In 2050, el mundo tendrá algo menos de 10.000 millones de personas, frente a los 7.700 millones de mediados de 2019. El país más poblado será India, con más de 1.600 millones de personas, seguido de cerca por China con 1.400 millones.
Sin embargo, muchos países se han visto afectados por una disminución de la población. El fenómeno de la disminución de la población no es similar en todos los países y existen diferencias notables entre países ricos y pobres. En términos generales, los países desarrollados tienden a tener tasas de fertilidad más bajas y poblaciones envejecidas, lo que tiende a conducir a una disminución de la población. Por el contrario, los países subdesarrollados tienden a tener tasas de fertilidad más altas y poblaciones más jóvenes, lo que tiende a conducir al crecimiento de la población. Una de las principales razones de estas diferencias es el acceso a la atención médica y la educación. Los países desarrollados tienden a tener mejores sistemas de salud y mayores niveles de educación, lo que puede conducir a una mejor planificación familiar y menores tasas de fertilidad.
No existe un tamaño de población ideal universalmente acordado para un país, ya que puede depender de una variedad de factores, incluidos los recursos disponibles del país, el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental. Algunos argumentan que una población más pequeña es más sostenible, mientras que otros argumentan que una población más grande puede brindar más oportunidades para el crecimiento económico y la innovación.
Las consecuencias de menos gente
Japón tiene una de las disminuciones de población más severas del mundo con una población actual de alrededor de 126 millones y una disminución proyectada de alrededor de 88 millones para 2065. La baja tasa de natalidad del país y el envejecimiento de la población son los principales contribuyentes a esta disminución. Otro factor es el cambio de las actitudes sociales hacia el matrimonio y la paternidad. La sociedad japonesa tradicionalmente otorgaba un gran valor al matrimonio y la familia, pero las generaciones más jóvenes priorizan cada vez más sus carreras e intereses personales sobre formar una familia. También hay una creciente aceptación de estilos de vida alternativos, como permanecer soltero o sin hijos, que antes eran estigmatizados. También hay una falta de apoyo para los padres que trabajan en Japón. El país tiene una cultura de largas horas de trabajo y muchos lugares de trabajo no ofrecen horarios flexibles ni políticas de licencia por paternidad.
Corea del Sur también está experimentando una población en declive debido a las bajas tasas de fertilidad, el envejecimiento de la población y la emigración. La población actual es de aproximadamente 51 millones y se prevé que disminuya a aproximadamente 39 millones para 2067. La disminución de la población en Corea del Sur podría tener un impacto significativo en su poder blando. El poder blando se refiere a la capacidad de un país para atraer y persuadir a otros en función de sus valores culturales y políticos en lugar de la coerción o el poder económico. El atractivo del poder blando de Corea del Sur ha sido impulsado en gran medida por sus exportaciones culturales, como el K-pop, los K-dramas y la cocina coreana. Estas exportaciones han ganado popularidad y han ayudado a Corea del Sur a proyectar una imagen positiva y aumentar su influencia en todo el mundo. A medida que la población del país se reduzca, habrá menos jóvenes para impulsar la demanda de exportaciones culturales, y el país puede perder parte de su ventaja creativa y sus exportaciones culturales pueden volverse menos atractivas. La disminución de la población también podría conducir a una escasez de talento y experiencia en industrias clave, lo que podría afectar la competitividad económica y la capacidad de innovación del país.
China está experimentando una disminución significativa de la población debido a una combinación de factores como las bajas tasas de fertilidad, el envejecimiento de la población y la falta de inmigración. En China, la política del hijo único que se implementó a fines de la década de 1970 y continuó hasta 2015 es un importante contribuyente al declive. Esta política limitó a las familias a tener un solo hijo, lo que resultó en una disminución de la tasa de natalidad del país. La política fue reemplazada por una política de dos hijos en 2016, pero no ha podido revertir la tendencia a la baja. La disminución de la población de China se ve agravada por un desequilibrio de género resultante de la política del hijo único, que ha resultado en un número significativamente mayor de hombres que de mujeres. La población en declive de China tiene implicaciones importantes para la economía global y la geopolítica.
La población de Italia ha estado disminuyendo durante varios años, con una población actual de alrededor de 60 millones y una disminución proyectada de alrededor de 53 millones para 2050. La baja tasa de fertilidad del país y el envejecimiento de la población son los principales contribuyentes a esta disminución. Italia no solo ha experimentado una inmigración a gran escala, sino también una emigración. Lo que es particularmente evidente es la salida de jóvenes italianos al norte de Europa y América del Norte. Entre 2008 y 2015 emigraron más de medio millón de jóvenes italianos.
Países desarrollados frente a países en desarrollo: África e India se oponen a las tendencias de Asia y Occidente
Las proyecciones de población para el mundo en su conjunto tienen tres entradas principales: tasas de natalidad, longevidad y migración. Según el estudio 2019 Revisions of World Population Prospects publicado por las Naciones Unidas, se han observado tres tendencias principales.
- Todo el mundo desarrollado está envejeciendo junto con una disminución de la población en algunos países.
- El equilibrio de la población mundial se está desplazando dentro de Asia, de China a India.
- La población de África está aumentando. Es difícil exagerar la importancia de la demografía no solo para el futuro de África sino también para el futuro del resto del mundo. Es el continente más joven y más pobre, con la población de más rápido crecimiento.
Es importante que los formuladores de políticas consideren estas tendencias demográficas al planificar el futuro de sus propios países, así como el de sus aliados y competidores.
[Foto de Basile Morin, vía Wikimedia Commons]