Un hallazgo está desafiando lo que conocemos sobre la tecnología de nuestros ancestros en la prehistoria. ¿Qué civilización o sociedad pudo fabricar una estructura de madera hace casi medio millón de años?
Crédito: Barham, et al., Nature, 2023.
La investigación fue realizada por un equipo de la Universidad de Liverpool y la Universidad de Aberystwyth, que publicó sus resultados en Nature. Allí, se informa sobre la excavación de madera bien conservada en el sitio arqueológico de Kalambo Falls, Zambia, que data de al menos 476.000 años atrás y precede a la evolución de nuestra propia especie, el Homo sapiens.
Un análisis experto de las marcas de corte en las herramientas de piedra sobre la madera muestra que estos primeros seres humanos dieron forma y unieron dos troncos grandes para construir una estructura, probablemente la base de una plataforma o parte de una vivienda.
Marcas encontradas en los troncos descubiertos en Kalambo Falls. Crédito: Barham, Nature, 2023.
Este es el testimonio más antiguo en cualquier lugar del mundo de la elaboración deliberada de troncos para que encajen juntos. Hasta ahora, la evidencia del uso humano de la madera se limitaba a su empleo para hacer fuego, palos para cavar y lanzas.
La madera rara vez se encuentra en sitios tan antiguos, ya que generalmente se descompone y desaparece, pero en Kalambo Falls, los niveles de agua permanentemente elevados la han preservado.
Una Edad de Piedra no tan de piedra
Este descubrimiento desafía la visión predominante de que los seres humanos de la Edad de Piedra eran nómadas. En Kalambo Falls, estos seres humanos no solo tenían una fuente de agua perenne, sino que el bosque que los rodeaba proporcionaba suficiente alimento para permitirles establecerse y construir estructuras.
«Lo que encontramos ha cambiado mi forma de pensar sobre nuestros antepasados tempranos. Olvidemos la etiqueta “Edad de Piedra”, observemos lo que estas personas estaban haciendo: crearon algo nuevo y grande a partir de madera. Utilizaron su inteligencia, imaginación y habilidades para crear algo que nunca habían visto antes, algo que nunca había existido previamente», declaró el profesor Larry Barham, del Departamento de Arqueología, Clásicos y Egiptología de la Universidad de Liverpool, quien lidera el proyecto de investigación Las Raíces Profundas de la Humanidad.
«Transformaron su entorno para facilitar la vida, incluso si solo era construyendo una plataforma junto al río para realizar sus tareas diarias. Estas personas eran más parecidas a nosotros de lo que pensábamos», añadió.
Datación
La datación especializada fue realizada por expertos de la Universidad de Aberystwyth, quienes utilizaron nuevas técnicas por luminiscencia para revelar la última vez que los minerales en la arena que rodea los hallazgos estuvieron expuestos a la luz solar.
Kalambo Falls, Zambia, donde se encontró la madera. Crédito: Geoff Duller, Universidad de Aberystwyth.
«Estos nuevos métodos de datación tienen implicaciones de gran alcance, permitiéndonos retroceder en el tiempo y reconstruir sitios que nos ofrecen una visión de la evolución humana. El sitio en Kalambo Falls fue excavado en la década de 1960, cuando se recuperaron piezas similares de madera, pero no pudieron datarlas, por lo que el verdadero significado del sitio no estaba claro hasta ahora», comentó el profesor Geoff Duller de la susodicha universidad.
El sitio de Kalambo Falls, ubicado en el río Kalambo, se encuentra sobre una cascada de 235 metros en la frontera de Zambia con la Región de Rukwa de Tanzania, en el borde del lago Tanganica. La zona está en la «lista tentativa» de la UNESCO para convertirse en Patrimonio de la Humanidad debido a su importancia arqueológica.
«Nuestra investigación demuestra que este sitio es mucho más antiguo de lo que se pensaba anteriormente, por lo que su importancia arqueológica es ahora aún mayor. Esto refuerza la argumentación a favor de que se convierta en un Sitio de Patrimonio de la Humanidad de las Naciones Unidas», concluyó Duller.
Fuente: Liverpool. Edición: MP.
Hallazgo de antigua estructura de madera desafía nuestra comprensión de la prehistoria