilitar, es su propia visión directa de «lo que es». Para que vean por sí mismos lo que está pasando. No vale que yo les diga lo que está pasando.

Stuart: Bien, entonces, lo que estoy viendo es que cuando estoy amando a alguien, lo que realmente estoy viendo es un «yo» un sentido de mí. Ahora reconozco que mi nombre es Stuart, pero podría haber sido Jim o podría haber sido Bob. Así que eso lo entiendo. Pero todavía siento que en mi corazón cuando estoy amando a alguien, se siente realmente verdadero, y se siente que sólo yo podría ser el que lo hace en este particular momento.

Wayne: Claramente.

Stuart: ¿Pero soy yo? ¿Quién es el que está amando?

Wayne: Bueno, esto es de nuevo lo que te estoy animando a mirar. A mirar más profundamente en la naturaleza de “aquel” que está amando. Y parte de ese “aquel”, a medida que profundizas en él, empezarás a ver que hay un aquel funcional, que es un producto de tus genes y tus experiencias particulares, tu condicionamiento.

Stuart: ¿Quién hace el desayuno por la mañana, es ese aquel funcional?

Wayne: Eso es.

Stuart: De acuerdo.

Wayne: De acuerdo. Y este “aquel” funcional, hace la función de amar debido a tu condicionamiento particular. Has sido nutrido, te has amado a ti mismo, dispones de una cierta cantidad de confianza por parte de otras personas. Otros están condicionadas de manera que han recibido abusos, han sido sistemáticamente golpeados hasta un punto en el que no confían, no pueden abrirse de la manera en que tú has podido hacerlo. Ahora bien, ellos no han “hecho” que eso les ocurra. Así que tú dispones de esta capacidad. Pero todo esto es parte de tu ser funcional, lo que se te ha dado. En la superficie hay una falsa pretensión de autoría, que es el sentido de que: «Soy responsable de esto». Que, «¡Fíjate, estoy amando a esta persona!» Y hay un orgullo asociado con tener la capacidad de hacer eso. Cuando empiezas a ver a través de eso, lo que reemplaza ese orgullo es la humildad. Una verdadera humildad que consiste en sentir: «¡Qué regalo!» El orgullo queda sustituido por la gratitud ante el hecho de haber recibido esta capacidad de amar.

Parte 2 – ¿Qué es el amor para un sabio?

Stuart: Así que cuando amas, o cuando haces el amor, o cuando…, no sé…, cuando haces un cumplido a alguien. Me imagino que para muchos de nosotros, cuando felicitamos a alguien, tenemos un motivo egoísta. Subyace un, «Te estoy halagando porque quiero que te guste y eso refuerza mi sentido del yo», o un «Quiero que cuando vayas por ahí le digas a la gente que soy un buen tipo». Pero, cuando tú, basándote en el punto en el que te encuentras ahora mismo, en el sentido de la conciencia que tienes de ti mismo, ¿qué sientes cuando estás haciendo un cumplido a alguien, cuando estás amando a alguien, estás haciendo el amor con alguien, sea lo que sea, qué es lo que está ocurriendo para ti? ¿Desde qué perspectiva lo ves? Porque me imagino que lo experimentas de forma diferente a la mía.

Wayne: Yo diría que tenemos el mismo tipo esencial de experiencia física. Y, por supuesto, todo el mundo experimenta de forma diferente porque todos estamos programados de forma diferente. Pero como somos seres humanos, tenemos tipos de percepciones similares, pero ciertamente no exactamente iguales.

Stuart: No, no lo serían.

Wayne: No lo serían. Así que intentar comparar cuál sería mi reacción o experiencia de algo con la tuya es una comparación difícil porque realmente no puedo saber cuál es la tuya.

Stuart: De acuerdo, es razonable. Para ti específicamente, sin embargo, cuando dices… Perdón, ¿estás casado?

Wayne: Sí, lo estoy.

Stuart: Estás casado, así que le dices a tu mujer: «Te quiero». Lo cual espero que hagas, por supuesto. Así que le dices: «Te amo». Creo que muchos hombres, cuando le dicen a sus esposas que las aman, hay un sentido del yo detrás de eso. ¿Hay un sentido del yo detrás de eso para ti?

Wayne: Por supuesto. Pero volviendo a lo que hablábamos antes, hay un yo funcional ― que es una identidad de Wayne, que nació en un momento determinado, que ha tenido ciertas experiencias ― esa identidad, esa persona que está encarnada en este cuerpo particular, esa persona ama a esta otra persona. Ahora bien, lo que está ausente en este cuerpo, y que está presente en la mayoría de los otros, es una vision superpuesta de lo que está sucediendo. Así que hay una ausencia de algo, en lugar de la presencia de otra cosa. A menudo, cuando se considera, en los documentos escritos y en otros contextos…, cuando se habla de la iluminación se tiende a referirla como bastante gloriosa y luminosa. Y para mi es algo muy ordinario, el tipo de estado mas ordinario posible.

Stuart: He oído esto antes, no me importaría tocarlo. Esta idea de que la gente espera que cuando alguien se ilumina, cuando entra en un sentido más profundo del ser, que de repente quedas en un estado meditativo, que flotas alrededor de tu casa, y, claro, de alguna manera todas estas cosas luminosas suceden como dijiste. Pero, en realidad, aunque es así, parece que la cosa va en sentido contrario. Cuando he hablado con otras personas que han experimentado esto, parecen expresarlo como que «Es algo mucho más ordinario, mucho más común». ¿Cómo lo describirías tú?

Wayne: Yo diría que es pura presencia. Hay «lo que es». Lo que está sucediendo está sucediendo. Lo que está ausente es el sufrimiento que proviene de sentir que «soy responsable de lo que está ocurriendo».

Stuart: Entonces, digamos, si te encuentras en una situación en la que, volviendo al caso de tu mujer, has hecho algo que quizás la ha molestado. La has irritado y ella se enfada. Probablemente has sido el responsable de ese dolor ¿Pero no tienes un apego a esa responsabilidad?

Wayne: Así es. Así que ahí es donde tenemos que ser muy finos con respecto al término «responsable». Ciertamente fui el instrumento a través del cual se produjo el dolor que ella está experimentando. No fue otra persona, fue ésta, hay un reconocimiento de eso. Pero no existe la pretensión secundaria de ser la fuente de eso que hago. Así que sí, ciertamente soy el instrumento de lo que hago. Y si hago daño a mi mujer, me esfuerzo por enmendarlo, por limpiarlo. Pero no desde la culpabilidad, no desde un sentimiento de culpa o vergüenza por lo que he hecho, que no debería haber hecho. Lo que hay que entender es que ocurrió: no podía ser de otra manera.

Stuart: Entonces, ¿cuál es tu motivación para hacerlo bien?

Wayne: La quiero, no quiero que sufra. Me preocupo por ella.

Stuart: De acuerdo. Y no es tu mente la que se preocupa por ella, es otra cosa.

Wayne: No, no, no. Es el cuerpo, la mente y las emociones. Están todos unidos, no están separados.

Stuart: Entonces, ¿cómo es para ti con respecto a la preocupación por las cosas? Dices que estás en la presencia, ¿te preocupas por las cosas? ¿Estás enfadado contigo mismo?

Wayne: No me preocupo en el sentido de: «Qué será de mí». Puedo tener preocupaciones en el sentido de: «Vale, si el avión se retrasa más, entonces voy a perder este enlace, y tengo a toda esta gente que viene a una charla, y no voy a poder llegar». Tengo ese tipo de preocupaciones.

Stuart: Y son preocupaciones.

Wayne: Son preocupaciones. Pero no hay una preocupación personal que esté sufriendo.

Stuart: Así que no hay ninguna parte de ti que esté pensando: «Toda esa gente va a venir a mi charla…, preferiría no ir allí porque podrían hacer juicios sobre mi», porque esa parte de ti no puede ser lastimada.

Wayne: Eso es correcto.

Stuart: Pero para alguien como yo, puedo garantizarte que estaría pensando algo como, «Oh, esta gente va a pensar que no me importan, van a pensar que soy un irresponsable, o que no estoy motivado para estar allí», y aquí llega el sufrimiento.

Wayne: Eso es correcto.

Stuart: Ya veo. Y entonces no te preocupas por el futuro, simplemente haces consideraciones sobre el futuro. Entonces, ¿cómo es para ti estar rodeado de gente que está continuamente preocupada? ¡Somos una sociedad tan preocupada…! ¿Cómo no te vuelves loco? ¿No te dan ganas de espabilar a la gente que te rodea?

Wayne: No, porque lo que yo entiendo es que no lo hacen como autores. Son los instrumentos a través de los cuales ocurre la preocupación. Es el universo, todo el universo, el que se preocupa a través de ellos. Han sido construidos perfectamente para hacer lo que hacen.

Stuart: ¿Pero dónde comienza a aparecer la preocupación entonces? Me refiero a la perfección del universo, uno pensaría que este la tendría desde el principio, ¿no es así?

Wayne: La tiene desde el principio.

Stuart: Entonces, ¿de dónde viene la preocupación?

Wayne: La preocupación es parte de la perfección. Tienes una idea de la perfección que consiste en verla como algo distinto de «lo que es». Dices: «Si cambiaran las cosas hacia mi concepción de cómo deberían ser las cosas, entonces sería perfecto». Lo que digo es que ya lo es.

Stuart: Así que incluso la preocupación, el dolor…

Wayne: Incluso la preocupación, el dolor, el sufrimiento, la miseria, la fealdad, el horror, todo es parte de la perfección de «Lo que es».

Stuart: Entonces, por supuesto, sé que a la gente que está viendo ahora mismo este video le gustaría que yo te preguntara ahora: «Vale, ¿y qué pasa con el niño que se está muriendo en África, qué pasa con la mujer que está siendo violada en Nueva York ahora mismo?

Wayne: Si somos personas sensibles nos duele ver eso, nos duele experimentarlo.

Stuart: ¿Pero…, están bien estas cosas?

Wayne: No están bien ni mal, simplemente ocurren. Es parte de la «Totalidad de lo que es». Y es el resultado de inmensas fuerzas.

Parte 3 – ¿Por qué suceden las cosas?

Stuart: ¿Fuerzas inmensas? ¿Lo que ocurre es incluso un producto de las cosas que sucedieron hace 200 años? ¿También forma parte de ello?

Wayne: Absolutamente. Es parte de una Vasta Totalidad que contiene todo. No sé si estás familiarizado con el símbolo del Yin-Yang.

Stuart: Um-hmm.

Wayne: Este círculo se compone de los opuestos, de la belleza y la fealdad, del bien y el mal, de la alegría y la tristeza, la salud y la enfermedad. Estos opuestos forman el todo. Así que la perfección de la que hablo es la totalidad que contiene ambos, y lo bueno define lo malo.

Stuart: ¿Como un punto de referencia en cierto sentido?

Wayne: Están en relación el uno con el otro. El punto del símbolo es que la Totalidad se compone de los opuestos. Que para que haya uno, debe haber el otro. Porque si se mira con detenimiento el símbolo, se ve que dentro del negro hay una semilla del blanco. Así que la totalidad del blanco está contenida en el negro y viceversa. Dentro de la mitad blanca, hay un pequeño círculo redondo, que es la totalidad del negro dentro de ella. Así que aunque intentes separarlo y digas: «Sólo quiero lo bueno, sólo quiero lo blanco», cuando intentas separarlo ves que no puedes porque, está todo ahí.

Stuart: Todo está ahí.

Wayne: Todo está ahí.

Stuart: Así que para evitar el sufrimiento, o para liberarse del sufrimiento, supongo que le sugerirías a la gente que abrace el sufrimiento… Así que si me estoy preocupando, no tendría que decirme a mi mismo, «¡Oh Stuart deja de preocuparte!». Simplemente, «Estoy preocupado». O si estoy triste porque alguien ha roto conmigo, ¿debería aceptarlo? ¿Me ayudaría eso a alcanzar este estado?

Wayne: Yo no uso la palabra «debería» en términos de lo que la gente debería o no debería hacer. Lo que invito a la gente a hacer, es a mirar lo que hacen, lo que realmente hacen. Olvídate de lo que hay que hacer en el futuro, «¿Qué debería hacer en el futuro, qué debería hacer ahora?» Sino ver, ¿qué has hecho, qué acabas de hacer? Y usa eso como una “puerta que atravesar”1 y ver qué te hizo hacerlo. Cuál es el origen de lo que acabas de hacer.

Stuart: Creo que lo entiendo, creo que lo entiendo, hasta cierto punto. Así que si contemplo algo como, «¿Qué acabo de hacer? Incluso algo tan simple como atravesar una puerta: “acabo de atravesar una Puerta”, para no tener una historia en mi cabeza sobre ello, sólo contemplar algo así como «¿Por qué atravesé…, quién atravesó la puerta?»2. ¿Es eso lo que estás diciendo?

Wayne: No. Atravesar una puerta no representa una oportunidad tan clara para profundizar, porque, generalmente, no pretendemos haber sido la fuente de la decisión de atravesar la puerta, ¿lo comprendes?

Stuart: Ya veo, vale. Así que si yo leí un libro, por ejemplo, podría decir: «Yo soy el que leyó ese libro, o escribió ese libro», en este ejemplo.

Wayne: Correcto. Bien, ahora, escribir ese libro es generalmente algo que la gente reclama como autoría. Dices: «Bueno, sí, yo fui el que lo hizo». Y existe el orgullo de haber sido la fuente de estas bellas palabras y bellas ideas que se plasmaron. Y la gente suele sentir una tremenda sensación de autoría por su trabajo. Pero, curiosamente, también se oye a artistas, autores y pintores, cuando son completamente sinceros, decir que esta imagen, estas palabras, este poema, lo que sea, me vino cuando me quité de en medio. Fluyó, entró de lleno en mi conciencia y lo grabé, lo plasmé, trasladé al lienzo esta visión que me vino a la cabeza.

Stuart: Yo he tenido momentos así en los que es como si me dictaran algo.

Wayne: Correcto. Así que lo que estoy señalando en esto, es la ausencia de la reivindicación de la autoría.

Stuart: Eso molesta a la gente, porque queremos creer. A mí me molesta como intérprete…, quiero creer que de alguna manera soy tan inteligente, y tan genio, que soy el que hizo reír al público. Que soy tan inteligente al juntar esas palabras…. Y me molesta mucho saber, pensar que fue otra cosa y no este sentido de yo.

Wayne: Por eso no sugiero a la gente que investigue el orgullo.

Stuart: ¿En serio? Bien.

Wayne: Porque no hay una motivación para hacerlo. Si vas a emprender este tipo de investigación lo que recomiendo es investigar la culpa.

Stuart: ¿Investigar la culpa?

Wayne: Sí, porque cuando te sientes culpable, estás sufriendo. Y hay un impulso, hay un ímpetu para salir de ello. Así que hay una motivación para mirar más allá. Y de eso se trata en esta enseñanza, de mirar más allá de tu suposición sobre las cosas. Y la culpa es eso: «Podría y debería haber hecho esa cosa de otra manera. Eso de lo que me siento culpable, podría y debería haberlo hecho de otra manera». Y lo que nos preguntamos es: «¿Es eso cierto?» Y entonces tomas esa acción que hiciste, claramente lo hiciste, y dices «Bien, ¿qué hay detrás de esa acción? ¿Cuáles eran las circunstancias? ¿Qué estaba pasando conmigo? ¿Tenía yo el control de todo eso?»

Stuart: Verás, cuando escucho eso, pienso y estoy de acuerdo contigo ahí, definitivamente pienso que… Tengo una mente un poco matemática a veces y pienso sobre mí mismo sólo basándome en el nivel de probabilidades. Podría haber hecho un millón de cosas diferentes en cualquier escenario particular. Podría haber encadenado diferentes palabras para producir un significado diferente. ¿Se basa en el hecho de que podría haber hecho, la cosa de la que te sientes culpable, de un millón de maneras diferentes y que por lo tanto el hecho de que podría haberla hecho de un millón de maneras diferentes significaría que ninguna de ellas soy yo? ¿Tiene sentido?

Wayne: Bueno, sí lo tiene. Está claro que hay un número infinito de escenarios, de posibilidades. La pregunta que nos hacemos es: «¿Cuál es el determinante, qué determina que un escenario ocurra y no otro?». Ahora la mayoría de la gente dirá que, al menos en parte, el determinante fui “yo”. Y por “yo” quieren decir, una entidad poderosa y separada capaz de determinar algo de forma independiente. Y es esta independencia la que es crucial, porque tenemos que preguntar: «¿Somos verdaderamente independientes?»

Parte 4 – ¿Somos verdaderamente independientes?

Stuart: ¿Y la idea es que no estamos separados, que somos una energía, somos una forma, un universo?

Wayne: La metáfora que me gusta utilizar es la del océano y la ola. Si imaginamos que todo es océano, cuando el océano se pone en movimiento, forma olas. Ahora bien, las olas son cosas que tienen un principio una duración y un final, tienen forma, tienen sustancia, tienen dimensión, puedes nombrarlas y compararlas porque son diferentes y decir: «Esta se parece a aquella». Y así, aunque pienses en cada persona como una ola que tiene cualidades independientes, no estás refiriéndote a la verdadera independencia. Porque la misma cualidad de la ola es la del océano, todo lo que la ola hace es el movimiento del océano, no es el movimiento de la ola. Y, sin embargo, hablamos de lo que hace la ola, de cómo la ola interactúa con otras olas, podemos hablar de todo eso. ¿Pero qué es lo que determina lo que hace una ola en particular?

Stuart: Así que pensamos que somos una ola separada, como si hubiera un corte dentro del agua. Como si surgiese una ola y se fuese a otro lugar y se estrellase en la orilla por sí misma, de forma independiente.

Wayne: Sí, quiero decir que ni siquiera es lógico, que no es sensato. Y sin embargo, esta es una percepción que el 99,99% de los seres humanos tienen desde la edad de dos años y medio.

Stuart: Claro, y ¿dices que esta percepción se inicia a los dos años y medio, o alrededor de esa época?

Wayne: Los terribles dos años.

Stuart: Además de todo el llanto.

Wayne: La razón de todo el llanto es que de repente el niño empieza a sufrir, porque la sensación es: «Soy independiente, soy poderoso, puedo hacer que las cosas sucedan». Y ese es un sentido profundo que surge en los niños a la edad de dos años. Pero el universo no coopera. Dices: «Soy poderoso, puedo hacer que las cosas sucedan». Y al instante siguiente, aquello que siento que debería poder hacer que ocurra no sucede. Dices: «Lloro y viene mi mamá. Voy a llorar y mi mamá vendrá». Y el niño llora y su mamá no viene. Antes de los dos años el niño es simplemente infeliz. Después de los dos busca una explicación a la infelicidad: «El universo está desordenado. Mamá debería venir. Debería ser capaz de hacerla venir con lo que estoy haciendo».

Stuart: Correcto. ¿Pero cómo se evita eso? Porque no puedo imaginar que…

Wayne: No puedes.

Stuart: ¿No? Porque a todos los niños…

Wayne: A todos los niños les ocurre eso a los dos años y medio. Para muy pocas personas, en algún momento de la vida se forma una grieta en esa falsa pretensión de autoría. Y es esa grieta la que intentamos explorar aquí ahora. Y si existe en los oyentes, si se ha abierto en usted esa grieta, esta charla puede haber introducido la primera cuña en esa falsa sensación de ser una entidad autora independiente. Y habrá que ver hasta dónde llega eso.

Stuart: Pero cuando alguien tiene ese momento, cuando alcanza ese nivel, ¿hay una verdadera belleza detrás de ello? Quiero decir, ¿es el fin del sufrimiento, dirías?

Wayne: Es el fin del sufrimiento.

Stuart: ¿Y es un aumento de la felicidad?

Wayne: Es un aumento de la felicidad y un aumento del dolor, porque estás presente por igual para ambos.

Stuart: No me digas ¿El dolor de uno mismo o el de los demás?

Wayne: El dolor de la vida, el dolor de estar vivo.

Stuart: Así que casi aumentas tu sensibilidad a ello, ¿es eso lo que estás diciendo?

Wayne: Sí, tu presencia, en lo que realmente está sucediendo.

Stuart: ¡Vaya! ¿te hace querer continuar?

Wayne: Lo encuentro fascinante. La vida es tan rica en su belleza y en su fealdad, en su alegría y en su tristeza, en su placer y en su dolor.

Stuart: Supongo que ves la vida tal y como es.

Wayne: Por lo que es.

Stuart: Al contrario que cuando enciendes la televisión y ves a Alex Trebek hablando de niños muriendo en África, y muchos de nosotros nos sentimos culpables, como pensando «No estoy haciendo lo suficiente, no me importan lo suficiente». Pero tú dices que lo ves por lo que es.

Wayne: Lo veo tal y como es, y mi corazón puede abrirse, y puede que saque mi chequera y envíe una donación, o puede que no. Pero no hay culpa ni orgullo asociados a lo que hago.

Stuart: Ya veo, ya veo, simplemente lo haces.

Wayne: Hago lo que hago, de acuerdo con mi naturaleza, como hace todo el mundo, por supuesto.

Stuart: Sé que vamos a terminar pronto, pero antes quiero decir que, ahora, puedo ver por qué sería desafortunado sentirse culpable por no hacerlo. Algunas personas podrían decir que te estás perdiendo la alegría de sentirte bien contigo mismo cuando lo haces, cuando sí rellenas ese cheque.

Wayne: Sí, pero hay una diferencia entre la culpa y el orgullo, y digamos la satisfacción y la insatisfacción. Y todos sabemos lo que es, cuál es esa diferencia dentro de nosotros mismos.

Stuart: Bien, entonces todavía te sientes feliz. Si ayudas a un niño en África, ¿te sientes feliz?

Wayne: Absolutamente, puedo ser feliz cuando ayudo a la gente y puedo ser infeliz cuando hago daño a la gente. Y hago ambas cosas, porque este cuerpo es humano.

Stuart: Sí, pero no hay ningún apego con ninguna de los dos.

Wayne: No hay una implicación secundaria de autoría en ninguno de los dos casos. Pero puedes llamarlo apego.

Stuart: Esto es muy interesante. Es demasiado tarde para quien vive en Los Ángeles. Me gustaría sacarte para…

Wayne: Vengo aquí a Toronto todos los años para estas charlas.

Stuart: ¿Ah, sí? Bueno, vamos a tener que traer de nuevo a Wayne Liquorman al mundo de Human Detoir, porque está claro que sólo hemos arañado la superficie. Para aquellos que estén interesados en obtener más información de este tipo, ¿hay algún sitio web al que puedan acudir?

Wayne: Es advaita, que es A-D-V-A-I-T-A-punto-ORG.

Stuart: Advaita.org. Y estoy seguro de que si tuvieran que hacer una búsqueda en Google sobre Wayne Liquorman. El nombre es L-I-C-K….

Wayne: No, es como eso que puedes beber: licores [liquor en inglés]. L-I-Q-U-O-R-M-A-N.

Stuart: De acuerdo, Wayne Liquorman. ¿Te has inventado ese nombre?

Wayne: No, nací con él.

Stuart: Naciste con él, vale, muy guay. Wayne Liquorman, búscalo en Google, o ve a la página web y aprende más sobre todo esto. Y sé que también eres autor de libros, no es que te identifiques como autor, pero has escrito, ¿cuántos libros has escrito? ¿Has escrito un par de ellos?

Wayne: Hemos editado cuatro libros.

Stuart: Cuatro libros, así que echa un vistazo a sus libros. Puedes leer sobre esto, y realmente profundizar en todo esta idea que tenemos del “yo”, y tal vez incluso podrías encontrarte sufriendo un poco menos, o podrías deshacerte del sufrimiento por completo, lo que no sería algo tan malo. Así que Wayne, te lo agradezco de verdad, muchas gracias por tu tiempo.

Wayne: Un placer.

Stuart: Y sé que la gente que vaya a tu próxima charla va a disfrutar mucho. Soy Stuart Knight con otra entrevista de Human Detoir con Wayne Liquorman.

https://www.nodualidad.info/entrevistas/wayne-liquorman-2010.html

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