Los ovnis regresan a Washington

Ecos no identificados sobre Washington DCEcos no identificados sobre Washington DC

La icónica imágen del Capitolio siendo sobrevolado por un flotilla de ovnis en 1952 ha vuelto a producirse… aunque de forma virtual, como corresponde al siglo XXI. Nos explicamos.

Numerosos objetos no identificados fueron detectados el 2 de marzo de 2023, alrededor de Washington, DC. Los objetos estaban estacionarios en altitudes entre 50.000 y 60.000 pies, durante un breve período de tiempo, según puede constatarse a través de la web de seguimiento de vuelos ADS-B Exchange.

A diferencia de otros sitios de seguimiento de vuelos, ADS-B Exchange no discrimina entre aeronaves militares o privadas porque no utiliza datos de la Federal Aviation Administration (FAA). Por consiguiente, estos “objetos” podrían ser parte de algún tipo de prueba o, incluso, el resultado de un error pero, a raíz de los derribos protagonizados en febrero, dentro del espacio aéreo de Estados Unidos y Canadá, dos de cuales siguen sin estar claros, hay una gran sensibilidad social y rápidamente se dio la voz de alarma a través de las redes sociales.

En 1952, cuando los pilotos que se aproximaron al Aeropuerto Nacional de Washington, avistaron las luces sobrevolando el Capitolio y denunciaron el avistamiento, las portadas de los periódicos no hablaban de otra cosa ante al miedo a una invasión. Ahora pasa un poco lo mismo:

“¿Drones? ¿Globos? ¿Fuerza de invasión OVNI? ¿O simplemente un fallo?” –se preguntaba el ex asistente del congreso Andrew Leyden.

Las alarmas saltaron alrededor de las 4:30 de la tarde, hora de la capital de Estados Unidos. El número total de objetos rastreados fluctuó a lo largo de la noche. Hasta 14 objetos en el pico más alto. A las 6:00 de la tarde todos los objetos habían desaparecido.

Según constató The Drive  la totalidad de los objetos tenían códigos hexadecimales que comenzaban con «FAA» y, aparentemente, estaban transmitiendo a través de la red del Servicio de Información de Tráfico-Broadcast (TIS-B).

Esta red es un servicio de vigilancia destinado a mejorar el conocimiento del piloto en vuelo sobre tráficos cercanos y proporciona datos como la identidad (transpondedores ADS-B), posición, altitud, velocidad y otros parámetros.

La web War Zone contactó con la Administración Federal de Aviación (FAA), con el Comando Norte de las fuerzas armadas (NORTHCOM) y el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD) en busca de explicaciones.

Los objetos estacionarios se concentraban en lugares sensibles de la Armada y la Fuerza Aérea, incluso la base desde donde despega el Air Force One

Se daba la circunstancia de que los objetos estaban estacionarios en cinco lugares muy específicos que incluían la Base Conjunta Andrews, en Maryland y al suroeste de la Marine Corps Base, en Quantico (Virginia).

¿Se trata, como sugirió Mick West de una prueba de la FAA? O, por el contrario: ¿habían hackeado la red ADS-B?

No olvidemos que hace solo unos días, dos cazas un Su-35 y MiG-31 rusos, despegaron para interceptar un presunto no identificado en las inmediaciones de San Petersburgo y que una de las tres hipótesis planteadas por el gobierno de Putin fue la “guerra electrónica”.

En 2018, el investigador Alexandru Hening patentó para la Armada estadounidense «una fuente láser» que se instala en la parte trasera del avión para crear un plasma inducido por dicho láser con el fin de actuar como un señuelo. Un pulso láser intenso capaz de ionizar el aire produciendo una ráfaga de plasma brillante en tres dimensiones que distraería los detectores infrarrojos enemigos.

Base Conjunta Andrews
Base Conjunta Andrews

The Drive no puede explicar lo sucedido, sólo constata como uno de los códigos hexadecimales de datos de ADS-B Exchange, concretamente el FAA259, también estuvo en la misma ubicación, al norte de Rockville, el 27 de febrero y el FAA6F2, apareció también cerca de Rockville y Stevensville, respectivamente, el 28 de febrero. “En todos los casos –asegura el medio-, los datos indican que se encontraban a una altura de 60.000 pies”, una altitud notablemente superior al espacio aéreo controlado. Como ya explicamos con anterioridad, más allá de los 50.000 pies se considera “espacio internacional”.

Los falsos ecos se conocen en medeio de una tormenta sobre la seguridad del espacio aéreo de EE.UU

Todos estos acontecimientos tienen lugar en medio de una tormenta política y militar sobre la capacidad Estados Unidos para monitorizar su espacio aéreo y rastrear “objetos desconocidos” que constituyan una potencial amenaza.

Hay indicios de que estos “objetos desconocidos” en el espacio aéreo de Washington, DC pueden no haber sido reales. Rastreando los metadatos de los códigos hexadecimales se encontró la frase «Sin asignar (reservado para uso futuro)» por lo que podrían haber sido datos artificiales generados con fines de testeo pero muestran lo fina que está la sociedad estadounidense con el asunto de los UAP (Fenómenos Anómalos No Identificados) y la seguridad.

https://www.espaciomisterio.com/ovnis-y-vida-extraterrestre/ovnis-regresan-washington_57305

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