¿Cómo influye el apego en la resiliencia?

El apego desarrollado durante nuestra infancia está ligado a las habilidades resilientes que pudieran necesitarse en la adultez. Conozcamos la relación entre ambos conceptos.
¿Cómo influye el apego en la resiliencia?

El apego es un concepto que parte de teoría del psicólogo John Bowlby, en la década de 1950. De acuerdo con el especialista, se trata de los vínculos emocionales formados entre individuos, en especial durante las relaciones tempranas de la infancia con los cuidadores principales. Dicho apego guarda una relación con la resiliencia.

A su vez, el apego se considera una parte fundamental del desarrollo humano, pues juega un papel crucial en la construcción de la personalidad, las relaciones interpersonales y el bienestar emocional. Bowlby sostiene que los seres humanos tienen la necesidad innata de establecer lazos afectivos y seguros con los demás. ¿Cómo esto se enlaza con la resiliencia? Indaguemos durante la lectura.

Un hombre feliz es aquel que equilibra bien el apego y el desapego para que su felicidad se maximice.

~ Awdhesh Singh ~

¿Existe solo un tipo de apego?

El apego varía en su calidad y seguridad. Se identifican diferentes estilos de apego, incluyendo el seguro, el ansioso o ambivalente, el evitativo y el desorganizado. Tales estilos se generan en respuesta a las interacciones y experiencias de apego tempranas, que influyen en la manera de establecer relaciones y enfrentar los desafíos en la vida adulta.

Es importante destacar que el apego no se limita solo a los vínculos en la infancia; también afecta en la adultez y la forma en que nos conectamos con los demás a lo largo de toda la vida.

Por otra parte, un buen apego se caracteriza por la búsqueda de proximidad, sentimiento de seguridad, exploración/autonomía y regulación emocional. Además, según un estudio, compartido por la Revista Latinoamericana de Psicología, en el apego seguro se presenta una mayor confianza, alegría, placer, calma y tranquilidad.


La resiliencia: cómo se desarrolla

La resiliencia se refiere a la capacidad de una persona para hacer frente, adaptarse y recuperarse de situaciones adversas, desafiantes o traumáticas. Implica la habilidad de mantener un funcionamiento emocional y psicológico saludable en medio de la adversidad. De la misma forma, supone recuperarse y crecer a partir de esas experiencias difíciles.

Este no es un rasgo fijo, sino que es un proceso dinámico que se desarrolla y fortalece a lo largo del tiempo. Las personas tienen diferentes niveles de resiliencia, en función de sus características individuales y experiencias pasadas.

De igual modo, ser resiliente se aprende y promueve a través de diversas estrategias y factores de protección. De hecho, un estudio publicado en INFAD Revista de Psicología, señala que las estrategias de afrontamiento que predicen una mayor resiliencia en una persona son las siguientes:

  • Humor.
  • Religión.
  • Aceptación.
  • Reinterpretación positiva del problema.
  • Afrontamiento activo de la circunstancia.

Si bien el apego seguro es un factor protector, es importante considerar que la resiliencia es un proceso complejo y multidimensional influenciado por otros elementos, como los recursos individuales, el entorno social y las experiencias. No ocurre de la noche a la mañana, requiere tiempo, esfuerzo y apoyo. Es un proceso gradual nutrido a lo largo de la vida y que fortalecen la experiencia y el aprendizaje.

Las personas que experimentan apego inseguro o adversidades tal vez desarrollen resiliencia a través de diversas intervenciones terapéuticas, las habilidades de afrontamiento y la construcción de relaciones de apoyo en la vida adulta.

Apego seguro e inseguro: el papel de ambos en la resiliencia

Sí, el apego media en la resiliencia personal. Un apego seguro, caracterizado por relaciones afectivas estables, consistentes y afectuosas, proporciona una base sólida para la resiliencia. Cuando una persona experimenta esta clase de apego, tiende a desarrollar una sensación de seguridad interna, autoconfianza y habilidades de afrontamiento saludables.

El apego seguro promueve la capacidad de enfrentar y recuperarse de las adversidades, derivando en una mayor resiliencia. ¿Qué significa esto? Que pueden adaptarse mejor a situaciones difíciles, reponerse más rápido de infortunios y mantener un bienestar emocional estable.

En cambio, un apego inseguro, caracterizado por relaciones inestables, negligentes o abusivas perjudica la resiliencia de una persona. Las experiencias en este escenario quizás generen dificultades para confiar en los demás, además de baja autoestima, problemas de autorregulación emocional e inconvenientes para enfrentar y superar los desafíos.

Factores que influyen en el apego y en la resiliencia

Nuestras relaciones tempranas moldean el desarrollo del propio apego, incidiendo en la forma en la que confrontamos vicisitudes. Por ello, hay factores que influyen en el apego y también en nuestra resiliencia. A continuación, los detallamos.

Apoyo emocional

Los individuos con un apego seguro suelen tener relaciones más cálidas y afectuosas con sus cuidadores, lo que les brinda un sentido de seguridad y confianza en sí mismos. Este apoyo emocional temprano fomenta la capacidad de manejar el estrés y superar los obstáculos de manera saludable en la vida adulta.

Autoregulación emocional

Los cuidadores que responden de manera sensible y consistente a las necesidades emocionales de un niño, ayudan a establecer patrones saludables de regulación emocional. A medida que el menor crece, estas habilidades de autoregulación se traducen en una mayor capacidad para lidiar con el estrés y recuperarse de las adversidades.

Modelado de afrontamiento

El apego incide en el aprendizaje de estrategias de afrontamiento efectivas. Los cuidadores que brindan un entorno seguro y de apoyo, sirven como modelos para enfrentar los desafíos de manera saludable. Personas con un apego seguro aprenden a regular sus emociones, buscar apoyo social y desarrollar habilidades de resolución de problemas a través de las interacciones con sus cuidadores.

Confianza en las relaciones

Un apego seguro sienta las bases para la confianza en las relaciones interpersonales. Las relaciones seguras y estables en la infancia cultivan una expectativa positiva de los demás.

Del mismo modo, impulsan la construcción de relaciones saludables en la vida adulta. Esta confianza es un factor protector durante los momentos difíciles, ya que las personas con relaciones seguras buscan respaldo y recursos en su red de apoyo.


El apego y la resiliencia tienen bases en los vínculos emocionales

Es importante destacar que la resiliencia no está determinada únicamente por el apego; es un proceso complejo y multifactorial. Existen otros factores, como el apoyo social, las experiencias de vida, la personalidad y las habilidades de afrontamiento, que juegan un papel crucial en la capacidad de una persona para hacer frente a la adversidad.

En síntesis, los vínculos emocionales de cada quien ejercen un gran impacto al momento de desarrollar resiliencia. Y sí, el apego seguro es fundamental para ello.

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