¿Alguna vez has recibido un regalo que no te ha gustado y has ocultado tu desagrado mostrando entusiasmo? Para ser amables o evitar que los demás se sientan mal, a veces sugerimos esconder una emoción negativa. Aplicamos lo que en Psicología se conoce como «reglas de exhibición»; o sea, normas informales que comparten un grupo social o una cultura para indicar cómo debemos expresarnos.
Se supone que si recibimos un regalo, debemos parecer complacidos, por lo que no deberíamos transparentar nuestra desilusión. Esta serie de reglas prescritas las aprendemos muy temprano en la vida mediante las interacciones con los demás ya veces también como resultado de alguna que otra reprimenda por haber sido demasiado sinceros.
Sin duda, las reglas de exhibición pueden promover la armonía en las relaciones interpersonales, pero también pueden tener consecuencias negativas para quien decide reprimir sus emociones, sobre todo cuando se convierten en la norma. Dado que cada vez nos relacionamos más a través de las redes sociales y los sistemas de mensajería instantánea, los psicólogos se han preguntado si aplicamos esas mismas reglas de exhibición en el mundo online y si estas pueden afectar nuestro bienestar.
¿Estás sonriendo o quieres ocultar tu malestar?
Investigadores de la Universidad de Tokio reclutaron a 1.289 personas que solían usar emojis en sus mensajes de chat en Internet para que informaran sobre sus sentimientos. Los participantes respondieron a preguntas sobre su bienestar subjetivo e indicaron con qué frecuencia recurrían a los emojis en su comunicación. Luego les proporcionaron mensajes en diferentes contextos sociales para que respondieran como lo harían habitualmente, mientras indicaban la intensidad de la expresión emocional.
El estudio descubrió que las personas usaban más emojis con los amigos más cercanos y en contextos privados, lo cual no es extraño puesto que en contextos formales el uso de los emojis se considera más inadecuado.
Como regla general, los emojis coincidían con la expresión de las emociones, a menos que las personas sintieran la necesidad de enmascarar lo que sentían. En ese caso, solían usar emojis sonrientes para ocultar sus emociones negativas. En cambio, recurrían a los emojis negativos solo cuando los sentimientos negativos eran muy intensos.
Los investigadores constataron que el uso de emojis positivos para expresar sentimientos positivos se correlacionaba con el bienestar personal pero que cuando estos se usaban para ocultar la expresión de sentimientos negativos podrían ser dañinos.
Los riesgos de ocultar las emociones.
Más del 90% de los usuarios de Internet en todo el mundo utilizan emojis. No es extraño puesto que se trata de un símbolo gráfico muy eficaz para transmitir nuestro estado, acentuar el tono emocional, aclarar la intención y expresar estados de ánimo sutiles en un mensaje.
“ A medida que la socialización en línea se vuelve más frecuente, la gente se está acostumbrando a embellecer sus expresiones emocionales buscando la idoneidad de la comunicación. Sin embargo, eso puede llevarnos a perder el contacto con nuestras emociones auténticas ”, explicaron los investigadores.
De hecho, una investigación anterior había descubierto que solemos usar los emojis como equivalentes funcionales de nuestras expresiones faciales, de manera que no siempre guardan relación con lo que realmente sentimos. O sea, a veces los emojis son el equivalente digital a una sonrisa falsa en la comunicación cara a cara.
En la cultura japonesa, existe una diferenciación entre “ tatemae ”, que se refiere a los motivos o intenciones sintonizados socialmente y “ honne ”, que representa nuestras razones e intenciones más profundas. Lo ideal es que ambos conceptos vibren en la misma longitud de onda.
Cuando no ocurre así, sino que sentimos la necesidad de subordinar nuestros sentimientos más genuinos a las expectativas sociales, surge una incómoda disonancia emocional que genera discrepancias entre nuestra experiencia interior y lo que se supone que deberíamos sentir. Cuando esa disonancia se acrecienta, sufrimos agotación emocional.
Si reprimimos las emociones para expresar solo aquellas que se consideran apropiadas, podemos terminar sufriendo una alienación emocional altamente dañina. Además, es más probable que desarrollemos síntomas depresivos.
Más allá del efecto catártico de expresar lo que sentimos, debemos recordar que las inconsistencias entre las emociones que expresamos y lo que sentimos también nos arrebata oportunidades para conectar con los demás a un nivel más profundo y recibir el apoyo social que necesitamos. Por tanto, no es extraño que fingir las emociones se haya relacionado con un deterioro del bienestar psicológico, según un estudio de la Universidad de Carolina del Norte.
No cabe duda de que los emojis son herramientas importantes para expresar emociones en el ciberespacio, pero deberíamos asegurarnos de que realmente se corresponden con lo que sentimos. Así seremos más sinceros y, a la larga, nuestra salud mental nos lo agaradecerá.
Referencias Bibliográficas:
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Erle, TM (2021) Los emojis como información social en la comunicación digital. Emoción ; 22: 1529-1543.
Mesmer-Magnus, JR, Dechurch, LA y Wax, A. (2012). Llevar el trabajo emocional más allá de la superficie y lo profundo actuando desde una perspectiva de discordancia-congruencia. Organo. Psicólogo. rev ; 2: 6–53.
¿Realmente estás sonriendo? Usamos emojis para ocultar nuestros sentimientos