Los investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén estudian a un pez que no vive más de 6 meses y crece en las costas de Zimbabue y Mozambique.
Itamar Harel y otros científicos del Instituto de Ciencias de la Vida Silberman de la Universidad Hebrea de Jerusalén están realizando una investigación sobre los peces killi turquesas. El estudio consiste en la manipulación genética de individuos de esta especie, que está caracterizada por tener una expectativa de vida de 6 meses.
Los científicos israelíes creen que, descubrir formas de extender la vida de estos peces a través de modificaciones genéticas podría llevar a la posibilidad de extender la vida y beneficiar el bienestar de los humanos al envejecer.
La especie de peces utilizada es originaria de Mozambique y Zimbabue. Son un sujeto ideal para la investigación, porque se trata de vertebrados con una expectativa de vida muy baja. Esto es una gran diferencia con los ratones u otros tipos de peces, que son los que habitualmente se utilizan para este tipo de estudios.
El estudio consistió en distintas pruebas para restaurar la salud metabólica de los individuos a nivel celular. La investigación se centró en una enzima llamada AMPK (proteína cinasa activada por AMP), que funciona como un elemento regulador de energía en las células.
La hipótesis del estudio era que, al activar esta enzima, se podría extender la vida. Luego de diversos intentos, lograron hacer esto en los individuos macho de los peces killi. Harel, sin embargo, aclaró que el objetivo de esta investigación no sería extender la expectativa de vida humana, sino, reducir las enfermedades en personas envejecidas