En su momento, el increíble inventor y científico Nikola Tesla concluyó que para conocer los secretos del universo era indispensable “pensar en términos de energía, frecuencia y vibración”, es decir, sin importar cuál sea el origen de la materia se trata de una mezcla de energía perceptible para cada uno de los sentidos y capaz de influenciar las frecuencias vibracionales de las personas.
De acuerdo con principios básicos de la ciencia Cymatics y la memoria del agua, las frecuencias afectan frecuencias. Se ha demostrado que la frecuencia del sonido puede moverse a través del agua, la arena o la tierra: es como si alterara directamente las vibraciones de la materia, incluyendo posiblemente el cuerpo.
Inclusive, el doctor Masaru Emoto ha demostrado con sus estudios alternativos que las intenciones simples a través del sonido, emociones y pensamientos pueden moldear dramáticamente la manera en que el agua se cristaliza. En otras palabras, cada expresión a través del sonido tiene una frecuencia que influye en todo su alrededor.
Al seguir la lógica de que el cuerpo es 70% agua, la frecuencia sónica es capaz de afectar positiva o negativamente al individuo mismo en su estado vibracional. Entonces, en la naturaleza vibratoria del universo es posible generar efectos positivos o negativos en la conciencia humana. De hecho, algunas teorías –no probadas científicamente– sugieren que el régimen nazi estuvo a favor de determinar cuál es el rango de frecuencia para reducir el miedo y la agresión, y su conclusión fue A=432Hz. Curiosamente, este número ha sido una constante en los patrones matemáticos del universo: se trata del momento en que el universo unifica las propiedades de la luz, el tiempo, el espacio, la materia, la gravedad y el magnetismo con la biología, el ADN y la conciencia. Esto significa que este es el momento en el que nuestros átomos y el ADN empiezan a resonar en armonía con un patrón espiral de la naturaleza, magnificando la sensación de unicidad y conexión. Asimismo, el número 432 refleja también el radio del Sol, la Tierra y la Luna, la precesión de los equinoccios, la Gran Pirámide de Egipto, Stonehenge y el Sri Yantra, entre otros lugares sitios sagrados.
En palabras de Brian T. Collins, compositor, productor y líder mundial de Celestial Meditation Music, “algunos de los tonos parciales armónicos de A=432Hz 12T5 parecen alinearse con los patrones naturales y también con la resonancia de solitones”. Para él, los solitones necesitan un rango específico para formar una densidad desde el micro hasta el macrocosmos, es decir que se encuentran no sólo en los mecanismos acuíferos sino también en un respiro ion-acústico entre electrones y protones.
De alguna manera, esta frecuencia se relaciona con los centros energéticos más importantes asociados, sorprendentemente, con cada uno de los chakras. Esto significa que los chakras están conectados con los siete rayos del espectro solar, por lo que las notas y las frecuencias terminan siendo las mismas al punto A432Hz, lo cual lo convierte en un punto cósmico. Se trata entonces de una frecuencia armoniosa y hermosa que alcanza el cuerpo, las emociones y el espíritu.
Basta pensar un poco la diferencia entre A432 y A440Hz para notar la distinción en las sensaciones y eventualmente en las creencias y actitudes sobre la vida, e incluso hasta en la reducción de emociones negativas reguladas por la agresión, el estrés o el ego. A continuación compartimos algunas composiciones a A432Hz.
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